Partida Rol por web

Las cavernas de Thracia

1. - La ciudad perdida

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29/06/2020, 17:53
San Dámasor

Mi mano, algo temblorosa por la edad, se aferra agradecida a la que la sacerdotisa Akisha me tiende.

—Nos dan la bi-bi-bienvenida y nos ofrecen su ho... hospitalidad —comento brevemente con mis compañeros para que no se alarmen con lo que están viendo. A continuación, devuelvo mi atención a nuestra anfitriona—: No mo-molestos, pero sí algo fatigados del ca...mino. Y hambrientos. ¿Hay otros vi-viajeros vi-vi-viviendo entre vosotros? Habéis construido una civilización ma... maravillosa, ya lo creo. Hay tanto que me gustaría conocer de vuestras costumbres...

Converso despreocupadamente mientras camino de la mano de nuestra anfitriona, mirando a mi alrededor para apreciar mejor la majestuosidad de las construcciones antiguas que nos rodean.

Notas de juego

Téngase en cuenta la aptitud "Toque sagrado" [los ataques cuerpo a cuerpo con un arma o sin ella causan 1d6 puntos de daño sagrado contra criaturas malignas y 1d8 contra muertos vivientes y ajenos malignos. También sufren este daño aquellas criaturas malignas que impacten a un santo con un arma natural como si hubieran sido golpeadas por éste]. Entiendo que si nuestra anfitriona lo fuera, recibiría daño por estrechar mi mano.

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01/07/2020, 01:00
Tobías

A pesar de la rápida confianza demostrada por los dos sacerdotes de los Primeros, los guerreros “calaveras” rodearon al grupo. No llevaban sus armas en las manos, así que Tobías, después de cruzar una mirada con Vika para que cada uno de ellos se ocupara de uno de los flancos del grupo, se relajó mientras los escoltaban hacia un lugar donde, si despertaban la ira de sus anfitriones, quizás tendrían que abrirse paso entre quién sabía cuántos de ellos.

Incapaz de entender la lengua de los “calaveras”, prestaba más atención a lo que podía ver y oler. Las primitivas armas de los guerreros, que parecían poco efectivas frente a las armaduras metálicas, pero bien capaces de romper huesos y desgarrar carne, y sus coloridos atuendos, que resultaban estrafalarios para su sensibilidad estética entre lo imperial y lo enanil. Observaba, cuando la pared de cuerpos se lo permitía, a las gentes que todavía los miraban desde la otra orilla, y más allá, sus viviendas sencillas y las ruinas extantes de la vieja Thracia que configuraban el germen de su asentamiento.

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01/07/2020, 09:05
Vika

Vika, desconfiada por naturaleza y más teniendo en cuenta las experiencias previas en aquella isla maldita, de mantuvo alerta. No entendía lo que aquella mujer decía, pero si sabía que servía a Azrael. Dioses paganos para hombres y mujeres primitivos, no le extrañaba nada. 

Parecía que al menos eran más hospitalarios que los hombres bestia. No obstante, tampoco se podía fiar de que no fuera una trampa. Por el momento no le quedaba otra que seguir a sus anfitriones y fiarse de ellos. Si luego tenía que abriese paso a espadazos, lo haría. No sería la primera vez tampoco.

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07/07/2020, 10:54
Akisha Taiersar

Akisha tomó la mano de San Dámasor y lo ayudó a cruzar el puente. Ambos abrían la comitiva, seguidos  por el resto de aventureros y escoltados por los demás Calaveras. No tenían actitud hostil hacia los demás, pero sí se mantenían vigilantes.

-Sí, por supuesto -respondió la sacerdotisa-. Muchos son los que llegan a estas tierras, nos honran con su visita. El río o los pantanos nos hacen llegar visitantes de todo tipo-. Señaló el oeste, donde la cascada alimentaba el río. Luego al norte, donde se encontraba los afluentes pantanosos que habían visto desde lo alto-. Recibimos hace poco la visita de personas que dijeron ser "expedicionarios" -la palabra sonó en común en medio del extraño lenguaje de Akisha para el resto del grupo, aunque Dámasor lo comprendía todo-. Pero son pocos los visitantes, los Hombres Bestian, con sus disputas y sus peleas, alejan a cualquiera de nosotros.   

Se giró para mirar de forma intensa al anciano.

-Tened cuidado con las Bestias. Se llevan a los nuestros para esclavizarlos o asesinarlos por placer.

Tras su declaración, continuaron cruzando el río. A medida que se aproximaban a la "ciudad", un poblado si tenían encuenta las chozas o cabañas de piedra con tejado de paja, pues todos estaban acostumbrados a las construcciones de las capitales y ciudades, más y más gentes se arremolinaban para verles llegar. El cristalino río pasaba por debajo del puente, líquenes de un verde brillante fluían al rito de la corriente y peces de varios colores iban y venían con total tranquilidad, como en un estanque. Los anfibios de piedra los vigilaban mientras caía agua de sus bocas para alimentar la corriente del río, eran magníficas estatuas muy antiguas, mejor conservadas que las ruinas con las que se habían encontrado hasta ahora.

Al otro lado, las gentes de Thracia los observaban con curiosidad y excitación. Los hombres y mujeres llevaban pintada una calavera en el rostro, los niños también, la frente y los ojos de blanco. Sus pieles eran de tonos rojizos, intensos, y sus ojos eran negros. El color de sus cabellos variaba poco, también era oscuro. Se diferenciaban los guerreros o soldados por que portaban armaduras y espadas de hueso, pero el resto de aquella gente vestía pieles que cubrían más bien poco. La mayoría de las mujeres ni siquiera se cubrían los pechos, o se cubrían solo. Tanto hombres como mujeres tenían adornos en el cabello, probablemente de huesos de algún animal, y collares y pulseras del mismo tipo. Akisha movía el bastón de forma rítimica con cada paso, haciendo tintinear los huesos de sus bastón.

A un lado quedó la construción oscura y cuadrada que Mayra había identificado como un templo de Azrael. La base era de piedra oscura, había sido reconstruida parte de la mitad superior con una piedra algo más clara, pero pintada de negro a juzgar por la diferencia, y seguía apuntalada en algunos lugares con madera. El techo había sido construido con madera, cubierto de paja. Numerosas antorchas flanqueaban un camino de adoquines oscuros cubiertos de hierba y varios hombres y mujeres custodiaban unas puertas dobles de gran tamaño. Desde aquella distancia se podía comprobar que habían sido colocadas en su lugar de una forma poco correcta, a una de esas puertas le faltaba una sección y había grietase n los frisos que la decoraban.

Continuaron caminando hasta una choza que había justo detrás del templo, de construcción mucho más reciente.

-Es nuestra casa para visitantes -informó Akisha entrando, pues no había puerta. De hecho, en ninguna de las casas que habían visto había puerta. Ni ventana. Solo los huecos donde deberían haber estado-. Entrad, por favor. Podéis descansar y comer, debo informar al rey de vuestra llegada.

El interior era una sala única con una mesa en un lado, sacos de dormir al otro, una chimenea en el centro para hacer la comida y numerosas columnas y pilares que sostenían el alto techo de paja. Akisha agitó el bastón y un par de sirvientes se apresuraron en poner sobre la mesa comida y bebida, mientras en la entrada de aquella casa se arremolinaba la mitad de las personas de la ciudad para verles, tapando la poca iluminación que llegaba. La sacerdotisa los alejó de allí con palabras y aspavientos.

-¿Con qué nombre os debo presentar? ¿De dónde venís? ¿Y cuál era vuestro destino antes del naufragio?

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07/07/2020, 11:28
Eldrid

La muchacha había estado todo el tiempo callada junto a Mayra, a la que había agarrado del borde de una de sus prendas para seguirla. No parecía la Eldrid segura y fiera del principio, sino un gato inseguro que no sabía dónde se estaba metiendo. Cuando llegaron a la casa, la joven tocó el hombro de la maga y la llevó a un rincón apartado para susurrarle.

-Algo me persigue... -le dijo, con la voz estrangulada-. Algo como ella -estuvo a punto de señalar a Akisha, pero no lo hizo, solo se pasó la mano por la cara. Mayra entendió que se refería a la máscara, un cráneo humano-. Lo vi ayer. Lo vi antes. Se parece a ella. Pero no es ella. Me... ¿Le puedes pedir que se vaya?

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08/07/2020, 16:21
Vika

¿Quién te sigue? - Le preguntó Vika a Eldrid. Ella no había visto a nadie y dado que no entendía nada de lo que decía la mujer de la calavera, centró su atención en la mujer bestia. 

Vika se concentró por unos instantes en localizar la presencia de la que su compañera de viaje y guía ocasional, hablaba. De no encontrar nada, lanzaría un conjuro de detectar magia. De esa forma, de ser un ente sobrenatural y mágico, podría saber donde se encontraba. No se sentía amenazada entre aquella gente, de hecho, se sentía mejor que en el campamento de Luisus, pero no podían bajar la guardia, pues todo en aquella isla, podía ser mortal.

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10/07/2020, 01:32
Tobías

Los hombres bestia los habían recibido con hostilidad y agresión. Los “Calaveras”, sin embargo, lo hicieron con curiosidad. La sacerdotisa y los guerreros los condujeron hacia el hogar que habían creado entre las ruinas. Tobías ya no vigilaba ni a los guerreros ni lo que dejaban atrás. Lo único que quedaba del abandono de las ruinas al otro lado del río era el contraste entre los vestigios de la civilización que había construido la ciudad, y la que se había asentado entre sus restos. Las estructuras thracias debieron de ser majestuosas. Las que albergaban a sus habitantes actuales tenían tejados de paja, aunque estaban erigidas en piedra —probablemente, se dijo, arrebatada a edificios anteriores que habían sucumbido al paso del tiempo.

Los nativos se arremolinaban curiosos. Una marabunta de piel rojiza y calaveras blancas pintadas en los rostros, enmarcando miradas de sincera curiosidad. Si su actitud hubiese sido diferente, habrían resultado siniestros. Lo que veía en la forma de proceder de aquellas gentes, sin embargo, era difícil de reconciliar con los motivos que los adornaban.

Ya en la cabaña, mientras les servían la comida, su anfitriona echó a la muchedumbre, que los había acompañado hasta rodear la choza, con cajas destempladas. Un gesto que el joven agradeció en silencio, pues la atención le empezaba a hacer sentirse incómodo.

Aunque no comprendía la conversación entre Dámasor y la sacerdotisa, estaba escuchándoles cuando la pregunta de Vika llamó su atención. No había oído los susurros de Eldrid.

¿Sucede algo? preguntó, apartando la mirada de los dos ancianos.

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17/07/2020, 12:02
Eldrid

Eldrid cerró los ojos, ser el centro de atención no le gustaba y la presencia de la sacerdotisa con la máscara de huesos no le agradaba en absoluto. Sacudió la cabeza para negar.

-No lo veis, no está aquí ahora... -comentó a Vika y a Tobías.

No vieron nada, en aquella habitación solo estaban ellos cinco, los sirvientes de la tribu que servían la mesa y Akisha, que esperaba de brazos cruzados una respuesta. Viéndose en la incómoda situación de contestar en presencia de Akisha, aunque ella no parecía entender ni una palabra del idioma igual que ellos tampoco la entendían a ella, Eldrid decidió hablar en voz baja. 

-Cuando peleamos contra los tigres, mientras yo permanecía inconsciente... algo se acercó a mí. Quiso llevarme con él, me agarró, pero lo rechacé con todas mis fuerzas y se desvaneció. Volví a verlo cuando peleamos con las hienas, estuve tentada de seguirle, parecía que iba a acabar con mi dolor... Ella -no la señaló, pero todos sabían que se refería a Akisha-. Ella me hace sentir así. Siento que me tentará para llevarme con ella. No sé explicarlo mejor.

Notas de juego

No veis nada. Aparentemente xD

Dámasor, si no he comentado tu toque sagrado es porque no ha tenido efecto :)

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17/07/2020, 23:42
Vika

Podía ser que la entidad de la que Eldrid hablaba fuera un enviado de los dioses a conducir el alma des mujer bestia a su eterno reposo. Si había sentido su presencia al borde de la muerte, bien podía ser eso. Lo que le extrañaba más era que la hubiera sentido de nuevo en esos momento, cuando nada amenazaba su vida.

Mi nombre es Vika. - Respondido a la pregunta de Akisha que no había respondido antes. - Sacerdotisa de Lucifer. - Reveló su oficio y modo se vida. - No hay otra forma de como puedas presentarme.

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18/07/2020, 02:40
San Dámasor

Disfruto del paseo en tan agradable compañía, con la tranquilidad de que nuestros nuevos escoltas están sobradamente capacitados para protegernos de cualquier nuevo sobresalto del camino.

Todo cuanto descubro me parece que conjuga a la perfección la magnificencia con la sencillez. El asentamiento parece humilde a simple vista, pero en realidad esconde lujos que a mí me resultan casi palaciegos en comparación con la vida austera que hasta la fecha he llevado.

La perspectiva de sentarnos a descansar resulta para mis fatigados huesos más halagüeña incluso que el comer y beber para reponer fuerzas. Y si el requisito para ello es convertirnos en la atracción momentánea del lugar y conversar con su gobernante, es un precio que estoy bien dispuesto a pagar.

—Quieren saber quiénes somos, de dónde venimos y qué hacemos aquí —les comento a mis compañeros antes de dirigirme nuevamente a nuestra anfitriona—. Yo soy Dámasor, un si-si-simple curandero que viaja allí donde... se le necesita. Por eso no pu-puedo decir que sea de ninguna parte. Tal vez pu-pueda ofrecer mis humildes servicios a tu gente si alguno lo necesita en agradecimiento por vu-vu-vuestro amable recibimiento.

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19/07/2020, 17:49
Tobías

Tobías se cuidó mucho de demostrar cualquier reacción ante la revelación de Eldrid. Había estado cerca de la muerte en un par de ocasiones, pero nunca había experimentado nada parecido, ni había escuchado a nadie mencionar algo así. Tal vez era algo propio de los hombres bestia, o de aquella tierra.

Era, en cualquier caso, difícil asimilar a qué se refería la mujer. Tendría que estar atento la próxima vez que se vieran obligados a pelear por sus vidas.

Nadie te va a llevar a ninguna parte, le aseguró. Saldremos de aquí luchando si es necesario.

Con suerte, se dijo por enésima vez, no llegarían a eso.

Respecto al ser que se apareció a ella cuando estuvo malherida, por desgracia, poco podía hacer Tobías. Ese era trabajo de Dámasor.

Somos exploradores, dijo al sacerdote. Venimos a conocer tierras desconocidas. ¿Qué más necesitan saber sobre nosotros?

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28/07/2020, 10:00
Mayra

Mayra escuchó con gravedad las palabras de Eldrid. ¿Por qué no había hablado de aquella criatura antes?

—No es buena idea hablar de esto delante de nuestra anfitriona —terció Mayra—. Cuando estemos solos os hablaré de esa criatura extensivamente. Eldrid... no aceptes nada que te ofrezca. Con Dámasor cerca no tienes nada que temer. Él puede protegerte.

La maga de la Torre de la Espiral Negra ofreció a la mujer bestia una sonrisa de consuelo. Después, devolvió su atención a la conversación entre el anciano sanador y la mujer del tétrico tatuaje. Quizá fuera la magia del santo, pero las palabras empezaban a cobrar sentido en su cabeza o, al menos, empezaban a dejar de parecerle una jerigonza sin sentido.

—Somos exploradores. Venimos a conocer la isla. No somos enemigos —tradujo de forma titubeante a Tobías en el idioma de los thracios con un marcado acento extranjero. Se echó hacia delante, en un gesto ansioso. La gramática se le escapaba, y no sabía cómo formular una pregunta, pero necesitaba saber el paradero de sus padres —. ¿Veis exploradores como nosotros? ¿Antes?

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31/07/2020, 12:26
Akisha Taiersar

Akisha estudió la escena con atención, bajo la máscara no se podía ver su expresión, pero parecía bastante interesada en lo que estaba sucediendo. No dijo nada, sin embargo, y esperó paciente una respuesta del grupo.

Primero se dirigió al sacerdote, pues era quien llevaba la traducción del grupo.

-Dámasor, el curandero, gracias por tu ofrecimiento. Nuestra sanadora, Tasei, agradecerá un poco de ayuda. Tenemos a varios cazadores que han enfermado y todavía no ha encontrado remedio para ellos. Quizá, unos ojos nuevos, den con una solución que ella no ha podido encontrar. Azrael no puede ayudarles, ya lo hemos intentado.

Después de giró hacia Mayra, sorprendida al escucharle hablar con un acento espantoso, pero reconocible. 

-¿Exploradores? -meditó la palabra, y luego se le iluminaron los ojos detrás de la máscara-. Sí, muchos han venido antes que vosotros a descubrirnos, exploradores e historiadores que dicen que esta es una civilización antigua... -encogió los hombros-. Los exploradores parecen caer del cielo, siempre se marchan cuando no encuentran lo que han venido a buscar, Azrael sabrá por qué. Hace menos de dos semanas que llegó un grupo, que se internó en las ruinas del sur. Quizá sois amigos. Quizá no. Lo haya fuera de nuestras fronteras nos es deconocido.

 

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01/08/2020, 09:24
Mayra

Mayra tradujo la idea principal de lo que había respondido Akisha, buscando la aprobación de Dámasor con la mirada.

—Debe referirse a los soldados que desaparecieron del campamento —apostilló—. Steinheil y sus hombres.

Se volvió a dirigir a Akisha preguntándole:

—Ruinas del sur —repitió—. ¿Qué buscaban? ¿Qué hay? ¿Hombres bestia? ¿Otra cosa?

Dejó que la mujer de la máscara de calavera respondiera antes de hacer otra pregunta.

—Exploradores. ¿Otros exploradores que hablen thracio? ¿Hace un año?

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01/08/2020, 14:49
San Dámasor

Lo cierto es que Mayra es una muchacha asombrosa, desde el primer momento me ha parecido una joven inteligentísima y no me sorprende que haya sido capaz de aprender el dialecto de estos nativos en tan solo unos pocos minutos escuchándoles hablar.

Tengo la impresión, por sus preguntas, de que está buscando algo en concreto en esta isla pero bien puedo estar equivocado. En cualquier caso, es evidente que no necesita mi ayuda como intérprete y mi presencia aquí solo distraerá a Akisha de la conversación de mi compañera.

—Si a-alguien me indica dónde encontra a la sanadora, yo... Yo qui-qui-quisiera echar un vistazo a sus pa... pacientes.

Aunque es una creencia extendida que los seguidores de Rashiel amamos el sufrimiento y que por eso llevamos vidas tan austeras, lo cierto es que ninguno deseamos que sus hijos padezcan si podemos aliviar de algún modo sus aflicciones.

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02/08/2020, 21:04
Tobías

Tobías enarcó una ceja e intercambió una mirada con Vika. ¿También iba la sacerdotisa a desvelar la sacerdotisa que conocía el idioma thracio?

Supongo que se refiere a las ruinas del otro lado del río, dijo. Las que habían atravesado para llegar hasta el asentamiento de los Caminantes. Estaban cerca, a un breve paseo de distancia, pero bien podían hallarse en la otra punta de la isla, cuando no podían internarse en ellas con seguridad.

Desde su asiento, Tobías volvió a centrar los sentidos en la conversación. No podía comprender lo que se decía, salvo lo que Dámasor y Mayra traducían, pero podía fijarse en lo que era universal. Los gestos de la mujer, y su olor,que tal vez le permitiera anticiparse la próxima vez que apareciese la criatura de Eldrid.

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03/08/2020, 19:35
Akisha Taiersar

-¿Qué hay? -Akisha no entendió la pregunta y la meditó unos segundos-. Ruinas, por supuesto. Y Hombres Bestia. Patrullan por todo el sur del río buscándonos y llevándonos a sus dominios bajo tierra. Mantenemos una tregua con ellos, por el momento, pero si atacan, nos defendemos.

Tras las preguntas de Mayra, la sacerdotisa de Azrael miró a la maga con atención.

-¿Buscas exploradores o ruinas? Sí, hay extranjeros que vienen hablando como tú, pero cuando se van, nunca regresan. No sabemos si viven o han muerto. Hace tiempo llegaron varios, van hacia dónde todos, a las ruinas del sur. Habéis venido de allí, ¿no es cierto? Y habéis visto la entrada, unas escaleras que se adentran en la tierra, con las paredes labradas en la roca donde hay dibujos de dioses, ¿verdad que sí? ¿Cómo es que habéis llegado hasta aquí? -reflexionó Akisha.

Hizo un gesto y habló con una de las sirvientes.

-Meem, querida, acompaña a este buen hombre a ver a Tasei.

La mujer, ataviada con ropas ligeras y pintura blanca en el rostro, se acercó al anciano para cogerle de la mano y sacarlo de la estancia.

Notas de juego

Dámasor se va de la escena, si quieres añadir algo más antes de irte eres libre de escribir lo que quieras.

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03/08/2020, 19:43
Narrador

Meem ayudó a Dámasor a salir de la estancia. Fuera, el calor de la jungla daba paso al fresco del atarceder. Las gentes de Thracia iban y venían haciendo sus quehaceres diarios y algunos se quedaron mirando al sacerdote extrañados de su presencia. Meem no dijo nada, se alejó de la casa comunal en la que estaban y atravesó las casas con techos de paja de aquellas gentes. Era una aldea humilde, las casas apiñadas en estrechas calles, pero no había más de veinte chozas. Atravesaron una especie de plaza en dirección este, donde restos de la antigua civilización thracia podía verse en los mosaicos casi borrados del suelo, algunas columnas cubiertas de vegetación y flores, y una estrucutra a lo lejos sin el primer piso, que dejaron atrás enseguida. Meem lo llevó siempre por entre las chozas, jamás muy al norte o muy al sur, y llegaron a una casa grande con techo de paja.

En el interior hacia mucho calor. Dos hombres con la cara pintada y lanzas los dejaron pasar sin preguntar. En el interior, una habitación de piedra con poca iluminación y ninguna ventilación, estaba llena con varios camastros, que no eran sino simples mantas y pieles amontonadas en el suelo. Una mujer, con una calavera humana a modo de máscara, cubierta con cuero y muchos collares y abalorios formados por huesos, estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas, y machaba algo en un mortero. Los heridos, al menos media docena, descansaban o lo intentaban en aquellas camas improvisadas. Todos llevaban vendajes en los ojos y en el pecho. Ramitas ardían en cada rincón, algo que en la civilización imperial podía parecerse al incienso, pero era un olor aún más empalgoso que no invitaba al reposo. Numerosas calaveras colgaban de las vigas del techo, como adornos, junto con ristras de costillas y huesos, y Dámasor pudo ver que algunas aún tenían algo de carne pegada y bastante sangre seca. No eran huesos hervidos y limpios, desde luego.

Notas de juego

De momento, escribe solo para ti, por favor :)

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03/08/2020, 20:05
San Dámasor
Sólo para el director

Paseo lenta y silenciosamente entre las humildes chozas de la aldea con el corazón rebosante de paz. Este es un lugar en el que alguien como yo podría vivir un tiempo si no hiciera tanto calor. La vida aquí parece sencilla y sus gentes honradas y trabajadoras. Ni siquiera me llama mucho la atención la existencia de guardias armados en la entrada de su claustrofóbico sanatorio. Seguramente sea para evitar que algún inconsciente entre por equivocación y pueda contagiarse accidentalmente.

—Gra-gracias Meem, eres una buena chica... —le reconozco a mi guía, dedicándole una mellada sonrisa.

En el Imperio, muchos en mi situación entrarían en un lugar como este anunciándose altisonantemente y afirmando hablar en nombre de sus dioses, pero yo no soy así. Yo no soy más que un pobre viejo, un invitado agradecido en un hogar ajeno.

—Soy Dámasor el sa-sanador y bu-bu-busco a alguien llamado Ta...Tasei —proclamo en voz baja al entrar en el oscuro y cargado recinto—. Akisha me ha dado su per...miso para vi-visitar a los enfermos y pre... prestarles mi ayuda si pu-puedo hacer algo por ellos.

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03/08/2020, 20:58
Tobías

Otra mujer entró en la cabaña, tomó a Dámasor de la mano y lo condujo al exterior. No había hostilidad en el gesto, y el maduro sacerdote aceptaba de buen grado, pero la invitación no se extendía a los demás.

¿A dónde lo llevan? preguntó a Mayra. Sin esperar la respuesta, añadió, dirigiéndose a Vika: Deberíamos acompañarle uno de los dos.