Partida Rol por web

El amanecer de un nuevo día al fin había llegado, la lluvia seguía precipitándose sin parar y los rayos caían sin temor. Era una mañana fría y llena de recelo, todos despiertan casi en silencio después de los acontecimientos del día anterior, todos excepto.... Kered el cual yacía acostado en un silencio profundo que revelaba su estado, eso sin contar con las heridas esparcidas por todo su cuerpo, era una escena macabra y pacífica a la vez, una poesía de la muerte.

De pronto su cuerpo comenzó a brillar en un tono rojizo que desprendía partículas negras al separarse de su aura materna y una risa extraña se había entonado en los rincones de las ruinas, el cuerpo sin vida de Kered empezó a levitar hasta ser consumido en su totalidad por la extraña energía hasta desaparecer, dejando que el sonido de la tormenta tome el poder sobre todas las cosas. 

Asimismo, Morla gritó. Se sentía asustada, tan asustada que llegó a un estado mental perturbador, tanto que ya confundía la realidad con los sueños, así, en su locura cayó al suelo. Morla respiraba de manera exageradamente acelerada y sus ojos se encontraban desorbitados, como si estuviera luchando con algo interno. El cuerpo de Morla había parado de golpe y su respiración ya no se percibía, sus ojos quedaron fijos sobre la nada y así otra persona había perdido la vida en este nuevo día, un día en el que la incertidumbre y confusión reinaba en los rincones de la aldea Drako.

- ¡OH NO! No puede-no puede ser... - Magrom se escuchaba triste tras ver aquella escena, casi sollozando. - Kered... Morla... ¿Cómo? ¡Ah! ¡¿qué es esto?! Algo me obliga a decir... Decir.... Quiero decir....- Hubo una pausa para el Goron Magrom, pronto pronunció.

- Las votaciones han sido abiertas, elijan sabiamente quién sospechan de ser asesino del clan Yiga para ser sacrificado y acabar con todo esto de una vez.- 

Si las muertes le habían afectado en algo, no lo demostraba. Aunque viéndole, era probable que no le hubiesen afectado lo más mínimo

Entonces, ¿podemos seguir investigando este lugar? - ​Parecía tener una idea fija en la cabeza. Tampoco parecía ser muy bueno disimulando que no le importara demasiado todo aquello.

Respiré hondo al ver que Kered y Morla yacían muertos. Desde el momento en que se mencionó al clan Yiga, temía que comenzasen a producirse las muertes entre los asistentes a las ruinas, aunque nunca hubiera esperado que comenzaran a darse de manera tan rápida.

-Investigar sí, tocar algo más no -le indiqué a Malaqgoron, en tono grave-. Por si las moscas... Dos personas han muerto ya en estas ruinas. En estos momentos, la prioridad debe ser encontrar a los responsables.

​Si... bueno. No tocar. - ​No sonaba para nada convincente.

Sin esperar mucho más, se puso en movimiento y empezó a mirar al detalle la estancia y los accesos que tuviera.

por unos instantes se helo la sangre de Mikau, pues los otros dos zoras yacían ahora muertos.

-rayos, esto no puede ser posible.

Mikau escucho hablar sobre seguir investigando, tal vez era lo mejor que se podía hacer en esa situación, pero no podía quitar de su mente la tragedia que acababa de acontecer

No podía creer lo que acabada de pasar, dos personas murieron hoy y nadie sabe quien puede ser. No conocía a ninguno, pero eso no quita que se haya perdido sus vidas y nunca se recuperar. No dije nada, solo me limite a mirar y buscar en busca de pistas.

Debbrunia se encontraba al borde del horror, a pesar de no conocer mucho a sus gorocompañeros, ni sentir particular simpatía  por los  Zora, la muerte era algo de lo que prefería manterse lejos, especialmente tratandose de esas terroríficas circunstancias y sabiendo que podía ser la próxima victima; la verdad es que desde siempre le habían dado mucho miedo los cadaveres pero el shock le hizo acercarse y quitándose el adorno de su cabeza se arrodillo frente a Morla

-No podemos dejarla ahí- dijo con una cara desencanjada y la mirada un poco ida al tiempo que le quitaba el bello collar  que llevaba puesto, cuyas piedritas brillaban en todos los colores posibles -pienso que esto deberíamos dejarlo en las ruinas, para que lo que sea que esta ahí dentro no olvide lo que se ha llevado y también se queden encerradas todas las malas auras que consumieron a nuestros gorocompañeros- suspiró 

-no se como sea para los Zora, pero en mi pueblo todos regresamos con nuestra Goromadre tierra- después de apartar el collar comenzó a cavar una fosa, iba a pedir la ayuda de sus compañeros pero al pensar que alguno era responsable de esas muertes prefirió continuar sin pedirla y con la cabeza agachada 

De un momento a otro logran ver que el cuerpo de Morla comienza a evaporarse de la misma manera que lo hizo Kered, con aquella aura de tono rojizo mientras la misma risa macabra se deja escuchar produciendo ecos de ultratumba. 

Alarmada por las dos repentinas muertes, La Gerudo saco sus kunai, las giro en las palmas de sus manos y se puso en guardia sin dar la espalda a nadie. -Si quieren ir a por RioTazi, ¡Hacerlo de cara asesinos! -Grito al aire, pues ya no podía confiar en nadie.

El otrora inexpresivo rostro de Gorogure se torció en una mueca de tristeza al contemplar a la muchacha Zora fallecida.

-Gorogure os lo advirtió... os dijo que no se deben jugar con ruinas porquenunca traen nada bueno... y ¿alguien hace caso a Gorogure? No... Y en vez de eso han muerto dos Zoras...se acuclilló negando con la cabeza.-¿Por que a ellos.. ¿Por que a ella? se giró hacia el resto.
-¿Por que no a mi?- gritó golpeándose al pecho. -¿O es que no os atrevéis con Gorogure, cobardes? ¡dad la cara! exigió furioso

Estaba muy preocupado, había venido a las ruinas a componer nuevas canciones, no a este juego macabro 

-Nos ha indicado que esto es cuestión de algunos poseídos, ¿Alguien ha podido ver algo? Cualquier dato puede ser importante

Miré a RioTazi por un momento.
-Menuda escena. -susurré para mí mismo- No creo que se estén escondiendo, RioTazi. -dije, ahora en alto- Si tienen el poder para matarnos a todos, lo harían de un tirón. Pero nos quieren ver sufrir a todos. Por eso tenemos que obedecer sus órdenes, para no morir a sus manos.
Mis argumentos no parecían convincentes en absoluto. Había pasado la noche entera nervioso y sin dormir, no sabía ni lo que pensaba.

-O quizás no puedan matarnos a todos, porque su numero es muy inferior al resto de objetivos... -puntualizó.

Ahora que el cuerpo de Morla había desaparecido Debbrunia había pasado la mañana entera cavando una fosa sin sentido alguno, en lugar de devolver el collar lo enterró junto con el adorno de su cabeza volvió a acomodar la tierra mientras observaba las reacciones de los demás sin decir palabra, camino un poco sin alejarse del grupo y recogió hojas y flores de la zona con los cuales comenzó a tejerse otro adorno para la cabeza, esto le ayudo a relajarse y entonces comenzó a debatir los argumentos de los presentes

-Bueno, pues creo que esto ya no es una gorobroma, al igual que Sokkan pienso que todos deberíamos exponer nuestras posturas ante la situación, ya que el asesino se encuentra entre nosotros y esto es un problema que nos incumbe a todos hermanos, incluso al asesino mismo ya que toda la sangre que ha derramado le pasará factura eventualmente- dudo un poco si continuar hablando o no pero al final lo hizo -creo que en situaciones así es normal que la desconfianza crezca, pero debemos permanecer unidos e investigar todo lo que podamos al respecto, propongo que regresemos a las ruinas y veamos si en todo el ajetreo algo pasamos por alto ya que esto no se va a solucionar sin la ayuda de todos los presentes, pienso que cada quien es una pieza clave de esto, por mas retorcido que parezca-

yo siempre he pensado en la inocencia de los niños, ellos son nuestro futuro, los que heredarán las habilidades de nuestros guerreros más fuertes, como el escudo de Daruk o la furia de Revali - hago una pausa - pero en este caso al ser posesiones como nos han indicado no nos podemos fiar

Estoy de acuerdo con Debbrunia

Y salgo del lugar en dirección a las ruinas.

-Yo no hice nada goronmalo. De verdad que no. ¿Cómo podría yo matar? ¡Si soy el que más goronmiedo tiene! -el pequeño se hizo bolita encogiéndose, así siempre se sentía más protegido. Sobre todo ahora, sabiendo que había gente mala que podia atentar contra él u otros inocentes, y la referencia de Sokan a los niños no terminó de gustarle

-Quizá no me creáis -dijo aún encogido-, pero no soy goronmalo, ni conozco a nadie que lo sea. Pero tenemos que goronencontrarlos antes de que nos hagan daño como a Kered y Morla 

-

yo confío en ti pequeño goron, pero no sé a quién del resto votar, ya que nadie me ha dado motivos para desconfiar y han indicado que quien salga morirá y eso me echa para atrás, y si no voto seguramente me pase algo malo a mí, ¿alguna idea?

-Así que todo esto iba en serio...- La mirada de Zejin estaba perdida en el lugar donde, hacía unos momentos, reposaban los cuerpos de los Zora. Habían caído dos. 

Estaba visiblemente tocado. No porque estuviese muy unido a los Zora. No había compartido palabras con ellos directamente en ningún momento, aunque Morla le parecía una chica simpática. Dirigió una mirada de lástima a Mikau. Era el único Zora que quedaba allí, tras haber muerto sus dos compañeros. Suspiró aliviado de que Fujin y Sokan siguiesen vivos. Había vivido siempre protegiendo a los Ornis de las inclemencias de la guerra, y había desarrollado cierta tendencia a resguardar a los de su raza.

Tampoco era por miedo a que la misma muerte que se había cobrado a los Zora acabase con él. Se había enfrentado a la muerte muchas veces. Eran muchas las criaturas con las que había luchado. Y nunca había sucumbido. ¿Por qué iba a hacerlo ahora?

Lo que le perturbaba era la forma en la que sus cuerpos se habían esfumado

-Tenemos que acabar con esto. Me da igual si es usando esa maldita piedra Sheikah o por la fuerza de las armas. No podemos tolerar que caigan más inocentes.. ¡Hay niños aquí, maldita sea!