Partida Rol por web

Las Brumas

Las Brumas: Llegada

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02/04/2016, 15:33
Yaril·la

La guerrera levanta una ceja y mira a sus compañeros, esperando que alguno tenga alguna idea sobre esto. Como ambos se encogen de hombros, vuelve a hablar con los ajenos.

Bueno... eso que estaba en el suelo parecía un portal. Pensé que estaríais en alguna compañía de asalto... Mira a todos los ajenos, confundidos. Nunca he oído hablar de 'Iowa', imagino que estará bien lejos.... Parece que os habréis teleportado por accidente, o algo así. Estáis en mitad de una batalla entre el ejército de Amn y los piratas de las Nelanzher, vamos a por la cabeza de Krelog el Saqueador, a terminar con sus correrías, y cortar su apoyo a los Syzhilisianos. 

Los mira de arriba abajo, son todos bien diferentes, y todos se extrañan aún más a medida que habla. Tampoco parece que hayan oído hablar de Amn, de las Nelanzher, y menos aún de Krelog o los Syzhilisianos.

Vale... No sé si sois amigos o enemigos, pero está claro que no sois de por aquí, y que no sois amigo de los piratas. Enfatiza sus palabras señalando con la espada a los piratas despachurrados Soy Yaril·la Bennessen, Guardiana de Batalla de Tempus, y éstos son Varken y Hoglerruk.

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02/04/2016, 22:47
Mólor Lóion

Por suerte, y a pesar de mi poca certeza con mi último conjuro, el cual pasó prácticamente rozando al enorme bruto, la actuación de este, del tipo de la máscara y de la elfa acaba por quebrantar por completo la voluntad de los pocos que quedaban, haciendo que huyan despavoridos.

Por suerte, solo son valientes cuando tienen todo a favor- pensé al ver como huían los humanos que habían acompañado a los orcos, acostumbrado a este tipo de reacciones en cuanto las cosas se ponían algo feas para las tropas de la sombra… lo cual, por desgracia, no sucedía demasiado a menudo. Pero la cosa no había acabado, pues más guerreros aparecieron, y aunque a juzgar por el hecho de que la guerrera humana que les encabezaba enterró su hoja en uno de los que huían, no debían estar en el mismo bando, el símbolo que portaban me era desconocido.

¿Reconoces el símbolo?- le pregunté en élfico a la arquera tras acercarme como me había sugerido. Al menos, de ella sabía que debía pertenecer a alguna de las patrullas de Erethor… en cambio, del resto no sabía muy bien lo que pensar -No te fíes, no sabemos si están bajo la Sombra- le dije, refiriendome tanto a los recien llegados como a los dos que habían despertado con nosotros en la mazmorra, repitiendole las palabras que siempre decían los habitantes de la fortaleza, a veces de los forasteros, la mayoría de mi… y aunque, nunca me había gustado dicha forma de pensar, ahora mismo no podía sino coincidir con ellos. Entonces empezaron a hablar.

¿Clan Iowa?- me pregunté al escuchar al tipo de la máscara, intentando sin éxito recordar si había oído hablar de ellos -Debe ser alguna tribu pequeña que aun resiste a la Sombra- me dije. Las palabras de la guerrera en cambio provocaron mayor respuesta en mí -¿Un portal? Creo haber leído algo de ellos, pero no lo recuerdo bien*…- empecé a pensar cuando escuché lo siguiente que dijo.

¿Piratas?- pregunté, incrédulo en la -¿¡Piratas!?- repetí, como si no acabase de dar crédito a lo que oía. No había oído hablar de bandas de piratas, pero conociendo a los orcos, no me extrañaría que incluso con su amo gobernando, se dedicasen a saquear las tierras conquistadas cuando no estaban en el ejército… pero fuese así o no, la verdad es que los piratas y sus acciones eran algo insignificante teniendo en cuenta como estaba las cosas -¿¡El Bosque apenas resiste y os dedicáis a cazar piratas!?- le grité indignado -¡La Sombra ataca sin descanso, y cada día está más cerca de quebrar a los elfos!- le espeté -Si cuentas con un ejército, ¡ayúdanos antes de que sea tarde!- le exigí… le pedí… le supliqué.

Notas de juego

En mi mundo, hace miles de años que todo tipo de portales y viaje/conjuros/lo que sea similares dejaron de poder existir/funcionar.

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02/04/2016, 23:56
Thosk!

 ¿Qué sucede aquí? Podría ser una trampa de los elfos y sus empleadores, los Hechiceros Profanadores. Haberlo traído a una mazmorra junto a otros sacrificios para la arena y morir en la gloriosa lucha como gladiadores…

Pero luego llegaron los asaltadores de elite. Todos con armas de metal… posiblemente al servicio de algún Rey hechicero… tanto metal…

Aquellos pensamientos acosaban al semigigante más que las heridas sufridas.

Luego  aparecen más ¿aliados u oponentes? La mujer, la aparente líder, podría ser de la guardia personal del Rey Hamanu. Tanta palabrería ha dejado a Thosk! más cansado que la fatiga de su Furia en el combate.

Por un minuto descansa apoyado sobre su arma como un gigantesco bastón porque luego comienza a examinar a todos los presentes no sin antes dedicar una mirada de desconfianza a la elfa y a su rata gigante. Tras aquella acción el bruto reúne todas las armas de metal de los caídos y forma un fardo atándolas con las ropas de los enemigos.

Thosk! no sabe dónde está y quiere saber qué lugar es este. Thosk! no confía pero reclama este hierro – señala las armas requisadas de los caídos - y también un herrero para que forje algunas cosas en señal de buena voluntad. –
El bruto finalmente habla para la mujer que viste como un dios dragón.  Jamás en su vida había visto tanto acero junto.

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03/04/2016, 01:12
Osellë

Al parecer la pequeña batalla había llegado a su fin y con ello el resurgimiento de una nueva huestes de humanos. No confiaba en aquellas creaciones de Iluvatar, siempre fueron imperfectas, ambiciosas y detestables. En Aman durante algunos siglos fueron los fieles servidores de Melkor, por lo tanto no dudaban en alzar sus armas para luchar en contra de los elfos hasta la muerte. 

No obstante, desconocía el lugar en donde estaba y sus habitantes eran muy peculiares, pero nada de ello fue lo suficientemente relevante, hasta que sentí la presencia del Maia a mi lado a través de su voz, rememorando mis días en Doriath y la esencia de todo mi ser. Su presencia había captado mi atención, en mi Tierra un mago era respetado ya que portaba consigo toda la sabiduría de Iluvatar.

- Desconozco el símbolo... Éstas tierras son nuevas para mi. - respondo en mi lengua a través de un tono melodioso, rozando el bello cariz del susurrar de los bosques. Mantenía el arco en mi mano, sujetándolo con fuerza hasta que su consejo despierta en mi interior aquella veta Noldor que corre por mi sangre. Ahora mirándolo a los ojos, descubriendo la profundidad de los suyos en conexión con los míos, respondo. - Sólo una muestra de lealtad por parte de ellos. - señalo al Troll y al Edaín. - para ganarse mi confianza... He probado el amargo sabor de la traición y mi deseo no es volver a saborearlo y por lo visto el gigante continúa desafiándome. - le indico para que observe la actitud de Thosk. - Creo en ti... - susurro en elfico pero esta vez desviando la mirada hacia la humana y su séquito. 

Algo de todo esto no me cerraba, por un lado el Edaín (Riley) afirma provenir de un lugar que desconozco, el Maia igual y el Troll no sabe siquiera en donde está ni de donde proviene. -Esto no es Aman... La magia del Melkor me ha traído aquí o tal vez, la Diosa Varda intentó liberarme de la prisión en la que estaba sometida. -murmuro entre dientes, enunciando un pensamiento más que claro de mi nueva realidad. 

Desconocía la raza "pirata", es probable que se refería a los elfos Teleri pero no quería entrometerme ya que mis manos estaban manchadas con su sangre y no sería un buen augurio que una Noldor tome la palabra ante ellos. -Moriría al segundo y con justa razón. - no sólo una maldición caía sobre mi, el peso de la traición hacia mi propia raza era lo que me costaba digerir. 

- ¿Que son los Piratas? ¿¿¿Los bosques en peligro???? Te ayudaré a salvarlos. - pregunto al mago en mi lengua, al parecer él los conocía y un poco de información no me vendría mal, a su vez ofrezco mi arco ante la urgencia de su tierra. -Mi nombre es Osellë, soy una elfa Noldor. Hija de Fingolfin, nieta de Finwë. Provengo de Aman, Tierra donde las estrellas brillan con intensidad y los bosques rebosan de tranquilidad. - termino diciendo a la humana ya que parecía no tener relación con los elfos Teleri, Piratas para ellos. 

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03/04/2016, 12:30
Riley

Lanzo un nuevo conjuro para recargar el ácido de mi hacha, gastado en la cabeza del mutante verde que tengo a mis pies.

- No conozco al clan de los piratas, Yaril·la Bennessen, pero no soy amigo de ningún saqueador - explico a la mujer que contesta mis preguntas. - Mi nombre es Riley, del clan Iowa. No tengo ni idea de quienes son esos grupos de los que hablas, ni de qué coño es eso de teleportarse por accidente... Yo estaba vigilando la entrada a nuestro asentamiento, cuando Sophie me avisó de que alguien se acercaba - omito decir nada más de la chica, por el momento. - Luego apareció una niebla de la nada... Nunca había visto nada así en el desierto, pero he escuchado hablar de ella - probablemente les cueste entender que me refiero a la niebla, pero no me importa. - Me alzó en el aire y... desperté aquí, con esta gente a mi lado.

Me vuelvo para señalar a los tres mutantes que estaban junto a mí cuando desperté, cuando veo que el grandullón está cogiendo las armas de los caidos. ¡Al fin alguien que usa la cabeza! Aunque yo no podría cargar tanto peso. Piso la espada del orco que está a mi lado, al que he matado yo. - Esta es mía - reclamo mirando al gigante a los ojos. - ¿Te llamas Thosk, no? A este le maté yo, por lo que su espada me pertenece. - Me agacho y observo el arma durante unos instantes. - No es la mejor arma que he visto, pero está bien cuidada...

Me vuelvo hacia los dos que se han quedado atrás, la mujer de escasa vestimenta y orejas putiagudas y el mutante capaz de generar proyectiles de luz y ácido. - ¿Osëlle del clan de los Elfos Noldo? - le digo a la chica para confirmar su nombre. - Nombras a tu padre y tu abuelo, pero la mayor parte del tiempo hablas en un idioma que no comprendo. Mi abuela, Wichita - "¡Qué se ha creído! ¿Que es la única con ancestros conocidos?", me digo a pesar de no haber oído hablar nunca de ningún Fingolfin o Finwë - me enseñó que ante clanes extranjeros se debe hablar un idioma común. Quiero entender que tu familia te educaría como es debido y que creerás que todos podemos entenderte...

Me vuelvo finalmente hacia el humano. - ¿El Bosque? - Mi abuela me había hablado de esas cosas, que su propia abuela le había contado una vez... Plantas enormes, ¡y sin pinchos!, que crecían por todos lados y no te dejaban ver el horizonte. Siempre creí que exageraba igual que cuando hablaba del "mar". - Así que Wichita tenía razón... - añado en un susurro. - Pero si hay un sitio con tantas plantas, es normal que den sombra... - Me callo al darme cuenta de que fruncen el ceño. - ¡Ah! La Sombra es un clan enemigo vuestro. ¡Joder! En mi tierra todos mataríamos por un poco de sombra en el desierto. Han escogido bien su nombre, está claro.

Me doy la vuelta y miro una vez más a Yarill·la, sin perder de vista a los dos que hablan idomas extraños y dirigiendo mi pantalla protectora hacia ellos, pues parecen mucho más retorcidos que la mujer que acaba de llegar y el gigantón que expresa claramente sus deseos.

- Esos Piratas, entre ellos hay más mutantes que humanos normales... De todas formas, no creo que tarden en volver. Éste - digo dándole una patada al orco que yace a mis pies - mandó a uno de sus compañeros a buscar a un tal Gharrok - explico, esperando que ese nombre le diga más a ella que a mí.

Notas de juego

Por cierto, me acabo de dar cuenta de que podía haberme ahorrado la tirada anterior. Estando relativamente tranquilo, puedo tomar un 10 en la tirada de habilidad para concentrarme, ¿no?

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03/04/2016, 14:46
Varken

Yaril·la miró al resto de sus compañeros, que parecían no entender nada. El hombre de la coraza se encoge de hombros y dice:

A lo mejor los encerraron porque están... Se toca la cabeza con un dedo.

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03/04/2016, 14:50
Hoglerruk

En ese caso no estarían armados, Vark.

 Bueno, claro.... Sacude la cabeza Esto es realmente extraño.

 

Hoglerruk mira a Yaril·la, que está asimilando todo lo que han dicho los extraños, pero la interrumpe.
Guardiana, si no le importa... Señala la herida fea que tiene en el costado.

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03/04/2016, 14:52
Yaril·la

Yaril·la mira la herida y asiente.
Sí, disculpa... La guerrera se acerca a Hoglerruk y coge con la mano derecha el medallón de plata con el mismo símbolo, mientras con la izquierda hace unos complicado gestos con los dedos.

Tempus, que éste fiel tuyo pueda luchar de nuevo. Su mano se ilumina con un brillo del intenso rojo de la sangre fresca, y luego la pone en la herida de Hoglerruk. El guerrero suspira aliviado, y deja de moverse con la dificultad de quien está herido.

 Gracias, Guardiana. Dice el soldado, sonriendo aliviado.

 

A Tempus Responde la sacerdotisa, y entonces envaina la espada y levanta las manos mostrando las palmas. 
Veamos, arrojemos algo de luz a este asunto... Y comenzó por responderles por orden, respondiendo primero al mago.

Señor... No sé qué elfos y qué bosque son los que tienen el problema con "La Sombra". El único bosque con elfos que tiene problemas por aquí cerca es el boque del Wéldazh, y sus elfos precisamente mantienen más que a raya a los Syzhilisianos, que no se atreven a entrar así como así. En cuanto al ejército... Sonríe Ojalá fuera mío. Este asalto lo coordinan entre las naciones de Amn y Tezhyr, soy sólo una soldado agregada, comparto la enemistad con los piratas.

Después mira al semigigante, algo extrañada.

Puedes quedarte con todo el hierro que quieras Se encoge de hombros Y ya buscaré un herrero que te haga un buen arma, por eso no hay problema. Lo que no sé es porque un guerrero como tú no ha conseguido antes armas y armaduras metálicas. Si quieres puedo tratar también tus heridas, si me acompañas en la batalla.

Luego habla a la elfa.

Realmente sería de buena educación que no andáseis con secretos Dijo apoyando a Riley, y refiriéndose a Osellë y al mago. Osellë... tampoco he oído hablar del clan o la etnia Noldor, y por aquí pocos bosques son tranquilos. He luchado al lado de tu gente muchas veces, tenemos enemigos comunes. Tampoco he oído hablar de Amán

Por último habla con el tipo de ojos blancos, que a pesar de sus reticencias parece de los más centrados.

Riley... parece que provienes de algún desierto. Sólo conozco los desiertos de Calimshán y el Anaurokh...

 Y el de Mulhorand, Guardiana.

 

Bueno, y el de Mulhorand... pero ese sí que no sé ni donde está, tremendamente lejos, desde luego. El Teletransporte es una magia poderosa que usan magos y ciertos sacerdotes. Los portales son hechizos permanentes que permiten a la gente ir de un lugar a otro en in instante Chasquea los dedos Sin importar la distancia. El símbolo que teníais a los pies, eso parecía. Toma aire
Los Piratas son saqueadores que atacan desde barcos a otros barcos civiles, les roban todo y a veces los matan, son una plaga en el Mar de las Espadas, y ahora se han aliado con los Syzhilisianos, y gracias a eso tienen nuevas bases en el continente, por eso les atacamos aquí directamente, en sus islas.

En... en cuanto a los bosques... Bueno... Realmente le parecía surrealista tener que explicar lo que era un bosque, o un orco ¡El mundo está lleno! Allá donde vayas, salvo en los desiertos más áridos, hay bosques. Incluso en los desiertos hay oasis con palmeras, y caravanas que van de acá para allá... Yo misma he viajado a Calimshán varias veces, y en cuanto a los.... ¿Mutantes? Esos son orcos, y esos, osgos. No son una transformación o mutación de nada... son así, es su raza, su especie, igual que los elfos Dice mirando a Osellë O los humanos.

Deja pasar unos segundos en los que duda, pero finalmente no dice nada, aunque parece empezar a tener prisa.

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04/04/2016, 05:04
Thosk!

Piso la espada del orco que está a mi lado, al que he matado yo. - Esta es mía - reclamo mirando al gigante a los ojos. - ¿Te llamas Thosk, no? A este le maté yo, por lo que su espada me pertenece. –

El extraño humano ataviado de mortaja y mascara ritualista reclama el arma al bruto Athasiano, el cual responde con determinación junto a su mal genio desbordante – Thosk! reclamar el acero primero. Si querer acero primero deber ganar a Thosk! una ronda de Vencidas. El perdedor pagar en taberna por vientre danzante y barril de cerveza de Kank. -  el semigigante redobla la apuesta sin moverse un centímetro del arma reclamada por Riley. Al final le devuelve la mirada con dureza mientras espera la contestación.

Después mira al semigigante, algo extrañada.

Puedes quedarte con todo el hierro que quieras Se encoge de hombros Y ya buscaré un herrero que te haga un buen arma, por eso no hay problema. Lo que no sé es porque un guerrero como tú no ha conseguido antes armas y armaduras metálicas. Si quieres puedo tratar también tus heridas, si me acompañas en la batalla.

 

El bárbaro abre los ojos tanto como puede al oír la respuesta de la mujer. La oferta de poseer todo el metal que desee y también de obtener armas forjadas a medida era una oferta que ningún Athasiano podría escuchar en toda su miserable vida. - ¿Todo el hierro y un herrero? ¡JAJAJAJA THOSK ES FELIZ! – el irracional bruto arroja las armas capturadas al aire que luego caen como si fuese una lluvia mortal – Thosk! ser de Tyr, la región de Urik. Allí la ciudad del Rey Guerrero Hamanu dominar los desiertos sin fin de Athas, donde el dios sol moribundo quema todo – en ese momento la reciente algarabía le recuerda al bruto que sus heridas todavía siguen allí punzando su cuerpo. Al final tras pensar un segundo y escupir un cadáver, el semigigante termina su respuesta – Thosk! ayudar en la batalla a cambio de armadura y armas de metal, pero primero querer curación. Luego taberna, comida y bailarinas. ¿Sí? –

El asunto de la magia, el símbolo en el suelo y como llegó hasta aquí ahora poco importa. Al menos no será tratado como una posesión y eso ya es algo para el Athasiano. Y por último la oferta del metal y la curación es más de lo que cualquier antiguo compañero jamás podría obtener.

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04/04/2016, 10:50
Riley

"Calimshán, Anaurokh, Mulhorand... O esta gente le cambia los nombres a los sitios, o realmente estoy a tomar por culo de casa...", me digo negando con la cabeza. - No, yo vengo del desierto de Kansas... - explico.

El gigante no parece dispuesto a que me quede con la espada y me desafía a una especie de competición a beber. ¡Esta gente son unos bárbaros! La bebida en mi mundo ya es suficientemente escasa como para desperdiciarla en un asunto tan banal, y este tipo ¡quiere tomarse un barril entero! Con eso sobreviviría todo Iowa durante al menos una semana... Aunque estoy seguro de que un par de tragos del destilado de Alana haría que cayese incluso este gigantón.

Miro la espada y recuerdo por qué no cargué con un machete en Iowa. Llevo ya demasiado peso como para coger un arma más. La volteo para que el filo quede hacia el suelo y se la lanzo a Thosk! con la empuñadura por delante. - En mi tierra no podemos desperdiciar la bebida de esa forma - le explico. - Quédatela... Parece que te hace ilusión.

Yaril·la sigue hablando y explica qué son los piratas. Mis ojos se abren como platos al escuchar hablar de los barcos. El USS Iowa es un barco, pero es completamente imposible que se desplace. "¿El Mar de Espadas? Entonces..." - Perdone, esos barcos, ¿hago bien en suponer que se mueven? Si es así, ¿por dónde lo hacen? - Pregunto interesado. Siempre había pensado que Wichita exageraba, pero al parecer aquí es posible que lo que me había contado sea verdad. Pero, si ese "mar" está realmente formado de agua y no de arena... ¡esta tierra es infinitamente más rica que cualquiera que jamás haya podido imaginar! ¿Por qué los piratas se molestarían en saquear a nadie si tienen todo el agua del mundo a su disposición?

Elfos, orgos, osgos... Al parecer las mutaciones aquí se han estabilizado lo suficiente como para que esta gente asigne un nombre común a esos mutantes. Pero, ¿cuánto tiempo ha tenido que pasar para eso? ¿Acaso he viajado al futuro? Desgraciadamente, no puedo saber cuántas tormentas han pasado desde que nací y estoy seguro de que aquí no cuentan el tiempo de la misma forma que nosotros.

Escucho cómo Yaril·la le pide ayuda a Thosk! en la batalla. Guardo mi hacha y desenfundo mi arco. Al contrario que el arma de Osellë, carece de ningún tipo de ornamentación, pero en sus extremos hay dos poleas que consiguen triplicar la tensión de la cuerda. - Si podéis devolverme con mi gente, - le digo a la guerrera - yo os ayudaré a luchar contra esos saqueadores. Mi hacha y mi arco harán que los piratas sangren a cambio de vuestra ayuda. Y, si tenéis algo de munición del calibre 5.56 también mi rifle estará a vuestra disposición - digo señalando con la cabeza el arma que llevo a mi espalda.

Notas de juego

¡Me siento como Dorothy! Quiero volver a Kansas, y estoy con el espantapájaros (un gigante sin cerebro), el León (Molón), una elfa robot sin corazón... y el lobo, ¡que tiene que ser Toto!

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04/04/2016, 13:38
Mólor Lóion

¿Una tierra donde los bosque rebosan de tranquilidad?- pensé extrañado, pues dudaba que hubiese en el mundo un lugar así, que hubiese podido escapar de la mirada de Izrador y del acoso de sus innumerables huestes. Pero cuando iba a preguntarle por eso, el tipo de la máscara empezó a hablar y a decir cosas sin sentido alguno -Pero… ¿Dónde demonios estoy?- me pregunté, comenzando a cuestionar que esto fuese la fortaleza del Rey de la noche… y entonces lo vi. Sabía de gente y objetos con capacidad para curar heridas, pero no solo eran extremadamente escasos, sino que desde luego no podían hacerlo con esa facilidad ni a ese nivel, solo había un grupo de gente que podía… y esos eran los Legados de Izrador, quienes recibían sus poderes del propio dios. Solo que aquella gente no parecía precisamente sirvientes del dios oscuro. Y por si fuera poco, lo que dijo después de aquella hazaña no era menos increíbles.

¿Los elfos ganando la guerra? ¿Naciones con ejércitos propios?  ¿Magos y sacerdotes como si fuesen algo común? ¿Portales de teletransportación? Aquello no podía ser cierto.

¡IMPOSIBLE!- grité sin poder evitarlo mientras daba instintivamente un par de pasos hacia atrás -¿¡Cómo has hecho eso!?- le exigí más que pregunté -¿¡Cómo has podido contactado con un dios que no sea el maldito Izrador!?...¿Sacerdotes, magos? ¿PORTALES? Todo eso dejó de existir tras la Caída- le dije, cada vez más alterado -¡Hace miles de años que La Ruptura destruyó todo eso! ¿¡COMO LO HAS HECHO!?- exigí saber de nuevo, solo que ahora me encontraba tan alterado que inconscientemente había abierto mi libro de conjuros, como si fuese a lanzar alguno en caso de no recibir respuesta.

Esto no puede ser real…- pensé casi sin ser consciente de ello -He de regresar con Aldazar, he de volver a la fortaleza antes de que llegue el Rey de la Noche… Erethor NO PUEDE caer- me dije.

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04/04/2016, 14:55
Osellë

Mi ceño se frunce ante las palabras del Edaín con algo en la cara (máscara), no obstante ignoro gran parte de su sermón o la historia de su abuela "wichita". Desconocía por completo a los humanos, salvo por Beren, no existía en Aman alguno que fuera noble y valiera la pena como él, por ser una raza meramente imperfecta ante los ojos de Iluvatar. 

Continuaba ajena a las conversaciones reinantes, prefería escuchar y sacar mis propias conclusiones mientras observaba con atención el lugar en donde nos encontrábamos. Hasta que mi atención se centra nuevamente en la edaín, más aún cuando me nombra y afirma haber luchado a favor de los míos. - Me complace saber que los elfos mantienen resguardados los bosques, es parte de nuestra responsabilidad mantenerlos a salvo. Sin embargo, no comprendo de lo que hablan y ni siquiera sé donde estoy. En mi caso necesito ver para creer o conocer para decidir... Soy una exploradora y la tierra se expresa mejor que las palabras.- señalo hacia el exterior subjetivamente haciendo alusión a lo que hablo.-  

-Al igual que el Edaín (Riley) una niebla surgió y cuando quise acordar me encontraba aquí con ellos. No puedo alzar mi arco a tu favor, no lucho sin un motivo válido y menos ser dirigida por una humana. No necesito oro, ni mares, ni hierro. -  en la última frase detengo la mirada en Riley y Thosk. - En mi Tierra tengo todo y solo confío en los elfos, son mis hermanos o los Maia. - enuncio dedicándole una sonrisa al mago que tenía a mi lado. No era tajante al hablar, en realidad mi voz sonaba como una dulce melodía propia de mi raza. 

Sólo que cuando estaba por decir algo más, Mólor se siente consternado hablando de un Dios, magia y portales. La verdad es que escapaba de mi conocimiento todo lo que decía, sin embargo, deseo acompañarlo. Por esa razón, acercándome a él con cierta cautela ya que tenía un libro abierto expreso: 

- No desesperes, permite que la verdad se revele delante de tus ojos. Estoy contigo en esto.susurro a su lado en una lengua común. No era momento de iniciar otro enfrentamiento, aunque no daría el brazo a torcer tan fácilmente como los otros dos. Ahora junto al mago, sosteniendo mi arco sin portar una actitud hostil, siento como Sul se coloca a nuestro lado, atento a los movimientos, mientras espero la respuesta de aquella Edaín. 

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04/04/2016, 16:22
Yaril·la

Yaril·la escuchó con atención a Riley y Thosk, pero cuando el mago despertó de su shock y se puso a gritar y amenazarla, echó la mano a la vaina y sacó la espada unas pulgadas, mirándole con el ceño fruncido. Podía entender que estuviesen confundidos, pero a pesar de su clero, era también consciente de aquello de "Hablando se entiende la gente". Palabras a las palabras, armas a las armas.

Hablas con una sacerdotisa del Dios de la Guerra. Si quieres respuestas te las daré, y si quieres pelea, te la garantizo también... Tú decides.

La elfa le susurró algo y el humano pareció darse cuenta de su postura amenazante, así que ambos bajaron sus poses amenazantes y Yaril·la tomó aire, empezando a responder de nuevo a las dudas de los viajeros. Empezó por Thosk y Riley.

Por partes... No os quiero engañar a ninguno.

Thosk... en este mundo, el metal, sea hierro o acero, no tiene el valor que pareces darle tú. Te alegras como si te hubiera regalado un imperio, pero hierro hay de sobra, y armeros, en cada pueblo grande. Se acercó al gigantón. No sé en tu mundo, pero aquí dudo mucho que encontremos bailarinas de tu tamaño. Tabernas, comida y bebida, sin problema. Esperando buena voluntad por parte del gigantón, lanzó un hechizo sanador en primer lugar, esperando que a pesar del 'cambio', que no era tal, le siguiera pareciendo bien. Luego miró a Riley.

Riley... Yo no te puedo ayudar, pero conozco sitios donde sí pueden saber sobre lo que os ha pasado, incluso sobre tu mundo. Me coge de regreso a mi congregación, así que te acompañaré hasta allí y haré lo que pueda para que te atiendan como es debido. En.. en cuanto a los 'Barcos'... Pues sí, son de madera, y navegan por el mar, por el agua, vaya... También por ríos y lagos, no solo por el mar. Ladea un poco la cabeza Curioso mundo el tuyo sin agua, debe ser muy duro. 
Miró el rifle, con la impresión de no entender muy bien cómo eso podía ser un arma.

Eso de Cinco Cincuenta y seis no me dice nada, la verdad... ¿Virotes de cinco pulgadas y media, quieres decir? Serían para ballestas muy pequeñas, no?

Miró entonces al mago. Su expresión parecía mucho más calmada, intentando explicar lo mejor que podía.
Soy sacerdotisa, y aunque conozco unos cuarenta o cincuenta dioses -y sé que hay decenas más-, jamás he oído hablar de Izrador. En este mundo, todos los fieles de sus dioses pueden acceder a sus conjuros. Hace catorce años, a raíz de algo que sucedió entre los propios dioses, todos ellos fueron expulsados de sus Planos y enviados a la tierra por Ao, el Dios de Dioses durante un breve período de tiempo, en el que los sacerdotes no pudieron lanzar sus hechizos, y la magia se volvió loca. Se lo llamó la Era de los Transtornos, aunque sólo duró unos meses, y después todo volvió a la normalidad. Más o menos. Desde entonces hay pequeñas áreas donde la magia no funciona o lo hace mal, y algunos hechizos permanentes, como los Portales o ciertas protecciones mágicas permanentes dejaron de funcionar correctamente.

Tomó aire. Espero que eso pueda despejarte algunas dudas.

Por último miró a la elfa.
En cuanto a tí...  Se encoge de hombros con una mezcla de indiferencia y exasperación, suspirando. Bueno, no soy elfa, así que si sólo confías en elfos, o bien nos sigues y esperas encontrarte con algún elfo que te aclare las ideas, o vas por tu cuenta. No voy a negar que el arco de un elfo me vendría bien en el grupo, pero tengo un pirata que decapitar, y si se sube en su barco no voy a poder cumplir con mi deber... de manera que no puedo esperar mucho más, y visto está que mis palabras no te van a convencer. ¿Porqué no vienes y esperas que hablen mis actos?

Notas de juego

Thosk: 57/72

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06/04/2016, 21:41
Mólor Lóion

Las palabras de Osellë sirvieron para que me calmase, un poco al menos, aunque más que por lo que dijo, fue su voz, por el hecho de hablar en mi propio idioma, lo cual aportó algo de sentido y de realidad a aquella situación… al menos, todo el sentido y la realidad que podía tener una situación en la que todo aquello que siempre había conocido, todas las leyes de mi mundo, muchas de las cuales habían provocado el hecho de que ahora la oscuridad estuviese consumiéndolo todo, habían dejado de ser válidas, pues si aquella mujer, aquella sacerdotisa decía la verdad, el lugar en el que me encontraba no podía ser parte de mi mundo.

¿Cómo ha podido pasar esto?- me preguntaba una y otra vez mientras escuchaba hablar a la sacerdotisa -No, esto no puede ser cierto…- me decía, pero cada una de sus palabras parecía confirmar que realmente era cierto, que de alguna forma había ido a parar a un mundo completamente distinto.

¿Cómo…?- empecé a preguntar, pero me detuve, intuyendo que lo más seguro es que ninguno de los tres supiesen responder a mi pregunta -Si... si lo que dices es cierto…- le dije, todavía con cierto tono de duda en mi voz, aunque mucho más calmado que antes… al menos, exteriormente -Necesito volver a mi mundo… ¿Quién podría ayudarme?- le pregunté -Mi gente está a punto de sufrir un ataque masivo… y los bosques es lo único que aun resiste- le expliqué -Tengo que volver- repetí con un tono mucho más urgente, desesperado incluso.

Si todo lo que ha dicho es cierto, si conservan todo lo que perdimos, debe haber alguien, quie sea, que sepa como puedo volver- me dije, mas intentando convencerme de ello que otra cosa.

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07/04/2016, 03:47
Osellë

Permanecía junto al mago un poco más alejada del resto, mi semblante se mantenía serio e incluso desconfiado, no participaba de las conversaciones pero mantenía la concentración en ellas. La guerrera/Sacerdotisa cuenta su historia, desconocía un mundo como el de aquella mujer y por más que intente imaginarlo, la historia no llegaba a convencerme del todo. 

Podía estar muy equivocada o no, por esa razón aguardo silencio. Muchas historias se contaban en Aman, algunas ciertas, otras un poco exageradas y algunas simplemente eran ocurrencias para pasar el rato. Los humanos disfrutaban de esas cosas, los elfos preferíamos enterrar a veces el pasado para que en el transcurso de los siglos sean menos perturbadores las vivencias en el presente. No olvidábamos pero era mejor dejarlo en pausa y seguir firmes a nuestra creencia. 

Cuando finalmente la Edaín se dirige hacia mi, evalúo cada una de sus palabras. Carecían de fundamentos sólidos, esa era su batalla no la mía, he defendido Doriath con honor y entereza con el fin de no perder un Reino noble como el de Thingol y Melian ya que al fin de cuentas los consideraba como mi familia, sangre de mi sangre, sin serlo realmente. 

Y justo cuando estaba por responder, el mago es quien capta mi plena atención. Al igual que yo, no deseaba luchar en su favor porque tenía otros motivos válidos para regresar a su mundo. Lo curioso de la situación, es que creí en su postura y analicé mi situación, nada tenía que perder dejando a Doriath en manos de mi esposo porque su muerte estaba destinada y luego de tanto maltrato decido dejarlo para colaborar no en una causa perdida, sino loable para mis creencias. 

-Cuenta con mi arco Mólor... Iré a tu mundo para salvar los bosques de la oscuridad porque en el mío todo está perdido y ya nada puedo hacer. Muy a mi pesar, ha sucedido en Aman esto que cuentas por obra de Melkor y soy muy consciente de como te sientes porque lo he vivido en persona. - le digo al mago con total sinceridad. No sentía dolor por dejar Doriath, Erundur estaba perdido en el poder del Silmaril y ya nada quedaba de lo que una vez fue, quizás la muerte lo liberará de todo y pueda finalmente descansar en paz. 

Ahora deteniendo la mirada en la Sacerdotisa expreso: 

- ¿Existe alguna forma de regresar? ¿Por qué unirnos a tu causa cuando sabes que no pertenecemos a este lugar? Nadie nos envío para ayudarte, no fue voluntario. Tal vez ellos con lo poco que ofreces se conforman pero entiende que no sólo tu mundo puede desmoronarse, también el suyo. -señalo al mago. - incluso el mío. Sólo te acompañaré si nos ofreces la posibilidad de regresar, no como una mera promesa de palabra sino con pruebas. Conoces la magia y sabes más de lo que conocemos. Tú o alguien de tu mundo porta el conocimiento para estas cosas que dices llamar "portales", llévanos con él o ella. - afirmo en aquel tono melodioso, sin asperezas pero con una sinceridad palpable a simple vista. 

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07/04/2016, 04:18
Thosk!

Thosk... en este mundo, el metal, sea hierro o acero, no tiene el valor que pareces darle tú. Te alegras como si te hubiera regalado un imperio, pero hierro hay de sobra, y armeros, en cada pueblo grande. Se acercó al gigantón. No sé en tu mundo, pero aquí dudo mucho que encontremos bailarinas de tu tamaño. Tabernas, comida y bebida, sin problema. Esperando buena voluntad por parte del gigantón, lanzó un hechizo sanador en primer lugar, esperando que a pesar del 'cambio', que no era tal, le siguiera pareciendo bien.

El bruto con su elevada inteligencia poco a poco logra entender que todo lo sucedido no ha sido por causa de sus enemigos y que tal vez los dioses han sido indulgentes al traerlo a un mundo sin carencias. – Thosk! venir de tierras desérticas, sin agua y sin metales. Allí solo haber calor, sol, magia maligna y mala paga junto a latigazos. Thosk! ahora no extrañar Athas y conformarse con bebida y bailarinas de aquí… diversión de otras formas. ¿Siiii? – luego llega la curación de la guerrera clérigo que lo pone de buen humor pese a sus constantes cambio de humor.

Quién sabe. Tal vez en cinco minutos cambie por completo sus ideales pero lo que importa es el ahora.

Mientras tanto el bruto observa con el ceño fruncido al humano de túnica y a la endeble elfa. Sus actitudes levantan inquietudes en el bárbaro…

 

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07/04/2016, 12:19
Riley

Escucho al mago y a la elfa frunciendo el ceño.

- ¿Acaso crees que tus tierras son las únicas que están siendo atacadas? Todos queremos volver a nuestro mundo... Tal vez Thosk! no... - añado levantando una mano en ademán tranquilizador en dirección al gigante - y salvar a nuestra gente - "Si no es demasiado tarde para Sophie." - Yaril·la ya nos ha dicho que conoce a gente que podría ayudarnos, y que nos llevará a ellos a cambio de nuestra ayuda. Para mí es suficiente.

Me vuelvo hacia la mujer y me dirijo a ella en voz baja.

- No sé quién es ese dios tuyo, en mi tierra, si alguna vez hubo un Dios, murió hace mucho tiempo - explico. - Pero no tenemos garantías de que mantendrás tu palabra. Pese a todo, tampoco veo ahora ninguna alternativa más que confiar en ti, en contra de todas las costumbres de mi clan con respecto a los extraños. Espero no estarme equivocando contigo.

Me coloco junto al gigante. Igual que al parecer Mólor y Oselle tienen sus bosques en común, nuestros desiertos no parecen muy distintos.

- Mi tierra no parece muy diferente a la tuya. La mayor parte del metal proviene de otra época - digo señalando mi hacha con la cabeza - y en mi clan no hay latigazos... ni paga. - Sé que otros clanes sí mantienen esclavos, pero afortunadamente, el consejo de Iowa no aprueba esas prácticas. - Cualquier cosa que queramos la tenemos que conseguir en el desierto, incluyendo la comida de cada día, así que nunca está claro si vamos a tener algo que llevarnos a la boca al día siguiente. - No le digo nada de la magia. En mi mundo eso son sólamente cuentos de niños y lo único que puede resultar similar son los poderes que algunos mutantes empezamos a desarrollar, que distan mucho de ser malignos, pese a la opinión de algunos clanes.

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07/04/2016, 17:43
Yaril·la

Yaril·la parecía sentir una especie de empatía repentina por Mólor, cuando explicó que debía volver para luchar por su gente. La sacerdotisa encontraba esa angustia por 'estar allí', presente en esa batalla, junto a los suyos, tremendamente elogiable y honorable. Se acercó a él y le puso el guantelete en el hombro.

Se me ocurren unas cuantas personas poderosas, archimagos como Khelben o Elminster, y grandes sacerdotes que podrían saber sobre lo que os ha pasado, y de camino pasaremos por Veliar, una fortaleza-biblioteca, la mayor del mundo. Si hay algún Saber recopilado sobre vuestros mundos o la magia que os ha traído aquí, debe estar allí.

Tienes mi palabra, amigo. Si es por mí, no te perderás esa batalla. Apretó un poco el hombro y asintió. Puede que no fuera un soldado de espada y armadura, pero sí un guerrero, alguien que quería luchar en una batalla, y para los Tempurianos, la batalla es sagrada, literalmente.

Riley se acercó a Yaril·la y le expresó sus reservas, y a pesar de todo su voto de confianza. 

No te defraudaré. Debes de querer mucho a tu gente, para pretender volver a un mundo sin mar, bosques ni dioses.

Continuó con el gigante.

Está bien, entonces creo que somos seis. Dijo contando a su grupo, Thosk, Riley y Molor.

Miró a la elfa. 

¿Esperas que te prometa resultados? ¿Que te los garantice o te los demuestre? No puedo hacer tal cosa, porque estoy igual de perdida que vosotros, salvo que yo estoy en mi mundo. No te puedo ofrecer más que lo que les ofrezco a ellos, que pueda curar o sepa qué es un portal no quiere decir que sepa hacer funcionar o crear ninguno, ni tengo poder para teleportar a nadie a ninguna parte.

No vengas si no quieres, o ven y no ayudes si no quieres. Yo ya lo he intentado contigo. Hizo un gesto de 'basta' Si te quieres quedar en una isla pirata sola porque no te fias de una humana... será tu perdición, no la mía. Bueno, y la de tu lobo.

Sûl, que estaba tumbado a estas alturas, levanta una oreja y mira a Yaril·la al sentirse mencionado.

Yaril·la se movió hacia el pasillo de nuevo.
Se me hace tarde, piénsalo aquí o por el camino, o donde quieras. Yo me marcho, ya le hemos dado demasiado tiempo al enemigo.

Y sin perder más tiempo, ella y sus acompañantes siguieron hacia la derecha a paso ligero.

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11/04/2016, 02:47
Thosk!

El bruto se encogió de hombros ante toda la palabrería. El semigigante era simple y sus ecuaciones también, al punto de reducir todo a las necesidades básicas que por el momento se encontraban satisfechas.

Aunque solo había algo que rondaba por su cabezota y era ¿Por qué cuatro?

Tal vez alguna explicación habría para todo esto pero por el momento la promesa del acero era más importante. Luego con mucha comida y bebida podría pensar claramente.

Solo aguardo un momento antes de ir detrás de la mujer ataviada de la decorada coraza…

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11/04/2016, 18:55
Mólor Lóion

Mólor

Esa palabra, ese “nombre” surgiendo de los labios de Osellë fue como un golpe físico que se reflejó en mi rostro, el mismo gesto que podía cada vez que alguien se enteraba de aquel “nombre”.

No soy Mólor- le espeté en élfico casi sin darme cuenta pero, como por suerte o por desgracia, ya casi me había acostumbrado a ello, me recompuse rápidamente. Además, si realmente  estaba en otro mundo, me negaba a que aquello me persiguiese hasta allí -No soy Mólor, mi nombre es K…- empecé a decir, hablando de nuevo en lengua común, pero las palabras se esfumaron de mi boca de repente -Llámame Mól- le dije, recobrando de nuevo la compostura -Agradezco tu ayuda… pero no deberías dar por perdido tu mundo- le dije -Nunca es tarde para luchar- añadí, consciente de que mi propio mundo era un ejemplo constante de ello… a pesar de que cada vez, la Sombra no dejaba de ganar terreno

No son “mis tierras”, es todo mi mundo el que está siendo consumido por la Sombra, en los únicos lugares donde no hay lucha es donde esta ya se ha perdido… o donde ya no hay vida. Y a veces ni eso- pensé al escuchar a Riley, pero por lo que parecía su mundo era demasiado diferente al mido, así que no tenía sentido responderle si no iba a entender lo que le diría.

Si puedes llevarme hasta quienes puedan devolverme a casa, iré contigo- le dije a la sacerdotisa, algo agradecido por sus palabras y su gesto de apoyo… aunque no por ello comprometiéndome luchar a su lado. No sabía lo suficiente como para poder hacerlo… ni quería perder el tiempo cuando cada segundo que pasaba allí podría significar el llegar tarde a defender la fortaleza. Luego me giré de nuevo hacia Osellë -En mi mundo, he vivido y luchado con los elfos toda mi vida… agradecería poder seguir haciéndolo aquí- le dije, añadiendo despues varias palabras en élfico, tal vez para intentar convencerla.