Partida Rol por web

Justo  tras las murallas norte crece un bosque de abetos. Esto no tendria nada de peculiar sino fuera porque los abetos forman un círculo perfecto. en el centro de esta circunferencia existe un crater inmenso, seguramente producto del impacto de un meteorito. Alguien ha esculpido las laderas del crater para crear unas gradas, formando un auditorio natural. Te fijas en que todos los druidas parecen de un nivel bastante más alto que el tuyo. La reunión ha debido de ser importante.

Cuando tú llegas la reunión ya ha acabado y ves a docenas de compañeros tuyos, recogiendo sus cosas y, seguidos por sus compañeros animales, dejando la zona. De repente reconoces a Astinoos, un druida anciano pero poderoso. Lo conoces de hace tiempo, de cuando empezabas tu vida en la espesura, él te ayudó a iniciarte en los senderos de Mielikki. Astinoos parece preocupado, recoge sus bártulos con gesto seco y cariacontecido. Sobre su hombro una espéndida águila imperial mordisquea su canosa melena, buscando parásitos con los que alimentarse.

Me sorprende y me trastorna un poco haber llegado tan cerca de ellos sin que ninguno de ellos se haya girado para mirarme. No así sus compañeros animales que desde que traspasamos la muralla nos han estado observando, los que tienen la capacidad de volar. Por lo que conozco, a mi nivel, de la sociedad druídica no es por que sea de un nivel netamente inferior al suyo. Algo muy grave tiene que ocurrir para que estén tan retraídos.

Lo normal es que después del tema de la reunión todo sean pequeños grupos debatiendo el tema. Y si se prevé una discusión tensa el clan anfitrión prepara grandes cantidades de barricas de hidromiel, vino y cerveza junto a viandas preparadas que inmediatamente los jóvenes van repartiendo entre los grupos para relajar el ambiente.

Me da la impresión de que no han tomado ni un sorbo de agua.

Me acerco muy lentamente a mi antiguo mentor con la esperanza de que se percate de mi presencia antes de dirigirle la palabra. Parece que no es así y me limito ha hacer una leve inclinación ante su águila que si que nos observa.

-Discúlpeme venerable Astinoos pero nos gustaría saber si os podríamos servir de alguna ayuda. He venido porque buena gente de la ciudad, ciudadanos que nos apoyan a los druidas desde mi llegada no dejan de comentar que la gente cada vez esta mas retraída. Nosotras hemos podido constatar el gran cambio que ha experimentado toda la población antes alegre y abierta. La Lobezna todavía espera encontrar alguno que no este vinculado a los druidas que se le acerque desde que llegamos ayer a última hora.

-Lo siento si os molestado por presentarme a un lugar al que no hemos sido convocadas pero no podía eludir los comentarios de la gente sobre que estará por venir.

Tal y como has observado las cosas distan mucho de parecer normales. Poca o ninguna alegria se aprecia en los rostros de tus compañeros. Astinoos , al escuchar tus palabras, se gira hacia ti y una sonrisa aparece en sus labios. Está plegando una silla de madera plegable y cerrando su petate.

Violant, querida niña...¿Qué haces aquí? Has asistido a la reunión?

Su águila, Sinarion, ladea su cabeza cada vez que Astinoos inicia una frase y emite un graznido cuando mira a Lobezna.

Ni tan solo ha escuchado lo que le he dicho. ¡Mielikki que estará pasando!

-No venerable mentor al llegar ya había concluido la reunión. Supe de ella a traves de algunos habitantes de la ciudad que la nombraron y vine para pensando que encontraría algunos conocidos.- Agachando la cabeza- Sí hubiera sabido que todos erais venerables maestros no habría venido para no interrumpidos.

-También pensaba consultar a alguien sobre una ruta para un trabajo con mis actuales compañeros. Como sabréis sigo cerca de Serverant por si recuperara los recuerdos. Lo que implica que en lugar de dedicarnos, señalando a Lobezna, plenamente a nuestras tareas para la comunidad tengamos que hacer creer que ahora somos aventureras.

-Pero si os parce bien a los dos,- mirando también a Sinarion.- Sinarion puede explicar a Lobezna lo que sepa del mejor camino para llegar a la Montaña del Desgarro. Sí encontraremos agua y caza por el camino o nada o posibles peligros de la zona. Mi grupo esta dispuesto a aceptar un trabajo que muchos otros han rechazado y me gustaría poder saber porque han preferido marchar ha aceptar esa oferta.

-Mientras podríais explicarme que ocurre que os altera tanto si creéis que debo saberlo.

Antinoos se acerca hacia tí y te rodea los hombres con su brazo. El anciano parece más frágil de lo que su abrazo revela. Lo que hemos hablado aquí no debe ser de dominio público aún pero, en confianza, te diré que hemos estado comentando una serie de desapariciones de druidas en el bosque del gusano. Al parecer, Rantoos, un joven aprendiz, desapareció yendo a bañarse al mar occidental. Desde entonces, otros hermanos han intentado localizarlo en la ruta que siguió pero varios de ellos no han regresado. Aparentemente se los ha tragado la tierra.

Yo he aportado mi pequeño grano de arena al misterio al notificar que, según Sinarion, el número de pájaros sobrevolando el bosque ha disminuido considerablemente en los últimos meses. A partir de mis palabras, varios hermanos se han levantado y han comentado lo mismo dentro de los otros grupos de animales. Hace una pausa y te aleja un poco para que le mires directamente a los ojos. Parece que algo está cazando en el bosque del gusano y no diferencia entre humanos y animales. Se detiene para dejarte asimilar la información y a continuación continúa quitándole hierro al asunto.

Bueno, no es una cosa por la que debas preocuparte a menos que esa misión que tienes transcurra en el bosque del gusano...¿Dónde dices que debes ir? Enseñame ese mapa... Examina el mapa. De acuerdo, por lo que veo, buscais a la tribu de gnolls que han estado causando problemas en la región. Yo de vosotros tendría cuidado con su jefe, un ogro enorme y más listo de lo normal entre los de su raza. No deberíais tener problemas para encontrar agua y comida de viaje pero tampoco está tan lejos de la ciudad como para que lo necesiteis. En cuanto a lo de los grupos que han rechazado la oferta, nada sé. Y nada conozco tampoco de un tal Lord Hamperding, aunque mis conocimientos sociales, como sabes, son bastante pobres...

-Muchas gracias venerable Astinoos. Estaremos alerta y si descubrimos alguna cosa os avisaremos. ¿Dónde puedo enviaros un animal mensajero*?

-Lamento que nos hayamos encontrado en estas circunstancias. Si no habéis comido podéis acompañarnos a la taberna de Amara “La sirena y el borracho” se come muy bien y esta noche actúa una bardo que nos ha recomendado.- Mirando haber que cara pone. -No os tengo que decir la gran fuente de información que suelen ser para los que saben escuchar gracias a la información que oyen aquí y allí.

Según acepte venir lo acompañamos o nos despedimos de ellos para volver, según la hora a paso ligero para no llegar demasiado tarde.

Astinoos te mira enarcando una ceja cuando comentas lo del bardo.

Lo siento, chiquilla pero yo saco mi información de los animales y los árboles, no de bares y canciones. Hace una pausa... Tal vez te estés tomando demasiado a pecho tu papel de "aventurera". Se te queda mirando divertido. En cuanto al mensaje, envíalo a la quebrada del trueno. No uses palomas o Sinarion se la comerá. Le encantan esas ratas con alas. Usa un cuervo o un halcón. Se queda un rato pensando... De todas formas, tengo un contacto aquí , en la ciudad. Taurus, el dueño del "pergamino pegajoso", la tienda de magia. Si quieres puedes dejarle un mensaje y el se pondrá en contacto conmigo.

A continuación cierra su petate y se lo echa a la espalda: Cuidaos mucho los dos dice mientras le rasca a lobezna las orejas. Esos ogro os puede dar unos buenos dolores de cabeza. Y (adopta un tono de voz más bajo) no te separes de Serverant, sigo pensando que ha de cumplir un papel importante para la dama.  Sinarion emprende el vuelo mientras lobezna le ladra. Astinoos empieza a alejarse pero aún alza su mano una última vez para despedirse: Adiós, chiquilla!

Después de despedirnos de Astinoos y Sinarion me acuclillo a la altura de la cabeza de Lobezna.

-Tendremos que darnos prisa sino quedemos quedarnos sin cenar y fuera de la ciudad si llegamos a las puertas cuando estén cerradas. Vayamos rápido hasta llegar a la vista de los guardias, tu me avisaras. No podemos llegar corriendo tendríamos que dar explicaciones y sabes que no me gusta.

Mientras me levanto y Lobezna ya sale disparada.- Recuerda que tenemos prisa no te entretengas buscando presas o amigos.- En voz algo alta para que me oiga mientras salgo detrás de ella.

Lobezna parece entenderte y os dirigís a las puertas de la ciudad a buen paso pero sin correr.

Aún estáis en la arboleda cuando, unos 10 metros delante vuestro, un conejo aparece en la senda. Instantaneamente, Lobezna se coloca en posición de ataque; baja la cabeza, enseña los colmillos, eriza su pleambrera y tensa su cola. Conejos, la presa favorita de los lobos.

Si intentas calmarla tira trato con animales CD 12.

No, no puede ser no puedo creérmelo. Me hace caso, no los busca, y se le presentan delante.

-Lobezna recuerda que tenemos la cena de Amara esperando. Si no hagas esas muecas se perfectamente que te encantan como prepara los guisos. Sí lo persigues seguramente no podremos entrar.

Parece que la mención de los guisos la detienen. Sólo falta que huya el conejo mientras esta dudando.

Demuestras tu conocimiento de la psique de tu compañera y Lobezna ignora al conejo para trotar tranquilamente hasta ti. Continuais con el regreso a casa. Ya no os encontrais mas conejos y salís de la arboleda. Cuando puedes volver a ver el cielo te das cuenta de que está atardeciendo. Vas a llegar tarde a "la sirena". Acelerais el paso. Si rodeais la ciudad en vez de atravesarla podeis ganar tiempo pero es campo abierto y cada vez hay menos luz.

-Venga Lobezna que haremos tarde guíame tu. Pero recuerda las diferencias de tamaño y de no atravesar los cultivos.

Vale. Ya os había dicho que estabais en verano. Pensad en las Moonshaes como si pensaramos en noruega (eso hago yo al menos). Quiere decir que al sol hay unos 15-25º pero se puede poner a llover en cualquier momento. Por las noches la temperatura baja ostensiblemente hasta los 8º. Como tú eres nativa de las islas se lo puedes explicar a tus compañeros cuando llegues a la taberna.

Tú y lobezna echais a correr campo a través. Te mueves con velocidad a través de la maleza, acostumbrada como estás a vivir en el bosque. El sol se va ocultando hasta desaparecer y te fijas en el aspecto de los límites del bosque, a tu izquierda (a tu derecha, a unos 100 metros, está la muralla de la ciudad). El bosque guarda silencio, tranquilo y sereno pero no puedes quitarte de la cabeza las palabaras de Astinoos "algo anda de caza en el bosque, y no diferencia entre humanos y animales". Sin apenas darte cuenta, apresuras aún más el paso con Lobezna flanqueándote siempre a tu izquierda.

Sigues corriendo en paralelo al bosque, aunque ahora mucho más cerca, debido a la orografia del terreno. Te encontraste un terreno elevado que te obligo a trepar o rodearlo La posicion del sol, justo apagándose, te impide realizar una tirada de avistar pero Lobezna se pone a gruñir de repente. . El bosque permanece callado pero, de pronto, escuchas un sonido como de algo atravesando la maleza. Tienes derecho a una tirada de reflejos por haberlo escuchado. CD 12

Ya algo agotada después de la larga carrera de pronto Lobezna se planta gruñendo amenazadoramente. Me detengo y apenas alcanzo a oír algo arrastrándose por la maleza.

-¿Qué ocurre Lobezna?- Mientras intento desenfundar la cimitarra.

Un joven oso negro emerge de la espesura a toda velocidad, arrollándote. Pese a haberte preparado, no has sido lo bastante rápida y el animal te atropella. Caes al suelo, rodando entre briznas de hierba y pelo negro. Afortunadamente, el golpe te ha separado del oso, pero Lobezna está entre ambos, intentando intimidar a la fiera. A tu espalda está la loma. Dificil de escalar pero no imposible. Frente a ti, el bosque, agitado ahora por un fuerte viento.

Me levanto rápidamente ya que nada mas tengo unas contusiones.

Sí hubiera querido atacarnos nos habría atacado con sus garras o los dientes. No se dejaría intimidar por Lobezna.

-Lobezna ven a mi lado.

El oso responde con un rugido aterrador a los gruñidos de Lobezna.  Puedes ver en su mirada furia, no confusión. Te replanteas tus pensamientos: no te ha atacado porque tampoco te habia visto a ti. Simplemente se encontró contigo.

Sabes que es frecuente que los osos merodeen cerca de la ciudad al atardecer, ya que se desorientan con la luz anaranjada del sol.  Parece que Lobezna no consigue intimidar al oso (critico en av. intenciones), que se yergue sobre sus patas traseras en toda su estatura. Ruge furioso, ante las dos molestas criaturas que se han cruzado en su camino. Parece que hoy no pasará hambre. El oso ruge:

GROAAAAAR!!!