Partida Rol por web

Mi sentido arácnido me advierte del peligro que se avecina por mi costado. Me giro hacia el esqueleto y corro hacia él, con la vara en ristre. Con un certero golpe de guadaña, el montón de huesos desvía mi ataque y por poco me parte el bastón en dos, el muy ca...

Aprovechando un momento de despiste, Durgin saca a la luz una botelita con un líquido azulado. Saca el tapón con la boca y se bebe el contenido. A continuación le arremete tal ataque a Morcar, quien apenas lo ve venir...

Arramus, siempre con un ojo en el mago, se adelanta y acaba con el esqueleto aprovechando que Jandrus ya lo habia despistado.

Me quedo donde estoy intentado molestar a Morcar para que Durgin lo tenga más fácil. Mientras vigilo de reojo a los nuevos enemigos que se aproximan para estar preparado para lanzarme al ataque.

La horda avanzaba para hacer un ataque mortal contra los enviados de Mentor. Mientras ganaban metros, Agamenon, tratando de frenar las embestidas de Morcar, lanzaba golpe tras golpe contra el brujo, pero su materia, era gaseosa para las armas del Guerrero que no logro herirle, ni tampoco estorbarle demasiado, pues el Paladin del Caos, cargo nuevamente contra el portador de la Espada y una vez mas le hirio de gravedad. 

-Jandrus, cura a Durgin, déjanos a nosotros a los demas.

El sacerdote se lanzo hecho una furia contra un guerrero de caos mientras su esqueleto asaltaba a uno de los esqueletos malignos. El ser de hueso estaba en racha, pues acabo con su guadaña con su rival. El sacerdote, a su vez, abandonando el escudo sacudió al Guerrero de Caos por todos lados, hiriendole de gravedad y dejándolo atrudido. (le queda 1 pto de cuerpo)

Al ver como se acerca la horda de Morcar y sabiendo que mi presencia al lado de Durgin no era de mucha ayuda, me lanzo con todas mis energías a por el enemigo más fuerte que veo, una gárgola, el más fuerte siervo de Morcar, el último reto para mi orgullo.

Mis ataques son todo lo efectivo que pueden serlo y en un abrir y cerrar de ojos acabo con la vida de la gárgola quedando así en paz con mi orgullo de guerrero. Después de esto puedo retirarme en paz.

El combate parecía interminable pero Durgin no decayó.

Oculto tras la columna, Ungrim esperó hasta que el primero de los enemigos casi le había sobrepasado antes de lanzarse contra él.

Cogido por la sorpresa, el guerrero apenas pudo defenderse de los ataques del enano, que a pesar de no poder acabar con él, lo dejó gravemente herido

Durgin cae heroicamente susurrando un deseo apenas audible:

- Muero, daría mi barba por un trago (de restauración).