Partida Rol por web

Ardreth no pudo evitar sonreír ante la pregunta de Mól.

Observe esto. Dijo orgullosa de su material, y fue a coger un virote que se podía describir como, al menos, sorprendente.

El virote tenía una línea de espinas en el dorso, similar a la espalda de un dragón, hechas de acero afilado hasta un tercio de la longitud del proyectil. La punta era mucho más delgada que en el caso de la flecha, pero igualmente afilada y puede que más robusta.
La ballesta tiene mucha más potencia que el arco, así que cualquier virote casi siempre atraviesa buenos blindajes. En este caso la punta es más pequeña y gruesa para que tenga una buena penetración sin partirse, y como la ballesta tiene más potencia, puede añadirse algo más de peso extra al proyectil. Por mi experiencia, los virotes casi siempre acaban bien clavados, al menos tres pulgadas, así que la espina permite un desgarro interno aún peor que en el caso de la flecha aserrada. Por supuesto tiene mucho más trabajo que un virote normal. Las estoy cobrando a 9 monedas por flecha, pero 80 por cada 10.

La potencia de la ballesta me permite... experimentar, y tengo otras municiones especiales, no mágicas para ballesta si le interesan... Con puntas de fuego alquímico. Delicadas de usar, pero muy útiles y dañinas. Volvió a mirar a Osellë. La flecha de un arco largo es mucho más larga, así que el peso extra en la punta hace que pierdan mucha precisión. Chasqueó la lengua fastidiada. Pero sigo en ello.

¿Puedo?- le pregunté a la vendedora tendiendo la mano hacia el virote -Desde luego, no me gustaría estar en el punto de mira de esto*- murmuré mientras lo observaba, comprobando la punta y las espinas -¿Fuego alquímico?- pregunté, realmente interesado -¿Y cómo consigues que no se rompan cuando las llevas?- le pregunté, pues si era el mismo tipo de sustancia que había estudiado en mi mundo, no era muy seguro andar por ahí con algo que tuviese aunque fuese un poco de ella..

Fascinada por las flechas y los arcos, Osellë contempla con absoluta dedicación. Posiblemente su arco élfico era algo que en comparación con estos no tenía precio ni nada similar, puesto que venía de su tierra y según su pensamiento era lo mejor que tenían allí. - Me gustaría llevarme un carcaj con estas flechas que mencionas, posiblemente andarán bien con mi arco y me gustaría tener algo que penetre un poco más. -  responde a la joven mientras señala las flechas que explicó con anterioridad la semielfa. 

Y mientras se las prepara, observa como Mol está con las ballestas y los virotes. - Nada mal, el material es bastante bueno. -  le comenta cuando comprueba el filo de las flechas y el peso de las mismas. La alineación parecía bastante adecuada para el uso, al fin de cuentas resulta ser una excelente compra si le alcanzaba. 

Ardreth sonrió a Osellë. 90 monedas por veinte flechas. No le defraudarán, ya verá. Mientras iba preparando el carcaj de Osellë, respondió a Mólor.

Desde luego son más... delicadas de tratar, pero he conseguido que sean razonablemente resistentes a los golpes, salvo en la punta. La cantidad de fuego alquímico es menor que en un frasco normal que se usa con la mano, pero Se asegura de no prender nada accidentalmente... Es decir, a menos que falle, o que el fuego se propague, pero ya me entiende.

Cuando tuvo listo el carcaj, fue adentro a por uno de los virotes de fuego alquímico. Lo trajo evidentemente sin darle golpes, pero tampoco con un particular cuidado. El virote tenía una especie de 'barril' delgado en la punta, rematado con una punta metálica, a modo de tapón. La saeta en sí tiene dos grosores, uno en la parte de la punta, más delgado, que permite que quepa algo más de sustancia alquímica, y más grueso en la parte trasera para equilibrar el peso. También trae la 'sierra' del otro virote.

El tapón que hace de punta tiene otra punta en el otro lado, como dos conos unidos. Cuando el virote impacta, la punta rompe el... barrilito, y el alquímico explota. Es razonablemente resistente, aunque para viaje y transporte tengo unos capuchones acolchados, para evitar accidentes. Como comprenderás tienen bastante más elaboración que simplemente el fuego de alquimista que contienen, los dejo por 17 cada virote.

Observé con detenimiento el virote, sin poder evitar apreciar lo ingenioso del diseño, era casi como si fuese una bola de fuego de las que había leído en libros de magia, pero pudiendo ser disparada por cualquiera.

Un par de estos nos hubiesen venido bien contra las criaturas de la otra noche- murmuré, pero aunque estaba tentado de comprar varios, por desgracia mi visita a la biblioteca me había dejado seco en cuestión de dinero… claro que por otra parte, seguía prefiriendo los hechizos a cualquier otra cosa.

Por desgracia, con lo poco que tengo, me tendré que conformar con unos pocos de los otros- le dije tras escuchar el precio -¿Qué otro equipamiento tienes a la venta?- le pregunté, observando los artículos de caza y supervivencia.

Bueno... sobretodo equipamiento de caza y de supervivencia, desde trampas de cepo, tiendas de campaña, mochilas, botas, capas impermeables, faroles de aceite... Y puede que conozca a alguien que tenga anestésicos para capturar presas vivas. Hay criaturas por las que ciertos coleccionistas pagan bien.

No gracias, no creo que necesite anestésicos- le dije -Y de todas formas, tampoco creo que pudiese permitírmelos- añadí con una sonrisa -Pero unas buenas botas y una capa impermeable siempre son de agradecer, y las trampas siempre vienen bien para conseguir algo de comida- dije.

Además, apenas tenía nada al llegar a este mundo- añadí mentalmente.

¿Cuánto sería todo esto?- le pregunté.

- Perfecto, deme el doble de flechas y le pago 160 monedas. ¿Le parece bien? -  pregunta Osellë al considerar una pequeña rebaja tras llevarse el doble de lo que quería. Es que considerando lo poco que duró su carcaj desde que llegó a este lugar, sería conveniente tener más provisiones por si nos puede elaborarlas. 

- Quisiera saber si tiene alguna que otra pócima para evitar sangrados o algo similar. -  consulta la elfa, interesada por mantener una herida algo contenida venido al caso. En su tierra estas cosas eran propias de los humanos, siendo los de sus razas quienes elaboraban toda arma, escudo o armadura con sus propias manos. 

Bueno... ése tipo de pociones no las domino, pero sí tengo unos paquetes muy compactos y completos con material de curandero. Gasas, material para sutura, cataplasmas, alcohol y demás, para poder atender heridas en cualquier parte.

- Entonces me llevo esto que sugieres. -  respondió satisfecha Osellë mientras le dedica una mirada a Mol, observando lo que estaba dispuesto a comprar. Los arcos en este lugar resultaron ser bastante interesantes para la elfa, pero no se atrevía a dejar el suyo para probar estos nuevos. Lo que era de su tierra, en sus manos quedaría. 

¿Tenemos un trato entonces?- le pregunté a la semielfa, mirando todo lo que le había pedido tras algo de regateo. Por suerte para mí, tanto mi encanto como mi saber hablar servían en aquel mundo casi tan bien como en el mío, por lo que había conseguido que nos bajase algo los precios tanto a mí como a Osellë.