Partida Rol por web

Las hermanas Hill despertaron en su enorme habitación, cada una en su cómoda cama rodeadas de sus peluches favoritos, pues no había porque elegir entre tener dinosaurios u ositos.

Y como tampoco hacía falta elegir qué estudiar, las hermanas Hill pudieron ver un bonito equipo de fotografía, una mesa llena de libros la mar de interesantes sobre la etimología de las palabras en distintos idiomas y por si fuera poco, un uniforme del restaurante que había cerca del gran edificio de traducción de David W. Seehan ¡y en la chapa del nombre ponía Mánager!

Pero entonces les sorprendió una voz familiar abriendo la puerta.

George Hill, con una sonrisa en la cara y portando una bandeja con sus desayunos favoritos, algunos con mucha azúcar, otros bajos en azúcares y además ¡caminando tan bien como siempre había hecho! - ¡Buenos días mis niñas! - comentaba mientras dejaba la bandeja encima de una pequeña mesa central.

¿Qué tal habéis dormido? - se acercó a cada una y les dio una cálida, lenta y cariñosa caricia. - ¿Qué planes tenéis hoy? ¿Andrea vas a quedar con tu amiguito de clase?  Ya sabes, ese que parecía tener tantos problemas y ser tan malhumorado ¡pero resultaba que era todo fachada y que en verdad solo quería alguien con quien abrirse! - rió.

¿Y tú Amber? - la picó un poco con el dedo en un costado. - ¿Has quedado con ese chico tan guapo de clase con el que fuiste al cine? ¡Seguro que se muere por verte!

Y finalmente se acercó a su última hija y la abrazó con fuerza. - Y tú, mi pequeña luchadora ¿hoy te toca trabajar? ¿O vas a quedar con Dylan? A tu madre y a mí nos costó un poco aceptarlo, pero ahora que ganas más dinero al ser mánager y darle parte de tu dinero a su madre para que pueda costearse la casa y dejar de lado los malos trabajos en los que estaba, parece otro chico ¡mucho más amable y atento!

¿Noinex? - preguntó Banes. - Yo... No sé muy bien donde estamos, pero antes de ser expulsado de aquí, Rumikuchi consiguió unirme a ti.

Suspiró. - Ashley está intentando jugar a ser Dios y eso solo va a causar problemas, si intentas controlar todo y hacer que todo sea perfecto... Vas a generar paradojas, porque es imposible que todo salga bien siempre, ya te irás dando cuenta a medida que avance esto, aunque si necesitas más ayuda, supongo que sabrás como contactar con Él... Yo ya no consigo verlo aquí.

¡Ah sí! - dijo tras recordar algo. - Aún estando encerrado en donde sea que estemos y que podamos ver todo, tengo un pequeño as bajo la manga. Puedo comunicarme con la Ashley de ojos azules, la que ahora se llama Andrea, ya que puedo hacer aparecer delante de ella unas letras casi imperceptibles y bien escondidas.

Por último recordarte que tenemos que "hablar bajito", ya sabes, si nos oyen las otras tres Ashley Hills, Ella nos podrá oír también y nos meterá en problemas. Mejor seguir ocultos y hablar para nosotros mismos como hasta ahora.

Cerró los ojos. - Ya no me quedan más energías, te cedo el control Noinex.

Vincent extendió las manos delante de sí, estiró y encogió los dedos, como si estuviera comprobando que de verdad tenía control sobre este cuerpo. Y es que había dejado de ser Vincent, para ser Noinex. Noinex siguió comprobando el acceso a cada músculo, sintiendo el crujir ocasional de algún hueso, y como la ropa se deslizaba sobre la piel con cada movimiento. También comprobó la estructura de su nueva cara, notando claras diferencias entre la de Vincent y la suya. 

-Vale, yo tengo el control.-susurró con una sonrisa en los labios, mientras notaba una ligera sensación de nervios y de ilusión nacer desde su estómago. Empezaba a asimilar todo lo que se venía encima. El secuestro global por la Ashley Hill original, el nuevo mundo creado para las otras Ashleys, y todas las posibles consecuencias. Había visto como se había hecho con la dirección de la partida, echado a Rumikuchi, y ahora planeaba controlarlo todo. Y era responsabilidad suya ayudar a pararla. Y aunque para alguien que vivía fuera de la pantalla, esto solo era una partida, de verdad quería ayudar a las Ashleys.

Así que, mirando a su alrededor buscando algún comando o interfaz que le permitiera hacer lo que le había informado Vincent, y no encontrándolo, decidió susurrar en bajito para sí misme.

-Mensaje para Andrea: Probando, probando... Andrea, si me lees, ráscate la nariz y luego tira del cuello de tu camisa. Soy Noinex, voy a intentar ayudaros desde aquí, pero la Ashley Hill original no puede enterarse.

No había pasado demasiado tiempo desde que Andrea abrió sus ojos y vio como su padre estaba mejor que nunca, cuando escondidas tímidamente en el desayuno, pudo leer unas palabras que pronto le resultaron familiares.

Parecía que solo ella era capaz de leer aquello que estaba tan escondido, que ni la nueva directora era capaz de verlo.

"¡Papá! ¡Puedes andar!" exclamó nada más verlo como si aquello fuera algo completamente inusual. Su memoria estaba completamente difusa, pero entendió de quién hablaba su padre. "¡Ja ja ja! ¡Sí, Kyle Wood! Es genial, fuimos a ver El Doctor Extraño... Espera... ¿¡Kyle está vivo!?" sus ojos se abrieron como platos. Entonces... ¿todo estaba bien? ¿Se había arreglado? ¿Había vuelto relativamente a la normalidad? ¿Y qué fue de las otras...? "¡Ah! ¡Mis hermanas!" exclamó mirando a Andrea y Aurora. "¡Están aquí!" ¡estaban ahí, con ella! ¿Siempre estuvieron? Le dolía la cabeza... sentía como si siempre hubieran estado ahí pero al mismo tiempo como que le rechinaba. ¿Sería porque estaba atontada recién despertada? "¡Oh! Papá, ¿sabes si llegé a conseguir ese trabajo en la empresa de traducciones al lado del restaurante de Aurora? Mi memoria está algo atontada por el despertar ja ja ja! ¿Dónde está nuestro hermanastro Jake Hill? Ah, y... ¿no falta una hermana? ¿Dónde está Ashley?"

La chica se despierta de nuevo en un mundo diferente, ahora con nombres distintos y acompañada de las otras dos avatares como si fuesen hermanas de toda la vida. Ya no estoy seguro si esta partida es un juego o si se trata de algo más. Llevé a la chica por el mal camino a propósito y ahora puede querer venganza.

Aurora Hill abrazó el osito de peluche más cercano, que era casualmente quien más abrazos recibía. Estaba colocado ahí mismo a su disposición, no como otras veces que tenía que levantarse para alcanzarlo del suelo.

—Por fin, señor Wick, por fin te abrazo. Me dijo alguien muy malvado que te rompiste, pero no fue así. John Wick estará protegido mientras su mamá siga en pie. ¿Verdad, mi amor? —sonrió contenta. Estaba muy feliz esa mañana, tenía muchas ganas de despertar.

Colocó sus peluches en posición recta e hizo su cama para que estuvieran cómodos. Fue cuando se enteró de que no estaba sola y se estremeció del susto. ¿Pero por qué iba a asustarse? Si siempre fue así. Les sonrió de vuelta y les dio los buenos días. Entonces se asomó al espejo para arreglarse.

Me fijo en su cuerpo, es como lo recordaba la última vez, nada ha cambiado. Hago que se levante el pelo de la frente y recuerdo que hace unos días allí le salió de repente una herida sin explicación. Ahora sé por qué o me lo imagino. La cosa suprema que decían en el vórtice está jugando con nosotros, no con ellas.

—¡Estoy perfecta! Ni siquiera me hace falta arreglarme —dio un giro como una princesa dispuesta a tener un día mágico. Padre llega a la habitación a trote y deja su desayuno favorito en la mesa. Ella lo abraza con gusto—. ¡Padre, te eché de menos! Sé que solo ha pasado un día, pero tus abrazos siempre son agradables. Sí, Dylan. Lo que pasa es que abrimos la relación a más personas. Ahora somos felices por no estar atadas con un vínculo. Tenemos la libertad que queremos. Hoy toca trabajar, padre, Dylan tiene el examen práctico de conducir.

Intento no mover mucho de lo que está construido, aunque no puedo evitarlo. El que me aceptó en la partida ya me conocía de la otra vez. No hay nada de lo que sorprenderse. Hago que se tome el desayuno, porque esta chica ya no tiene problemas con su imagen y la preparo para salir. Lo que dice el que maneja a Amber me interesa, no lo sabía.

—¿Jake Hill? Sí, padre, ¿dónde está? Quiero saludarle antes de ir a trabajar.

Despertó lentamente, desperezándose con lentitud. Sus hermanas estaban ahí también, como siempre, cada una durmiendo en sus respectivas camas y con sus peluches favoritos. Le bastó una vistazo para ver lo desordenado que estaba el escritorio, mayormente por su culpa con todos esos apuntes y libros de filología desparramados encima. Sin embargo, ese caos era su propio orden, y nunca le había molestado tampoco a sus hermanas, quienes no necesitaban tanto el escritorio.

Vio entrar a su padre con el desayuno, y aquello le sacó una sonrisa de pura felicidad. ¡No había nada mejor que que te trajeran la comida a la cama! Y más aún si era su padre, completamente perfecto y feliz de tener a unas hijas tan buenas como ellas.

— ¡Sí! Creo... - dudó durante un momento, pensando en quién sería ese chico al que se refería, antes de caer en la cuenta de su identidad. Probablemente estuviera hablando de Zack. — Creo que hoy iremos al parque a tomarnos una Coca-Cola y unas pipas. Ya sabes, para hablar de nuestras cosas.

Su mirada se perdió un momento en la nada, pensativa, antes de volver en sí. Sintió un picor en la nariz que la llevó a rascarse, y las sábanas de la cama empezaban a sofocarla un poco ahora que su cuerpo estaba activo de nuevo, de modo que se destapó y se tiró del cuello de la camisa un poco para que le entrara aire y poder refrescarse, esperando saber también a dónde habían ido los otros dos.

— Tendría que arreglarme un poco el pelo antes de salir... está hecho un desastre - dijo, acercándose al espejo para mirar atentamente el estado de sus facciones y su pelo, desaliñado por la almohada.

George miró extrañado a su hija Amber. - ¿Eh? Claro que puedo andar tontita. - rio de forma sonora, pero pronto aquella risa se tornó un poco incómoda. - Y claro que tu futuro noviete está vivo. ¿Qué tuviste un mal sueño?

Una pequeña gota de sudor apareció en la frente del hombre. - ¿Jake? ¿Ashley? - negó con la cabeza e ignoró a la hija que primero le habló, intentando hacer como que aquello no lo hubiera escuchado.

Fue entonces cuando la segunda hija acudió a abrazarle. - ¡Que feliz se te ve hoy! - aquél abrazo le calmó un poco. - ¿Una qué abierta? ¡Jo jo jo! Estos jóvenes... Si eso es lo que os hace feliz, yo te apoyo en lo que sea hija mía. - pero nuevamente su risa se desvaneció de golpe al volver a escuchar hablar sobre Jake.

Se secó lentamente las muchas gotas de sudor que estaban apareciendo en su frente. - Yo, esto... Está estudiando, sí, se fue pronto, creo y no volverá pronto, tampoco, porque estudia mucho y eso. - aquella frase estaba bastante... Apresurada. Incluso fuera de lugar. - ¿Y si mejor os centráis en lo que tenéis que hacer hoy? ¡Seguro que os hace super felices!

Señaló entonces a Andrea. - Como ella ¿la veis? Está super feliz pensando en hacer planes de juventud, como deberíais hacer vosotras en vez de preocuparos tanto. - rio nerviosamente.

-Conque picor en la nariz y calor...-sonrió al comprobar que su mensaje había llegado a su destinataria. Lo cual no era la única información interesante, pues podía ver como George hacía todo lo posible por fingir que no existían los cabos sueltos dejados por la nueva directora. Noinex se preguntó si Ashley Hill no habría previsto que esto podía ocurrir. 

-Mensaje para Andrea.-repitió, buscando de nuevo la manera de seguir hablando con ella. Aunque era una lástima que solo se pudiera comunicar con Andrea, y no con Aurora o Amber.-Está claro que la única forma de salir de aquí es seguir tirando de los hilos, poner más nervioso a George y obligar a la Ashley original a que se muestre. Es eso o seguir viviendo en esta realidad falsa. Ten mucho cuidado. 

Unas tímidas palabras aparecieron en el techo, casi camuflándose con la blanca pintura que tenía.

Esto es muy extraño. El padre, que ahora es el papá de 4 hermanas, actúa diferente. Se puso muy nervioso la segunda vez que se mencionó a ese Jake Hill, como si tuviera un guion que debe cumplir. Eso significa que esas chicas siguen orquestando sus movimientos en una escena de teatro con un objetivo claro. No estoy seguro. En cualquier caso, Él, o Ella, o Eso puede saberlo todo...

—Jajajajajajaja —se rio Aurora con una de sus carcajadas maniáticas. Entonces agarró de dos de los peluches que estaban colocados en las camas—. Papá, aquí están Jake y Ashley Hill. A menos que Amber se refiriera a otros, aunque no creo. Jajaja.

Dejó los peluches de nuevo en su sitio y se colocó el escote al pasar por el espejo.

—Creo que esta blusa no me quedará bien, prefiero ponerme otra —se dijo, antes de voltear la cabeza hacia su padre—. Papá, me voy a cambiar... espéranos abajo, que me da vergüenza si me ves...

Lo siguiente, no lo diría hasta que su padre se hubiese ido y quedasen las cuatro chicas solas. Se acercó a ellas y les murmuró, intentando que nadie más escuchase. Aunque Él, o ella, o eso, puedo saberlo todo...

—Algo raro está ocurriendo aquí, si no es evidente. No sé por qué estamos las cuatro aquí y padre no es el mismo —mantuvo el silencio luego lo dijo—: creo que es una marioneta. Estamos en un escenario, nos están vigilando. Debemos tener cuidado y descubrir lo que está sucediendo.

Ya no sé qué más hacer por la chica, siento que pronto perderé el control de sus acciones...

¿Eh? ¿Qué veo aquí? ¿Otro Anthur? ¡ME MULTIPLICO! ¿O eres tú, Lía? Ah, no no, se me ha ido la olla. Claro, debe de ser Carastuya o Nurgle. ¡Hola compi! ¿Te ha pasado esto alguna vez? ¿Que un personaje tome el control de la historia? Sólo lo he visto en videojuegos, ¿sabes? ¡Nunca por aquí! La verdad es que tengo ganas de ver cómo organiza todo esta nueva dirección. ¿Tú no?

"¡Ah, sí!" asintió animada a la respuesta de su padre de que tenía que hacer planes de juventud. " Andrea, si necesitas ayuda con filología como siempre, ya sabes que por mí encantada como siempre." sonrió, aunque ladeó la cabeza de un lado a otro. "Pero sigo sin saber si al final me gradué o si todavía estoy estudiando, ja ja... ¡No me has respondido, Papá!"

Luego Aurora empezó a decir y hacer cosas raras, como que Jake Hill era un peluche... ¡¿Pero cómo iba a ser un peluche!? ¿¡Pero cómo iba a ser Ashley Hill un peluche!? Aurora cómo no siempre todo locuela... Uhm... Aunque bueno, sí, tenía razón que algo raro pasaba. En la vida original... quería decir, cuando ella era Ashley Hill y no Amber (porque la original al final resultó ser otra)... pues evidentemente no tenía hermanas. ¿Pero que Padre no era el mismo? A ver sí, ahora podía andar, y estaba más feliz, pero también parecía nervioso ante las preguntas. Pero Amber pensaba que ello se debía a que eran preguntas muy 'aleatorias' y extrañas para él, dado el contexto de... bueno, que ahora él era parte de una vida nueva que ellas, como siempre, pues no recordaban muy bien del todo.

Parecía un bonito universo. Uno donde todas pudieran ser felices. Pero Aurora pensaba que podría ser otra cosa. Lo que a Amber le preocupaba de todo esto es que si no estaba Jake Hill por aquí... ni Ashley... es que a lo mejor no era tan perfecto este universo. A ver, tampoco es que pidiera la perfección porque eso no necesariamente es mejor o da más felicidad, pero... Había hecho una promesa a Jake Hill y para ello era importante. ¿Y, por qué no estaba Ashley en esta nueva vida? Ella también merecía ser feliz, ¿no?

En conclusión, sí, sí. Si Aurora quería investigar, la ayudaría. Primero porque ahora eran hermanas, segundo porque a pesar de todo lo que hizo... la dejó vivir porque merecía otra oportunidad, y porque ella, las Ashleys en general, no eran así, no eran malvadas. Así que Aurora en el fondo seguro que tampoco lo era. Eso quería creer, quería que todo saliera bien.

Asintió a Aurora. "Va, vamos a cambiarnos y a desayunar. ¡Gracias por todo Papá!"

El narrador de Andrea está más perdido que un pulpo en un garaje. El pulpo Hill. Aun así, tratará de mantener el ritmo de locura dentro de sus posibilidades. Porque este narrador no teje los hilos de nadie, porque Andrea es un ente libre, pero aun así tiene algo de influencia en sus decisiones. Solo una poca.

— Claro... sí, gracias, Amber - respondió distraídamente, agradeciendo el ofrecimiento de su hermana. ¿Siquiera sabía algo sobre filología? No lo recordaba. ¿Ella también estudiaba? ¿O era fotógrafa? Todo era muy extraño...

Definitivamente había algo raro ahí. George... tenía la sensación de que no era como lo recordaba. Cada vez tenía más la certeza de que aquello no era real, solo una ilusión. Pero eso era una tontería... ¿verdad? Al menos lo parecía, hasta que vio las reacciones de sus dos hermanas. No, eso no era una tontería. Aquella sensación, aquellas letras que leía... le estaban diciendo claramente que las cosas no marchaban bien. Y Aurora se lo confirmó.

— Mirad al techo. ¿Lo veis como yo? - preguntó, señalando al mismo con la mano, una vez George las hubo dejado solas, presumiblemente. — Creo que nos están intentando ayudar desde fuera. Si no las podéis leer no pasa nada, os lo digo yo. Un tal... ¿Noinex? No sé quién sea, pero dice que esto es una realidad falsa. Que tenemos que presionar a papá. Hacer que se incomode, y que Ashley aparezca.

No comprendía del todo lo que estaba pasando. Parecía la premisa de una película de esas que constantemente rompían la cuarta pared. Como si eso fuera posible, ¿verdad? Casi se rio de sus propios pensamientos. Estaba empezando a pensar que quizá se le estaba yendo un poco la olla. 

El mundo se pausó completamente tras las palabras de Andrea Hill, como cuando pausabas una película, pero además, absolutamente todo se torno en blanco y negro, quitando a las tres hermanas Hill que mantuvieron su color y movilidad y en un pestañeo, en medio de ellas, apareció Ashley Hill, junto con Vincent Banes, quien ahora se encontraba maniatado y sin boca.

¡Hola chicas! - dijo animada. - Primero darte las gracias, Andrea. ¡No sabía que Vincent Banes estaba por aquí! Por lo visto el antiguo y malvado director, antes de que lo echara, logró ocultar aquí a esta entidad ¡y unirlo a la persona que se pensaba que me controlaba! - rió. - En cuanto has señalado las letras, ya me he percatado de que Banes estaba usando el mismo truco que usó cuando estabas en aquél universo con la Ashley ensangrentada.

Alzó las manos. - ¡Pero ahora no hay nada de lo que preocuparse! ¡Ni Ashleys malvadas, ni padres muertos, ni novios abusivos! - fue entonces cuando frunció un poco el ceño. - Así que no digáis que nada de esto es falso, es tan real como vuestras vidas anteriores, solo que mucho mejor, porque ahora solo tenéis que dedicaros a ser felices y nada más. - ladeó la cabeza. - Es justo lo que queríais ¿no? Así que no os preocupéis tanto y ¡disfrutad! - dio un par de palmadas y tal y como había aparecido, desapareció, haciendo que el mundo retomase su aspecto y velocidad temporal normal.

George miró a sus tres hijas. - Jo, jo, jo, que graciosillas os habéis levantado hoy ¿eh? - inquirió ante las preguntas de sus hijas, para luego acariciar el peluche que una de sus hijas había nombrado como "Ashley Hill". - Ashley me parece un nombre muy bonito, si tuviera una cuarta hija la nombraría así ¡pero no es el caso!

Fue entonces cuando se acercó a cada una y les dio un beso en la frente. - A no ser que tengáis algo más que añadir, voy a ir junto a vuestra madre, si os vais todas con vuestros amiguitos y novios, saldré con ella a ver alguna película... Aunque no se cual. - miró a su hija Amber, quien sabía que era fanática del cine. - ¿Alguna recomendación?

Parece que el narrador de Andrea ha cometido un pequeño fallo de cálculo. ¿Cómo no iba un ser todopoderoso y omnisciente a se consciente de lo que tramaba en secreto ella misma? Andrea no comprende, Andrea no se arrepiente.

Al ver aparecer a Ashley de repente le dio un vuelco al corazón. ¡Era cierto entonces! Aquella era una realidad falsa, construida solamente para contenerlas. Les habían dado lo que más querían de sus otras vidas, pero eso no era real. Su padre, su verdadero George, estaría terriblemente preocupado por la desaparición de su hija. Tenía que volver con él, costara lo que costase.

— ¡No, no puedes dejarnos aquí! ¡Esto es una puta mierda! - intentó gritar, pero Ashley ya se había ido. Llegó, les mostró que Vincent estaba bajo su yugo ahora, y como vino se fue. — ¡Joder!

Su "padre" empezó a hablar de nuevo, haciendo como que todo iba bien y hablando incluso de su madre. ¡Gilipolleces! Ya no quería escucharle más. Todo aquello era una mentira, no era más que una triste ilusión para tenerlas contentas, ideada por la Ashley que se había adueñado de todo el poder del diario para hacer lo que le placiera. Pero... ¿tenía todo el poder? Buscó en su interior, tratando de encontrar aquella sensación que usaba para viajar con otras Ashleys a voluntad. ¿Funcionaría siquiera si intentaba ir con la otra Ashley? Tenía que intentarlo. Cerró los ojos con fuerza, intentando visualizar a Ashley, la verdadera, e ir con ella.

No... espera... mierda... ¡No me había dado cuenta de todo eso, Anthur! Creí que eran solo habladurías, pero no, señor. ¡Que la Ashley Hill realmente ha tomado el liderazgo! Vale, no nos desviemos, que capaz me expulsa de la partida. Maldita zo...

—¡Ratas! —fue su reacción al mirar al techo, donde indicaba su hermana Hill—. ¡El rey de las ratas! Y de las moscas y enfermedades, una deidad del Caos de Warhammer. Sí, lo veo, está allí —Andrea era agnóstica, daba posibilidades a la existencia de un dios que lo controla todo—. Yo no me quiero poner tomista, pero si Dios existe, pero el politeísmo no se sostiene a nivel filosófico.

De pronto, la directora de orquesta apareció como arte de magia y se fue de la misma manera tras un discurso maniático. ¿No se suponía que Andrea era la loca? Pero Andrea ya no era la loca. La loca era Ashley Hill, siempre lo fue, la única y VERDADERA con miles de copias. Esa chica ya no estaba, era otra. Por las barbas de Nurgle, me acabo de dar cuenta que Banes ahora es como una de las chicas. Tiene cuerpo y posiblemente esté manejado por

—¡Carastuya! ¡Carastuya! ¿Estás ahí? ¿Me oyes? —gritó al cielo, no tenía ni idea si obtendría respuesta. Entonces miró a su querido padre y le sonrió—. Sí papá, te recomiendo la nueva de robocop. Bip bob bip biiiip.

El padre se iba y se suponía que el día de hoy tenía que ser feliz para la nueva vida de las Hill. Todavía no sabía cómo.

La tecnología avanza a pasos agigantados, ¿verdad? El milagro de la comunicación privada es auténticamente milagroso. Hace nada le mandé un privado a nuestra nueva directora, parece que lo único que busca es que las Ashley Hills sean felices. ¿No es eso lo que buscamos todos? Así que creo que estamos todos en el mismo bando, no hace falta ponernos nerviosos ni insultar. Seguro que hablando se entiende la gente...

¿¡Sus hermanas se habían vuelto locas!? Empezaron a gritar después de aquella... aquella visión... Había sido real ¿no? ¡Ahí estaba Ashley! No estaba loca, además de un hermanastro les faltaba una hermana.

Ashley, o bueno... Amber, no tenía TANTO problema con esta realidad. Le gustaba. Y podía ver las buenas intenciones, la intención de crear una vida por fin arreglara, una vida feliz, para todas.

"Aaah... ja ja ja..." rió nerviosa. Papá no merecía ver a sus queridas hijas así. "¡Chicas, no empecéis el roleo tan de repente que asustáis a papá!" Tomó de la mano a George Hill y le llevó fuera del cuarto. "Perdónalas, papá, es que tienen muchas ganas de seguir jugando una partida de rol en vivo que tenemos montadas las tres. Sí, llévate a mamá al cine. Id a ver la película de El Doctor Extraño en el Multiverso de la Locura." le dió un abrazo cálido y fraternal. "Os quiero a los dos, papá. Ya lo sabes. Como dirían en la película, te quiero en todas las dimensiones." se despidió dándole un besito en la mejilla y habiéndolo ya sacado del cuarto, volvió a meterse cerrando la puerta por dentro.

"Vale... eh... calmaos las dos. Para empezar, esto era lo que queríamos ¿no? Queríamos darle el libro a Ashley y pues ya lo tiene... Ha arreglado las cosas ¿no? ¿No sois felices? Yo estoy contenta: tengo hermanas, mamá está viva, papá puede andar, Kyle Wood está vivo, parece que las cosa os van bien también a vosotras, Dylan no es un capullo... ¿Qué problema hay para vosotras en esta realidad? Empiezo por los míos: nos falta aquí un hermanastro, Jake Hill, y nos falta también una hermana. Lily Hill... supongo. ¡Mi amiga-hermana-yo, ja ja!" rió con una sonrisa agridulce, recordando con nostalgia el primer encuentro con la primera Ashley amistosa que conoció. "¿La cual al final resultó ser la Ashley original? No lo sé, estoy hecha un lío... pero creo que ambas Ashleys... o la misma si es la misma, estoy un poco liada, merecen también ser felices. Ashley, yo sí que te agradezco el esfuerzo, sinceramente, yo... yo creo que habría intentado lo mismo que tú con el libro. Crear una realidad mejor para todas. Um... ¿puedes traernos de vuelta a esa sala donde estás? Reunión de hermanas, anda..." y le puso una mano en el hombro a cada hermana: a Aurora y a Andrea. "Calma, calma..."

Andrea logró teletransportarse al lado de Ashley Hill, la cual se encontraba en una especie de sala completamente vacía, donde estaba tirando de los hilos, teniendo a su lado a Banes, quien seguía sin poder hacer nada de nada. Frunció el ceño y decidió hacer exactamente lo mismo que había hecho antes.