Partida Rol por web

| BIBLIOTECA |

Negué con la cabeza, respondiendo así a la pregunta de mi hermano. Por un momento había pensado que me creería, que investigaría, pero no fue así. Todo lo contrario, me estaba pidiendo pruebas.
- Hermano... No tengo pruebas, sino ya las tendrías sobre la mesa de tu despacho- le dije, que no sabía cómo decirle que tuviera precaución-. Pero Jairon me ha parecido muy oportuno queriéndose ir a Glenders. ¿Y si quieren traicionarnos? No hay manera de saber que sea verdad, pero tampoco de que sea mentira. Hermano, sólo quiero que tengas precaución. No me gustaría que te sorprendieran e intentaran hacerte daño. Podríamos aumentar la guardia en el castillo, ponerte seguridad que te acompañe siempre aunque estés aquí dentro... Toda precaución es poca, hermano. Además, podría ir yo a Glenders y así vigilaría a Cassandra de cerca- le ofrecí.

| APOSENTOS DE JAIRON |

Golpeé la puerta un par de veces. No sabía si el señor Jairon seguiría allí, pues había pasado bastante tiempo cumpliendo con las indicaciones que había puesto en el trozo de pergamino. Por suerte y gracias a la ayuda del sastre, estaba todo preparado. Me había ayudado a cambiar de peinado y de ropa. Tenía puesto un vestido morado ajustado con las mangas bastante amplias, de seda. El cabello lo llevaba suelto y rizado, aunque más limpio y brillante, con una tiara en la cabeza.
- ¿Mi señor?- pregunté, esperando respuesta. Llevaba en la mano una bolsa de cuero con todo lo que me llevaría para el viaje, todo lo que Jairon había puesto en su nota.

| APOSENTOS DE JAIRON |

Justo a tiempo volví a mi cuarto a través del pasadizo secreto, cuando la puerta de roca se acomodo le dije a Ilse que entrara, mientras yo me acomodaba el bolso de viaje.

-"Perfecto, te ves genial-dije sonriendo complacido- ahora hacia la armería..."- comente dirigiéndome hacia la misma. 

| APOSENTOS DE JAIRON - ARMERÍA |

Sonreí al escuchar el cumplido que me dedicó el señor Jairon y sentí mis mejillas ruborizarse. Intenté ocultarlo poniendo la mano delante de mi rostro, disimuladamente, y obedecí a la siguiente indicación de Jairon. Nos encaminamos hacia la armería, siguiéndole bien de cerca, aunque siempre manteniendo un par de pasos entre él y yo. Como era normal, yo iba por detrás.

|ARMERÍA |

Una vez en la armería me dirigí al armero con un tono seco y directo:

-"Mi espada y daga, espero que estén tan afiladas como siempre y quiero también un arco elfico, de los que están almacenados, el mejor que tengas, también un carcaj lleno de flechas, las reforzadas para traspasar escudos y además también un puñal de caza, nada mas..., rápido"- sentencié al final, mirando fijamente al armero. 

| JUGADA MASTER |

Jairon e Ilse se dirigieron hacia la armería para seguir preparando su viaje. Jairon le dio las instrucciones al armero que las obedeció antes incluso de que terminara de darlas. Estaba temblando, seguramente temeroso por no cumplir a la perfección las órdenes que Jairon le había dado. Respiró hondo un segundo y se fue hacia el fondo de la armería, buscando ese arco élfico que le había pedido su señor y unas flechas tan afiladas y rápidas que podría atravesar cualquier cosa. Tenían algo de polvo debido a que las cosas élficas allí no se usaban, básicamente porque eran armas de los enemigos del Rey. Puede que ese temblor que tenía el armero por todo su cuerpo fuera precisamente por ese motivo, por las represalias que podría tener si el Rey se enteraba de que Jairon usaba armas élficas. Usarlas era reconocer que la raza de los elfos era mucho más fuerte y eficaz, pero era bien sabido por todos que el Rey odiaba esa raza.
- Mi señor, aquí tiene, todo lo que ha pedido- dijo el armero, extendiendo sus brazos. Había colocado todas las armas envueltas en un trapo de piel lo suficientemente gruesa para que las armas no pudieran rasgarlo.
El armero hizo una pequeña reverencia y esperó, por si Jairon quería darle más instrucciones o pedirle algo más.
Ilse permanecía callada sabiendo perfectamente que una sirvienta, por muy acompañante que fuera de alguien, debía aprender a silenciar sus palabras, de modo que esperó.

| BIBLIOTECA |

-Esta bien ,iras a Glenders tu tambien . Me informaras de que hacen ambos y lo que pasa alli.Yo mientras tengo muchas cosas que hacer en el castillo ya veremos que es lo que pasa con todo esto.Date prisa y concentrate en que no te descubran.

| BIBLIOTECA - APOSENTOS |

Sonreí, satisfecho por la decisión que mi hermano había tomado. Iba a viajar a Glenders sin que ninguno me viera, me ocultaría a la perfección y no me detectarían, estaba seguro de ello. Les espiaría y averiguaría si intentaban hacer algo que el Rey no supiera.
- Gracias, hermano- le dije, haciendo una pequeña reverencia con la cabeza para indicarle que eso mismo haría. Salí de la biblioteca en dirección a mis aposentos, dispuesto a preparar el viaje con la mayor brevedad posible.

l CASTILLO l

Sonreí complacido ante el acato de rápido y preciso de mis ordenes, acomode primero mis armas y luego tome el trapo con el arco y el carcaj de flechas.

-"Excelente, puedes descansar"- dije comenzando a caminar hacia la salida, manteniendo el trapo junto a mi.

Al acercarme a la puerta ordené a los guardias que las abrieran para dejarnos pasar y salir del castillo, una vez fuera les ordene que enviaran un mensajero avisándole a su majestad que ya había partido, tras hacerlo comencé a caminar hasta estar lo suficientemente alejado del castillo, bien inmersos en el bosque, ahí extendí el trapo hacia Ilse y le dije:

-"Tus armas...de mas esta decir que espero que las uses con cuidado y contra quienes yo te indique usarlas...el puñal será tu salvación si no logras acertar la flecha y el enemigo se te acerca, si no sabes usarlo mas tarde te enseñaré algunas cosas."- dije mirándola fijamente.

Una vez que hubo tomado las armas, agarre el trapo con ambas manos y lo partí en dos mitades, las cuales comenzaron a brillar con intenso verdoso, como si fuera fuego, para luego convertirse en hermosas capas elficas, resistentes y livianas, adornadas con una hoja de plata.

Extendí una hacia ella sin decir mas palabra.

| CASTILLO |

Salimos de la armería y después salimos del castillo. Una vez allí el señor Jairon me tendió las que serían mis armas durante el viaje. Me quedé mirándolas con atención, pensando lo temible que sería si supiera empuñarlas bien. Podría conseguir lo que quisiera, incluso mi libertad, pero ahora debía lealtad al Rey pues había tenido piedad con mi hermano.
- Gracias- dije, cogiendo después la capa que había creado con su propia magia.
Me gustaba ver magia y practicarla, aunque llevara tiempo sin hacerlo. Había decidido dejarla apartada para aprender a vivir sin ella, pues en el castillo del Rey no me hacía demasiada falta. Con el tiempo había olvidado cómo se utilizaba.
Me puse la capa por encima de los hombros y la anudé con la hoja de plata. Gracias a ella nos protegíamos del frío de la noche y sonreí, contenta de poder participar en aquella misión.
- ¿Iremos a caballo, mi señor?- quise saber, intrigada.

| JUGADA MASTER |

El Rey estaba enfrascado en su lectura, buscando la manera de crear una nueva especie que fuera la más letal de las que existían ya, pero alguien le interrumpió antes de que lo consiguiera. Un sirviente de corta edad se presentó en la biblioteca haciendo innumerables reverencias, disculpándose de antemano por aquella interrupción.
- Mi señor... Acaban de enviar un mensaje desde Fletord, diciendo que los soldados han sido atacados. Las tropas que patrullaban por los alrededores fueron llamadas para reforzar al resto de soldados pero todos murieron. Al parecer fueron tres elfos, mi señor- dijo el sirviente, sin dejar de hacer la reverencia-. Y Jairon acaba de informar que ya ha partido hacia Glenders, al igual que Byron, mi señor-.

l CASTILLO l

-"Dos viajeros con buenas ropas y armas, y además caballos propios...es algo que llamaría mucho la atención, iremos a pie, aunque sea mas lento, de todos modos contamos con todo lo necesario para viajar cómodamente y tenemos magia, lo cual siempre es útil, si bien no me gusta abusar de ella, es un as en la manga que siempre se tiene en cuenta"-

Seguí caminando un poco mas hasta llegar a un lago, en donde recogí agua fresca en el odre y mire mi reflejo.

-"Usaré un camuflaje y un nuevo nombre a partir de ahora y cuando haya mas personas cerca de nosotros no me llamaras señor, entendido?"- 

| EXTERIOR CASTILLO |

Asentí con la cabeza. En realidad tenía parte de razón pero se me haría inmensamente extraño no llamarle señor. Aunque si eso era lo que quería así lo haría, de modo que esperé para saber cuál sería su nuevo aspecto y su nuevo nombre. No quería estropearlo todo con mi torpeza si se daba la ocasión.