Partida Rol por web

¡gracias hombre! - dice amablemente Severus - Será mejor que no la deje sola...que el Emperador vele por usted, amigo.

Acto seguido se despide del hombre y sale en pos de su "mujer".

Magnus no pensaba pronunciar palabra al pasar por la recepción. Pero se paró a escuchar la conversación de Severus y el recepcionista. Tras la respuesta y la marcha de Severus, entendió que había que darle un gesto de amabilidad el barrigón.

Mostrando todos los dientes y las encías, con sus respectivos tatuajes, formó una extraña mueca con los labios que podría suponerse una sonrisa exagerada.

-Hasta luego -se limitó a decir mientras sonreía y agitaba la mano con suavidad en gesto de despedida.

Luego siguió a Severus. A fin de cuentas, era el compañero con el que había llegado al planeta.

Lo importante es, sobretodo, que la bomba no estalle mientras yo esté cerca. Como es una mina, es algo que se sabe que va a estallar, así que de eso no hay que preocuparse. De lo único que hay que preocuparse es de que estalle cuando uno quiera, es decir, ni demasiado pronto (justo a tiempo para convertirme en puré de tecnosacerdote junto con los otros cadáveres), ni demasiado tarde (por ejemplo, dentro de dos meses, cuando los arbites hayan decidido reutilizarla después de habersela incautado de este cuarto, tras encontrar los fiambres).

Primero compruebo como funciona el detonante, y me aseguro de que no vaya a explotar en ese momento. Por un momento pienso que tal vez tenga suerte y lleve un temporizador, pero no, no hay suerte. Así que saco mi frasquito de oleo sagrado y pongo un poco sobre el artefacto y sobre mis propias herramientas. Me pongo en las manos del Dios Máquina, él me bendecirá.

Ahora se trata de desconectarlo del sistema detonante original, y poner en su lugar un temporizador de los míos. Sin forzar la detonación en el proceso. Quince minutos de margen de tiempo será suficiente para que podamos alejarnos lo suficiente. Bueno, veinte minutos. Seamos generosos.

Trabajando con sumo cuidado y sabiendo lo que se hace, el tecno-sacerdote manipula como el mejor de los maestros armeros la carga de demolición. Expertamente extrae el fulminante, que en este caso se activa por control remoto, y lo sustituye por un temporizador que iniciará la cuenta atrás desde 20 minutos en cuanto el experto presione el botón. Una vez iniciada la cuenta atrás solo el podría pararla.

La operación en el piso de arriba parece que ha sido todo un éxito, el explosivo queda listo, y situado junto a los cuerpos en la bañera, para que de ellos no quede ni rastro. Tras ello, Elius toma su equipo y baja a la recepción donde ve que algunos miembros del equipo han ido a por los vehículos.

Neckera tiene ciertos conocimientos de conducción y con hábil manejo ha acercado pesado camión militar hasta situarlo pegado a la trasera del vehículo todo-terreno en el que Ray se ha montado como artillero y espera que alguien con habilidad en temas de conducción se haga cargo del vehículo. El comboy está situado en la entrada del edificio bajo la lluvia que repiquetea contra la pesada lona del camión, algo deteriorada por las incidencias del servicio. La calle parece desierta, el único vehículo que se aprecia es el destrozado y desvalijado coche de los arbitres que se encuentra en un lado de la acera unos 10 metros por delante del todo-terreno.

Severus sigue a Neckera fuera y ve como esta se dirige hacia un desvencijado camión que ha tenido mejores dias.

Deja en la parte posterior el lanzacohetes y se sube a la cabina. Sentandose al lado del conductor.

Bueno, a ver cuanto tardamos en largarnos antes de que esto estalle en mil pedazos.

Luego comprueba que sus armas esten en buen estado sobretodo el rifle.

Göran se sube al a la parte posterior del camión y espera que sus compañeros se distribuyan en los dos vehículos.

- Listo para partir, hijos míos.-

Dice a los miembros del comando que están en la cabina.

Demonos prisa, hay que hacer el trapicheo y conseguir la viruta. La necesitaremos para cumplir con nuestra misión.

El tiempo pasa y la gente va acomodándose en los vehículos. Neckera y Severus en la parte delantera del camión, con la soldado a los mandos. La caja de armas y el lanza-cohetes en la parte trasera, junto al sacerdote que vigila de todo ello. Delante del grupo, Ray espera con el rifle preparado y listo a que alguien tome los mandos del vehículo y se inicie la marcha...

Mientras en la habitación junto a los cadáveres de los 3 mercenarios y el noble imperial desfigurado, una carga de demolición ajustada a 20 minutos sigue su cuenta atrás. Desde que el tecno-sacerdote pulsó el botón y bajó con el resto del equipo, han pasado ya unos cuantos minutos. El tiempo corre.

Bajo sin apresurarme, pero también sin perder el tiempo. Paso por delante del gordo sin dedicarle una mirada ni saludarle, y salgo a la calle. La lluvia no ha cesado, pero me da igual porque mis ropas me protegen.

Hago un gesto de saludo al camión, y me subo al asiento del conductor del todoterreno, que está libre y esperándome. Perfecto.

Arranco y empiezo a circular... no muy rápido al principio, y eligiendo una dirección al azar. No hay que llamar la atención.

- Avisa a los de atrás que quedan unos 10 minutos para que la mina explote. Por cierto ¿alguien se ha molestado en enterarse como se llega al punto de reunión?

Rápidamente veo que Elius baja, y se sienta en el asiento del conductor, indico a Kaarl y Bellim que vengan al camión y se sitúen en la parte posterior, con la valiosa mercancia. Mientras se deciden veo que Elius sale rápidamente y comienzo lentamente a andar para dar la oportunidad de saltar al camión de una vez por todas, venga chicos!! no me gustaría que la bomba me expotase en las narices... susurro a Severus haciendo un gesto insistente a mis compañeros para que suban de una vez.

Si no corren por salvar sus vidas es su problema, no el nuestro. -le responde también en susurros

Magnus, siguiendo a Severus, se monta en el camión con él y Neckera.

-Bueno, ¿nos vamos? -comenta con cierto entusiasmo mientras se estira en la parte de atrás.

Kaarl sube al camión y se sienta en la parte trasera, en la caja del mismo junto al baul de las armas. Está listo para abrir fuego con sus armas y mandar al infierno todo cuanto se ponga por delante. El Jeep arranca y avanzar por la carretera levantando surtidores de agua a sus lados. Ambos vehiculos están conectados por las radios que portan, integradas en los vehiculos, de forma que sus ocupantes pueden hablar entre ellos sin ningun problema. Las calles estan especialmente vacias, sobre todo en esta parte de la colmena donde no hay lineas de transporte publucos operativas.

Meto la direccion en la placa de datos, y le doy a buscar recorrido en el mapa de la ciudad. Espero unos segundos a que se cargue la pantalla, mientras porfín mis compañeros suben al camión y se preparan para la veloz huida.

Al ver que los compañeros no han tenido tiempo de buscar como se llega, sugiero repetir estrategia.

- Cuando veníamos, usamos una guía de una cabina de teléfono. Es fácil, rápido y anónimo. Si Neckera no encuentra nada, podemos hacer eso de nuevo.

Miro hacia los dados para ver si hay una cabina por ahí cerca, entre la cortina de lluvia consigo apreciar algo que parece ser lo que buscaba.

Vayamos ahí! hay que buscar donde esta ese sitio. digo a mis compañeros.

Tardo un momento en divisar el lugar que indica Neckera. De no ser por ella, la cabina me habría pasado totalmente desapercibida. ¿De verdad llaman "cabina" a eso?