Partida Rol por web

Las Guerras de la Luz y la Oscuridad

[01] Puesta al Día

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26/01/2021, 10:11
Savinian

¡Rya, Morann, queridas! ¡Buenos días! ¿Estáis bien? Por supuesto que estáis bien. Rya los ha vuelto a acojonar a todos, ¿no? —dijo, señalando con el pulgar en dirección a la pequeña turba—. Ese tipo, Culdur lleva siguiéndoos desde hace dos días. Él es un papanatas inofensivo, y su amigo Dubrin también. Pero a sus nuevos amigos no los conozco, son forasteros y me dan mala espina. Cuidado con ellos, no parecen trigo limpio. ¿Qué? Cuido de mis amigas, aunque no les haga falta.

Se acercó a Rya y la sonrió tendiéndole el antebrazo para que se lo estrechara al estilo de los aventureros.

Galatea, ¿conoces a Morann? No estoy seguro. Por si acaso, Galatea, Morann. Y Áscalon, por supuesto, no me olvido de ti, lobito bueno

El drow se reajustó aquellos anteojos facetados de vidrio de color rojo oscuro mientras devolvía su atención a Rya. Había elfos oscuros que se acostumbraban a la luz del mundo superior, pero Savinian no era uno de ellos y utilizaba aquellos anteojos siempre que tenía que operar a plena luz del día.

Hay problemas —le dijo a Rya, en tono más serio—, por todo el Valle. Estaría bien pillar a Berenice por banda y reunir a los Escudos para ponernos al día. Yo pongo la cerveza.

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26/01/2021, 19:58
Rya Shaleel-Balthus

Rya enarcó una ceja mientras contemplaba cómo la canalla salía en procesión. ¿Sabe dónde vivimos? ¿Y no sabe que tiene que atravesar el cubil de una dragona para llegar? Sésperis no era realmente una dragona, pero era bastante aproximado para ella, y para cualquiera que no se dedicase a las taxonomías dracónicas.

Aún estaban descendiendo cuando la paladina reconoció a los elfos, y el lobo, que se cruzaron con ellos.

Bienhallados, amigos míos, saludó a los tres recién llegados. Me alegro de veros; mejor ahora que hace un momento. Os habéis ahorrado una situación más bien grimosa. Agradezco la advertencia, Savi. A pesar de vivir en el enlace, el drow estaba más al tanto de lo que se cocía en la Ciudad que Rya, a pesar de vivir en el enclave. Estaremos atentas las dos. La mirada que les habían dedicado al marcharse le había erizado el vello de la punta a Rya.

Cuando Savinian habló de reunir a los Escudos, Rya intercambió una mirada con Morann. No era necesario decirle lo que había pasado; la maga lo había percibido al mismo tiempo que ella.

Hay problemas, respondió, asintiendo lentamente con la cabeza. ¿Has hablado con Llewan últimamente?

Volvió a concentrarse, no sin cierto temor esa vez, en su magia. Buscó una piedra cercana con la mirada y trató de levantarla del suelo sin tocarla, uno de los trucos más sencillos a su disposición. El alivio se pintó en su rostros cuando la piedra levitó hasta posarse en su mano. Con un giro de muñeca, la arrojó por el acantilado, lejos.

Sobre inestabilidad en la Urdimbre y conjuros fallidos, dijo. Acaba de sucederme. Una abjuración simple, por si decidían tirarnos algo más que frutas podridas.

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27/01/2021, 00:41
Áscalon

Áscalon lanzó un corto ladrido de aprobación cuando Savinian se acordó de presentarlo y se acercó caminando con la cabeza baja a olfatear a Morann mientras meneaba la cola suavemente en lo que pretendía ser un gesto inofensivo. A Rya la conocía, pero la otra humana era nueva.

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27/01/2021, 00:59
Galatea

Galatea por su parte no tenía muy claro qué había sucedido allí pero podía hacerse una idea somera.

Un placer—dijo cuando la presentaron.

El ceño de la druida ya venía ligeramente fruncido de antes pero se frunció algo más al oír sobre la inestabilidad de la Urdimbre.

Y sobre más cosas... —suspiró—. Mejor explicarlo cuando estemos todos. Aunque no sé por qué tengo la impresión de que tras recoger a Berenice añadiremos aún más problemas a la lista. Las leyes no-escritas nunca decepcionan.

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27/01/2021, 09:46
Savinian
Sólo para el director

Savinian frunció el ceño.

Extraño —admitió Savinian—. No, no he hablado con ella. He vuelto a la ciudad hará tres o cuatro días. Pasé por la Casa de Mystra a reponer componentes, pero atendió una de las acólitas. Endreira, creo que se llamaba. Me dijo que la Señora del Misterio Aspenwold estaba enfrascada en una investigación muy importante. Ahora ya sé cuál.

Se frotó el mentón mientras meditaba sobre el asunto.

Yo he estado usando extensivamente la magia cuando anduve por el oeste —dijo, y dedicó una mirada a Galatea. Ella podía tener una idea muy precisa de cómo había estado usando la magia—, y no he tenido ningún problema. Quizá sea algo que pasa localmente, o que afecta únicamente a las devotas de Mystra por algún motivo que se nos escapa.

Se encogió de hombros.

Podemos preguntar a otros lanzadores de conjuros de La Lluvia de Estrellas, por si ellos han notado algo. Aparte de eso, no se me ocurre otra cosa aparte de dejar a la Señora del Misterio Aspenwold continuar con su estudio.

Savinian le dio tiempo a Rya para que pusiera en voz alta sus pensamientos al respecto mientras él abría su guardapolvos. Abrió un bolsillo mágico y de él se asomó la cabeza adormilada y confundida de su familiar, un mochuelo al que había llamado Oswald. Los búhos eran animales sagrados para Selûne, pero no había sido ese el motivo por el que el drow había elegido ese compañero. Lo había escogido por pura afinidad, porque sus plumas eran negras como su piel, y como él, los mochuelos preferían la noche y no veía una torta por el día.

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27/01/2021, 10:19
Rya Shaleel-Balthus

Rya suspiró. Los problemas tenían la fea costumbre de caminar de la mano. 

Uno detrás de otro, dijo, encogiéndose de hombros. ¿Cómo van la cosas en el bosque? 

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27/01/2021, 11:53
Savinian

Savinian frunció el ceño.

Extraño —admitió Savinian—. No, no he hablado con ella. He vuelto a la ciudad hará tres o cuatro días. Pasé por la Casa de Mystra a reponer componentes, pero atendió una de las acólitas. Endreira, creo que se llamaba. Me dijo que la Señora del Misterio Aspenwold estaba enfrascada en una investigación muy importante. Ahora ya sé cuál.

Se frotó el mentón mientras meditaba sobre el asunto.

Yo he estado usando extensivamente la magia cuando anduve por el oeste —dijo, y dedicó una mirada a Galatea. Ella podía tener una idea muy precisa de cómo había estado usando la magia—, y no he tenido ningún problema. Quizá sea algo que pasa localmente, o que afecta únicamente a las devotas de Mystra por algún motivo que se nos escapa.

Se encogió de hombros.

Podemos preguntar a otros lanzadores de conjuros de La Lluvia de Estrellas, por si ellos han notado algo. Aparte de eso, no se me ocurre otra cosa aparte de dejar a la Señora del Misterio Aspenwold continuar con su estudio.

Savinian le dio tiempo a Rya para que pusiera en voz alta sus pensamientos al respecto mientras él abría su guardapolvos. Abrió un bolsillo mágico y de él se asomó la cabeza adormilada y confundida de su familiar, un mochuelo al que había llamado Oswald. Los búhos eran animales sagrados para Selûne, pero no había sido ese el motivo por el que el drow había elegido ese compañero. Lo había escogido por pura afinidad, porque sus plumas eran negras como su piel, y como él, los mochuelos preferían la noche y no veía una torta por el día.

Oswald, ve a buscar a Berenice. A estas horas debería estar en el templo del Arpa Cantora o en el mercado, dando una vuelta. Dile que venga a buscarnos a La Lluvia de Estrellas —dijo, y añadió con media sonrisa:—. Y que venga volando.

El búho ululó como respuesta y Savinian lo echó al aire para que fuera buscar a vuestra cuarta compañera.

Y sin aguardar educadamente su turno —le dijo a Rya—. Venga. Vamos a la Lluvia. Le pediré a Lady Breeandra Nenthyn un reservado para que podamos hablar tranquilamente sin el bullicio de la sala principal.

Savinian guiñó el ojo a Galatea, aunque su gesto pasó casi desapercibido detrás de los anteojos coloreados. El drow sabía que la druida iba a agradecer alejarse del tumulto. Os dirigisteis hacia el extremo oeste de la ciudad; el club de aventureros de la Lluvia de Estrellas estaba casi al lado de la Sede del Consejo.

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27/01/2021, 12:07
Morann

Ve con ellos —dijo Morann, poniéndose de puntillas para besarte fugazmente en los labios —. Yo recojo esto y le cuento a Llewan lo que ha pasado. Cuídate mucho, ¿vale?

Le guiñó un ojo a Savinian, como si supiera quién iba a cuidar de ella en ausencia de Rya.

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27/01/2021, 12:08
Savinian

Llegasteis a la Lluvia de Estrellas casi a la vez que Berenice, puesto que la profetisa de Selûne se había tomado literalmente aquello de ir volando con Oswald. El club de aventureros tenía el mismo aspecto que el conjunto de casas viajes y lujosas que fue antaño. Seguían en pie, pero estaban unidas por un gran salón de celebraciones, construido en el lugar en que estaban los antiguos patios, cuadras, cocheras y callejones de la manzana.

Tras los saludos pertinentes os acercasteis a la Puerta Grandiosa, donde había un auténtico contingente de guardias vigilando la entrada. Había dos enormes porteros semiogros con músculos como melones, y media docena de guardias humanos que portaban ballestas de mano y pequeñas jaulas en las que había extrañas criaturas parecidas a murciélagos, con largas colas bardas. Como miembros de la Sociedad de la Estrella para Nobles Aventureros, os dejaron pasar sin problema.

Allí dentro el ambiente era animado y ruidoso. La gente bebía y comía, y las mesas estaban llenas del famoso pucherón de Jabalí y Castañas. La mayor parte de los aventureros allí congregados ya pintaban canas, y contaban historias y se jactaban de hazañas logradas mucho tiempo atrás. Savinian habló con la actual propietaria del club, que también era drow, y os procuró un reservado en el Ala de Descanso, donde no estaba permitido armar jaleo.

Se trataba de una habitación rectangular de piedra en cuyo centro había una chimenea de piedra. Las paredes se antojaban tan vacías como frío estaba el hogar. Había una alargada mesa de nogal con media docena de sillas de alto respaldo sobre una alfombra de vivo color carmín. Al fondo había una puerta que daba a una habitación con otras tantas camas hechas.

He encargado algo de comer y de beber. Seguro que más de uno tendréis un apetito... canino. ¡Bueeeno, espero que os guste el sitio! Lady Breeandra Nenthyn me ha dicho que la Compañía del Hombre Murciélago ha dejado este reservado libre y lo he alquilado por medio año para nosotros. Lo tendremos a nuestra disposición día y noche —anunció el drow, sonriente—. Me ha dicho que si obtenemos algún trofeo durante nuestras aventuras, ellos se ocuparán de prepararlo para que adorne nuestra habitación.

El drow se agachó sobre el hogar y alimentó con ramitas la chimenea, intentando esquivar la mirada de reproche de la druida frente a su mención de "trofeos".

¿Qué tal te va, Berenice, angelico? —dijo mientras se preparaba para encenderla—. Cuéntanos alguna buena noticia, por favor. La mañana está colmada de malos presagios. Por cierto, lo de venir volando era un decir.

 

¡Logro disponible! Cazad a una criatura exótica o conseguid un objeto singular para exponerlo como trofeo en el Salón de los Escudos de la Rastra.

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28/01/2021, 11:39
Berenice

Berenice aterrizó de forma brusca, levantando una buena polvadera con el batir de sus alas. En cuanto puso los pies en el suelo, dejó los brazos en cruz para estabilizarse y agitó las alas más despacio hasta detenerlas. Tras unos segundos esperando encontrar el equilibrio y que el suelo dejara de moverse, se enderezó y saludó a sus amigos.

-¡Hola! -exclamó, frotándose la cabeza-. ¿Qué tal?

La muchacha plegó las alas lo más que pudo, notaba unos leves pinchazos en los hombros, con toda seguridad tendría agujetas en un par de horas. Apenas usaba las alas y se notaba, no solo por su torpeza a la hora de volar, sino porque todos los músculos le chirriaban cuando aterrizaba. Vestía una túnica vaporosa con adornos plateados, un símbolo de Selûne colgando de su cuello, un chaleco ceñido al talle de colores morados y unas sandalias de tiras enrrolladas hasta media pierna. No portaba joyas, solo un aro dorado en la muñeca, y tenía el pelo claro trenzado. En una pequeña mochila en bandonlera portaba su libro de sueños, todos sabían que era dónde escribía todo lo que soñaba y profetizaba, estaba lleno de anotaciones, dibujos, esquemas y cosas que solo ella podía entender, porque solo Berenice encontraba orden dentro de aquel caos.

Tras los saludos correspondientes, entraron en la ruidosa taberna. Berenice buscó alguna cara nueva e interesante mientras Savinian conversaba con la dueña y buscó una mesa discreta con hueco suficiente para que hubiera sitio para sus alas. Pero el drow los llevó a un reservado, de modo que ya no sentía las miradas de nadie encima de su plumaje blanco alabastro. Se acomodó lo mejor que pudo, poniendo las alas en ángulo para no ocupar mucho espacio y dejarlas apoyadas en algún lado, como el que apoya los brazos en un sillón. No eran incómodas, si las ponía bien podía dormir incluso boca arriba, pero se le dormían algunos músculos también y era una sensación rarísima. Además, eran súper sensibles. 

-Debí suponerlo... -murmuró Berenice cuando Savinian le dijo que lo de ir volando era una forma de hablar-. Pensaba que teníamos prisa y no quería haceros esperar. Me va bien, gracias. Hoy no he dormido mucho, he tenido un sueño. ¿Buenas noticias? Tal vez, ¿sabes algo del antiguo imperio de Netheril? He soñado con eso, con uno de sus reinos flotantes, justo en el momento en que la magia se encontraba sin protector y las ciudades se precipitaron a la tierra. Su rey hacía uso de un artefacto mágico justo antes de estrellarse. Oh, perdón -dijo mirando a los demás-. Bueno, veréis. Hace ya un par de milenios existía el Imperio de Netheril, tenía ciudades flotantes... Había un conflicto, una guerra entre los netherinos y phaerimm -que ahora que lo pienso, no sé quiénes son- y eso causó daño en la Urdimbre. Un tipo llamado Karsus, un poderoso archimago de Netheril, sintió que debía ocupar el lugar de Mystryl como dios de la magia para unir a los suyos y repeler la amenaza. Pero Mystryl era la única qu podía hacer eso y para mantener el tejido, se sacrificó, rompiendo el contacto con Karsus. Eso causó que durante un tiempo la magia dejara de funcionar y a su vez provocó que las ciudades flotantes se precipitasen contra la tierra. Bueno, pues uno de esos reinos, a lo mejor, pudo haber sobrevivido. En mi sueño, su gobernante hizo uso de un artefacto mágico para abrir un acceso a las Puertas de la Luna, el reino de Selûne. Seguro que Savinian o Rya conocen esto mejor que yo, no sabía nada sobre este imperio. El artefacto en cuestión se llama Ojo de Selûne  y he transcrito el conjuro que sirve para usarlo en mi libro.

Lo abrió, pero luego lo pensó mejor y cerró el libro.

-¿Y vosotros qué tal?

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28/01/2021, 15:40
Galatea

Galatea suspiró con alivio para sus adentros y gruñó ligeramente en el exterior. No soportaba aquella algarabía de ruido de la Lluvia de Estrellas por lo que agradecía la iniciativa de Savinian de encontrar un sitio más tranquilo en el reservado. Aunque a cambio el drow no había perdido la oportunidad de hacer el sempiterno chiste del "apetito canino". Daba igual, lo prefería mil veces a que luego estuviera doliéndole la cabeza durante horas.

No obstante, frunció ligeramente el ceño al oír las noticias de Berenice, aquel asunto había empezado no gustándole y cada vez le gustaba menos. La alegoría que había descrito representaba sospechosamente bien lo que le había sucedido hace poco a Rya con su conjuro.

Tenía la sensación de estar vislumbrando algo en todo aquello pero que todavía estuviera demasiado oculto entre la espesa niebla para verlo con nitidez. No quería lanzarse a dar palos de ciego pero sí resaltar al menos lo relevante.

Es solo una hipótesis... —dijo con la lentitud de quien está pensando en algo mientras habla—. Pero creo que lo que le ha pasado a  cada una no son cosas aisladas, sino relacionadas de un modo que todavía no conocemos.

Tomó asiento y esperó a que los demás lo hiciesen.

En Velarburgo están teniendo problemas. Están sucediéndose ataques de lobos procedentes del bosque de Velar por toda la zona, pero sobre todo al pueblo. Los Jinetes Grises y los guardias del templo de Khauntea  hacen lo que pueden pero no dan  abasto par proteger a todo el mundo.

»El comportamiento de esos lobos no es normal; un lobo se aproxima a las granjas en las noches de invierno con la esperanza de hacerse con alguna pieza y salir corriendo, pero se les espanta fácilmente con una antorcha. Estos no, estos atacan a la gente con una ferocidad inusitada, a plena luz del día, y no retroceden ni siquiera cuando se les hiere. Por lo  que me contó la Madre Segadora, las tonalidades de su pelaje son mucho más oscuras y apagadas, están famélicos, y tienen los dientes manchados de negro.

Torció el gesto con fastidio y cruzó los brazos sobre la mesa.

Y lo peor no es eso. Nadie sabe nada del Círculo de los Cedros del bosque de Velar desde hace seis semanas, y la gente le está echando la culpa a los druidas porque su ausencia ha coincidido con el inicio de los ataques, y con las desapariciones de personas—dijo—.  Mi hermana está en ese Círculo... si algo grave está sucediendo en el bosque me habría avisado.  Así que si no lo ha hecho quiero pensar que... es  porque no ha podido.

Suspiró, pese a que mantuvo el gesto estoico, no pudo evitar que se le volviera a ensombrecer el ánimo.

Como ya he dicho... es sólo una hipótesis. Pero encuentro relevante el exceso de "negro" en todo esto, como si estuviese vagamente conectado. Alguien le ha hecho algo a esos lobos. Y ahora no puedo evitar pensar en alguien bastante enemistado con Mystra cuando parece que suceden cosas raras con la Urdimbre. 

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29/01/2021, 21:52
Rya Shaleel-Balthus

La Lluvia de Estrellas era una singularidad en Ciudad de Valle de la Rastra. En todo el territorio de la región conocida como las Tierras de los Valles, de hecho. Entre las fronteras de Sembia, Cormyr y el Bosque de Cormanthor debían de morar menos gentes que en muchas de las grandes ciudades de los Reinos. Y sin embargo, ahí estaba ese lugar, como un imán para los aventureros desde la Costa de la Espada hasta Damara, y quizás incluso al otro lado del Mar de las Estrellas Fugaces.

Claro que, se decía Rya, algo especial había en los Valles. No en vano, el Valle de la Sombra, además de a pastores, acogía a varios Elegidos de la Dama de los Misterios, y algunos de los héroes más famosos de Faerûn. Además, ciudad del Valle de la Rastra tenía una localización privilegiada como lugar de paso, conexión entre el este y el oeste para quienes preferían evitar los tributos aduaneros de Sembia y Cormyr, y los peligros al norte del Mar de la Luna. De tal modo lo explicaba su hermano Jarin.

A las puertas del establecimiento, bajo la mirada de los guardas, Berenice se unió a ellos. Verla descender le hizo desear haber venido montada en Sésperis. Si había un lugar en la ciudad donde merecía la pena impresionar, era el club. Rya la saludó, sonriendo por volver a verla, aunque sin efusividad, incapaz de quitarse de encima la sombra de la preocupación y la angustia.

El interior del establecimiento estaba concurrido, como era habitual. Servía de base para varias compañías de aventureros que operaban en los Valles, incluidos los Escudos, y era un lugar de peregrinaje para aventureros de tierras más lejanas. Rya solía intentar colarse cuando era una cría, en busca de magos y hechiceros a los que atosigar para que le enseñaran cómo hacían magia. Desde su regreso, sin embargo, no la frecuentaba si no era para reunirse con sus actuales compañeros. Entre sus muros había un mundo diferente, poblado por gentes diferentes. Era aventurera, pero quería mantenerse con los pies en el mundo real, el de la gente que llevaba vidas corrientes, y sospechaba que, si hacía del club su establecimiento habitual, acabaría siendo arrastrada por la anormalidad.

Agradecía la intimidad, pero el reservado era tan frío que le provocaba un desagrado instintivo. Rya había vestido las paredes de su casa con tapices justamente por esa razón. Ya que esa sala habría de convertirse en su nuevo lugar de reuniones, cuando tuviese tiempo, tendría que ocuparse de encargar algunos.

La historia de Berenice la llenó de desazón. No era la primera vez que la escuchaba, pero no la hubiera relacionado con los temores de Llewan y su propio “accidente” si la celestial no hubiese elegido ese momento para recordarla. Los rostros de Galatea y Savinian revelaban que no era la única que lo pensaba.

Me ha fallado la magia, explicó a Berenice, después de que la druida contara su historia. He creado un escudo mágico, como he hecho miles de veces, y no ha aparecido. No ha pasado nada, solo una disputa con unos imbéciles que temen a la magia. Y a las mujeres. No necesitaba la protección, pero lo he hecho sin pensar, como siempre. Luego he probado otro conjuro, y ha funcionado. Llewan ya me advirtió que estaba pasando…

Y no le hice caso, omitió.

Tenemos que ayudar, dijo después a Galatea. Sin embargo, Rya no estaba convencida de estar en condiciones de poder ayudar. No podía saber cuándo su magia volvería a fallar, y solo rezar a Mystra que no sucediera cuando sus amigos la necesitaran en pleno uso de sus poderes. Velarburgo no queda lejos. Pero Savi ha dicho que había problemas por todo el Valle. ¿Hay algo más que debamos saber?

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29/01/2021, 22:03
Savinian

Savinian no contestó inmediatamente. El drow había conseguido hacer saltar una tímida llama, así que sopló y abanicó para alimentarla. Tras asegurarse de que ardía convenientemente, depositó un leño y se aseguró de que las llamas lo lamieran de forma adecuada. Se sacudió los restos de la corteza de la madera y se limpió las manos en el pantalón.

Los drow están causando todo tipo de problemas a lo largo del Valle. ¡Oh, sí qué novedad! Bueno, pues esto es diferente. La lucha en el Cormanthor va bien. Estamos haciendo retroceder a los besarañas. Por algún motivo que desconocemos las sacerdotisas no están apoyando a los batallones en las escaramuzas. Sin ellas, es todo más fácil. ¿Habéis peleado alguna vez con una sacerdotisa de Lloth? Muchas veces parece que estás a cinco pasos de darte cuenta de que van diez pasos por delante. Es... irritante.

»El caso es que estos drow no vienen del bosque de Cormatnhor. Estos vienen de abajo. Y ya sé lo que estáis pensando. No son las típicas incursiones en busca de rapiña y esclavos. Estos drow atacan a grupos armados, a aventureros. No sé qué están buscando, pero no es nada bueno.

Alzó un dedo en dirección de Galatea.

Ya sé que los aventureros se pueden defender mejor que granjeros y exploradores contratados por los Siete Burgueses. Pero también son mucho más peligrosos que...

...un puñado de lobos...

No era lo que Savinian quería decir. El drow se subió los anteojos a la frente. En el interior, no los necesitaba. Se frotó los ojos con cansancio.

A donde quería llegar es que esos drow son peligrosos, y a diferencia de los del Cormanthor, tienen magia peligrosa. Creo que he localizado uno de los puntos de la campiña desde donde organizan sus ataques. Pensaba que podríamos ir a hacerles una visita, pero aparentemente tenemos que lidiar, además, con una profecía del Netheril antiguo, con lo que sea que acaece en el Bosque de Velar, y con una inestabilidad de la Urdimbre que hace que los conjuros fallen.

Savinian se dejó caer en una silla.

Yo no sé ni por dónde empezar.

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30/01/2021, 00:16
Berenice

Berenice escuchó a los demás mientras se acariciaba las plumas, rumiando para sus adentros. Tenía sus propios problemas como para poder ver más allá de lo que sucedía en el pueblo, problemas relacionados con sus profecías, de modo que no se enteraba o no veía la gravedad del asunto de las escaramuzas en Cormanthor porque no solía estar implicada en esas luchas. De modo que se enteraba de los asuntos por lo que contaban los demás.

Miró a Galatea.

-Lo siento, no entiendo por qué dices que lo que nos ha pasado puede estar relacionado. Los asuntos que comentas son sucesos que están ocurriendo ahora, es extraño el comportamiento de esos lobos y que hace semanas que no se sepa nada del círculo. En cambio sueño casi todas las noches, lo mío no es un hecho aislado y mi profecía, o lo que sea, no veo qué relación puede tener soñar con un imperio caído con el ataque de unos lobos -lo dijo en un tono de disculpa, muy bajito; realmente no veía la relación, a lo mejor solo era por la forma en que la druida lo había expresado-. Soñar con un imperio que se perdió a causa de una inestabilidad en la Urdimbre y relacionarlo con un fallo en un conjuro lanzado por Rya esta mañana, tampoco veo la relación. Sucedió hace dos mil años. Seguro que ha pasado otras veces. ¿Casualidad? Puede ser, he soñado cómo caía un imperio desde los cielos, pero ya os digo que son profecías con las que habitualmente sueño. Lo que quiero decir es que a mí no me ha sucedido nada fuera de lo normal y en cambio a vosotros sí.

Hizo una pausa para beber agua, pero se dio cuenta de que no había nada encima de la mesa y miró al drow como pidiéndole en silencio algo para hidratarse.

-No sé decirte si lo que he soñado es una profecía -corrigió a Savinian con suavidad-. Porque sucedió hace miles de años. Estoy recopilando información, los maestros del templo del Arpa Cantora me están ayudando, cuando sepa más sobre el reino de Netheril, podemos investigar ese asunto si lo creéis conveniente. Sobre la inestabilidad en la Urdimbre, siento que es algo muy vago y no tan apremiante como puede ser el ataque de unos drows o el de unos lobos. Y a lo mejor, siguiendo la línea de pensamiento planteada por Galatea, todo está relacionado. Si lo está, ¡eso que nos ahorramos! -comentó con diversión-. Creo que debemos empezar con lo que sabemos y no con lo que no sabemos. ¿No os parece?

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30/01/2021, 03:37
Galatea

Galatea pareció pensativa.

Sí, los drow son peligrosos, pero no sabemos si lo que sea que está pasando en Velar lo es más o lo es menos. O si a ellos les falla también la magia ya puestos. La verdad es que sabemos demasiado poco de todo para mi gusto... —torció el gesto con fastidio, el factor desconocido era siempre el que más problemas traía—. Si queréis mi opinión la verdad es que preferiría esclarecer cuanto antes qué está sucediendo en Velar. No quiero arriesgarme a la posibilidad de darme cuenta demasiado tarde de que he ido a enfrentarme a un oso terrible mientras le daba la espalda a un dragón.

Un Círculo druídico entero no se esfumaba de la noche a la mañana durante más de un mes por simples ataques de animales, cuantas más vueltas le daba, menos le gustaba. Fue cuando Berenice dijo que no entendía la relación que parpadeó saliendo de aquellos tenebrosos pensamientos y la miró arqueando ligeramente las cejas.

En que lo relacionado no es "el ataque de unos lobos" ni "un imperio caído", es la extraña ponzoña negra y el fallo en la Urdimbre—respondió—. No estaba interpretando ese sueño literalmente, de hecho, creía que serías la primera en decir que ese tipo de cosas no deben tomarse a la literal. 

Antes había dejado en el aire que quizá Shar podría estar implicando sus oscuros tentáculos en todo aquel asunto de algún modo. La enemistad entre ella y Mystra era más que conocida y no se le ocurrían muchas cosas capaces de hacer que la creación de la Dama de los Misterios fallase. Pero como ya había dicho, no dejaba de ser una hipótesis, bien podía haber dos docenas de factores más.

Emitió un gruñido involuntario, tenía la misma sensación de incomodidad de cuando olía algo hostil entre la espesura pero no lograba ubicarlo.

Las sacerdotisas de Lloth no se están apuntando a repartir psicopatía como de costumbre en Cormanthor, los drow surgen como setas en la campiña, la Urdimbre de pronto falla aleatoriamente, el bosque escupe "lobos" de dientes negros mientras la gente desaparece, y lo que sea que ocurra en Velar hace que se lleve más de un mes sin noticias de su Círculo druídico—enumeró. Luego resopló con una mezcla de resignación y humor negro que realmente no sentía antes de añadir:—. Aunque visto lo visto ya no me extrañaría que alguna de esas expediciones drow se haya equivocado de intersección subterránea y les haya salido por el suelo solo por terminar de hacerlo todo más delirante...

Sí, aquel era su querido valle: imposible aburrirse en él.

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31/01/2021, 00:41
Rya Shaleel-Balthus

Yo no vi he visto nada negro cuando me ha fallado la magia, replicó Rya. Y supongo que los drows tienen la piel negra, pero… se quedó callada, confusa por la aseveración de Galatea. No iba a descartar la posibilidad de que hubiese relaciones entre unos hechos y otros, pero no veía más correlación que la simultaneidad, y estaba segura de que algunos de los aventureros que estaban en los otros reservados, y en el salón, estaban siguiendo pistas de problemas que estaban ocurriendo también al mismo tiempo.

El relato de Savinian hizo que Rya frunciera el ceño. Esa forma de actuar le recordaba acontecimientos dolorosos.

Yo he luchado con drows que no estaban liderados por sacerdotisas, dijo. Cuando andaba con las Plumas Azabaches, seguimos la pista de una banda de ellos durante largo tiempo. Procedían de una ciudad subterránea dirigida por practicantes del Arte, y había subido a la superficie a asaltar a magos en sus moradas, o en el camino, para robarles sus libros de conjuros, sus pergaminos y objetos encantados.

Habían tenido varias peleas con ellos. La última de ellas había desencadenado la desintegración de las Plumas Azabaches. Habían vencido a los robaconjuros de Sshamath, pero algunos habían huido, y sin duda, en su ciudad habría otros dispuestos a reemplazarles. Si eran ellos, empero, iban a encontrarse con una desagradable sorpresa. Ella era más fuerte que hace años, y sus compañeros actuales también eran más poderosos que las Plumas.

Aunque Rya estaba deseosa, al tiempo que temerosa, de comprobar si sus sospechas eran fundadas, Savinian había avanzado la razón por la que debía optar por viajar a Velarburgo en primer lugar.

Como dices, Savi, los aventureros pueden defenderse, y saben a qué se enfrentan. Si advertimos a los parroquianos de que algunas bandas han sido atacadas, estarán ojo avizor, y podremos ocuparnos antes de ayudar a los que no se ganan la vida jugándose el pellejo.

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31/01/2021, 03:05
Galatea

Por el Arguinaldado de Arvandor, ¿cuándo he dicho...?—Galatea manoteó el aire—. Es igual.

Se centró en la parte importante de lo que había dicho Rya.

—Tenemos un plan, entonces—resumió—.  Pongamos sobre aviso a los parroquianos de la Lluvia de Estrellas y luego pongámonos nosotros en marcha.

Tan solo esperaba que por el camino empezaran a encontrar respuestas que pudieran ayudarles a ir desenrollando la madeja de incógnitas que formaba aquellos extraños acontecimientos. 

Pareció entonces caer en la cuenta de algo y se rascó la mejilla con gesto pensativo.

Ahora que lo pienso... ¿os parecería bien pasarnos por los establos de Sheera Goldenleaf para hacernos con algunas monturas o tenéis preparada alguna convocable? Se tarda un día y medio a pie en llegar a Velarburgo pero con ellas es menos de uno. Y sólo necesitaríamos tres.

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31/01/2021, 12:05
Rya Shaleel-Balthus

O podemos volar y llegar hoy mismo, sugirió Rya, echándose a reír. Galatea era de la vieja escuela, como las Plumas. Había caminado muchos miles de millas durante esos años, tirando de las riendas de su yegua porque a los demás no les gustaba montar. Qué sentido tenía haberse ganado la lealtad de un dragonnel si no era para sobrevolar los reinos sobre su grupa, y llegar a cualquier parte rápidamente con una agradable tirantez en las ingles, en lugar de ampollas en las plantas de los pies y calambres en las pantorrillas.

Había estado acodada sobre la mesa mientras hablaba. Al darse cuenta, se irguió y estiró la espalda, cruzándose de brazos. Su mirada se dirigió a Berenice y Savinian, esperando su réplica.

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31/01/2021, 12:26
Berenice

Berenice seguía sin entenderlo, de modo que prefirió guardar silencio. Ella vivía casi recluída en la Iglesia de Oghma, por eso le costaba ver las cosas que pasaban más allá de esos muros en los que había decidido cobijarse. Ya hacía varios años que había dejado de viajar y peregrinar, y eso se notaba. Se había descolgado mucho con las últimas novedades sobre conflictos y otros sucesos, ya no estaba tan enterada como antes de los problemas que afectaban a las demás comunidades. Y casi que era mejor así, Selûne arrojaba información en sueños y ella tenía que interpretarlo, si además tenía que interpretar lo que sucedía en las regiones aledañas, se volvería majara. Aunque, pensándolo bien, ya lo estaba. Por algo era la chiflada de Velarburgo.

-Poco más puedo decir -dijo sonriendo. Estaba decidido, irían a Velar a comprobar... ¿a comprobar qué?-. Galatea, has dicho que hace semanas que en Velarburgo no tienen noticias de los druidas. Pero eso no quiere decir que el Círculo haya desaparecido, ¿no? A lo mejor tiene problemas, a lo mejor están atrapados... Seis semanas es mucho tiempo para darse cuenta de que falta algo, ¿no?

Berenice tenía tendencia a preguntarlo todo. De hecho, mientras lanzaba preguntas, había sacado su libro, había ido a la sección donde anotaba la información de sus aventuras -que era una sección diferente a la que empleaba para anotar sus sueños-, y comenzó a escribir para dejarlo todo bien claro antes de meterse en medio de una manada de lobos de dientes negros.

-Savinian, has dicho que los grupos drows están atacando a grupos armados de aventureros, ¿verdad? ¿Quizá estén interesados en atacar a estos grupos para robarles sus recursos mágicos? Porque no parece una disputa territorial, ¿verdad?

Apuntó un par de cosas antes de que el estómago volviera a rugir en mitad del silencio.

-¿Podemos comer algo antes de irnos? -preguntó con los ojos brillantes-. No he comido nada. Ah, y yo también puedo ir volando. Aún no me acostumbro a pensar en ello -y al mirar a Rya también acabo riéndose.

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31/01/2021, 13:16
Savinian

Áscalon y Galatea captaron el olor de la comida que llegaba antes de que llegara. El lobo venteó el aire con la trufa y se fue a la puerta, se detuvo y se puso a olisquear por el resquicio. Una camarera llamó a la puerta y Áscalon ladró.

Ya voy.

Savinian abrió la puerta mientras Áscalon se apartaba y entraron dos muchachas. A diferencia de las camareras de otras tabernas frecuentadas por gentes más sencillas, estas ni siquiera parpadearon cuando encontraron un lobo en el reservado. Una llevaba una bandeja de barro con humeante asado de cordero regado con vino blanco de la tierra y aderezado con pimienta, tomillo y romero. Iba acompañado de una generosa ración de patatas panadera. La mujer dejó la bandeja en el centro de la mesa y colocó platos y cubiertos para los cuatro... y una escudilla para Áscalon. Savinian guiñó el ojo a Galatea. El drow era muy detallista, siempre pensaba en vosotras y trataba de cuidar los detalles.

La segunda mujer llevaba tres jarras también de barro, cubiertas por un paño. La primera llevaba agua, la segunda leche y la tercera vino especiado con clavo. Puso también cuatro vasos y una escudilla que el drow se apresuró a llenar de agua y ofrecérsela a Áscalon.

Yo no puedo volar. No al menos el tiempo suficiente como para hacer un viaje tan largo —dijo Savinian cuando se hubieron marchado las dos muchachas. Sonrió—, pero estaré encantado de agarrarme a tus caderas, Rya, mientras cabalgamos y me llevas al cielo.

Rio con buen humor, y sirvió un vaso de vino a la paladina de Mystra.

No angelito, no parece una disputa territorial porque regresan a su madriguera después de cada incursión —le respondió a Berenice mientras le servía un vaso de leche y se lo tendía—, robarles sus objetos mágicos es una explicación tan buena como cualquier otra. Siempre que veo un idiota adorador de arañas me digo: este tipo necesita más objetos mágicos. ¿Tú qué vas a tomar, Galatea?

Sabía que la elfa no solía beber vino, pero no sabría si querría tomar agua o leche.

—El caso es que estos incursores usan magia arcana y divina, por lo que he oído —dijo, mientras le servía a la elfa lo que había pedido—, así que me atrevo a aventurar que no son besarañas. Tal vez sean Vheronitas. ¿Quién sabe?

Se encogió de hombros.

—No hace falta que avisemos a nadie, por cierto —dijo mientras se servía un vaso de vino para él mismo—, los ataques de los drow eran la comidilla del día cuando me he pasado hace un rato. Quizá Las Mantícoras de Arabel resuelvan el asunto mientras nosotros estamos en el Velar. Que por cierto, ¿dónde vamos a empezar la investigación exactamente? ¿En Velarburgo? ¿En el bosque?