Partida Rol por web

Turno II-4 y 5

El combate había acabado antes de poder llegar a mis oponentes, tanto por la ineptitud de estos al detener los ataques de la gente de la caravana como por reducido número. Rechiné los dientes mientras, llevado por el impulso, llegaba hasta el cuerpo del cadáver más cercano...

Una patada que hizo que el cuerpo inerte diera una vuelta sobre sí mismo permitió que desahogara parte de mi frustración mientras miraba, colérico, al bosque

¿¡ESO ES TODO LO QUE SABEIS HACER!?¿¡NO HAY NADA MEJOR QUE ESTA PORQUERIA MALFORMADA EN ESTE MALDITO BOSQUE!?- bramé, encarándome a los mudos árboles mientras recorría el camino hacia mi posición, pateando ramas y piedras por el camino

Horas después, cuando el tedio volvía a tomar el control de su caminar, el silbido de tres saetas me hicieron por inercia agachar la cabeza, permitiendo que dos de ellas pasaran de largo y se clavaran en el carromato a mi espalda mientras la tercera hacía blanco en mi brazo.

¿¡Qué demonios!?- exclamé, más por la sorpresa que por el dolor

Con un gruñido partí el mástil de la saeta, dejando el proyectil en mi cuerpo para evitar perder sangre, y con una sonrisa salvaje me lancé con furia hacia la foresta, hacha en mano, mientras al fin parecía que podría rebanar un par de cabezas...

Turno II-5

El combate había concluido, o eso parecía, y doblegar a aquellas criaturas nos supuso un esfuerzo mayor del esperado. Muchos heridos y más cadáveres dejábamos al proseguir el camino. Dieter sin demora se dispuso a curar a los heridos, que no fueron pocos, pudiendo reanudar el viaje. Había que destacar la ayuda de los vigilantes que iban con nosotros, su actitud en el combate fue destacada, esas bestias no lo pusieron nada fácil, y seguro que los problemas no terminarían aquí.

Los bosques esconden peligros inesperados; proseguimos la marcha..., pasado un tiempo desde mi posición se oyó algo en retaguardia donde iba Kurdrim. Rápido tiré de las riendas de la montura, pero qué...!!!

Turno II-5

Después de media hora se volvían a poner en marcha, había sido una media hora muy larga, en todo momento alerta por si volvían mas hombres bestias, el primer ataque había sido muy pobre y en todo momento esperábamos que pudieran venir mas, pero por suerte eso no ocurrió y pudimos reemprender el camino, pero aun no habíamos terminado de olvidarnos de ello cuando escuchamos el silbar de saetas junto a las maldiciones de Kurdrim, veo como Roderic avanza al galope hacia la posición del enano, nos atacan por retaguardia, no olvidéis de controlar el resto de la caravana, podría ser una trampa, doy unos pasos en dirección a la retaguardia mientras preparo mi ballesta pero sin abandonar mi flanco hasta ver acontecimientos.

Turno II-6

Kurdrim, el único que había visto de dónde procedía el ataque se encaminó rápido a su encuentro, sin embargo, la maleza del bosque, detuvo su rápido avance, de tal manera que antes de llegar hasta sus enemigos, debía vencer la resistencia que la madre naturaleza había decidido poner delante de él.

Thorsten tras escuchar las palabras de Zacarías, desenvainó su espada y decidió mantener su posición ante la posibilidad de que se tratase un señuelo.

Antes siquiera de que los demás pudieran realizar ninguna acción, una nueva andanada de flechas partió en dirección al enano, pero al igual que la maleza se había encargado de detener su avance, también se encargó de desviar y detener los proyectiles que le iban dirigidos.

Roderic detuvo su animal y avanzó un poco en dirección al enano pues todavía no era capaz de distinguir la posición del enemigo.

Zacarías cargó su ballesta y mantuvo posición y el resto sacaron sus pistolas listos para hacer uso de ellas si fuera necesario.

Turno II-6

Aquellos mutantes cobardes parecían no tener ninguna prisa por encontrarse con Filo Argénteo y la maldita vegetación se enredaba en mis piernas y brazos ralentizándome e impidiéndome llegar a mi objetivo con presteza, escuchando como una nueva salva de proyectiles se dispersa por entre los arbustos que me rodean

Apretando los dientes y lanzando hachazos a los hierbajos que me rodean prosigo mi avance, con la única y clara intención de ofrecer una muerte rauda a aquellos seres

Turno II-6

Por un momento se detuvo el tiempo, aquello parecía otra emboscada. Desde mi posición no llegaba a distinguir a Kurdrim, desde donde se oyó aquel ruido; avancé despacio no quería abandonar mi flanco siempre atento a cualquier movimiento que surgiera del bosque. 

Turno II-7

Salvo Kurdrim que era el único que veía a los enemigos que les atacaban y Roderic que avanzó un poco más hacia la posición del enano, el resto se mantuvieron quietos y atentos unos segundos más a lo que pudiera depararles este nuevo ataque.

La caravana se detuvo expectante y los mercaderes se introdujeron dentro de los carros para resguardarse de los posibles ataques a distancia.

Turno II-7

Los hombres bestia, al verte acercarte a ellos, soltaron sus arcos y desenvainaron sus lanzas y embrazaron sus escudos. Aquellas criaturas parecían ir más equipadas de lo que era habitual, pero al enano poco le importaba ya que en breve entraría en combate cuerpo a cuerpo con ellos. 

Turno II-7

El fétido hedor de aquellos seres ya golpeaba mis sentidos del mismo modo que lo haría un arma pero, en vez de amilanarme no hizo más que espolear mis ansias de verter su sangre; apenas unos pocos metros me separaban de ellos y ni toda la maleza de aquel endiablado bosque podría impedirlo

Rabioso por lo lento de mi avance rugí un claro desafío, aunque no se sabía a ciencia cierta si era a los enemigos que acechaban o al propio bosque, y me lancé  sobre ellos... a ver si sus arcos servían de algo con una buena porción de fiable acero incrustado en su cuerpo

Turno II-7

El hombre bestia desvió con facilidad el arma del matador y junto con sus compañeros trató de ensartarlo. Tenían superioridad numérica aún así solo uno de ellos consiguió alcanzar al enano haciéndole añadiendo un rasguño más a su colección de cicatrices faciales.

Turno II-7

Desde la posición del enano se empezó a escuchar claro el entrechocar de metales y sus gritos y voces de guerra.

Turno II-7

Ya en otro lugar de ese mismo bosque, no hacía mucho, aunque lejano en el recuerdo tras los últimos acontecimientos, cuando encontraron la calavera por primera vez, se vieron sobrepasados en número por aquellas criaturas y no fue, sino gracias a la intervención de la Ordo Fidelis que consiguieron salir vivos de aquella situación. Thorsten sabía del valor o temeridad, según los casos, de Kurdrim y de su habilidad, pero desconocía a cuantos enemigos se estaba enfrentando y a ciencia cierta su compañero enano jamás pediría ayuda a otros para resolver un combate.

No podía escatimar fuerzas para derrotar a sus enemigos, porque no podían permitirse el lujo de tener ninguna baja, así que a pesar de la advertencia de Zacarías, el aprendiz, no pudo aguantar más la posición y espada en mano se lanzó a la carrera hacia el combate para colocarse al lado del enano. 

Turno II 7

Avancé cauteloso hacia retaguardia donde se encontraba Kurdrim, ya no habia dudas se oian ruidos y gritos provenientes de su posición. Nos atacan por retaguardia!!, grité. Sin dudarlo espoleé mi montura hacia el origen de la contienda, seguro que Kurdrim ya se dirigía hacia el enemigo.

Turno II-7

Los ruidos eran cada vez mas fuertes en la parte trasera de la caravana, por desgracia a causa del bosque era imposible ver nada, no sabíamos a que nos enfrentábamos, veo como el resto de mis compañeros avanzan hacia allí lo mas deprisa posible pero había algo que me hacia temer que pudiera ser un señuelo, por lo que aun precavido avanzo lo justo para poder disparar mi ballesta si algo emerge a través del bosque sin descuidar mi flanco.

Turno II-8

Roderic, con dificultades, consiguió guiar a su montura entre el tupido bosque y situarse al lado del enano. Thorsten avanzaba a la máxima velocidad que sus piernas le permitían, y Zacarías buscaba una posición desde la que controlar con su ballesta los dos flancos. 

El resto de la partida, incluido el padre Dieter, siguieron manteniendo su posición.

Turno II-8

Aquello se ponía divertido; tres enemigos para mi solo y ya habían logrado derramar unas gotas de mi sangre. Era momento de trocearlos... o eso habría hecho si un sonido no me hubiera distraído en el último momento, llamando la atención a mi diestra y haciendo que el golpe pasara por encima de la cabeza de mi enemigo; la expectación de ver aparecer a otro enemigo, más grande y peligroso a juzgar por el sonido de ramas bajas y hojas al partirse, se tornó en pura decepción, e incluso rabia, cuando no fue sino el recién incorporado al grupo quien emergió de entre la floresta

No te he pedido que vinieras a ayudarme, humano- gruñí antes de devolver mi atención a aquellos seres tocados por el Caos, esperando su réplica

Turno II-8

Thorsten todavía estaba lejos del combate, no obstante no se detuvo y se adentró en la espesura para ayudar al matador  a terminar con la amenaza.

Turno II-8

Los hombres bestia, en esta ocasión, aunque prácticamente igualdos en número, no se vieron amenazados por los ataques del matador, pero aún así atacaron con prudencia, lo que hizo que casi todos erraran sus ataques.

Solo uno de ellos orientó su lanza con peligro hacia Kurdrim, pero en esta ocasión, con un rápido movimiento esquivó la amenaza.

Turno II-8

El padre Dieter se sentía inútil en aquella posición. Era consciente de que más enemigos podían acecharles repentinamente, pero también de que aquella actitud de espera suponía que sus compañeros estaban en inferioridad de condiciones.

Se decidió a retroceder hasta el centro de la formación, por el momento.

Turno II-8

Con más dificultades de las esperadas conseguí llegar a la altura del enano, al cual acechaban varios enemigos. Mi llegada no "entusiasmó" mucho a Kurdrim,me alegro de verte, le dije mientras me disponía a atacar al más cercano. Parece que todavía quedaban más criaturas de las esperadas.