Partida Rol por web

Un escalofrío recorre mi espalda mientras siento el movimiento trémulo de mis piernas. Mi respiración se acelera e intento controlarla, a la vez que busco mantener el control de mi cuerpo. Siento un cansancio que se apodera de mí y el desgaste en mi cuerpo que parece haber producido un ataque imposible de percibir.

"Magia...", pienso mientras observo al ser con una mezcla de temor, precaución y odio en mis ojos. "Acaba de... cómo pudo...", me digo intentando recuperar la compostura. Observo los movimientos de la criatura y su andar estoico y con aire de suficiencia, empezando a preocuparme cada vez más pues es notable el poder del enemigo que ahora se yergue frente a nosotros.

Una idea o más bien un deseo atraviesa mi mente con rapidez y fuerza, lo que hace que mi respiración vuelva a mostrarse nuevamente agitada. "Es peligroso, mucho... Aún recuerdo la habilidad del hechicero cuando nos internamos en la senda, pero esto está más allá, no es humano... debemos irnos ahora", cavilo en el mismo momento en que observo a cada uno de mis compañeros.

Sin pensarlo más, sujeto con fuerza el mazo y si bien inicio mi marcha con unos simples pasos, finalmente me lanzo hacia adelante contra el enemigo.

- Corran ahora y salgan de la cueva maldita sea, corran mientras yo me encargo- grito a mis compañeros, intentando llevar la mayor seguridad a mis palabras.

Mut 35SA 60PV: Se desaturde y le da la espada corta a la chica

Naowen 20SA 25/24PV: Lanza rayo. = 14B

Shoglic 20SA 50/36PV: ¿TR Control? Ataca con arma

Anga 15CM 59/49PV: Ataca/defiende

Saman 10SA 10PV: Agresiva

Viento 10SA 10PV: Indeciso

Celebriel 10SA 29PV: Toma la espada corta y trata de defenderse

Dervorin 5SA 40PV: Inconsciente

Axe 0CM 50/37PV: Avanza con Dervorín. No lo consigue.

Angainor y Axe sienten como esa energía no deja de salir de ellos y poco a poco los va debilitando.

Mut consigue liberar su mano y le lanza la espada corta a la chica que la atrapa al vuelo y se prepara para recibir los ataques de aquel ser.

Naowen apunta de nuevo con su bastón, esta vez el rayo de descarga va bien dirigido, eriza el pelo de sus compañeros de primera línea e impacta en el torso del enemigo. Este se tambalea y aúlla de dolor.

Este levanta su hacha para golpear al enano, pero Angainor estaba preparado y atento al máximo para esquivar su ataque y ni siquiera lo roza. Pero el enano tampoco consigue acercar su arma al enemigo.

Mut sigue teniendo las correas de los Uncas y nota como Shaman tira de ella para lanzarse al ataque contra en enemigo.

Axe intenta pasar, pero el espacio para hacerlo es escaso y no lo consigue. Puede seguir intentándolo pues la situación cambia cada momento, o decidirse por cualquier otra cosa.

Los uncas tiran mucho y no puedo apenas contenerlos a una mano. Agarro con fuerza las correas tras librarme de la honda y le grito a los uncas:

- Shaman, Viento...tranquilos...no os mováis...necesito sacar el arco y atacarle...pero no puedo hacerlo si os movéis... - les imploro mientras pienso en que en nada tendré que sacar el arco y ayudarles a acabar con ese ser que ha huido de las estancias de Mandos.

Viendo la situación podría intentar usar la honda que acabo de desenredarme pero no sé en qué estado estará tras enredarse en mi mano. Así que hago un esfuerzo y saco una de las piedras que guardo en el zurrón y la cargo ayudándome un poco con le mano con la que sujeto a los uncas. Empiezo a girarla y grito:

- Shaman, Viento...al suelo... - mientras suelto la honda intentando darle al ser que tenemos enfrente.

Noto que las fuerzas ya no son las que eran. Intento centrarme en mi objetivo de salir con el chico, puesto que de otro modo todos los esfuerzos habrían sido en vano.

-Venga, Axe... -me digo a mí mismo-. ¡Puedes hacerlo! Un intento más... Un... intento... ¡más!

Y de nuevo procuro pasar por donde antes me fue negado el acceso. Era arriesgado, y en caso de fallar tendría que optar por otra cosa, pero al menos habría hecho todo lo posible.

Me centré en el paso, en el hueco. Me aseguré de que el chico estuviese bien sujeto, y de nuevo reuní las fuerzas para intentar salir.

El aullido de dolor era más que un simple sonido, era la señal de que aquel ser era vulnerable, hecho de carne como ellos mismos y por lo consiguiente se podía matar.

El elfo volvió a dar otro paso mientras su bastón apuntaba nuevamente al ser, sus compañeros trataban de atravesar su área de influencia y el elfo trataba de darles una oportunidad.

Tras unos segundos la vara volvió a brillar y las chispas brotaron una vez más cuando un nuevo relampago iluminó la caberna en dirección a su oponente.

Veo caer con fuerza el hacha de mi enemigo y luego surcar el aire hasta pasar cerca de mi cuerpo, y de inmediato devuelvo el ataque aunque mi golpe, al igual que el del de mi contrincante, tampoco encuentra objetivo cierto. Noto a mis compañeros moverse a prisa y atacar, pero mi atención se centra en el demonio que enfrentamos.

Repentinamente vuelvo a sentirme extraño, debilitado, y mi respiración acelerada comienza a acompañarse de algunos jadeos.

- ¿Qué clase de magia es esta?- esputo con notable ira-. Enfréntame con honor, asquerosa bestia... deja de esconderte detrás de tus trucos- le digo al ser mientras continúo haciéndole frente.

Mut 35SA 60PV: Ataca con la honda 111 - 40 = 71 = Sin daños

Naowen 20SA 25/24PV: Lanza rayo. 76 - 40 = 36 = Nada

Shoglic 20SA 50/22PV -2/as: ¿TR Control? Ataca con arma 96 - 70 y pico -bd = nada

Anga 15CM 59/44PV: Ataca/defiende 56 = nada

Saman 10SA 10PV: Agresiva

Viento 10SA 10PV: Indeciso

Celebriel 10SA 29PV: Ataca con la espada corta 115 + 10 -40 = 85 = 9A = -5pv -2/as

Dervorin 5SA 40PV: Inconsciente

Axe 0CM 50/32PV: Avanza con Dervorín. Lo consigue

Naowen lo intenta de nuevo con un rayo. Las chispas brotan de su arma, en esta ocasión no van mal dirigidas, pero el enemigo ya está atento y logra esquivar el ataque.

Mut lanza otra piedra con su honda, va bien dirigida, pero Shoglic planta el escudo delante suya y la piedra impacta contra la defensa.

Es hora del ataque del enemigo, este un poco mejor, pero el enano está concentrado y una vez más bloquea el ataque sin dificultad. Pero por lo visto este tiene otras formas de ataque y tanto Angainor como Axe siguen notando como sus fuerzas siguen menguando.

Si algo ha demostrado la chica es que tiene mucho valor y arrojo, ya con la espada corta de Mut en su poder no se corta un pelo en atacar al monstruo, por debajo de su escudo el arma se clava profundamente en el muslo del rival que aúlla una vez más y retrocede.

Axe lo intenta una vez más... Y por fin logra pasar junto al enemigo con Dervorín a cuestas, hasta él llega el aire limpio del exterior, ya se encuentra en el umbral de la cueva. Siente como que... algo se libera entré él y el monstruo y sus fuerzas ya no disminuyen.

Las fuerzas renacen en mi interior como si de una fuente seca brotase de nuevo fresca agua. Tras haber sentido menguar mi ánimo, me tomo unos segundos para recuperar algo de mi perdida resistencia.

Parece que el aire fresco se lleva lo malo del interior de esa horrible cueva a cada inspiración que doy.

Ya no pensaba abandonar a mis amigos antes, pero ahora que noto lo diferente que es estar fuera, no lo dudo. Me aseguro que Dervorin sigue atado e inconsciente, y procuro dejarlo a salvo.

Me aseguro de que mi martillo vuelve a responder a mi brazo, porque tuve la sensación en algún momento de que mis fuerzas fallaban tanto que no podría volver a levantarlo... Sí, mi fiel compañero vuelve a ser el que era.

Me dispongo a entrar de nuevo en la cueva, esta vez desde otra perspectiva. Ahora soy yo el que quiere pillar al malvado por sorpresa desde atrás.

Mi hondazo ha fallado así que no me queda otra que intentar salir ya que veo que Axe lo ha logrado. Saliendo podré atacarle por la espalda así que me lanzo corriendo con los uncas hacia la salida. Espero que gracias a mi pequeño tamaño logre pasar y esquivar su ataque.

Luego cuando esté fuera intentaré atacarlo por la espalda y ayudar a Axe...y espero lograr mantener lejos a los uncas atados a algún sitio para que no se lancen a ayudar a sus dueños.

- Viento, Shaman...sigamos a Axe...¡Por La Comarca! - grito mientras me lanzo a esquivar al malvado ser.

Mis piernas flaquean con cada nueva gota de energía que desaparece paulatinamente de mi cuerpo. Muevo los hombros un poco para relajarme y me resulta hasta increíble percibir que mis brazos y piernas se cansan sin que en verdad obre motivo valedero para ello... salvo la magia de este ser.

De reojo miro a Axe y también a Mut, y no puedo sino dejar salir una bocanada de aire de manera entrecortada, cual suspiro, al ver que finalmente intentan escapar del peligro que este demonio nos significa. Miro un momento a Naowën y sin mediar palabra le hago señas con la cabeza para que siga los pasos del mediano y salga del lugar.

¡Y a pesar de tu magia aquí me tienes, en pie y duro como una roca, como un verdadero enano!- le grito a nuestro enemigo con un deje burlón, intentando mantener cuanto más pueda su atención en mí y así facilitar el escape de mis compañeros-. Te muestras ágil, lo veo, pero mi maza ha alcanzado a demasiados enemigos ya y tú no serás una excepción- agrego dejando que una sonrisa se marque en mi rostro, lanzándome luego adelante para realizar un nuevo ataque.

De repente, aquel ser... desaparece ante vuestros ojos. Tan solo notáis como una especie de gélida brisa.

Angainor golpea el aire con ese de todos modos, débil ataque. Mut que se aprieta contra la roca para pasar se queda sorprendido. Axe que deja el cuerpo inconsciente de Dervorín en el suelo, cuando se gira, vé que el enemigo ya no está. Y Naowen que embraza su arco, ya no tiene objetivo al que apuntar. La chica se queda sin poder atacar de nuevo. Y los Uncas se tensan por el susto.

En el suelo no hay nada, no se ha consumido, simplemente ya no está.

- Aprovechemos y salgamos cagando leches de aquí... - digo al ver que ha desaparecido. Suelto a los uncas para que corran libremente y salgo de la cueva a todo correr. - ...Axe habrá que hacer un esfuerzo y alejarnos rápido. Luego curaremos a los heridos mientras comemos algo y reposamos...

Si el ser ha perdido poder o se ha ido a buscar refuerzos no me importa ahora, lo importante es alejarnos y evitar que nos encuentren él o sus hombres. En cualquier caso estaríamos jodidos.

La sorpresa de lo inesperado de esa desaparición me hace vacilar en mi maniobra. Un poco más, y me caigo encima de alguno de mis amigos.

-Pe... ¿¡pero qué...!? -acierto a mascullar. 

La magia no me era desconocida, pero sí algo ajeno. Aún me resultaban sorprendentes los conjuros más básicos. Yo era más de armas y físico, el misticismo no era cosa mía. 

La desaparición de un ser tan poderoso también me dió mala esina, como a Mut. No iba a quedarme para ver si volvía o no.

-¡¡Sí, vámonos ya!! Dervorin está afuera aún inconsciente, ¿alguno necesita que lo ayude a salir? ¡No perdamos ni un segundo más!

Mi concentración al defenderme hace que mi golpe resulte tosco e inútil, pero mi sorpresa se acrecienta al notar que nuestro enemigo desaparece sin más. Miro a mi alrededor con preocupación y cautela, buscando al ser ante la posibilidad de que se halle oculto, pero pareciera como si se hubiese marchado ya de aquí.

- Vámonos, mujer. Mejor aprovechar la situación para alejarnos cuanto podamos de este lugar- digo a la joven que nos acompaña y que se muestra igual de sorprendida que el resto-. Adelántense todos, yo cuidaré la retaguardia- expreso a mis compañeros, guardando mi arma aunque manteniendo en alto el escudo mientras observo en derredor.

Camino unos pasos hacia atrás y tomo la correa de los uncas, para luego continuar moviéndome levemente de espaldas a la salida, atento a algún posible y nuevo ataque.

El grupo no duda que lo importante ahora mismo es huir, poner tierra de por medio con esta cueva. Naowën señala hacia la derecha, donde la chica le había dicho que estaba la zona boscosa, y así era.

Emprendisteis ese camino, llegasteis a los primeros árboles sin más contratiempos, debía de ser como media tarde, pero nadie quería parar tan pronto. Cuando finalmente anocheció Dervorín abrió los ojos - ¿Qué sucede? ¿Donde estoy? ¿Por qué me lleváis atado? - De algún modo la expresión de su cara había cambiado - ¿Quienes sois vosotros?

Miro a Dervorín y le comento:

- Tu madre nos envía, estaba preocupada por ti. Al parecer te había comido la cabeza un espíritu maligno. Nos ha costado sacarte del trance, pero ahora que eres libre podrás volver con tu madre y alejarte de esas cuevas por siempre... - le comento mientras sigo caminando alejándonos de las cuevas y de ese espíritu maligno. Por suerte esta vez no hemos perdido a nadie, pero la magia nos causa demasiados problemas siempre que se cruza en nuestro camino.

Miro al resto de nuestros compañeros y les digo:

- Ánimo compañeros. Hemos salido con vida y cumplimos nuestro cometido...sigamos avanzando y alejémonos de ese ser. Si todo va bien dentro de poco la madre de Dervorín podrá agradecernos esta aventura con una buena comida y un sitio donde descansar.

Sin darme cuenta, tiro constantemente de la correa de los pequeños obligándoles a seguirme el paso hasta que finalmente nos alejamos lo suficiente de la caverna como para comenzar a sentirme seguro. Aún a la distancia, continúo preguntándome qué era esa cosa y me sorprendo al notar la cantidad de peligros que rondan por todas estas tierras, peligros que harían palidecer a un simple grupo de orcos.

- Así es, Tarien nos ha contratado para encontrarte y llevarte a casa. Hacía varios días que estabas desaparecido aunque tu madre no perdió las esperanzas de encontrarte- agrego a lo dicho por Mut.

De a momentos lanzo una mirada hacia la montaña en donde el grupo de cuevas se halla, pero con cada paso voy tranquilizándome y haciéndome a la idea de que el peligro ha pasado.

- Una rica comida y bebida, no podría pedir otra cosa. Eso sería bueno después de todo lo vivido- comento lanzando unas risas-. ¿Irás con nosotros hacia el poblado? No sé de dónde eres, pero puedes venir con nosotros si eso te resulta más seguro... de hecho creo que tampoco se tu nombre- comento sonriente, mirando ahora a la joven que rescatamos y ahora nos acompaña.

Sus amigos ya le habían explicado todo brevemente. Era increíble lo rápido que se resumían tantos momentos intensos vividos, incluso los cercanos a la muerte.

El cambio que en Dervorín se había experimentado era abrumador. Ahora sí parecía un muchacho normal, y no aquel guiñapo pataleante con quien habían tenido que lidiar momentos antes, empeñado en quedarse en la cueva a toda costa.

Yo ardía en deseos de saber qué sentía el chico, si es que lo recordaba. Cómo era posible que le hubiera sucedido aquello, aunque comprobé por mí mismo que la magia de aquel ser era más poderosa y sutil de lo que podía imaginarse. Quizás lo pilló desprevenido en las montañas y con algún conjuro lo retuvo... Sería interesante escuchar la versión de la historia que el muchacho tuviese que contar.

Ahora debían seguir avanzando, ya habría tiempo para preguntas más tarde.

Me paré brevemente a comprobar que Samman y Viento nos seguían. Me había hecho bastante amigo de ambos, y desde luego eran también bravos guerreros, merecían sin duda el respeto y la atención de todos como parte del grupo.

-Sí, amigo -asentí a las palabras de Angainor-. Cierto es que no sabemos ni tu nombre, pero nuestra deuda contigo y con tu valentía es inmensa. ¡Gracias por tu ayuda! Más adelante habrá tiempo para historias y explicaciones... Ahora sigamos avanzando. No quiero encontrarme de nuevo con los vecinos malencarados que acabamos de dejar.