Partida Rol por web

¡Kendra! -dijo, radiante de energía, lo que omitió fue un "¿qué haces tan vieja?" y es que los años para los humanos eran una losa innegable, y un insulto para la mayoría de ellos- Claro que estamos. Cuando sea que nos necesites.

Su gesto se tornó amable. Hasta que escuchó al servicio hablar y dar instrucciones a su amiga, lo cual le resultó un poco raro, tenía entendido que solía ser al revés, pero tampoco iba a discutir por unas nomas que ni le iban ni le venían. Tampoco se molestó en disculparse por haberla mojado, era lo natural en esa condición.

Te cuidaremos, pero antes: ¿podemos tomar algún líquido caliente? ¿Y la hoguera más cercana? Debemos cuidarnos.

Señaló con un dedo a Red y a sí mismo. Esperó a que se hubieron marchado las sirvientas

¿Padre Hoyosombrío? ¿Irse con la llave? No me gusta.

Dijo sus sospechas, directa y claramente. No preguntó por los huesos ni por el bulto apartado. Pero sí que volvió a abrazarla.

---Claro aunque dado que habeis llegado en mitad de la noche tardará un poquito, vamos al salón- dice mientras os conduce  hasta el pequeño y tras maniobrar un poco con la chimenea logra prender un pequeño fuego  que con el tiempo adquirirá fuerza para caldear un poco la mansión , tras unos minutos Kendra trae un par de platos con caldo caliente para entrar en calor.

---Han...pasado varios hechos recientes sin ir más lejos hemos sufrido un ataque y una amenaza-dice escogiendo las palabras  con cuidado- al parecer  los aprendices de mi padre estan acercandose a  algo importante ya que han dicho que no se acerquen a la prisión...la verdad es que tengo miedo, no solo por mi,sino por ellos...

Sonreí ante el hombre mamut. 

Salude con el mismo gesto, inclinando la cabeza. El resto ya lo dijo Cam, no hacía falta añadir más. Estaba en completo de acuerdo en ayudarles ... Después de un pelín de descanso y alguna sopa que me calentara. Y desde luego, saludar a la anfitriona.

Simplemente miré a aquellas personas alejarse en alguna dirección, con la cabeza ladeada, e intrigada de la misma manera.

- Parece que tendremos que adivinar su nombre, al final.- Digo para mi misma, aunque lo suficientemente alto para que Cam me oyera.- Tendré que pensar en algún apodo....ummm...

-Kendra!!!- Grité al ver a nuestra amiga.

Su abrazo era igual de fuerte que el mío, cuando nos unimos en uno solo. Pero puede que el suyo cargara con más preocupaciones que el mío.

- Walaaaaaa.- Dije mirando a todos lados mientras dejaba caer a un lado mi sayo mojado.- Que casa tan grandeee.- estaba ensimismada. ¡Esa casa era una de las pocas que, sin ser una taberna, podrían albergar a mucha gente junta como...como... para un baile!! Acostumbrada a las chozas de nuestra aldea, en los pantanos ,ese sitio era un lujo. ¡Con esqueletos incluidos!!- Brrrr.- Me sacudí la humedad que me rondaba por encima, el resto que había podido traspasar la capa, como cuando tenía pelo, moviendo la cabeza de un lado a otro.

- Te ayudaremos, Kendra, lo sabes.- Dije sorbiendo un poco de la sopa y entrando en calor. Ummm que ricaaaa.- Por eso estamos aquí. - mi semblante se volvió ligeramente más sombrío-. Siento lo de tu padre. ¿Qué podemos hacer?

Acercándome a Evoris, hago un leve asentimiento de cabeza a modo de saludo

Soldado, ¿acaso no nos reconoces? hemos estado hablando con el padre Hoyosombrío y con  Benjan. Estamos investigando la muerte de nuestro compañero, así como la del profesor. No os preocupéis por nosotros, solo queremos volver a ver las pintadas y ver si quien quiera que lo hizo se atreve a volver.

Como dice mi amigo, podéis volver a casa a calentaros y disfrutar de la familia.

Dejó a sus compañeros hablar con lo guardias y se centró en buscar a alguien escondido en los alrededores, alguien esperando el momento para actuar. Si era un fantasma no lo verían llegar, pero puede que necesitara las manos de algún vivo para realizar su ritual.

Espera.

Ordené a Red casi sin pensar, aunque ya era tarde y había tomado algún sorbo. Negué y saqué una bolsa con algunas hierbas que puse en su caldo y en el mío. No eran para el sabor, eran para la recuperación ante la humedad y el frío. Luego alcé el plato hacia nuestra anfitriona y lo llevé a la boca para beber. Calentito, me hizo soltar un pequeño gemido de placer. Estaba rico, algo carente de sustancia para mi gusto, pero era maravilla en el momento.

Parecen un grupo bastante insensato -dije, sin tapujos ni rodeos-. Necesitarán cerebro y astucia. De eso a nosotros nos sobra ¿verdad? -miré a mi compañera y sonreí- Ellos parece que van sobrados de ego y de músculos, así que en ese aspecto no creo que tengan demasiados problemas.

Claramente era un ofrecimiento para tranquilizarla. Lo último que necesitaba era preocuparse por unos monos gigantes con espadas, teniendo el cadáver de su padre de cuerpo presente. Además, quería que pudiese dormir tranquila.

---En verdad son todos muy buenos chicos y gente simple en el sentido bueno de la palabra- dice la mujer sonriendo divertida ante el comentario de Camazotz- Pero creo que las experiencias vividas en la carcel los ha alterado mucho, no han querido decirme mucho acerca de lo ocurrido así que supongo que es algo muy malo y encima el ataque de esta noche más aún, quieren protegerme solamente...

La mujer no comenta nadia mientras bebeis  la sopa  y mira a la Kitsune sonriendo.

---Bueno, son  jóvenes y buenos guerreros aunque creo que necesitan la sutileza  femenina y el refinado arte de la magia, Arachne y Eir, las chicas que han salido ahora,  han decidido quedarse en la casa y protegerme de cualquier amenaza  así que el grupo ha quedado algo descompensado, por eso os he llamado, para que los ayudeis en la medida posible...¿lo hareis?-pregunta mirandoos con rostro suplicante.

Los soldados parecen incómodos ante vuestras palabras, sobretodo todo por vuestra propuesta de abandonar sus puestos.

---Lo siento señores pero no podemos abandonar el puesto, estamos de servicios y pese a las circustancias actuales  deseamos más que nada vovler a nuestras casas pero somos soldados así que no abandonaremos nuestro puesto- dice uno de ellos con rotundidad aunque de mala gana- Pero podeis mirar el monumento en busca de pistas, aunqeu ya lo examinámos nosotros y no vimos nada...

Mientras hablaban Qorchi se dedica a examinar los alrededores con minuciosidad y a conciencia examinando cada recoveco  que encuentra, cada arbusto y cada posible escondite que ve pero no encunetra ninguna señal de que haya alguien en los alrededores salvo vosotros 3 y lso dos guardias.

Seguramente esos guardias acabarían por ahuyentar a cualquiera, o peor aún, ser un estorbo en el combate si se daba, pero no podía hacer nada contra ellos, ni obligarles si estaban decididos a quedarse allí. En ese caso, solo les quedaba intentar llamar la atención lo menos posible, y hacerse compañía por el momento.

Así, busco un hueco dónde pudiera esconderse, o al menos no estar a simple vista, y se quedó allí, arma en mano, dispuesto a esperar lo que hiciera falta hasta que apareciera el culpable de las pintadas.

Asintió cuando Evoris se retiró de la zona de la estatua buscando dónde ocultarse.

- Hay más de una forma de cazar un ratón, le dijo a los guardias. Si vigilamos escondidos en os alrededores puede que el responsable se atreva a aparecer.

Dicho eso, buscó  su escondite en el lado opuesto de la estatua en la que se ocultaba su compañero.

Con un leve encogimiento de cabeza acepto las palabras de los guardias. Era algo a respetar que tuvieran ese sentimiento para el cumplimiento de las órdenes.

Si, no estemos todos alrededor, intentemos que se confíen. 

Alejaos un poco, situaros en esos matorrales

Sonreí ante la afirmación de Cam sobre nuestra astucia.

Soplaba la sopa pero la engullía quemase o no. Ummm. No fue que paré hasta que mi estómago estuvo calentito y yo satisfecha, para dejar el cuenco frente a mí, ya vacío.

- ¿En la cárcel?- Pregunté sin preguntar.- Yo he estado un par de veces. Menos mal que Cam estaba ahí para sacarme de los líos. Pero si... en la cárcel huele mal. A pis y vómito de Troll!- Aunque dudaba que eso te hiciera más tonto de lo normal.

-Tranquila, Kendrá- dije poniéndome en pie y haciendo flexiones de un lado a otro.- Les ayudaremos. No parecen muy listos, no. Y, si, una zarpa femenina segura les viene muy bien.- Sonreí. - Vamos Cam!! Date prisa!!! Estoy impaciente!!! Por fin algo de acción!!

Un minuto.

Interrumpí el entusiasmo de Red. Me llevé una mano a la boca con un aire pensativo y asentí. Tomé el caldo de casi un trago y me puse en pie, acercándome a nuestra amiga y, con los posos del caldo que nos había hecho manchando mis dedos, dibujé una marca sobre su pecho, sobre la ropa. Fueron unos segundos, pero suficiente para provocar un lento parpadeo en mi tez.

Ya está. Esto te protegerá hasta que sufras algún mal. Y créeme, lo sabré si lo sufres, amiga.

Luego volteé hacia Red, asintiendo para indicar que ya estábamos listos.

Bueno, en el pantano algunas cosas huelen peor. El caldo que prepara Barro huele a entrañas podridas con huevos pasados al sol. Eso sí, te cura cualquier enfermedad que tengas. Tengo que conseguir la receta.

Sonreí ¿era una broma?

Venga, vamos.

La animé. La suerte ya estaba echada.

---Gracias, no sabeis cuanto os lo agradezco- dice con clara sinceridad la mujer mientras se levanta cuando acabeis- Los chicos habian dicho que quieren investigar la estátua y sus misteriosas pinturas además de hacer guardia durante toda la noche  así que no creo que vaya a haber mucha acción, Chiki, salvo que consideres acción estar bajo la lluvia toda la noche- dice sonriendoles y se acerca a la puerta- así que sugiero que descanseis y mañana por la mañana vayamos a reunirnos con ellos y traigamos comida y bebida, seguro que lo agradecerán y estareis más descansadas del viaje.

Las palabras de Kendra eran razonables así que accedeis a pasar la noche en la casa a salvo de las fuertes lluvias y los truenos que sacuden esa noche la región aunque  estos se marchan a otra parte pocas horas antes del amanecer, lo cual Kendra os despierta para preparar el desayuno mientras prepara  comida y bebida para los otros; las dos mujeres Arachne y Eir han llegado  en algun momento con el sacerdote y se han llevado el cuerpo que habia en la entrada puesto que no lo veis cuando bajais, cuando estais listos todos saliís rumbo oeste hacia donde se encuentra la estátua mientras cargais cada una unos odres y varias cestas de mimbra con comida para los chicos y los pobres soldados.

Una vez allí encontrais a un par de soldados calados hasta los huesos y con aire huraño aunque la vista del ofrecimiento de Kendra con los bocadillos y demás bebida parece alegrarles la mañana y agradecidos comienzan a comer mientras Kendra pregunta por los otros, estos se encogen y simplemente afirman que se encuentran escondidos en los alrededores para tender una emboscada al autor sangriento.

Todos os ocultais en los escondites escogidos por Qorchi y  esperais toda la noche para ver sí el autor de semejante caligrafia aparece, pasais muchas horas bajo la lluvia pero afortunadamente pese al frio que hace que el agua se os cale hasta los huesos no os afecta lo más mínimo.

La tormenta desata toda su furia durante la noche aunque se marcha lejos antes de que los primeros rayos de sol asomen por el lugar,la noche ha sido tranquila  aunque por desgracia el autor no ha aparecido  puesto que no ha aparecido una nueva letra al pie de la estátua, una hora despues de que el sol asome por el horizonte, tres figuras surgen de entre los  arbustos, son Kendra y los dos visitantes nocturnos, los tres llevan cestas de mimbre con varios paquetitos, veis que entragan unos paquetitos a ambos soldados sin dejar de hablar con ellos y un odre lo cuales agradecidos los soldados comen y beben.

La noche había estado pasada por agua, pero aparte de lo incómodo, no habían tenido ningún problema. ¿Dónde estaba el causante de las pintadas? ¿Acaso el espíritu causante de aquello había sido lo suficientemente listo como para imaginar que esa noche vigilarían? Si así era, iba a dar igual, estaría allí cada día al caer el sol, y no permitiría que más letras escarlatas adornaran esa estatua. Lo haría hasta que el verdadero culpable fuera destruido, su alma devuelta al fin a los brazos de Pharasma.

Algo cansado después de la guardia, se puso en pie apoyándose en el fauchard, salió de su escondrijo y se acercó a dónde estaban los soldados, Kendra y esos dos nuevos visitantes que habían conocido unas horas antes. Al llegar hasta ellos, saludó en general con un cabeceo y sonrió a la mujer.

—Buenos días Kendra. —Miró a los otros dos—. Dark, Red, gracias por acompañarla. —Y de nuevo su atención a la hija del profesor, a la que puso una mano en el hombro, apretando ligeramente en un gesto de ánimo—. ¿Cómo estás? Después de lo de ayer, entendería que te tomaras un descanso. Por cierto, ¿dónde se han quedado las chicas?

Algo había cambiado o ellos se habían equivocado mucho pues nada había pasado en toda la noche; cabía la posibilidad de que les hubieran descubierto y el espíritu hubiera preferido no actuar, pero resultaba extraño.

Salió de su escondite y se acercó a Kendra, venía acompañada de las dos figuras con las que se toparon la noche anterior al salir de la casa.

- Buenos días, me temo que hemos perdido una noche de descanso, dijo acercándose a la estatua para comprobar que no había sido marcada nuevamente sin que ellos se hubieran dado cuenta.

Había sido una noche poco productiva, pero sirvió para recuperarnos. La cama era rara, blanda y tranquila, lo cual hizo que diese algunas vueltas antes de caer presa del sueño. Pero lo hice y desperté con energías renovadas.

Mientras preparaban el desayuno yo me dediqué a hablar con mi compañero, jugar un poco y darle de comer. Era importante mantener los lazos estrechados y saber que los que envolvían la custodia seguían allí me hacían sentir más tranquilo.

Así bajé a desayunar y a acompañar a Kendra y a Red hacia la famosa estatua.

Buenos días -pese al tono seco, mi humor se notaba más tranquilo-. ¿Sabéis qué sucedió hace cincuenta años?

Tal vez habría algo de información útil para el misterio de lo que estaba sucediendo.