Otto está sentado en el escritorio, mirando hacia la ventana. Cuando entras se gira.
-¡Hanna! ¡Ya estaba preocupado! ¿Qué ha pasado?
- Qué no ha pasado más bien - le describo todo lo sucedido anoche, haciendo incapie en lo que dijeron los encapuchados y concluyo hablandole de la mansión. - ¿Tienes alguna idea de algo?
-No, la verdad. No caigo en de quién puede ser la mansión y que pueda tener mercenarios tan poderosos... aunque hay un fabricante de armas riquísimo que tendría todas las razones para asociarse con Goulliard and Sons. Pero desde luego no parece ser de los Masones, no de la Iglesia. Eso es bueno. Quizá pudiéramos reclutarle, para nuestra causa... Es una pena que escapara el chino. Pero poco más podías hacer sin arriesgar.
- Si se te ocurre alguna forma de que entremos en la mansión, puedo intentar encontrar la cabeza...
-No parece muy seguro, teniendo en cuenta lo que ocurrió en el puerto... Umm... quizá pueda hacerle una visita. ¿Quieres venir conmigo? Después de comer. Mandaré la información a mis camaradas por si nos pasa algo y tú siempre me puedes defender.
- ¡Claro!.. Aunque si tengo que ir con vestido será más difícil. Buscaré algo por casa que me sirva. Avísame cuando estés listo.
Vyktor estaba algo molesto por el recibimiento de Aedalus, pero cuando se da cuenta de que ni siquiera a pegado ojo lo comprende un poco más.
Cuando la sirvienta entra, Vyktor se encamina hacía el salón sin siquiera dirigirle una palabra, al fin y al cabo sería absurdo hacerlo. Una vez allí puede ver que en la mesa hay una sencilla copa con un resplandeciente liquido rojo en ella. Otra de las ventajas de vivir solamente en un lugar, que podías almacenar sangre. Beberse aquello le quitaba la emoción a la situación, pero al menos le quitaría el hambre hasta la noche, a veces había que hacer sacrificios...
Me levanto y voy a la sala de banquetes, me fijo en que hay 3 platos y que los mayordomos no paran con su ir y venir.
- ¿Esperamos a alguien? - señalo los 3 platos - Por cierto, ¿y tus amigos? - sonrío pícaramente - y ya que estamos… ¿qué pasó anoche, una vez me encerraste aquí?
El hambre que sentía Vyktor casi le hace desentenderse de la ilusionista, sentada en otra de las sillas. Y de Aedalus, que presidía la mesa.
En el comedor entra el hombre disparado de la noche anterior y mira entre asombrado y molesto la presencia de Victoria en el comedor.
miro de arriba a abajo al recién llegado, y con una sonrisa burlona digo - Muy buenas, ¿por fín ha decidido dejar de correr? - dirigiéndome a Alfa - Sigo esperando una respuesta.
Se nota en la expresión de Vyktor que le ha molestado el comentario de Victoria, pero se mantiene calmado. Le dedica una mirada de repugnancia.
Coge una copa con un liquido rojo en su interior que había encima de la mesa y se sienta en una de las sillas. Da un trago de la bebida y se queda en silencio, esperando a que continúe la conversación.
Estando con la comida perfectamente servida y sentado esperando a que llegara Victoria contesto rápidamente. - Deimos y Phobos están haciendo guardia en la zona frontal de la mansión. -
- En cuanto a la noche, seré sincero. No fue muy productiva. El truco que utiliza Goullard and Sons es demasiado rebuscado para poder sacar partido de la cabeza. -
[Añado esto después de que Victoria hablara con Vyktor]
- Calma. Siéntate, ¿Has descansado bien? No suelo recibir visitas. - Miro a Vyktor de reojo cuando añado. - La última vez que recibí una visita mi habitación favorita acabó completamente carbonizada.
- Sí, he podido descansar, gracias. - Tomo asiento, y mirándolos detenidamente añado - Intuyo que, ¿ya se conocen de antes? - Suspiro - En fin, ¿qué hacemos aquí?¿qué es lo que quiere de nosotros?
- Quiero que te unas a mi bando. Tan simple como eso.
Empiezo a comer puesto que todo el mundo está sentado y unos instantes después añado. - Mi camarada me avisó cuando estaba llegando a la tienda que tenías el poder de provocar ilusiones en la mente ¿Es cierto?
- No es exacto. Háblame más de tu bando, vuestros objetivos, el por qué de estos. - mirando a Victor fijamente - y tú ¿también eres de su bando? lo lamento pero me cuesta creerlo.
Vyktor frunce el ceño cuando Victoria se dirige a él:
- Compartimos ciertos intereses y por ello tenemos un mutuo acuerdo de paz. - Tras una pausa añade. - Pero en el fondo soy un invitado al igual que tu. Y como invitado debo cumplir ciertas reglas de cortesía... Para evitar conflictos.
- Nuestro bando. Dudo que sea una sorpresa para ti de que los... "seres" que estamos sentados en esta mesa tenemos poderes que escapan a la humanidad. Poderes que nos ponen en un plano distinto a los humanos. Con la época de las luces ya no podemos escondernos en torres apartadas en las tierras barbaras o en los frondosos bosques de Germania o de las Islas Britanicas.
Corto la carne que tengo delante con tranquilidad antes de continuar.
- Somos abominaciones según la iglesia y conejillos de indias para Goullard and Sons. La época en la cual nos escondíamos solitarios en las sombras murió al igual con la noche a manos de la luz artificial.
- ¿Nuestros objetivos? Yo tengo mis propios objetivos que son la manifestación de mi voluntad de poder.
Pruebo el trozo que había cortado y miro a Victoria fijamente.
- No te pediré que renuncies a tu voluntad y a tus objetivos. Es más, te ofrezco mi ayuda y mi poder. Como cualquier humano ayuda sin dudar a los que comparten sangre con el.
Dejo unos instantes de silencio antes de sentenciar mi discurso.
- No pienso dejar este mundo sin dejar una marca. Una marca que perdurará durante milenios en este universo. Te ofrezco al igual que ofrecí a mi camarada ser parte del bando que tomará el relevo de los Dioses.
Vyktor bosteza, aburrido, tras el discurso de Aedalus. Es un bostezo disimulado, pero no pasa inadvertido. Tras eso vuelve a mirar a Victoria.
- O siempre podrías irte. Pero sería una lástima que nada te vinculara a este lugar. ¿No crees? - Le dedica una sonrisa maliciosa a Victoria.
Ignorando a Victor. - Así que me ayudará con mis objetivos, si yo ayudo. No tengo inconveniente. ¿cuál es su poder? y…
- mirando a Victor con una sonrisilla burlona - ¿de qué utilidad puede ser esta sanguijuela?