Partida Rol por web

Las Sombras de Yog-Sothoth II

Asalto a la Organización

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26/06/2012, 17:58
Lew Harper

- Está claro que hay algo aquí... pero prefiero destruirlo a enfrentarme a ello, son demasiado fuertes - respondí pensando en que aquel sitio estaba lleno de enemigos mejor armados que nosotros.- Reduciremos esto a cenizas y asestaremos un duro golpe contra esta organización... puede que encontremos algo en los libros y si no, en Boston encontramos algo sobre actividades de la Logia en Escocia... quizás no sea un mal momento para salir del país... ¡Vamos!

Volvimos a subir las escaleras mientras yo cubría los pasillos para que no viniera nadie, pensaba volver a cerrar la puerta de arriba y preparar una barricada delante con los bancos que había. Le prendería fuego al local y cerraría todas las puertas, todo el que estuviera abajo sería pasto de las llamas...

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26/06/2012, 18:12
Director

Lew y David abandonan el sótano, primero David y después Lew llegan hasta la parte superior del edificio, hasta la sala de conferencias.

Lew intenta levantar uno de los pesados bancos de madera, es demasiado pesado para él.

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26/06/2012, 18:20
Director

Hazme una tirada de Idea.

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26/06/2012, 19:19
Lew Harper
- Tiradas (1)
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26/06/2012, 19:27
Director

Prender fuego sólo conseguirá que arda el piso principal del edificio, ya que por lo que has visto, el sótano es de piedra y apenas hay elementos inflamables o susceptibles de arder. De poner barricadas hechas con bancos en el piso superior, éstas arderían. Aunque probablemente el humo que penetrara en el sótano podría matar a todos...

No terminas de verlo claro.

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27/06/2012, 16:39
Director

Finalmente, y tras una intensa reflexión interna de Lew (David no había abierto la boca), éste se decide a arrastrar los bancos (no tomarlos a pulso) de cualquier manera y colocarlos lo más cerca posible del atril y del cuarto posterior. Ante la imposibilidad de llevarlos hasta el pie mismo de las escaleras (ni siquiera con la ayuda de David), Lew amontona los bancos como puede, coge todo aquello que pueda arder e invierte el total de la garrafa de gasolina que llevaba en el coche (previo viaje al mismo) en provocar el mayor incendio del que pueda ser capaz dadas las circunstancias.

Afortunadamente, el barniz de las bancadas hace que éstas prendan a lo bestia, llegando las llamaradas casi hasta el techo. Cuando el calor se hace asfixiante y el humo amenaza  los pulmones de ambros hombres, nuestros dos protagonistas salen del edificio de la organización.

Mientras Lew traspasa sus bultos del coche de Herbert al de David, éste saca gasolina del coche de Herbert llenando de nuevo la garrafa, para tras unos minutos, los dos juntos cargar con el cuerpo de Roy hasta el coche e incendiar la casa del tal Lostatus.

Cuando la casa empieza a arder y son varios los vecinos que se asoman a ventanas y puertas para ver cómo arde el edificio principal, David acelera a fondo para alejarse de allí escapando ambos en el coche del contable y dejando en la escena del crimen el coche de Herbert, pues ya de poco serviría.

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Dos días después, ambos hombres pagaron a uno de los enterradores del cementerio general de Nueva York para que enterraran al pobre de Roy (cuando ya empezaba a oler), el entierro se produjo de noche y los dos únicos asistentes fueron Lew y David.

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David no volvió a su despacho y ni siquiera dejó una nota a su secretaria. Para no levantar sospechas, ambos alquilaron un cuartucho para los siguientes días, mientras pensaban qué harían a continuación. Es posible que la policía anduviera sobre sus pasos.

FIN