Al doblar el recodo ves dos moros casi idénticos a los de la casa de Lostatus, armados con esas extrañas armas largas con tanta potencia de fuego.
Ambos parecen distraídos y hablan mediante susurros en una jerga incomprensible.
No hace falta.
Una rápida mirada le bastó a Herbert para comprender que las dificultades no habían terminado, por lo menos esos dos moros no se esperaban lo que les pasaría en los siguientes segundos.
Mierda otra vez esas malditas armas otra vez, tenemos el factor sorpresa pero si nos alcanzan con ellas seremos pasto de los gusanos.
Girandose hacía Lew, le indicó lo que había visto, dos hombres armados que se encontraban distraidos. Si seguían el curso de acontecimientos que les había llevado hasta alli, acabarían con ellos, pero alertarían a quien quiera que hubiera cerca. Que otra cosa podemos hacer? Herbert movió los labios e indico con los dedos la seña de la cuenta de tres para que comenzara el tiroteo.
Uno... Dos...
Esperó por si Lew quiere decir algo antes de empezar a disparar.
Seguí las indicaciones de Herbert, aunque estaba claro que al otro lado de la esquina no habría señoritas ligeras de ropas esperándonos con los brazos abiertos, aunque sería una buena sugerencia para la Logia. De nuevo estaba claro lo que había que hacer, así que agarré con fuerza el revólver y localicé mentalmente a aquellos tipos, haciéndome un esquema mental de cómo debía proceder.
Uno...Dos...
¡y Tres!
De un salto aparecimos en la sala cogiéndoles por sorpresa. Ni siquiera les dejamos tiempo para pensar, disparamos y punto, así debía ser.
Motivo: Disparo revolver
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 6 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 10(+2)=12
Uno menos xD
Tres.. Sin pararse a pensar ni un segundo, Herbert saco el fusil por el recodo de la esquina, apuntó a uno de los hombres mientras se encomandaba a Dios y tras el sobresalto de oir el cercano revolver de Lew disparó.
Motivo: Fusil
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 76 (Fracaso)
Joer que paquete, al 50% no doy una.
Todo sucede realmente rápido, nuestros dos protagonistas doblan el recodo y disparan sin mirar, sorprendiendo a los guardias árabes que ni siquiera tienen tiempo ni de girarse, el tiro de Lew atraviesa el cráneo del guardia más próximo , penetrando la bala por el lado derecho de la cabeza y saliendo por el otro lado, perdiéndose la bala en el corredor. Cuando el hombre aún no se ha desplomado, Herbert dispara impactando a la pared derecha. El autor no tiene su día con las armas de fuego.
Mientras Herbert prepara el fusil, Lew dispara de nuevo antes de que el árabe apunte y dispare.
Lew tienes otro tiro antes de que dispare el moro, "tiro de gracia" que sino acabo solo xDD
El asalto había sido lo suficientemente rápido y letal como para pillarles por sorpresa. El tipo se había entrenido demasiado mirando como su compañero se desplomaba con la cabeza abierta y me había dejado una última oportunidad que no iba a desaprovechar...
Motivo: Disparo revolver
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 97 (Fracaso)
Alguna vez tenía que fallar :S
El segundo tiro de Lew no da al moro que usando su maravillosa arma repetidora, agujerea el cuerpo de Herbert.
Motivo: Disparos
Tirada: 2d100
Dificultad: 80-
Resultado: 2, 21
Exitos: 2
Motivo: Daño 2
Tirada: 1d10
Resultado: 3
Motivo: ataca a
Tirada: 1d2
Resultado: 1
Motivo: daño 2
Tirada: 2d10
Resultado: 12
Daño 15 a...Herbert! la primera tirada Empala con lo cual hace daño máximo de 2 d10 (12) y la segunda un 3.
Herbert muerto, hablamos por el off para que vayas preparando otro PJ, puedes rolear tu muerte la dejo abierta para que narres tu caída.
Lew vuelves a disparar.
Me aparté justo para que la ráfaga de aquel arma infernal no me alcanzara, pero el pobre Herb se la comió de lleno. Reconozco que le había cogido cariño, me había seguido hasta allí sin titubear, pero no había sido suficiente...
- ¡Muere, hijo de puta! - le grité al enemigo mientras disparaba.
Ya daba lo mismo gritar, si había más enemigos se habrían alertado por los disparos, así que al menos le dejaba claro lo que pensaba de él antes de que muriera.
Motivo: Disparo revolver
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 54 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 7(+2)=9
Lew dispara al moro dándole en pleno pecho, el moro cae deja caer el arma, la cual se estrella contra el suelo de piedra escacharrándose y rompiéndose en varios trozos. El moro tiene un agujero en el pecho pero la sangre se le sale a borbotones, se coloca las dos manos sobre el pecho intentando taponar la herida de un .45 ... craso error. A los pocos segundos, cae al suelo inconsciente.
Motivo: CON moro
Tirada: 1d20
Dificultad: 12-
Resultado: 1 (Exito)
moro 11 PV - 9 = 2
Herbert disparó con una sonrisa en la boca, sabía que tenían una buena oportunidad y que era muy posible abatir a los dos moros sin resultar herido.
Tras el disparo de Lew, Herbert apretó el gatillo, lo apreto tal vez con demasiado ímpetu y vió como su disparo daba en la pared a pocos metros de la cabeza de uno de los moros. En ese momento volvió a escuchar el sonido del arma de Lew, pero su cara ya no mostraba esa sonrisa, había fallado y solo uno de los dos había muerto.
Lo siguiente que escuchó Herbert mientras apuntaba fue el horrible tableteo del arma del moro. Que sonido tan desagradable. De pronto, sintió una fuerza que le golpeaba en el pecho, una vez, dos veces y así hasta seis u siete, su cuerpo fué empujado por el aire hasta que golpeo la cercana pared que había detras.
Que es lo que ha ocurrido? .Herbert de repente notó un estallido de dolor que le hizo encogerse sobre si mismo a la vez que noto como su boca se llenaba de un líquido. Oh dios mio!! Ese maldito me ha alcanzado!!! Una niebla sangrienta cubrio rápidamente los ojos y un horrible espasmo sacudió a Herbert quitándole el último aliento de vida.
- Joder, me he quedado solo - dije en un susurro.- Herb...
Me acerqué a su cuerpo inerte y comprobé lo que ya sospechaba, estaba muerto. No sabía de dónde habían sacado aquellos cacharros pero desde luego su potencia era increible, si podía llenaría el maletero de mi coche con eso trastos y a lo mejor podía costearme un buen retiro para cuando todo aquello hubiera terminado. Pero por el momento tenía otras prioridades, entre las que estaba la más importante, salir vivo de aquel maldito lugar.
Apoyé el cuerpo de Herb contra una de las paredes y le colqué el fusil entre las manos, apuntando hacia uno de los puntos de la habitación por donde podría venir algún enemigo, con un poco de suerte aquella estratagema me diese unos valiosos minutos en el futuro. Después registré los cuerpos de los dos enemigos en busca de alguna pista o algo de valor y, finalmente, volví a recargar mi .45 que tan buenos resultados me estaba dando.
Estaba listo para seguir...
*Si Herbert tiene algo importante me lo llevo, algo en plan anotaciones y cosas de ese tipo. Por ejemplo, el libro que ha cogido de arriba, cosas así.
*Lo mismo de los moros.
*Dime si hay puertas o algo, para ver por donde seguir.
*¿Cómo son de grandes las habitaciones o estancias o donde sea que estoy? Lo digo porque si son estrechas me saco la recortada para aplicar el bono por bocajarro y poder pillar de un tiro a varios enemigos, porque la escopeta tiene dispersión. Si no sigo con el .45 que de momento me ha ido bien :)
En un primer momento registras a Herbert el cual sólo lleva encima sus armas.En cuanto a los moros, una de las sofisticadas armas está rota y la otra está intacta, no hay ningún tipo de munición encima salvo la que va cargada en el arma.
A la izquierda de donde los moros han caído, hay una abertura que forma un pequeño cuarto en el que sólo hay una bombilla en el techo y una mesa (sin sillas) de madera en el centro.
El corredor continúa (tras los cuerpos de los moros) al menos un par de decenas de metros, hasta una pared, doblando a esa altura a la izquierda.
En el coche tiene:
Coche modelo Chrysler modelo B Phaeton Front En
Pluma de alta calidad-maquina de escribir-reloj de pulsera-maquina de fotos de bolsillo-linterna a pilas y sello de caballero
Una caja de munición fusil 22
Una caja munición para el revolver 32
Lupa
Prismaticos
Encima lleva:
Fusil de cerrojo 22.
Bastón-estoque-
Pistola cal.32 3 tiros
Libro de catequismo de caballeros del vacío exterior
Poco más de diez minutos después, aparcas el coche frente a la puerta del edificio de la Organización. Has dejado a Nigel tirado en la calle de mala manera en la puerta de urgencias del hospital más cercano. - Se encargarán bien de él- pensaste a modo de diculpa hacia tu compañero. Estabas convencido de que viviría, o más te valía.
Tras aparcar entraste de nuevo en el edificio de la organización, la sala tan parecida a una iglesia ahora estaba vacía, la puerta tras el atril de conferencias estaba abierta.
No podía dejar de pensar en Niguel. Los demás lo habían dado por muerto como si fuese un peon de ajedrez. Aquello no estaba bien, nada de todo eso estaba bien. Pero ahora tendría que ayudarlos o acabarían todos como Niguel. Le extrañaba no oir disparos. Había sido lo más rápido que había podido pero no podía sacarse de encima esa sensación de que sus compañeros ya estaban muertos. Tirados en el suelo sobre su propia sangre.
David sacó la pistola de su chaqueta y quitó el seguro. Trataría de sacarlos de allí con vida y después... quizás, si salía vivo de todo aquello se diera unas vacaciones.
Voy por la puerta. Me parece que este pj no me va a servir para el siguiente capitulo... ya veremos :p
Tras la puerta resultó haber una sala rectangular diáfana a excepción de unas escaleras en la parte derecha que descendían a un sótano que parece estar iluminado...
Con el revólver cargado de nuevo, me adentré silenciosamente (o todo lo que pude) por aquel largo pasillo hasta llegar a la esquina. Me apoyé contra la pared y aguanté la respiración por un instante tratando de escuchar algo al otro lado. Finalmente, me asomé a la esquina con el arma preparada, a ver que me esperaba al otro lado.
*Me parece que Herbert llevaba llaves de los moros, esas me las llevo por si me hacen falta.
David empezó a bajar con la pistola en mano tratando de no hacer ruido y discernir si se oia algo abajo. No sabía donde demonios se estaba metiendo.
En el momento en el que Lew llegaba al fondo del largo corredor, escuchó pasos a su espalda, al girarse vio a David que bajaba cagado de miedo empuñando una pistola. El tipo intentaba ir sin hacer ruido, pero Lew tenía el oído muy fino y la piedra del suelo no ayudaba.
David y Lew se miraron fijamente, entonces David se dio cuenta que había dos moros tendidos en el suelo del corredor (cerca de la entrada) en medio de un charco de sangre y a poca distancia, Herbert estaba sentado de espaldas a la pared con el fusil entre las manos en una postura algo rígido... sin moverse.
Os junto mejor ahora.
Volví hasta donde estaba David, que por fortuna había regresado pronto, tratando de no alertar a nadie. Sentía pena por él, como la había sentido por los demás que habían caído, se habían visto envueltos en esta mierda casi sin darse cuenta. Seguramente David se lamentaba de haberme llamado por teléfono para pedirme ayuda, y no le culparía por ello, pero lo cierto es que si no lo hubiera hecho quizás estuviera muerto.
- Esto es una locura, David, tenemos que encontrar alguna pista y marcharnos - le dije en voz baja.- o destruir este lugar y marcharnos de una vez... He encontrado este libro - le enseñé el catecismo de los caballeros del vacío exterior.- encontramos uno exactamente igual en Boston... esta organización y la Logia del Crepúsculo de Plata están relacionadas... también he encontrado esto, pero no he tenido tiempo de leerlo - le enseñé el libro titulado Old California.- Quería llegar hasta el fondo de este asunto pero... - miré el cadáver de Herbert.- ya no sé si quiero seguir...
David no sabía que decir. No podía creer lo que había ocurrido allí abajo, era una locura. Ni siquiera merecía la pena. Todas aquellas muertes... trató de no mirar a los cadáveres y se trato de concentrar en Lew.
-Lew tenemos que largarnos de aquí ya. Esto... esto es una locura. la policía no tardará en venir y no podemos estar aquí. Tenemos que recoger a tu amigo del hospital y largarnos muy lejos. Olvidarnos de toda esta locura de cultos y sectas. Que se ocupe la policía-le dijo nervioso.