Partida Rol por web

David lo miró sorprendido, después miró el reloj y vio que no era mala idea. Con todo aquel teatro se le había pasado el tiempo volando.

No es mala idea, quizás allí podamos sacar algo en claro y asi damos tiempo a vuestros compañeros para que puedan descubrir algo-les respondió- conozco un sitio italiano en el que se come muy bien. Esta cerca de Little Italy pero no en el meollo asi que no se preocupen por los tiroteos-les dijo bromeando, aunque los tiroteos entre las mafias en aquella zona eran muy comunes.

Tras salir del edificio tomáis el auto  y David conduce poco más de veinte minutos hasta ver el letrero anaranjado de "Vollutos", un pequeño restaurante familiar con horno para pizzas y cuatro mesitas desocupadas con manteles a cruados rojos y blancos.

Os sentáis en una mesita y encargáis la comida, mientras esperáis a que os sirvan reflexionáis sobre lo (poco más bien) que habéis descubierto.

David se sentía algo desanimado. Siempre había sido muy racional y en el fondo sabía que aquello no iba a dar sus frutos a la primera de cambio pero había esperado que un misterio llevase a otro mayor, como en las novelas. 

-Bueno... ¿ustedes que creen? No estoy muy seguro de lo que hemos leído en esos historiales, no soy medico. ¿Puede deberse a algo...mmm... "paranormal o son solo fallos humanos de los responsables del hospital? Pensé que usted-dijo dirigiéndose a Nigel- podría llegar a entrar al deposito y ver los cadáveres quizás así sacase usted algo en claro pero imagino que eso es una tarea arto complicada.

Me encendí un cigarrillo para meditar sobre el siguiente paso. Ya tenía claro dónde creía yo que había que ir, aunque sabía que habría reticencias. Me sentía cómodo en aquel lugar y no parecía probable que nos hubieran seguido, al fin y al cabo lo del hospital había sido bastante sutil, no había hecho falta montar ningún escándalo, de modo que decidí hablar sin tapujos.

- ¿De verdad crees eso, David? - pregunté con incredulidad.- Esos informes nos dan más información de lo que parece ¿cuántas veces has visto morir a tres personas por la misma enfermedad desconocida que casualmente asistían a los mismos seminarios? Si fuese algo contagioso habría muerto mucha más gente... No, esto nos confirma su relación, no puede ser casual, ese cabrón que organiza esos seminarios es el culpable de todo y si tú - señalé a David.- hubieras seguido asistiendo a esas pantomimas ahora mismo estarías en un cajón de pino... Recuerdo que nos has hablado del sitio donde vive el tal Black, que está custodiado por unos tipos extraños y todo eso... Pues bien, lo que sea que tenga allí escondido está claro que no quiere que nadie lo vea, no hay muchas casas ni en Boston ni en Nueva York con tipos extraños en la puerta montando guardia - di una larga calada al cigarrillo y eché el humo por la nariz.- No tenemos tiempo para esperar a que se celebre otra reunión, matarían a más gente y puede que nos encuentren y nos jodan, porque saben que vamos a por ellos, David, ya lo creo que lo saben... Lo que yo digo, y creéme que tengo experiencia en esto, es que vayamos a esa maldita casa y entremos, por la fuerza si es necesario, no sería la primera vez - dije recordando todo lo de la mansión del Crepúsculo de Plata.- Podemos vigilarles, ver quién entra y quién sale, si se mueven mercancias ¡lo que querais! Pero tarde o temprano, y seguramente más temprano que tarde, vamos a tener que entrar ahí.

Nigel se había quedado "atascado" en el pensamiento de visitar la morgue del Hospital... seguro que era gratificante pulular por un lugar tan fascinante pero, dado que aquellos hombres habían muerto bastantes días atrás, lo más probable era que ya estuviesen bajo dos metros de tierra húmeda y llena de gusanos.

La asertividad de Lew sacó al británico de su ensalmo... una vez más canturreaba sin darse cuenta por lo que, cuando fue consciente de ello decidió para en seco y musitar un inaudible "perdón". Sin embargo todo lo que el detective decía parecía tener todo el sentido que era exigible dadas las circunstancias. Al fin y al cabo, la actitud de investigación y la caballerosidad no habían dado resultado positivo alguno en Boston... Nueva York no debía ser diferente. Allí tuvieron que entrar a hurtadillas en aquel odioso lugar y salir malhadados previo incendio de las instalaciones.

- Me apunto... qué demonios. ¿Qué es lo peor que nos puede pasar... que muramos? Al menos no habremos tenido "hemorragias por la boca y por el ano"..  - bromeó.

Una pizza para los tres después, pagáis la cuenta y os dirigís al despacho de David para reuniros con el resto. Habéis almorzado muy tarde, es primera hora de la tarde y vuestros vientres están hinchados de comer tanto, el coche os lleva de vuelta al centro.