Partida Rol por web

Sonó el despertador y Ashley, con cierta pereza, se levantó para apagarlo, echó un vistazo a su móvil, las siete de la mañana, parecía que hoy iba a ser un día como otro cualquiera para la joven. Se desperezó un poco y se dirigió a lavarse los dientes para quitarse el aliento mañanero, pero mientras se dirigía al baño, se cruzó con su padre.

Lo miró con cierta pena, pues iba cojeando, aún no se acostumbraba a ver a su padre así, después de todo no hacía tanto desde que ocurrió el accidente y siente que ya le han pasado muchas cosas al pobre hombre. La muerte de su mujer, que evidentemente era también la madre de Ashley, la desaparición de su hermano y para rematar un accidente que lo dejó inválido de por vida... Y aún con todo eso, siempre estaba con una gran sonrisa en la cara. Su padre era una fuente de inspiración para Ashley y sin él, sabía que su vida sería mucho peor. 

Con un suspiro, se dirigió al baño, ya hablaría con su padre luego. Pero antes de poder echarse el enjuague vocal para eliminar ese aliento, su móvil vibró, parecía que le acababa de llegar un mensaje.

Su padre siempre era una fuente de inspiración para ella. Cómo ese hombre podía seguir sonriéndole a la vida a pesar de todas aquellas tribulaciones y desgracias... la inspiraba a ella para seguir adelante de la misma forma, siempre con una sonrisa. Incluso aunque tuviera que ir a las aburridas clases del señor Preston. Además, comparar unas clases aburridas con lo que había pasado su padre, era una tontería. ¡Así que a echarle ganas al día se había dicho! A contestar al teléfono móvil, a asearse y vestirse.

Tras contestar al teléfono después de asearse y vestirse, solo le quedaba recibir la comida más importante del día ¡el desayuno! Bajó al piso de abajo, donde se encontraba la cocina, allí estaba ya sentado su padre, comiendo un bol de cereales y le dedicó una sonrisa a Ashley. - ¿Cómo está mi futura filóloga favorita?

Miró a la mesa y observó que no había puesto nada para ello. - Mierda, perdona, se me pasó completamente prepararte algo. - empezó a levantarse con algo de esfuerzo. - Enseguida te preparo algo. - comentó, lamentándose por su pequeño olvido.

"¡Buenos días, papá!" le saludó con una sonrisa al bajar. "Madrugador como siempre ¿eh? ¡Uy! ¡No hombre no, que se te van poner blandos los cereales! ...Podía ir yo no hacía falta. Um... va, venga otro bol de cereales mismamente..." acabó cediendo y sentándose a esperar, teniéndolo a la vista por si necesitaba su ayuda. Aunque Ashley no quería que se levantara para eso, había aprendido que era mejor dejarle hacer. George Hill era el tipo de persona que no quería dejar que nada se interpusiera en el ser un buen padre para su hija. ¡Ni siquiera la cojera! Especialmente eso. En cierto sentido, le entendía. Por eso ella se esforzaba en buscar maneras alternativas para ayudarle, como recolocar los muebles, los platos, todo de manera que pudiera hacerle un poco más fácil la vida, y ayudarle a ayudarla. La verdad, en retrospectiva, padre e hija en ese sentido eran los dos igualitos. 

George le sirvió con cierto esfuerzo los platos, pero finalmente logró hacerlo. - Este viejo y su reciente cojera aún tienen guerra que dar. - bromeó. - Aquí tienes querida. - comentó poniéndole la leche en sus cereales. - Gracias por no verme aún como un carcamal.

Retornó a su sitio, con un ligero bufido de queja y miró el periódico. - Joder... Que mal están las cosas. Menos mal que a día de hoy podemos trabajar desde casa. - se dio un par de palmadas en su cascada pierna. - No estoy yo para ir a ningún lugar de trabajo ¡aunque tampoco me queda demasiado para la jubilación! - medio bromeó, pues si que es verdad que la estaba esperando con ansias.

Por muy entretenido que fuera su padre, Ashley revisó el reloj de su móvil. Si quería llegar pronto, debía irse en la mayor brevedad posible, aunque eso es algo que debía decidir ella.

Sonrió al comentario. "¡De nada! Gracias a ti por ser como eres, ya te lo he dicho otras veces papá." no era un secreto que era una inspiración para ella, el cómo había afrontado la pérdida de mamá le ayudó también a ella a superarlo. Tomó el cuenco de cereales y empezó a comerlo con tranquilidad... hasta que vio que la hora se le echaba encima. "¡Ah! ¡Me voy pitando pero ya ya!"

Ashley no tardó demasiado en llegar a la facultad, donde le esperaba su mejor amigo. - Veo que al final le has ganado a tu sueño y has venido a pasar una emocionante charla con el señor Preston. - bromeó, dándole un pequeño golpe en el hombro. - Se le ve buen tipo, aunque Dios, que leeeeeento habla.

La clase aún estaba bastante vacía y al ser la facultad, no habían sitios preestablecidos. - Bueno y ¿Dónde te quieres sentar hoy? ¿Cerca de Preston? ¿Lejos? - Kyle solía sentarse por detrás, aunque era buen estudiante, le gustaba pasar rápidas las clases jugando a algo en su móvil, pero hoy le apetecía estar cerca de Ashley.

"Cerca, cerca." Sí, vale, la tentación estaba ahí, y era muy fuerte... y no sería la primera vez que caía en ella... Porque Kyle en el fondo tenía razón: las laaaargas y soporíiiiferas charlas de Preston no daban para tomar muchos apuntes, sobretodo esas veces en que divagaba. Pero hoy Ashley se sentía especialmente responsable. Bueno, lo responsable que podías ser en las clases de Preston, porque todo el mundo al final acababa navegando por internet para evitar caer dormidos. ¡Pero que no se dijera que no habían intentado!

La clase comenzó y el escuálido señor Preston entró en el lugar. No tardó en empezar a hablar sobre la influencia del latín en la vida moderna y como sin él a día de hoy sería prácticamente imposible hablar. Su lenta forma de hablar, su relativamente aguda voz y su tono completamente neutro, hizo que a Ashley y cualquiera que estuviera en primera fila, empezara a sentir sus fuerzas completamente mermadas. Un profesor así le arruinaba la enseñanza a cualquiera, a pesar de que se notaba que entendía mucho del tema.

Non scholae, sed vitae discere.

Señaló entonces a Ashley, quien vio que estaba a nada de cerrar los ojos y pasar al abrazo de Morfeo. - Dígame señorita Hill ¿ha leído algo últimamente que le haya enseñado algo?

¡AH! ¡Qué sustazo! ¡Maldita fuera, le había pasado otra vez! Era irónico en realidad: cómo los que se sentaban delante (intentando atender lo más posible) se quedaban poco a poco e irremediablemente dormidos, ¡y los que se sentaban detrás, como no atendían nada, despiertos que estaban! La clásica paradoja estudiantil de toda la vida.

Le hizo una pregunta, una pregunta a la que tardó un poquito en responder, mientras repasaba los últimos libros que había leído. Un libro que le enseñase algo... algo de verdad, realmente... "No, señor." Sí, podría decirle que había leido los manuales de la bibliografia de tal o cual asignatura, ¿pero realmente, realmente le habían enseñado algo? En el sentido que el señor Preston estaba diciendo, seguro que no.

Preston miró con decepción a Ashley. - ¿Y qué hace en esta carrera? Como se suele decir, nunca te acuestas sin saber algo nuevo y con la de libros que existen en el mundo, me sorprende que no hayas aprendido nada de nada últimamente. - suspiró. - Al menos no es la peor alumna. - lanzó una tiza a Zac Davidson, alguien que escribía mal, que vendía droga, que estaba distraído y que absolutamente nadie sabía que hacía allí o cómo había logrado entrar en la carrera.

Tras terminar la clase y con aquella pequeña regañina, Kyle animó a Ashley. - Hey, pasa de él, ya sabes que es un capullo. - miró su móvil, parecía que no tenía nada importante que hacer. - ¿Qué te parece si hacemos algo para olvidarnos de esta capullada? Así pasamos un poco de todo.

"Grrr..." gruñió ahora que podía porque el profesor no podía oírla. "Ahora mismo lo que más me apetece es ponerme a leerme un libro y aprender algo inútil sólo para seguirle el juego. Psicología inversa y todo eso, humph..." decía mientras guardaba los libros. Kyle siempre sabía cómo calmarla, le propuso hacer algo para que se olvidaran del tema. "¿Quieres ver el Doctor Extraño en el Multiverso de la Locura? No pudimos verla en los cines pero ahora está en Disney Plus."

Kyle Wood sonrió. - ¡Me molan mucho las pelis de superhéroes! ¡Venga de una! - comentó animado mientras tiró de su compañera hacia el cine.

Una vez estuvieron allí, se pidieron un menú conjunto, como solía ser habitual en los dos y juntos disfrutaron de la película, aunque Kyle parecía que salió algo confuso de allí. - Joder... Pero no entiendo ¿entonces el Strange Zombie ese quien era? ¿Y por qué habían varias Wandas? Y el final ese en el que le sale un ojo tampoco lo he entendido. - se rascó la cabeza, parecía que hacía su mejor esfuerzo por entender todo aquello. - No sé tía, esto de los multiversos es muy complicado.

Pero mientras salían, Ashley se topó con alguien inesperado, su exnovio Dylan Duncan, un tóxico de cuidado. Parecía que no la había visto, pero si se dirigía hacia la salida de los cines, se cruzarían con él de lleno. Kyle no lo conocía, por lo que tampoco lo reconoció, así que la decisión sobre que hacer recaía completamente en Ashley.

¡Uaaaah! ¡Qué pasada de peli! Aunque algo liosa... A ella no le importaba ir respondiendo las mil y un preguntas de Kyle, siempre y cuando ella hubiera entendido también el asunto, claro. "Pues primero era otro Strange que..." fue contestando. "Lo de las varias Wandas era porque..." pero, efectivamente, había una parte que NO había entendido. "Sí sí lo del ojo yo tampoco lo he entendido. ¿Será una referencia a los cómics o algo?" ¡Y tanto que era complicado esto de los multiversos! Pero para complicada de verdad, la vida real ¿no? "Ah mierda, espera." agarró el brazo de Kyle para detenerlo. "Alerta roja, quita quita, vamos a salir por otro lado. Por la entrada o algo." y esta vez, sería ella la que tiraría de su compañero hacia cualquier sitio menos a Dylan.

Kyle se dejó llevar del brazo, muy sorprendido eso sí, por los tirones inexplicados de Ashley Hill. - Pero ¿qué haces tía? - preguntó confuso. - No querrás llevarme a algún lugar privado para comprobar si vengo de otro universo o algo así ¿verdad? - bromeó, aún con algo de preocupación ante la extraña situación.

Lamentablemente para Ashley Hill parecía que la única salida de aquél edificio era la salida de emergencia, lo cual activaría la alarma de incendios. Pero si corrían lo suficiente, podrían irse sin que nadie les pillara, aunque causarían un grandísimo revuelo en el lugar.

"Sí, a absorberte los poderes de cambiar de realidad." bromeó, aunque la sonrisa divertida se le pasó al ver que sólo podían salir por la puerta de emergencias, armando un lío de madres. "Mierda mierda no hay salida." Ella era una chica responsable, ¡en ningún multiverso sería capaz de armar una buena como esa! Además que abrir la salida de emergencias podría provocar que la gente se volviera loca y se hicieran daño. Dio un fuerte suspiro. "¡Bueno! ¡Pues nada! ¡Me rindo!" exclamó levantando los brazos. "Salgamos por la puerta normal, que conste que intenté evitar esto. Mi ex está justo ahi fuera y es un tóxico de cuidado." le informó negando con la cabeza. "Nos va a hacer bullying pero bueno, en fin, intentaremos ignorarlo..." y ahora ya, sin tirar de su amigo, se resignó al destino de salir por la puerta como las personas normales.

Kyle se sorprendió ante los comportamientos de Ashley, hasta que finalmente le explicó el por qué de todo aquello. - Entiendo... - comentaba algo asqueado. Kyle sabía que su ex era un tóxico importante, por lo que no le hacía mucha gracia que anduviera por allí.

En cuanto pasaron por la puerta, Dylan, el exnovio, se les quedó mirando. Kyle se percató de ello gracias a los comentarios de Ashley, por lo que decidió plantarle un beso en todos los labios a Ashley, sin lengua, eso sí, pues era todo un caballero. - Vamos a casa cari. - le dijo con una sonrisa mientras la sacó del brazo de allí.

Una vez estaban de camino a casa, el silencio se hizo notar. - Lo siento... - se disculpó Kyle, aunque pronto sonrió y con un tono jocoso, comentó. - Aunque ha puesto una cara... Tendrías que haberlo visto. - rió. - Seguro que así te deja en paz.

Oh dios oh dios oh dios.

Si el mundo fuera como el de Doctor Strange 2, de todas las posiblidades multiversales esta era probablemente la que menos se esperaba de todas. Debió ponerse tan roja y confundida que contribuyó sin saberlo a la farsa. Y así, toda roja se dejó arrastrar fuera y camino a casa el silencio, efectivamente, se hacía notar. Cuando Kyle lo rompió con una disculpa y una bromilla para romper el hielo, ella rió nerviosamente. "Ja ja... ja... P-pues espero que sí, la verdad. La táctica desde luego parece que tuvo efecto, ja ja..." ¡Ay, pero qué incomodidad! ¡Nunca le había mirado... pues... pues de esa forma! ¡Y ahora estaba confusa perdida y no sabía qué pensar ni qué decir ni qué sentir ni nada de nada! "Gracias... por ello. ¡P-por ayudarme, quiero decir!"

Apartó la mirada, con gran timidez y una risa nerviosa. - Para eso están los amigos ¿no? - el silencio continuaba, ninguno de los dos sabía que hacer o decir, a pesar de que Kyle llevó a Ashley hasta casa, como solía hacer siempre. - Ya hablaremos mañana mejor, ha sido una noche algo... Tonta. - sin dejarle decir nada más, se marchó apresurado. Parecía que aquello le había afectado más de lo que él mismo esperaba.

Una vez en casa, Ashley vio a su padre durmiendo ya en su habitación ¡se había hecho muy tarde con la tontería! Por lo que Ashley se echó a dormir... Mañana sería otro día, mañana Kyle y ella deberían hablar un poco las cosas.