Partida Rol por web

- No... de eso nada. Nada de separarnos, ¿es que estáis locos? Ese bicho repugnante ha salido de ahí dentro y, aunque es lo último que quiero hacer, la única manera de llegar al fondo de todo esto... la única forma de saber hasta dónde llega toda esta mierda es precisamente entrar y llevarnos por delante todo lo que se meneé. 

Milo escupió a un lado como gesto puramente nervioso. Luego se aseguró de recargar la escopeta y, finalmente, agarró la botella de whisky que Malone había abandonado en la deshecha cama y le dio un buen tiento.

- En este mundo hay cosas que nos superan completamente, acabo de darme cuenta - susurraba mirando al monstruo, que ahora estaba muerto.- Todo era cierto... todo... todo... somos insignificantes... motas de polvo en el aire... no conocemos ni una pequeña parte de lo que nos rodea... todo era cierto... todo es cierto...

Milo coge del brazo a Lew, vamos a ver que hay ahí abajo.- Jim enciende una de las antorchas que acababa de hacer y entra en la cueva apuntado con la escopeta hacia delante.

Con el subidón de los últimos acontecimiento ya no sentía el dolor, al contrario, tenía una presión en el estómago y en general en todos los músculos que le hacían estar ansioso por golpear a alguien, echaba de menos una buena pelea de bar.

Poco a poco fue caminando por el interior de la cueva, teniendo especial cuidado en donde pisaba.

No nos movemos de aquí sin Lew. Se recuperará en breves

Henry sacó su inseparable petaca rellenado con el whisky que habían comprado y obligo a Lew a beber un trago.
Tranquilo Lew....tranquilo—dijo aunque su voz denotaba neriviosismo— No te preocupes, acabremos con todos, tranquilo

Jim es el primero en internarse túnel adentro, al poco le sigue el resto con Lew ya recuperado - el whiskey hace milagros - hasta llegar a una bifurcación del túnel en dos, una veintena de metros más adelante. Ni el túnel de la izquierda ni el túnel de la derecha, están iluminados.

David observó ambos túneles, caminaba justo delante de Lew y llevaba la escopeta en ristre apuntando por delante suya.

-Decidamos un camino y vayamos por él-les dijo a sus compañeros- será mejor que no nos separemos.

Dicen que la izquierda da mala suerte, pero peor que la que tenemos es imposible...vayamos a la izquierda—alcanzó a musitar Henry

- Lo mismo da... izquierda que derecha. Pero te haremos caso. - replicó de mala gana.

Siguiendo el túnel de la izquierda caminando por un estrechísimo pasillo durante otra veintena de metros  hasta llegar a ver que el pasillo muere en la entrada a una gran caverna que véis desde donde estáis, se trata de una gran caverna natural que está a oscuras.

Henry, apunta con la linterna el centro y el final de la sala, a ver si se ve algo en esta jodida oscuridad...

Lamentablemente, el haz de luz no es lo suficientemente alargado como para cubrir la enorme caverna, habría que emplear algo de tiempo en peinar el enorme perímetro.

Bueno, pues tan solo nos queda una opción.- Jim comienza a caminar por el perímetro exterior de la sala juntándose bien a la pared mientras que ilumina sus pasos con la antorcha.

Había seguido al resto a trompicones pero ya me sentía recuperado de mi trance, trance que por otra parte había sido especialmente revelador ¡Todo lo que había leído y al principio me parecía una estupidez resultaba que era muy ciero! ¡Todo! Era posiible resucitar a los muertos, vivir casi eternamente, existían restos de civilizaciones y cultos jamás encontrados por el hombre, y seres todopoderosos de otros planetas se entretenían ocasionalmente jugando con la humanidad ¡Menudo hallazgo!

- Os lo dije, todo esto era de verdad - dije al llegar a la gruta.- ¡Ya lo creo! Debemos tener cuidado aquí, esto parece la guarida de esos hombres-serpiente.

No te preocupes Harper, con los que matemos tendremos para hacer bolsos y zapatos y nos forramos...— respondió Henry mirando alrededor con la escopeta preparada por si las moscas. Y registrando la cueva desde los bordes de la misma.

No podía creer que Henry fuese tan estúpido como para seguir haciendo bromas en aquella situación. Aquello era serio y se estaban jugando el pellejo. Por otro lado se alegró de que Lew pareciese estar mejor pues por un momento había pensado que se volvería loco de remate por el estres.

-Daos prisa, yo vigilaré que nadie venga pero por favor daos prisa no quiero que nos acorrale el resto de la familia de aquella cosa-dijo apremiando al resto.

Jim hace de punta de lanza flanqueado por Henry y Milo*, éstos cubiertos por Lew y cerrando el paso marcha David. El grupo de esa guisa formado, explora los primeros metros de la caverna para comprobar que es diáfana, pero al llegar al centro de la gran cavernar, distinguís a tres o cuatro metros una estructura de piedra rectangular de algo más de un metro de altura.

- Eh... fijaos en eso. Parece... un altar. - susurró Milo intrigado. - ¿Creéis que es ahí dónde trajeron al niño ese que secuestraron para...? Joder, no quiero ni pensarlo.

Aquel lugar era enorme. Daba la sensación de que toda la montaña estaba completamente hueca dando lugar a una caverna absolutamente gigantesca. La idea de que aquello fuese el cubil de aquellos seres mitad hombre mitad serpiente recorrió la espina dorsal de Milo en forma de un potente escalofrío. Si así era... debía de haber docenas aunque la quietud y el silencio era casi opresor.

Milo se acercó a la piedra central para observarla con detenimiento. Si era lo que se temía probablemente aún se pudieran distinguir restos de sangre. 

Alumbrando con los haces descubrís que efectivamente, se trata de un altar de piedra en el que hay extraños símbolos y formas grabados en él. De entre todas las figuras, destaca una que os llama poderosamente la atención, se trata de una, de una... de una especie de criatura formada por una masa tentaculosa deforme que hace que os estremezcáis

Además, Milo parece ser profeta puesto que véis perfectamente manchas de óxido marronuzco que seguro que es sangre. Los muy hijos de puta han estado haciendo sacrificios sobre ese altar... La cosa os supera, vuestra cabeza no puede más, estáis a punto de volveros locos, el altar, la criatura, las formas, las serpientes, los hombres, la secta, Hermandad, Logia... arghhhH!

Milo estaba sobrepasado. Aquellas marcas, diagramas y representaciones clamaban al cielo y las manchas de sangre eran tan evidentes como cabía esperar. El peligro acechaba desde cada rincón oscuro de la caverna. Si allí había más hombre serpiente era más que probable que no saliesen de allí con vida.

- Malnacidos... - susurró mientras escrutaba la oscuridad tratando de anticiparse a un posible ataque. La escopeta en ristre y el pulso firme por una vez. - Ya estoy harto... que vengan. - repitió con la voz queda cargada de ira.