Partida Rol por web

 Loado sea el Emperador, que me brinda un nuevo día brillante y glorioso. Y loado sea el momento en que el joven regulador decidió NO vender sus antiguas ropas. Pues han servido de mucho. Cuando Gabriel despertó tenía una pegajosa costra de sangre pegada en la cara. Le costó arrancarsela, literalmente, pues no tenía agua. Luego se desnudó, de cintura para arriba, para observar la herida de bala del vientre. Estaba practicamente curada, ya no sangraba. Pero la bala seguía dentro y sus órganos seguían tocados. Entonces tomó su camisa del uniforme y la hizo tiras que usaría a modo de venda. Vendó la herida del vientre con fuerza, antes de volver a vestirse. Finalmente se vendó la cabeza, la sien y medio rostro, ayudandose de su cuchillo para poder guiarse en su reflejo.

 Así, como un héroe que vuelve de una cruenta batalla, Gabriel salió del callejón. Tenía la escopeta a la espalda, la maza en la cadera y el cuchillo en la bota. Observó el callejón. Saludo con la cabeza a más de una mujer que le miraba, saludó igualmente a quienes, extrañados, le vieron aparecer. Escuchó, de bocas ajenas, una historia muy familiar. Alguien, en una noche, había dado cuenta de la cúpula de una banda de raterillos. Y de que manera. Por lo visto, al amanecer, los servicios de limpieza necesitaron horas para quitar los cuerpos y los restos secos de cerebro y entrañas que el extraño asesino había dejado, como firma de su trabajo, esparcidos por la calle.

 Sin querer despertar más interés sobre su persona, Gabriel trató de disimular como podía la escopeta. Pero era prácticamente imposible. Decidió que no importaba. No sería, seguro, el primer mercenario herido que pasaba por alli. Y eso parecía. Un mercenario. A quien le dijera que era un regulador, sin duda se echaría a reir.

 - Perdonen señoritas.... ¿Dónde puedo encontrar un boticario o un... lugar dónde me cosan las heridas? - Preguntó a un par de chicas jóvenes que vestían diferente y se peleaban con un vendedor de "telas exoticas" que seguro les tongaría a las jóvenes muchachas.

Las jóvenes no eran ni pijas ni ricas, y ya habían visto a más de un herido por estas zonas, su política consistía en no preguntar más de la cuenta si que señalaron calle abajo una tienda en la que se podían ver en el escaparte diferentes botes y tarros con hierbas.

Ahí podrá encontrar lo que parece que mas falte le hace.

Señaló con gesto burlón, tras lo que añadió acercandose al soldado, o al vandido, al oido:

Y quizás.... más tarde, podría facilitarle en otro lugar.... lo segundo que seguro más necesita...

 - Por supuesto que si, cariño Tal vez luego, si me acuerdo, me pase a buscarte... - Por supuesto que Gabriel NO se pasaría a buscarlas. No es que tuviera nada en contra de ellas, pero no creía en el sexo sin compromiso. ¿Podéis creeros que aún siga virgen? Gabriel nunca tuvo tiempo para malgastarlo con una mujer. Su tiempo es precioso, y vale oro, desde que mató a su familia. Cuando no trabaja para el Adeptus Arbites, trabaja en su propia invitación.

 Decidió desenvainar la escopeta. Llevarla en la mano... como había visto a más de un mercenario por el mercado, le imprime respeto a su estampa. Caminó hacia la botica, y descubrió que no tenía que ir apartando a la gente, porque ya se apartaban con solo ver la imponene escopeta que portaba en sus manos. El joven caminó hacia la puerta de una botica, una tienda mohosa con vendas, botiquines, y tarros que contenian brebajes y fetos de no se qué aliens deformados. Pero había un problema. La puerta estaba cerrada y en una chapa ruinosa y oxidada ponía un mensaje claro y conciso. "¿No ves que está cerrado? Lárgate. Ya abriré"

 Si aquello no había sido suficiente para cabrear a Gabriel, la mañana se torció cojonuda. No había ni rastro del equipo Alfa. El equipo al que supuestamente se tenía que unir. La Inquisidora le proporcionó descripción de sus miembros, para que pudiera reconocerles. Y Gabriel se paseó por tabernas, bares, puticlubs de todos los colores, gustos y sabores... pero nada. Incluso preguntó por tiendas de armamento. Pero nada. No había ni rastro. Pasadas las horas decidió emprender... el camino fácil. El camino duro. El camino que había tratado de evitar. Y si esto de por sí no había servido para enfurecer a Gabriel, cuando llegó a la base casi deseó arrancarles la cabeza de un tiro a los guardias.

 - ¡Eh! ¡Tu! Piojoso hijo del barro, lárgo de aqui. Ésto no es una de vuestras cantinas mercenarias donde pasar el rato. Aquí no hay nada para ti. - Le saludó uno de los guardias de la base, apuntandole con el rifle, como hacia su callado compañero. No debieron de conocerle cuando Gabriel llegó a la base. - Ahora te vas a identificar, y nos vamos a pensar si tirarte un par de semanas en los calabozos o no...

 - Por favor... esto no puede estar pasando. - Dijo exasperado, bajando la escopeta y metiendo la mano en un pliegue de su traje. - Gabriel Cromwell. Nº de placa R-01758, del Adeptus Arbites. ¿Es suficiente identificación? - Dijo plantandoles en las narices su placa. - Tenéis suerte de que hoy esté de buen humor... - Dijo en tono irónico. - Llevadme hasta quien esté al mando de esta base.... ¡Ahora!

Acojonado al ver la placa del adeptus arbitres junto a la identificación de la inquisición, el hombre servilmente y sin decir una sola palabra fue hablando, escaño por escaño, a lo largo de toda la base, con diferentes miembros del lugar hasta que por fin, lo puso en contacto con el coronel de la base, un hombre delgado, fibroso, duro, de cuadrada mandíbula y mentón sin afeitar del que salían pequeños pelos blancos, duros como alfileres.

Al llegar frente a el, el hombre se cuadró y se acercó con rapidez al coronel, le murmuró unas cuantas palabras y tras saludar marcialmente se retiró. El coronel se levantó y con las 2 manos cruzadas en la espalda caminó hasta el recién aparecido... bandido. Mirándole bajo su gorra de corte militar, señaló:

Me han comentado, que tiene gran urgencia por comentarme un tema de, al parecer, suma importancia, que no puede esperar. Dígame, ¿De qué se trata?.

Directo, al grano, tan certero como un laser largo.

- Señor. - Saludó Gabriel, que aunque no tuviera que ver con las graduaciones militares convencionales, nunca está de más saludar a un mando como se debe. - Se trata de la cuadrilla que espero, Señor. Debí encontrarmes con ellos en la base hace horas, pero no se tiene rastro de ellos. Me informaron de que estarían fuera, en plena selva, y me encontraría con ellos en la base. Solicito que me informe si han tenido contacto con ellos, Señor.

 Resultaba un tanto cómico, como Gabriel se cuadraba, se estiraba, y saludaba con la mano en la frente vendada. Las vendas ya se estaban volviendo a empapar de sangre.

Ya bueno, y yo que quieres que le haga hijo, si tenias que reunirte con gente aquí, no es de mi competencia... No sé que puedo hacer yo... La verdad es que tenemos mucho trabajo pendiente, nos están llegando suministros para la población civil sin parar y son muchas las naves que pasan por aquí últimamente...

Parece ser cierto, por la ventana del puesto de mando ves continuo aterrizar de naves, siendo guiadas por servidores de vuelo con conos luminosos. El general hace un amplia gesto con la mano, señalando por la ventana, mientras dicha mano sujeta un puro de gran tamaño.

No sé, va a tener que explicarse más, no sé quién es, de donde viene… y se pone a hablarme sobre compañeros perdidos y puntos de reunión… Hijo, veo que tiene pinta de ser algo importante, pero… no se si se ha dirigido a la persona idónea, aquí yo tengo mucho trabajo, igual si se pone en contacto con suministros…

 - Me he dirigido a la persona idonea, Señor. Soy Gabriel Cromwell, Regulador del Adeptus Arbites en misión secreta de la Inquisición. Los hombres que busco son mis compañeros. Sin ellos la misión no llegará a buen puerto. Si tuviera algún problema, es a mis superiores Inquisidores a quienes debería usted reclamar. Verá, sólo quiero que se ponga en contacto con la escuadra, que indiquen coordenadas y su situación. Sabrá de sobra que las junglas de este planeta no son precisamente seguras.

 Y para corroborar su argumento, Gabriel mostró su identificación con miembro del Adeptus Arbites, así como la placa que le había entregado la Inquisidora y que, aunque sólo fuera temporalmente, hacía a Gabriel miembro de la Inquisición, aunque solo fuera durante el transcurso de la misión.

 - Señor, es de vital importancia... para todos... que haga lo que esté en su mano. - Y no hizo falta recalcar el "para todos" porque, por muy veterano que el coronel fuera, si se interponía en los asuntos de la Inquisición... debía rezar para que solamente terminara limpiando letrinas, y no ahorcado o calcinado. Con la Inquisición no se juega.

El rostro del coronel cambio de golpe, que la inquisición entrase en juego, cambiaba muchas cosas. El puesto que había logrado este corone, había sido a base de puntos y de escalar en los altos mandos, y no pensaba dejarlo caer por un traspiés mal dado. Con fingida calma te sonríe y dice...:

!AH! Bueno... tratándose de un asunto inquisitorial...veremos qué podemos hacer. Todo sea por servir al trono, ¿Verdad? Yo soy gran devoto. Si me disculpas....

Se gira hacia su teléfono en la mesa, marca unos cuantos números y pide con voz clara y potente de mando:

!Al habla el Coronel, necesito un contacto seguro con la fragata soldado, y lo necesito para Aller, ¿Queda claro?!

Apresuradas voces se oyen de fondo, por el teléfono, y mientras el coronel escucha va tomando nota de todo mientras contesta "! Ajam, eso es pero, mmm, bien....adelante, ahora!". Tras más de 15 minutos de conversaciones cuelga el teléfono, te mira y vuelve a tomarlo mientras marca otros números, sin mirarte siquiera te dice:

Puede que haya dado con algo, Aller partió de la fraga una nave Valquiria, de clase transporte. Una nave inquisitorial, para Aller había 2 vuelos, ese y el que....al parecer debó traerlo a usted a tierra. El caso es que no ha llegado aquí y voy a preguntar por los registros de vuelo... Un segundo.

El coronel ha vuelto a establecer comunicación:

Atención control, al habla el coronel, necesito los registros de la comunicación con la nave I-0101, que tenía previsto aterrizaje aquí para Aller y con la que perdimos contacto... Si espero... Trono dorado.... ¿CUANDO FUE ESO? ¿COMO? !!!POR TODOS LOS DEMONIOS....!!! !!!¿COMO NO ME LO COMUNICARON ENSEGUIDA?!!! JODER, TENEMOS UN GRAVE PROBLEMA CABALLEROS, QUIERON UN INFORME PARA LAS 18:00 SOBRE MI MESA !!! VAN A RODAR CABEZAS COMO ESTO NO LLEGUE A BUEN PUERTO !!! ¿ME HAN OIDO? !! Y NO SERA LA MIA !!!

El coronel cuelga con gran estruendo el teléfono y se toma unos segundos para dar una larga calada a su puro... Después te mira tras una nube de humo y te dice:

Al parecer perdieron contacto con la nave, Aller al medio día.... a unos 30 o 40 km de aquí, rumbo sur-suroeste... Joder... se traspapeló la información con todo este trajín... Trono dorado...No hemos sabido nada de ellos desde hace un día... Ni un S.O.S....ni nada de nada.... Es problema de que las patrullas enemigas están derribando naves... ¿Qué se puede hacer? Seguramente ya estén muertos a este paso...

 - Señor. Se que es duro perder una nave.... pero le pido que ponga una nave más al servicio de la Inquisición. No preciso de mucho. Transporte ligero con capacidad para diez o doce personas. Necesito un pequeño comando de siete máximo... para hacer hueco por si hubiera supervivientes. Tal vez un transporte valkiria, Señor, y a ser posible dos buenos tiradores con ametralladoras pesadas en los flancos por si las cosas se pusieran feas.

 Gabriel había cogido un papel en blanco, que había comprobado que estuviera en blanco previamente, y con un boli empezó a dibujar el boceto de una nave valquiria con los laterales abiertos y dos ametralladoras pesadas, de las que lanzan cartuchos cono una palma de largos. Luego miró el reloj que tenía el coronel en su despacho, y suspiró. Aún hay tiempo para prepararlo todo.

 - Señor. Iré personalmete en el reconocimiento. Y.... aún quedan 7 horas para que le llegue el informe que ha pedido. Estaría bien que sus médicos me sacaran... un par de balas que tengo aqui... - se señala justo la sien. - y aqui... - y se señala el estómago. ¿Es posible que un hombre sobreviva a un balazo en la cabeza? - Señor, espero que sus médicos trabajen rápido y me dejen bien vendado... que no me impidan ir al reconocimiento. Se sorprendería la velocidad a la que pueden cerrarse mis heridas. - Bromeó, pero siempre fue así.

Si desde luego, baje a que le atiendan nuestros médicos, son de los mejores...

RIIIIIIIIINGGGGGGGGGGGGGGGGG RINNNNNNNNNNNNNNNNNGGGG Truena el teléfono furioso. El general se queda mirándolo, como si presagiara algo muy negro... Lo coge y pregunta con voz sumisa:

¿Sí? ¿Quién es? -Olvidando de golpe todo protocolo de mandos- !! Si perdón!! Si!! Desde luego Usía!! Como ordene!! Totalmente de acuerdo !! Por el emperador mi señora!!

Cuelga el teléfono, su cara se ha vuelto blanca como la cera de las velas de las iglesias de san Fiodas. La mano le tiembla y balbucea cada vez que intenta empezar la frase.

Era la Maese Inquisidora Lilith, dice que tiene total control sobre la operación que estamos organizando, que le de cuanto quiera, y que tiene autoridad sobre mi... Lo organizare todo señor.. Espere. !!!! KISTIAN !!! Preséntese aquí ahora mismo y acompañe al oficial de la inquisición Gabriel a la enfermería. Gabriel, quedamos en la pista A1, en 7 horas, ¿De acuerdo? Espero verle recuperado para entonces, alli le esperaré con 2 naves de clase asalto para un reconocimiento completo de la zona.

Señala mientras se cuadra y te saluda marcialmente.

Ahora si me disculpa, me dispondré a organizarlo todo. El emperador Protege.

 - Antes de 7 horas estaré en el angar Señor. - Gabriel se cuadró frente al coronel antes de marcharse. - El Emperador Protege.

 Tras la despedida Gabriel, acompañado por un soldado, llegó a la enfermería. Ultimamente habrían tenido poco "lio" en la base, porque no había casi ningún soldado convaleciente en las camillas. Se presentaron unos soldados, médicos, que preguntaron por la razón de la visita.

 - LAS razones, en pluras, las tengo alojadas en la sien y en el estomago. Rezo al Emperador para que me haya jodido el bazo y no otro órgano más util... - Dijo Gabriel, que dejaba su equipo en una esquina y se desnudó, sin importarle quedarse en paños menores. Luego se quitó los vendajes. Efectivamente, aparte de un corte que casi le salta el ojo, tenía dos agujeros de bala que aún estaban a medio cerrar, en la cabeza y el vientre. - ¿Serían tan amables de sacarmelas? Ah, la de la cabeza no la tiren, que la quiero de recuerdo.... No me miréis así.... ¿Cuántos soldados que les metan una bala en la cabeza están tan bien al día siguiente?

Los cirujanos te anestesian y durante una hora, tus pesadillas vuelven a acudir, vuelves a recordar pasados tiempos, no muy felices... Pero tras esa hora vuelves a despertar, te encuentras como nuevo, ves que tienes un gotero en la mano y que ya casi se ha vaciado el suero que tienes colgando de un hierro alado de la camilla. Te encuentras fenomenal, mejor que fenomenal !En plena forma! (Tienes todas las heridas recuperadas). Una enfermera llega y comienza a decirte que si deberías descansar....que si no tendrías que moverte mucho....que si órganos vitales tal, que órganos vitales cual.... No le haces ni puto caso y te vistes a mayor velocidad de lo que ella ha visto nunca.

En menos de 15 minutos estas paseando por la base, con ropa lavada y limpia de sangre, y con tu escopeta a la espalda. Cuando llegas a la zona de aterrizaje, ves dos preciosos valquiria, esperando, alrededor de ellos en semi-circulo, se encuentra el coronel, y una escuadra con armaduras kaskin nada más y nada menos, el coronel está impartiendo ordenes a los 2 pilotos de forma experta, mientras se abrocha su armadura caparazón con dificultad, se ve a simple vista que no está muy acostumbrado a llevarla. Cuando te ve aparecer señala hacia la nave y dice:

Sannian, mi pequeña, lleva el nombre de mi esposa, jejejejeje, y al menos es tan ancha y robusta como ella, jajajajajajajaa.

Los soldados de su alrededor ríen a coro, parece que son hombres muy cercanos a él.

Todo listo para partir Gabriel.

 La operación había durado una hora. Y en menos de 30 minutos ya estaba recuperado. Algo increible, a juzgar al menos por la cara de la enfermera que se afanaba en que Gabriel se quedara en el sitio. Tenia que descansar. Al menos dos o tres días. Nadie podía imaginarse que tras 30 minutos estuviera como nuevo. Se vistió con su traje de camuflaje que ahora era blanco, como las paredes de la enfermería. Cargó con la escopeta al hombro y, cuando se marcho de la enfermeria, se despidió con un quedo "me quedaría... pero tengo que volar"

 Tres minutos después estaba preparado en el angar. Totalmente recuperado y sonriente, como nunca lo hacía. Le gustaba sorprender. Y al parecer aún no habian terminado de prepararlo todo.

 - Coronel, señor ¿pensabas que me esperarias? La misma cara ha puesto la enfermera. Muy guapa, por cierto. - Gabriel tomó su escopeta. anoche gastó unos... doce casquillos y no había repuesto. Abrió la recámara y metió doce casquillos nuevos en el cargador. - Eh, coronel, ¿cuanto cuestan las bellezas que llevais puestas? Cuando quiera. Estoy listo. - Y tomó su posición en la nave valkiria que le asignaron.

Jajajajajajaj, el Coronel rió con ganas, aquel joven le gustaba, parecía el cuando era joven....

!!! Adelante señores!!! Tenemos unos muchachos que recuperar!!! Embarqueennn !!!

Los soldados entraron en la nave, se sentaron y comprobaron sus armas. Los pilotos y copilotos subieron en sus asientos, y pusieron con un rubio terrible las toberas, todo comenzó a temblar, los artilleros tomaron sus armas de apoyo de las monturas, bajaron sus viseras protectoras de su casco. Con un rugido más que ensordecedor, las aeronaves se pusieron en vuelo, a toda velocidad empezaron a recorrer bosques y mas bosques. El coronel se giró hacia ti y te dijo gritando para hacerse oír:

!! Hemos dirigimos hacia la posición 3:23 del sector, allí es donde vieron por última vez el transporte, o al menos, donde se perdió la comunicación !!!

Las naves van volando a toda velocidad.

Gabriel se sentó en su sitio. Observó a la cara a todos los soldados, para comprobr que ninguno era un novato en estas lides. El Coronel había elegido bien. Tal vez fuera por el aliciente de estar la Inquisición detrás de todo, el caso era que el Coronel había puesto sus mejores hombres al servicio de esta misión. ¿Encontrarían a quienes deberían de ser sus compañeros? Bueno... si no estan en el punto en que los vieron por ultima vez...

 Gabriel permanecía en silencio, espectante. Echó la espalda hacia atrás para apoyarla en el respaldo de su asiento y cerró los ojos. No durmió, porque seguía manteniendose alerta de los ruidos y conversaciones de los soldados. Pero, con los ojos cerrados, le costaba mucho menos relajarse.

Todos estaban muy callados, todo volaba muy aprisa, y cuando empezaron la búsqueda bajaron la velocidad, casi se podía distinguir la fauna local huyendo por aquel estruendo. Cada animal, había algunos de mayor tamaño, grox seguramente, sin destacar. En los portones de las naves estaban 2 hombres en cada uno, con las piernas colgando hacia tierra, rifles inferno en mano escudriñando la selva con sus visores.

Todo pasaba ahora más lento, y de golpe, en medio del denso bosque, un tremendo claro, con unos restos retorcidos. Las dos naves aterrizaron una a cada lado, los hombres bajaron de los transportes, y se desplegaron con eficacia, todo estaba poblado de cadáveres, cadáveres brutalmente destrozados, quemados, pero extrañamente sin armas. A cada cadáver que los hombres con equipos Karskin se encontraban, le pegaban un tiro entre los ojos. Brutales, implacables.

Tu bajaste con el Coronel, y observasteis la zona, varios solados, exploradores, se encontraban junto a vosotros cubriéndoos. Informes llevaban volando por los comunicadores. 11 soldados del enemigo, varios irreconocibles, también informaron de 3 cosas importantes:

La primera era que no había rastro del pasaje.
La segunda era que el habían encontrado el cadáver tanto del copiloto como de los artilleros, pero que no había rastro del piloto.
La tercera era que había una lapida, una lapida en la que ponía: NARIA.

Un grupo de soldados volvieron e informaron al Coronel de las novedades. Ante lo que le plantearon, el oficial señaló:

Tu y tu -señalando a los exploradores- Búsquenme el rastro del pasaje, se han movido eso está claro. Tú y tu, desentierren a la joven, traigan 4 bolsas para cadáveres, quiero recoger a esa joven y la tripulación muerta, los quiero antes de 5 minutos en unas bolsas y a bordo de las naves.

Gabriel frunció el ceño y realizó una mueca de disgusto al observar la masacre. Por suerte era visible que los muertos, al menos en su mayoria, eran del enemigo. Gabriel observó los signos de lucha y, en algunos lugares, los charcos de sangre aún fresca.

 - Ha sido una carniceria... - Comenta en el momento en que se acerca a la improvisada tumba de la mujer, extrañado. Era la primera vez que veía que alguien le hiciera una tumba a un muerto. - Debió ser parte del grupo. Si no... no me explico que los supervivientes la enterraran. Coronel, necesito un par de exploradores que busquen rastros en la tierra... pisadas, plantas aplastadas... Si fueron a pie serán fáciles de encontrar.

 Luego se acercó a la ruina de nave que había sido derribada. Dio una vuelta a su alrededor, dos...

 - Coronel, ¿es esta una de sus naves? No hay supervivientes... al menos aquí... - Luego buscó algo de lo que pudiera servirse... - Bien, ¡aqui no hay nada más! ¡Vamonos cagando leches! ¡Cuanto más tiempo pasemos aquí más lejos se encontrará el grupo! Coronel... - Dijo acercandose a O'Neill. - Déjeme sugerirle una cosa. Déjame una cuadrilla de exploradores para peinar la jungla a pie. Si esa nave de ahí era donde viajaba el grupo... no me gustaría encontrarme con tropas antiaereas.

Los 2 exploradores volvieron sin aliento. Parecían abrumados, se cuadraron y esperaron un minuto a recuperar el aliento, tras lo cual dieron su novedad:

Señor, hemos detectado un rastro, 6, tal vez 7 personas, botas de la guardia imperial al menos 2 pares. Se han adentrado hacia el bosque, nos llevan...toda la mañana hasta ahora, intentar encontrarlos a pie sería imposible.

El coronel se quedó como estaban con los brazos cruzados a la espalda tras lo cual preguntó a sus exploradores, en los que claramente confiaba mucho:

¿Que sugiere sargento?

El sargento, experto en exploracion y reconocimiento añadío:

Volar bajo, muy bajo y todo lo tengo que se pueda... en aquella dirección, recto, seguramente nos han oído o visto pasar, estarán esperando la pasada de vuelta, lo más probable es que intenten algo. Yo probaría a hacer eso, mientras el copiloto de la nave beta inunda todas las frecuencias que puedan captar los micro receptores estándar de la guardia con un mensaje, algo así como: "si se encuentran allí abajo, marquen su posición".

El Coronel se volvió y añadió:

Gracias sargento, embarqué cuanto antes. Atención muchachos, carguen esos cadáveres cuanto antes y todos arriba, tenemos una pista y por Welon que la vamos a seguir... no lo duden.

 Gabriel, que no es de los que se queden con los brazos cruzados, ayudó a cargar en las bolsas herméticas los cadáveres y luego a subirlos a la nave, para  después esperar en su sitio. Cogió, de un cadaver y con la aprobación del Coronel, una de las armaduras completas, negras, que portaban. Durante el trayecto, y con prestreza, se quitó el chaleco de mallas y lo sustituyó por la armadura imperial. Hizo un rebuño con el chaleco y lo metió en la mochila que siempre portaba. Pero pesaba demasiado... Así que tuvo que dejar la mochila en el suelo de la nave. Si lucharían, lo haría solo con la armadura, y cargado con la escopeta y la maza.

 GAbriel esperó, atento, observando los movimientos de los guardias imperiales. Algunos limpiaban las armas. Con esmero lo hacía uno, silencioso y certero armado con un rifle de precisión. Otro mascaba algo, tabaco seguramente. Otros se pintaban la cara con diferentes motivos, de un color verde oscuro y negro... Todos se preparaban por si acaso hubiera que entrar en combate.