Partida Rol por web

19/IV de 289 Despues de recibir a Vyser -- visita a la Doncella Timida

-- Jajajaja, me caes bien mi señora ¿y vos, también ejerceis el oficio? Si es asi, ¿vuestra tarifa también es un venado?-- pregunté sonriente.

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La pregunta la cogió tan por sorpresa, que no sabía si sentirse halagada o por el contrario ofenderse

- No, yo no estoy disponible - contestó sin mas

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En esos momentos llegaba una cuarta mujer, con la piel ligeramente humedecia, quizá acabando de asearse. Intuiste que estaba a punto de dar media vuelta, pero cuando cruzasteis miradas lo olvidó. Quizá tan solo pretendía evitarte. 

Si algo te quedó claro al verlo es que el mar corría por sus venas, sangre de las islas del Hierro probablemente.

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-- Una pena mi señora -- le dije dedicandole la mas dulce de las sonrisas

-- Permitame que le diga mi señora que tiene unas preciosas mujeres a su servicio -- dije mirandolas a todas una tras otra.

-- Y ahora hablemos de negocios -- dije mirando nuevamente a la Madan con mi sonrisa pícara

-- Me gustaría que trabajaseis, para mí -- dije -- no me malinterpreteis, no pretendo ser vuestro proxeneta, ni explotaros ni nada similares, es más, si aceptáis gozaréis de mi protección, y si cualquier persona o daña, responderá ante mí, a cambio lo único que os pido es que me informes de todo lo que oigais, que seáis mis ojos y mis oidos en el puerto, y en los catres, pero además de mi protección también os pasaré -- dije sacando un dragón de oro y tendiendoselo a la Madan -- ¿Que me decis?

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No pudo evitar una sonrisa halagada, aunque rápidamente la ocultara, había estado ahí. Te miró con gesto serio ante la propuesta.

- No estamos aquí para vender a nuestros clientes... si me entendéis. ¿De qué exactamente queréis estar informado? 

El oro le tentaba, ¡un dragon de oro! Eso era muy buena cantidad de servicios... pero parecía que además de puta (al menos en sus años mozos) tenía principios.

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Recibía a su compañera sin quitarte ojo de encima, y se inclinó para susurrarle confiando en que estarías demasiado atento a tus negocios con la Madame para fijarte o siquiera escucharla

- ¿No es el nuevo Campeón de Lannisport? 

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Notaste como te daba un buen repaso con la mirada

- Claro que si, aquí va a venir el dorniense - le respondió en tono burlón - a verte a ti. Muchos pájaros en la cabeza tienes... además, seguro que... - se interrumpió de repente, cuando creyó que estabas prestando atención

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-- No imsultare vuestra inteligencia mintiendoos, quiero toda la información que me podáis dar, ahora bien, os juro por mi honor de caballero, que seré sumamente discreto con la información, y jamás revelare la fuente, podéis estar traquila, no quiero hacer nada que pueda suponeros ningún mal, ni a vuestra casa, ni a vuestras chicas, ni a vos -- dije muy serio y solemne.

Al oír a Olenna desvíe hacia ella la mirada un instante pero permanecí impavido esperando la respuesta de Rose.

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Rose terminó cediendo y cogió el dragón, quizá el oro, quizá el querer no sabiendo porque confiar en ti... quizá... 

- No quiero problemas - te adivirtió

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-- Teneis mi palabra, y como digo mí protección, si necesitáis algo de mí, acedmelo saber -- dije sonriendola contento de que confiase en mí.

-- Y concluidos los negocios, de momento -- volví a dedicarle una sonrisa a la madan, pero esta vez con un cierto alo de misterio. -- creo que es momento de dedicarse al palcer ¿a quién recomendáis para un joven caballero como yo? -- dije mirando a las chicas. En realidad yo ya tenía mí preferencia, pero dejarle escoger a Rose estracharia más el vinculo de confianza con ella.

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Sonríe, ha visto de sobras como te miran, bien la pones en un compromiso... cualquiera preferiría acompañarte que esperar al siguiente cliente.

- No podría más que recomendarte a todas ellas... cada una sabrá complacerte a su manera.

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-- ¿Todas a la vez? -- pregunté fingiendo vergüenza -- Me sobrevalorais me temo -- dije -- Además, prefiero desojar la margarita poco a poco -- sonreí jugueton -- Por favor, elegid una por mí

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- La joven Talisa entonces, no todos se la pueden permitir 

Tendió la mano esperando el pago, parece que no tenía intenciones de incluirlo en el dragón que acababas de entregarle.

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-- Sea pues -- le dije a Rose -- Pero también acepto vuestra primera oferta -- dije tendiendole 5 vp.
-- El quiento es para vos, por vuestra amabilidad conmigo -- susurre a su oido dedicandole una nueva sonrisa seductora.

-- Ahora, si me disculpais... -- me fuí hacía la más joven y le tendí la mano
-- Mi Lady...soy ser Edric de Sotoinfierno -- sin duda un trato drsmedido para un prostituta, y además quise asegurarme de que las demas escuchasen bien mi nombre.
-- Guiadme hasta vuetros aposentos -- solicité con suma amabilidad.
Mietras acompanaba a la joven dedique un par de miradas fortivas a las otras dos.

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Con la propina te habías ganado una mirada de aprobación y lo cierto es que el buen trato a sus chicas la había hecho sonreír con sinceridad. Después de todo eran "sus" chicas.

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Toma tu mano, aunque además de algo cohibida parece sorprendida por el trato recibido. Casi parecía querer contradecirte cuando la trataste de Lady, pero se limitó a guiarte a la segunda de las siete puertas que había en aquel pasillo.

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En el momento en que pones un pie fuera de la habitación

- ¡Te lo dije!

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-- ¿Y vos sois?-- pregunté a la joven

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- Talisa - lo cierto es que Rose ya te la había presentado

Abrió la habitación, esperándote dentro. No habían grandes lujos, una cama amplia, una mesa... una silla... no habían sábanas de seda ni caros perfumes, pero era un lugar limpio, más limpio que muchos de los antros que habías visitado. Un dulzón olor a jazmín quizá... si, eso era.