Partida Rol por web

Las Cronicas de Giovanni: La Última Cena

Escena I: En Compañía de Extraños

Cargando editor
20/07/2019, 17:35
† Ioan †

Más por cortesía que por otro motivo, alcé la copa con el ultimo brindis de sir Lothar, aunque los cierto es que no sabía cómo tomar sus palabras… y que me alegraba de que finalmente él y sus hombres se retirasen de la posada. Desde luego, aquel hombre, con su actitud y su comportamiento no era lo que había esperado de quien parecía ser uno de los hombres de confianza del señor Giovanni, aunque si se debía a que este tampoco era como yo pensaba, o simplemente a que sir Lothar actuaba de esa manera únicamente cuando su señor no estaba presente era algo que desconocía… aunque no por mucho tiempo, pues quedarían resueltas cuando finalmente conociésemos a nuestro anfitrión.

Tenéis razón, dicha palabra se usa con el ganado en ocasiones…- le dije a Salomao -Sin embargo, no es habitual… normalmente se usa para hablar de animales que se diferencian del resto de alguna manera- expliqué -Sin duda no es para nada algo que se use con personas- añadí, dejando claro que dicha manera de referirse a nosotros no había sido para nada de mi agrado.

Cargando editor
15/08/2019, 20:53
Bruce

Aunque quisierais replicar a Sir Lothar, este ya no se encontraba presente en la sala y pareció dejaros con más preguntas y dudas que respuestas. Todos se quedaron en silencio, mirándose entre unos y otros. El posadero, acompañado de su hija, regresó a atender la barra mientras los demás hablábais sobre lo ocurrido. Pero fue Bruce quien tomó la palabra. Se puso en pie con cierta soberbia y mirando con frialdad, se acercó con cautela a Daphné. Tomó su mano entre las suyas e imitó burlanamente a Sir Lothar, tratando de poner su voz...

- Sed bienvenida a las tierras del señor Claudius Giovanni. Me complace que lo honréis con vuestra visita, y espero que vuestra estancia sea grata y memorable. - Sonrió a la joven y miró a Dasia, la morena de las hermanas, quien no parecía quitarle el ojo de encima. Bruce sacó la lengua, imitando el gesto de Sir Lothar y Dasia frunció el ceño. En ese momento Bruce soltó la mano de la cervecera y rompió a reir a carcajadas. - Que no decaiga la cena. - Dijo entre risas, regresando a su asiento en la mesa contigua a la de las jóvenes.

- Y a saber que quiso decir con "especimen"... por dios... ¡si casi no le entendí al hablar! - Cogió su jarra y la alzó hacia todos. - ¡Salud compañeros! Mañana conoceremos a nuestro anfitrión y sabremos si es más raro que su mayordomo.

Las jarras se alzaron por la sala, bajo la atenta y silenciosa mirada de la vieja gitana del rincón, mientras que Guillaume salía de la posada.

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

Cargando editor
15/08/2019, 22:18
Hermano Clemente
Cargando pj

El anciano miró a Arpád como si de un ángel se tratase y pareció calmarse durante unos segundos, pero enseguida comenzó a zarandearse de nuevo. Estaba claro que no quería estar atado ni amordazado. Pero al escuchar al joven hablar, el viejo detuvo sus movimientos y trató de hablar con la mordaza puesta en su boca. Evidentemente y, a pesar de sus esfuerzos, no consiguió articular palabra alguna, por lo que asintió con la cabeza al joven para luego mirar con severidad a Griselda al escuchar sus palabras.

Antes de que Arpád dijese o hiciese nada, escuchó más voces en el patio. Las risas de los guardias cesaron y el pesado sonido del metal de las armaduras al moverse sonó con fuerza. Sin duda se estaban moviendo. Los caballos relincharon y la que os sonó como la voz de Sir Lothar, pero hablando en un extraño idioma, os llegó a los oídos. Parecía estar dándoles instrucciones a sus hombres y que se marchaban ya de allí...

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

Cargando editor
16/08/2019, 16:53
[Abandono] Arpád Budai
Cargando pj

El viejo monje estaba realmente alterado, pero pareció atender a mis palabras, a pesar de que las dudas de Griselda evidentemente le molestaron. Mi compañera no estaba segura de que aquello fuera buena idea, pero yo le dediqué una sonrisa confiada, asintiendo a su pregunta. No pensaba liberar al anciano, pero no estaba bien no poder conversar con él mientras comprobaba su estado, y eso no contravendría demasiado las órdenes del mayordomo de Giovanni. Además, si el monje se alteraba siempre podría ponerle la mordaza de nuevo.

Sin embargo, antes de que tuviera ocasión de liberar su boca, oímos voces y ruidos fuera. Parecía la voz de Sir Lothar, dando indicaciones a sus hombres. ¿Se marchaban? Había tenido la impresión de que descansaría aquella noche en la posada y nos acompañaría al hogar de su señor al día siguiente. ¿Había acudido hasta allí para hablar con nosotros y volverse tan pronto?

Parece que el mayordomo de nuestro anfitrión vaya a partir ya... -Murmuré, tratando de pasar desapercibida nuestra presencia en aquel lugar- Tal vez, anciano, una vez ese hombre se haya marchado podríamos liberar sus ataduras. Si se comporta, claro. -Sugerí, sonriendo al anciano, haciéndole un gesto con el dedo en mis labios para que guardase silencio, antes de retirar la mordaza de su boca con cuidado- Dígame, ¿le han golpeado? ¿Le duele algo?

Cargando editor
18/08/2019, 03:23
† Daphné Sabineau †

Tras el brindis, sir Lothar se despidió y salió de la posada, llevándose con él al joven Paul. Seguro que estará agradecido al maître y a los astros por haber favorecido este inesperado encuentro -pensó.

Daphné miró alrededor, aliviada, pues sentía que la tensión abandonaba la taberna con la marcha de los soldados y el mayordomo de lord Giovanni. Respiró profundamente, sintiendo de inmediato un cansancio que la instaba a pedir habitación y retirarse a descansar. Pero justo cuando pensaba en desear una buena noche a las hermanas con quienes compartía mesa, se vio sorprendida por el hombre del bigote, que ya sujetaba entre las suyas, la mano de Daphné.

La cervecera le observaba con ojos sorprendidos. Estaba totalmente inmóvil, tensa, no pestañeaba y contenía la respiración. Exhaló al darse cuenta de que era un guiño al inapropiado actuar de sir Lothar, pero seguía estando tensa, y aunque intentó devolver la sonrisa, ésta se notó algo forzada. Al sacar Bruce la lengua, tiró rápidamente hacia sí misma para liberar su mano, pues no pensaba dejar que aquel hombre la lamiera. Solo se relajó de nuevo cuando él volvió a su mesa y atendió a otros menesteres, aunque la frase que dejó en el aire acerca de las rarezas de su anfitrión, le dejaron un sabor amargo.

Volvían a alzarse las copas, y Daphné daría un último trago antes de ir a sus aposentos a descansar.

Cargando editor
19/08/2019, 13:22
[Abandono] Griselda Ardelean
Cargando pj

Arpád me mostró una confiada sonrisa ante mi pregunta. No entendía cómo podía estar tan tranquilo cuando evidentemente lo que pretendía hacer iba contra lo que Lothar y sus hombres habían designado para aquel monje y podíamos asegurarnos de que este estaba bien sin soltar aquella mordaza.

Como se ponga a gritar otra vez nos meteremos en un lío...

Al menos el monje dio muestras de estar dispuesto a cumplir con la condición que le había puesto Arpád, aunque ello no impedía que rompiera su palabra en cualquier momento.

Me centré en el sonido del exterior, escuchando pronto que había movimiento fuera y que quien parecía ser Lothar se encontraba diciendo algo. No era capaz de comprender qué decía, pero Arpád pronto dedujo que debía irse ya. Tras ello continuó dirigiéndose al anciano, instándole a comportarse y preguntándole si le habían golpeado o le dolía algo.

Mi compañero no parecía necesitar mi ayuda de momento, así que me acerqué a la puerta, poniendo atención nuevamente a los sonidos del exterior para poder alertar a Arpád si alguien se acercaba.

Cargando editor
19/08/2019, 19:00
Lord Boromir

Recuerdo que me dijisteis que el aire fresco fue lo primero que sentisteis al salir da la posada. La noche estaba cerrada y la primera visión que tuvisteis fue la del gran carro que estaba en el exterior. La letra G estaba dispuesta por las puertas del mismo, lo que te hizo ver enseguida, sabiendo o no leer, que era el carruaje que os llevaría al castillo de Giovanni.

Las pocas luces del exterior, eran farolillos de aceite que estaban prendidos en lo alto. No alcanzarías a coger ninguno sin algo donde subirte y alumbraban lo suficiente como para no tropezar por el camino. Al fondo a la derecha de la salida de la posada, las figuras se movían y los caballos relinchaban. Sir Lothar estaba entremezclado con aquellos guardias y parecía que realmente se marchaban de allí.

En cuanto al viejo monje, el cirujano y su ayudante, no los veías...

Cargando editor
19/08/2019, 19:24
Guillaume Valjean
Sólo para el director

Sería tan fácil marcharse de allí y dejar de ser, como lo había llamado?, espécimen?, no lo recordaba, era una palabra demasiado complicada para su conocimiento de aquella lengua pero si que había entendido el mensaje. Los trataban como ganado, como animales, y eso no era bueno. Se sentía como un cerdo a punto de llegar al matadero pero otras veces ya se había equivocado, su instinto de supervivencia le había llevado a sobrerreaccionar muchas veces pero a cambio le había mantenido vivo, además, no podía irse, no mientras tuvieran el martillo de su padre, no si había alguna oportunidad de vivir en un lugar donde estuviera a salvo de los perros de la iglesia. No podía, no debía, aunque su instinto chillara hasta la agonía, la venganza y el honor, eso era lo único importante, y si había que morir por algo, eran un buen motivo como otro cualquiera.

Guillaume miró alrededor y no vio a ninguno de los que habían salido con anterioridad, pero que él no los viera no significaba que no estuvieran allí y le vieran, así que descartó coger los farolillos y pegó su cuerpo a la pared. No era especialmente sigiloso dado su tamaño pero tampoco estaba de más intentarlo al menos así que se dirigió intentando no hacer ruido ni llamar a la atención hacia los establos. Allí podría encontrar algo útil para no sentirse desnudo. Salomao tenía otra mujer en su vida pero él solo tenía sus manos y, aunque eran capaces de despachar a cualquier borracho en una posada, no eran suficientes para poder enfrentarse a esos caballeros de velocidad inhumana y especialmente dotados para la crueldad y el combate.

Un clavo largo, un punzón, incluso una herradura, cualquier cosa puede servir.....pero nada mejor que un martillo. Sin un martillo mi mano está desnuda.

 

Cargando editor
31/08/2019, 17:24
† Ioan †

Por desagradables que nos resulten, no deberíais burlaros de las… costumbres de un hombre como ese- le recriminé a Bruce -Especialmente si con eso solo conseguís incomodarnos aún más- añadí, aunque mi mirada estaba fija en Daphné, puesto que resultaba evidente que aquella broma no había sido en absoluto de su agrado… algo que pareció confirmar el hecho de que no tardase en retirarse.

En fin, si me disculpáis, es tarde, hijos míos, y el día ha sido largo, por lo que, si no os importa, creo que será mejor que me retire también- les dije.

Cargando editor
07/09/2019, 19:11
Lord Boromir

Me resultó curioso descubrir por vos el destino del viejo monje, el cual encontrásteis atado y amordazado en el interior del establo, metido en la primera de las cuadras. Os miró con ojos suplicantes al veros asomar en el edificio. Estaba vivo e ileso, salvo por las ataduras y algún pequeño roce en la piel. Salvo aquel hombre, no visteis a nadie más allí dentro.

La oscuridad reinaba en el establo y cuanto más os adentrabais en él, peor veíais. La única luz que entraba era la que accedía por la puerta abierta tras vuestra. Algunas cuadras estaban cerradas y podíais escuchar como algunos de sus huéspedes relinchaban al sentir tu presencia e incluso generabas molestias en ellos.

Mientras en el exterior, sentías como los pasos de los caballos comenzaban a alejarse, así como las voces de los hombres. Sir Lothar regresaba al lado de su amo y señor y sabías que volverías a verle muy pronto.

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

 

Tirada de percepción + alerta con dif. 7 para ver si encuentras algo y el que. Si decides adentrarte más, la dif. aumentará por la escasez de luz.

Cargando editor
07/09/2019, 19:32
Boromir

Poco a poco os fuísteis adentrando en vuestras habitaciones tras la visita de Sir Lothar. Los primeros en marcharse fueron el maître Olivier y el padre Ioan. Las siguientes, las dos mujeres que habían permanecido en silencio y espectantes y quienes se habían escapado del extraño saludo del mayordomo de Giovanni. Ambas fueron acompañadas por Ionela a sus dormitorios, mientras que Boromir miró a su alrededor. Observó a la anciana del rincón durante unos segundos y se levantó de la mesa, cogiendo su jarra y se encaminó hacia la de Salomao y Bruce.

Al pasar junto a las tres mujeres que seguían allí sentadas, las saludó inclinando levemente la cabeza y dibujando una  sonrisa en su rostro, mientras que miraba fijamente a la mayor y morena de las hermanas. - Señoras. - Dijo antes de mirar a los dos hombres de la mesa contigua.

- Si no es molestia, me sentaré un rato más aquí. - Dijo poniendo la jarra sobre la mesa y ocupando el que fuese el sitio de Ioan minutos antes. - Creo que al menos me beberé una jarra o dos más antes de irme a descansar y no me gusta beber solo. - Indicó a ambos hombres antes de sentarse y miró al cochero, que cenaba tranquilo en la barra a solas.

- Creo que el chico se llevaría bien con el padre Ioan. - Comentó mientras se sentaba. - Solo hay que ver la enorme cruz de madera que lleva colgada del cuello. - Alzó su mano y con un gesto le indicó al tabernero que le rellenase la jarra de cerveza, pues la tenía completamente vacía.

Notas de juego

Posada el Cordero Rojo.

 En el salón quedáis solamente Salomao y Daphné, ojo al marcar ;)

Cargando editor
07/09/2019, 19:58
Lord Boromir

Al cerrar la puerta tras de ti, solo escuchaste el silencio reinante en el lugar y el crepitar de las llamas de la chimenea, la cual se mantenía con un cálido fuego bajo.

La bañera permanecía con el agua templada aún, y la ropa tan y como la habías dispuesto en el dormitorio.

La ventana daba al extenso y oscuro bosque y pronto viste un relámpago asomar. Aquel fogonazo de luz se anticipó a un lejano pero audible trueno, que anunciaba la llegada de una tormenta a aquel lugar. Pero parecía que nada más te sorprendería esa noche, después de conocer al extraño mayordomo de Giovanni y a aquel monje loco que se atrevía a desafiarle.

Pero ahora estabas solo tú y el cansancio acumulado del viaje.

Cargando editor
07/09/2019, 20:04
Lord Boromir

Al cerrar la puerta tras de ti, solo escuchaste el silencio reinante en el lugar y el crepitar de las llamas de la chimenea, la cual se mantenía con un cálido fuego bajo.

La ventana daba al extenso y oscuro bosque y pronto viste un relámpago asomar. Aquel fogonazo de luz se anticipó a un lejano pero audible trueno, que anunciaba la llegada de una tormenta a aquel lugar. Pero parecía que nada más te sorprendería esa noche, después de conocer al extraño mayordomo de Giovanni y a aquel monje loco que se atrevía a desafiarle.

Pero ahora estabas solo tú y el cansancio acumulado del viaje.

Cargando editor
08/09/2019, 12:27
Guillaume Valjean
- Tiradas (1)

Notas de juego

Está bien así la tirada? Las tiradas de vampiro no molan :P

Posteo o espero a que me digas si encuentro o no?

Master edit: Las tiradas de vampiro son lo más fácil de este planeta xD

Postea que haces con el viejo y tal, mientras miro que encuentras con esa tirada, que no esta nada mal ;)

Cargando editor
08/09/2019, 13:29
Guillaume Valjean
Sólo para el director

Guillaume esperó unos instantes para que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad. Sus pupilas se dilataron para captar el contenido de aquellas cuadras, buscando alguna herramienta que pudiera servirle en caso de que alguien le atacara. Poco a poco sus sentidos fueron dándole información de lo que se podría encontrar en aquel edificio: El piafar nervioso de los caballos en alguna de las cuadras, el hedor a paja que se estaba pudriendo junto al de excremento de caballo, sombras que parecían puertas cerradas a cada una de las cuadras y una figura, una figura que parecía estar atada a una columna y que parecía estar temblando, era alguien que estaba vivo.

Se dirigió hacia allí y su nariz captó antes de sus ojos de quien se trataba. Apestaba a vino barato y rancio, el olor de aquel maldito monje que tan agoreras predicciones les había dado. Se acercó y confirmó que era él, atado, tembloroso, ligeramente magullado pero básicamente ileso. Guillaume dio un par de vueltas a su alrededor mientras pensaba en que debía hacer con él

Es un perro de la iglesia, debo matarlo, debo acabar con él. Se lo merece, todos se lo merecen. Le apretaré la garganta y morirá y nadie sabrá que he sido yo, todos pensarán que han sido los guardas. Sí, eso es lo que haré. Reza tus oraciones, pronto descubrirás que no hay Dios y que tu fé es una mentira.

Guillaume sonrió con una sonrisa extraña mientras dirigía las manos en dirección a su cuello pero se detuvo.

Y si el señor Giovanni se entera y retira su invitación? O Salomao.... Salomao es un bruto español, y solo saben de iglesias y santos. No, no me conviene, no me conviene que me puedan involucrar, ni que sepan que lo he ayudado.....será mejor que lo ignore.

En lugar de a su cuello se acercó a su oído para decirle.

"Estás borracho y si sigues hablando conseguirás que te maten. Ahora te estarás quieto mientras busco herramientas en la cuadra. Dentro de un rato enviaré a tu hermano a que se encargue de ti cuando el efecto del vino se haya pasado. Te recomiendo que cuando eso pase te marches de aquí, la próxima vez no tendrás tanta suerte y ahora calla, los caballos se asustan de oír tus lloriqueos. Ten fe, ten fe en que todo saldrá bien...."

No sabía si le diría al padre que su hermano estaba aquí. Igual lo mejor era dejarlo morir del miedo, o del frío, era lo que merecía pero hacerle ver a Salomao que era de fiar podía ser útil para él en el futuro. Él era bretón y estaba ligado a su palabra pero el otro, el otro era español, poco más que una bestia supersticiosa, y su palabra valía menos que la de un bretón.

Que encontraré? tiene que ser algo pequeño que pueda esconder, algo que pueda ser mortal, un clavo, un cincel, algo que me pueda permitir arrancarle la vida a ese sucio mayordomo si algo le pasa al martillo de mi padre. 

Cargando editor
08/09/2019, 17:09
Lord Boromir

Empezaste a buscar y lograste descubir varios objetos, tales como una escoba de paja, algún cubo, una horca, cuerdas, una herradura suelta en el suelo, unas gotas de sangre fresca sobre la paja, cerca del monje pero alejadas lo suficiente como para que no fuesen suyas...

En las paredes viste lo que parecían bridas y más cuerdas, alguna una hoz de mano con la hoja bastante dañada por la humedad y el tiempo que habían vivido mejores tiempos.

Entonces te apoyaste en la pared, pensando en que podría servirte de todo aquello y notaste que el clavo que sostenía las bridas que colgaban de él, parecía estar suelto. Quizás con un poco de maña, pudieses sacarlo de la pared y llevártelo contigo como arma improvisada.

Cargando editor
08/09/2019, 17:28
† Salomao Ali-Caro †

Salomao sumido en sus propios pensamientos no se dio cuenta de que se había marchado casi todos hasta que Boromir se sentó en la mesa y pidió una cerveza. En un primer momento pensó en excusarse e irse a dormir pero la cerveza no era mala, así pues con un encojimiemto de hombros respondió al caballero.

- Un par de cervezas nunca vienen mal- argumento con su habitual gesto sombrío-El padre Ioan parece ser capaz de llevarse bien con cualquiera-comentó indicando también al posadero que le llenase la jarra y observaba con más detenimiento al cochero-Para encontrar a Dios no tienes que hacer ostentación, está en todas partes sólo hay que orar de manera sincera. argumentó sin dejar de examinar al joven para después mirar a Boromir-¿Usted también se llevaría bien con el padre Ioan?

Cargando editor
10/09/2019, 12:36
Guillaume Valjean
Sólo para el director

Guillaume ignoró los gemidos implorantes que le dirigía el monje para cumplir con lo que le había llevado hasta allá. Sonrió al confirmar sus sospechas, las cuadras siempre parecen un lugar pacífico y donde no se pueden encontrar armas pero al ojo experto eran una auténtica mina por explotar.

La escoba y el cubo fueron descartadas rápidamente, y para su pesar le tuvo que decir adiós a la horca, la hoz y la herradura. Eran demasiado voluminosas y llamaban demasiado la atención como para no ser descubiertas pero en cambio si que había algo que podía usar. Cogió la cuerda, cortándonla con la oxidada hoja de la hoz, hasta obtener una longitud suficiente para rodearle la cintura y hacerla pasar por cinturón improvisado.

Siguió buscando y cuando parecía que nada más iba a sacar de ello se apoyó en una pared y encontró un clavo. Guillaume sonrió con una sonrisa lobuna. Un clavo parecía que no era nada, pero clavado en el cuello mataba, al igual que su improvisado cinturón, que le podría servir para estrangular a cualquiera dada su monstruosa fuerza.

Sin perder más el tiempo tomó el clavo y lo intentó sacar, estirando de forma controlada para no hacer un desaguisado en la pared. Tenía que ser cauteloso y no revelar que había estado allí si no quería que le arrebataran su arma improvisada.

Cargando editor
10/09/2019, 20:03
Boromir

Boromir agradeció al tabernero que le sirviese con tanta velocidad aquella jarra y que se hubiese molestado en servirles a los demás también. - Mi trabajo era llevarme bien con todos. - Comenzó a decir el hombre, mientras que jugaba con sutileza con la suave capa de espuma que tenía la cerveza en la parte superior. - Daba igual quien fuese, que había hecho, su creencia religiosa, su riqueza, su pobreza... incluso si le gustaba conquistar a damas en tabernas y vaciarles los bolsillos a sus maridos en ellas. - Sonrió a Bruce y alzó la jarra hacia él, bebiendo a continuación de la misma.

- Fui diplomático durante años y se me instruyó en el respeto hacia los demás. - Dijo entonces mirando a Salomao a los ojos. - Aprendí a ignorar las razas, el color de piel, los acentos al hablar... y me tocó aprender también la humildad de las personas y el saber escuchar a los demás, aún sin que estos te hablen. Y vos? Bruce... cual es vuestra historia?

Cargando editor
10/09/2019, 20:25
Bruce

- Siempre estuve en las calles. No recuerdo nada a lo que pudiese llamar hogar. Mi madre había sido como un conejo y éramos demasiados hermanos y pocas hermanas. Así que... los chicos éramos molidos a palos por mi padre, que se dedicaba a beber en el muelle... Huí de aquello y comencé a robar para sobrevivir. - Confesó dándole un trago a la cerveza. - Crecí y ví que a parte de ser un buen ladrón, tenía buena planta para conquistar a las mujeres. Por suesto que al principio me decían casi todas que no. - Sonrió. - Pero con el tiempo aprendes a que te digan que sí y como bien decís, he cortejado a más de una dama mientras que le quitaba la bolsa de oro a su pomposo y engreído esposo. - Rió divertido. Era su forma de vida y estaba claro que no tenía intención de cambiarla.

- Eso me lleva a... aquí... salvo que le haya robado en más de una ocasión o que me haya acostado con la esposa del señor Giovanni y me haya descubierto, aún no se que hago aquí... salvo que busque a alguien con los ojos entrenados para saber quien está robando algo... Entonces... sí puede haber acertado conmigo...