Partida Rol por web

Fibbin está preocupada por Luthien, sin duda tendrían que tomar alguna medida antes de continuar con el viaje una vez acabada la ceremonia, no pueden permitirse el lujo de que la situación de la elfa vaya a peor. Está meditando sobre esto cuando Sermë les pide las bolsas con las cenizas. El primero en dárselas es el enano y seguidamente la mediana se adelanta para hacerle su entrega.

-Aqui tiene Sermë, esta es mi bolsa.-le dice mientras le extiende las cenizas.

La elfa se queda pensativa unos momentos tratando de recordar en que momento ha podido se víctima de un hechizo, pero al poco cabizbaja niega con cierta desesperación.

- No, no recuerdo nada extraño durante el viaje, aparte de lo ocurrido en la posada y el rastro de aquella "criatura" no hay nada mas.- responde. -Pero lo importante es que podamos continuar con la tarea que nos ha sido encomendad Sërme, aunque lamento en el alma lo ocurrido a vuestro pueblo, si podemos hacer algo por vos solo teneis que pedirlo.- comenta humildemente.

Sermë recoge tanto la bolsa que le entrega Wendel como la que le ofrece Fibbin. Una vez en posesión de los dos sacos esta se da la vuelta y los pone a los pies del árbol, añadiendo a los lados de ambas varias flores de un color purpura intenso mezcladas con otras blancas inmaculadas.

Sermë empieza a preparar el ritual de bendición cuando Luthien toma de nuevo la palabra y hace mención al lamentable estado en el que ha quedado Aldulume. La elfa se gira tristemente hacia Luthien y sosteniéndole la mirada durante unos segundos le dice… ya estáis haciendo bastante por Embelyon y sus gentes… dicho esto, vuelve a girarse y seguir con los preparativos.

Cuando todo está preparado, Sermë indica al grupo que se sitúen frente a las cenizas mientras se cogen de las manos formando un círculo cerrado. Sermë se queda dentro del círculo junto a los sacos.  Se arrodilla frente a estos y frente al árbol y juntando las palmas de sus manos empieza una plegaria en una lengua antigua, irreconocible para los allí presentes.

Durante la ceremonia que no dura mas de cinco minutos, una suave brisa se adueña del lugar, zarandeando y meciendo suavemente el árbol de la esperanza. Gracias a esta pequeña brisa, del las hojas del árbol se desprende un ligero polvo amarillento que se funde con los sacos y los portadores  al contactar con ellos.

- La bendición ha concluido y el árbol os ha bendecido también a vosotros… dice Sermë mientras vuelve a incorporarse del suelo.

Wendel no puede evitar sentirse abrumado cuando el polvo amarillento se desprende del árbol para posarse sobre ellos y sobre los sacos de cenizas. Las palabras de Sermë dan por finalizado el ritual y el enano agita su cabeza para espabilarse.

- Así concluye la primera etapa de nuestro camino -indica Wendel -será mejor que partamos cuanto antes hacia nuestro siguiente destino. Los Salones de los Señores Enanos de Burag-Zal -concluye con orgullo.

Las palabras de Wendel retumban sobre Eddi que ultimamente ha estado mas ausente de lo normal.

- Asi es Wendel, aqui acaba la unica etapa de la que formare parte.

El arquero se queda mirando a sus compañeros que parecen no entender sus palabras...  Me quedo aqui, en mi tierra, con mi gente, o... lo que queda de ella. Debo ayudar a mi pueblo. No podria seguir hasta el final, mi sed de venganza pondria a todo el grupo en peligro y no quiero ser un estorbo. Creo que mi mision acaba aqui, en este punto y en este momento.

Wendel mira a Eddi de hito en hito, boquiabierto. Parece no comprender las palabras del elfo. Finalmente, las imágenes de la masacre en Aldulume vuelven a su memoria y un aire de comprensión se refleja en su rostro.

Tal vez por la perspectiva de emprender la marcha hacia los dominios enanos o por la inminente despedida de su compañero, el ceño de Wendel se desfrunce por primera vez en muchos días y apoyando su pesada mano sobre el hombro del arquero le dedica unas palabras.

- Compañero, te juro por los tronos dorados de la montaña que en cuanto termine nuestra misión, y si este crimen aún no ha sido vengado, acudiré a estas tierras en tu busca para hacer pagar a aquel que haya profanado estas tierras -Wendel hace una pausa en la que respira ruidosamente -Que la luz de este árbol no se apague en ti, amigo. Echaremos de menos tu arco a nuestro lado.

Khelben siente una gran paz y bienestar en su interior después del ritual y observar como unas partículas de polvo fino del color del oro caen sobre él y el resto de sus compañeros.

Su bienestar le dura poco al escuchar las palabras de Eddi...

-Se queda aquí entre su gente!!! -Piensa para sus adentros el guerrero. Por una parte lo entendía pero por otra... a partir de ahora las cosas iban a ser más duras y tener a uno menos en el grupo no mejoraría las cosas.

-No puedo pensar así... no es justo. Pobre Eddi. Es su voluntad y no la nuestra. -Piensa el guerrero atrapado entre sus lógicas y sus emociones.

El guerrero se acerca a Eddi y le pone una mano sobre el hombro...

-Amigo Eddi, en esta misión fuimos elegidos pero marchamos voluntariamente. Hay una parte en mí que me gustaría que nos acompañaras pero no puedo, por mi parte, seguir pensando egoistamente. Tu gente te necesita ahora más que nunca. Si logramos concluir esta misión no sólo podrás contar con el hacha de este enano testarudo -dice haciéndole una mueca en broma a Wendel -Mi espada estará dispuesta a prestarte la ayuda que haga falta para recobrar la normalidad a tu pueblo. -Concluye el guerrero.

El paladín siente cómo una mágica energía recorre el círculo cuando son salpicados por aquel rocío de polvo dorado, reforzando la unidad del grupo y renovando la determinación en todos ellos.

Terminada la ceremonia, llega la hora de partir.

- Gracias por todo Sermë -se despide- Os acompañamos en el dolor por la desgracia que ha asolado vuestro pueblo, pero debemos irnos. Que Pelor os ayude y os proteja. El paladín sonríe a la hermosa muchacha elfa y se dispone a marchar, pero parece caer en algo y se gira de nuevo hacia ella: Sermë... ¿Todavía notáis esa oscuridad en el aura de Luthien? ¿Es posible que la bendición del Árbol la haya curado?

Tras escuchar la respuesta de la chica, Arnold se acerca a Eddi para despedirse también. Como el resto de sus compañeros, apoya caríñosamente su mano en el hombro del arquero pero, finalmente, se funde en un abrazo con él.

- Suerte Eddi; suerte para ti y para tu pueblo. No dudo que reconstruiréis la ciudad y que Aldulume se levantará de sus cenizas más hermosa que nunca. Y que los responsables pagaran por ello. Que Pelor os ayude y os proteja, amigo.

La elfa disfruta plenamente de la ceremonia y la bendición de las cenizas, asi que como del espectáculo que les brinda la lluvia de ese especio de polvo dorado que cae sobre todos ellos. Al finalizar la breve ceremonia, Eddi sorprende a todos al declarar que les deja, y se sorprende aún mas al ver que a todos los presentes les parece bien.

Luthien aguarda y cuando Arnold termina se acerca hacia Eddi, la maga pone una mano sobre el pecho del arquero y con la otra coge suavemente una de sus manos para permanecer así unos momentos de silencio, tras lo que levanta su cabeza y se queda mirando al elfo mientras comienza a hablar.

- Mi querido Eddi, creeme que comparto tu dolor por lo que ha pasado a tu, nuestro pueblo, y te puedo asegurar que en lo mas profundo de mi corazón un sentimiento de venganza anida desde hace mucho tiempo, pero no por ello debo sucumbir ante él. Tienes que comprender, todos nosotros tenemos que comprender que nuestra misión va mas allá de lo que representamos como individuos. La masacre que ha tenido lugar en Aldulume es imperdonable, pero si fallamos y no conseguimos alcanzar nuestro objetivo, este horror será tan solo uno mas de los muchos que podrían venir. Nuestro deber no es otro que salvar nuestro mundo de las garras del mal Eddi, el mismo mal que arrasa Embelyion, que asesina a nuestra gente y que deja hogares y familias sumidas en el mas profundo dolor con el arrebato de nuestros seres queridos. Sadlark no tendrá piedad y tratará por todos los medios que fracasemos, pero es ahi donde nosotros hemos de ser fuertes, unidos podremos vencer a este mal, separándonos lo que hacemos es brindarle a ese demonio la oportunidad que está esperando desde hace mucho tiempo y no podemos, no debemos permitirlo.- Al terminar de hablar dos lagrimas bajaban por el rostro de la elfa, esperando que sus palabras lograran convencer al elfo de que permaneciera junto a ellos.

Eddi agradece el gesto de sus compañeros y las palabras que Luthien le brinda... Esta decidido Luthien, siento haberos fallado, pero se que a partir de ahora buscaria venganza en cada rincon por donde pasaramos y eso no es bueno para el grupo. Debo separarme de vosotros aqui y ahora.

Eddi rebusca entre sus pertenencias buscando alguna pocima de salud no cuenta con ninguna en su haber, asi que suspira desencantado y espera a salir de aquel lugar con el grupo que estaba a punto de dejar.

Sermë mira a Arnold cuando este le pregunta por Luthien, luego mira a la elfa y contesta... Si, todavia esta bajo el hichizo que porta sobre ella?.

Dicho eso, dirige su mirada hacia todos los alli presentes... Lamento no poder ofreceros cobijo y alimentos para reponer fuerzas. Las circunstancias como podeis ver no son propicias. Si todo hubiera corrido su curso normal, ahora estariais disfrutando de la hospitalidad de nuestro pueblo.

Ahora debeis partir, no perdais tiempo, Embelyon os necesita.

Dichas las ultimas palabras, Sermë vuelve a tranformarse delante vuestro de nuevo en un bello pajaro revoloteador y jugueton. Tras subir a lo alto del arbol de la esperanza y revolotear durante unos segundos sobre el, desciende hasta uno de los hombros de Eddi donde se posa y se queda tranquila mientras con su mirada indiscreta observa a todo el grupo esperando que reemprendan la marcha.

Arnold contempla el vuelo suave de la paloma que se posa de nuevo en el Árbol de la Esperanza. Es hora de marchar, se dice. La primera etapa del viaje ha llegado a su fin y una ciudad arrasada por los dragones y la pérdida de uno de los miembros de la compañía se situan en el lado negativo de la balanza. En el positivo, que las cenizas siguen a salvo. Y eso es lo único que debe importar ahora, el destino de Embelyon depende de ello.

Con estas reflexiones en la mente, el paladín hace un último gesto de despedida hacia el elfo pero no le dice nada más. Quién sabe si se volverán a ver en circunstancias menos amargas.

- ¿Nos vamos? -pregunta con un tono de voz que denota cansancio.

Lentamente, inicia el camino de vuelta, hacia el túnel, luego hacia arriba, hasta la cuerda, el precipicio... Arnold se nota terriblemente agotado.

Fibbin siente como si una fuerza les rodea mientras Sermë inicia el ritual, es algo purificador y al acabar la ceremonia se sienta mucho mejor. Pero la tristeza vuelve a caer sobre el grupo cuando Eddi decide que no seguirá con ellos la aventura.

-Siento mucho que no sigas con nosotros Eddi, pero entiendo tus razones y lo respeto. Igual que han dicho Wendel y Khelben, cuentas con mi ayuda una vez acabemos con nuestra misión para reconstruir tu pueblo y hacer lo que sea necesario.-le dice al elfo mientras le abraza.

Entonces Arnold dice de partir y la mediana se prepara para ponerse en marcha. Mientras comienza a caminar, Fibbin se gira para mirar aquel hermoso lugar y guardarse todos los detalles. Saluda a los elfos y vuelve a girarse para seguir avanzando.

Una vez con las cenizas y el saco señuelo bendecidos, todos vuelven sobre sus paso hasta el lugar donde dejaron sus respectivas monturas. Era el momento de retomar el camino y seguir hasta port Sarsem.

Eddi se despide de todos y cada uno de sus compañeros agradeciendo uno a uno las palabras de ánimo y ayuda que poco antes le habían dedicado. Es un momento triste, pues aunque nunca antes se habían visto, el recorrido que han hecho hasta el momento y las situaciones en las que se han visto involucrados los había unido irremediablemente a nivel afectivo.

Eddi ySermë se dirigen nuevamente hacia el Norte, mientras los portadores se dirigen hacia Sur. Esta vez optan por viajar por caminos y senderos secundarios, poco transitados, intentando encontrar la tranquilidad en su viaje, fuera de los posibles sobresaltos de un camino repleto de extraños.

El estado de ánimo de los portadores estaba por los suelos. Si, habían conseguido concluir con una parte del viaje y además lo habían hecho exitosamente, pero la separación del arquero dejo una sensación de tristeza en el grupo, sobre todo en Fibbin y Luthien, que durante todo el trayecto se habían mostrado más afines a él elfo.

Los días y las noches van pasando y el grupo poco a poco va avanzando en su andadura. Siempre se mantienen alerta ante cualquier movimiento sospechoso  a su alrededor, pero lo cierto es que no saben que la ruta que han elegido seguir esta fuera de todo peligro. Otra cosa hubiera sido seguir por el camino más transitado, que a buen seguro hubieran estado expuestos a más peligros, pero esto es algo que desconocen y nunca sabrán.

A falta de un par de jornadas de viaje para llegar a Port Sarsem Fibbin al igual que hizo Eddi, apunto esta de abandonar el grupo para dirigirse hacia su querida Lippelt. Temerosa de que su pueblo hubiera corrido la misma suerte que la del arquero indico al grupo que su viaje terminaba en ese punto y debía ir a su pueblo natal para cerciorarse de que todo estaba en orden. Esto cogió al grupo por sorpresa, no podían permitirse perder otro miembro del grupo y tampoco podían permitirse perder mas tiempo del necesario en su viaje. Al final y después de muchos cambios de opinión Fibbin acepto proseguir el viaje sin alterar su ruta inicial y haciendo un esfuerzo sobre humano por evitar ir a ver la suerte que estaba corriendo su pueblo.

Tras cinco días de interminable viaje y cansados por la falta de sueño, el grupo consigue llegar a las puertas de Port Sarsem. El lugar parece ajeno a todo lo que está pasando en todo Embelyon. Es como si no fueran conscientes de que la vida tal y como la conocen hasta el momento está a punto de desaparecer si no se cumple la profecía. Las calles son un constante ir y venir de lugareños, comerciantes, artistas y un sinfín de gente pintoresca. Los comercios son un hervidero de gente y hasta el lugar donde os encontrais ( a las afueras del pueblo ) llega el inconfundible olor a salitre, proveniente del agua del mar.

En las calles las risas de los niños jugando y el griterío del mercado ambulante son incesantes y dan bastante vida al lugar. Ahora es un buen momento para que el grupo se aprovisione de lo necesario para continuar el viaje hasta tierras enanas para luego buscar un medio de transporte para llegar hasta Monte Cocinilla.

Arnold contempla el bullicio y se alegra de ver gente. Sobre todo de ver aquella gente, que continua con sus quehaceres diarios, ajenos al peligro que acecha Embelyon.

Desmontado, guiando a su caballo agarrando la rienda, el paladín camina junto a sus compañeros adentrándose en el mercado.

- Deberíamos aprovisionarnos de comida -comenta- Mis raciones se han terminado. Y también de alguna que otra poción sanadora. -Arnold se dirige hacia el puesto de comida para luego ir a visitar el tenderete de las pócimas.

Más adelante, cuando haya acabado con todos los preparativos terrenales, el soldado de Pelor tiene intención de visitar la iglesia. Su alma necesita del recogimiento y la oración tanto como su cuerpo de la comida.