Partida Rol por web

A primera hora de la tarde y apenas una hora antes de que anochezca, el grupo llega a Cannich.

El pueblo resulta ser un pequeñísimo pueblo en las cercanías del Lago Mullardoch y los pueblos de Struy, Tomich y Drumnadrochit , al norte este último del conocido Lago Ness.

Al llegar al pueblo dáis varias vueltas con el coche para ver el pueblo bien. Consta el pueblo de poco más de un centenar de casas, una tienda, una posada King´s Head , varias granjas de diverso tamaño siendo una de ellas mucho más grande que el resto, una pequeña oficina de policía, una oficina de correos y una consulta médica.

A la hora que llegáis, no se ve prácticamente a nadie por la calle, con excepción de una señora de edad avanzada que os saluda con la mano (sin conoceros de nada) al veros llegar.

- Perfecto Dewey... ya puedes desplegar todos tus encantos con esa señora y sacarle información. Una de estas granjas a ha de ser la "nuestra". ¿No...?

Milo se esforzó por hablar lo suficientemente bajo como para que la señora no pudiese escucharles. De cualquier modo, el inglés que hablaban esos escoceses era absolutamente irreconocible. por no decir de los impronunciables nombres de los pueblos. 

Jim despertó al poco de notar el cambio del pavimento en el pueblo, aunque no mucho más firme se notaba más pulcro, y el asqueroso polvo que hasta ahora les había acompañado aquí parecía dar un mínimo respiro.- Pensé que no llegaríamos nunca...- Tras estirarse ruidosamente continua señalando a la tienda por la que acaban de pasar- quizás en esa tienda tenga algún mapa de los alrededores...

Muy gracioso Milo, pero las damas no son mi especialidad. No se porque pero todas me miran raro...a no ser que esten borrachas y...bueno, en realidad son escocesas así que no habrá mucha diferencia.

Henry hablaba mirando a "los nuevos" en lugar de a su eterno vigilante y aquel malencarado Jim. Pero...¿No son nuestros nuevos "amigos" los que entienden de sectas?

David les miró con incredulidad. No podía creer lo que esos tres tipos estaban diciendo, eran como un grupo de adolescentes. Pero por otro lado, tenían razón, mejor se acercaba él a la señora antes de que llamasen mas la atención y asustasen a la pobre mujer.

-Buenos días. Verá mis amigos y yo hemos venido a pasar unos días. Me preguntaba si sabría usted algún hotel donde nos pudiéramos quedar a dormir. Y también nos gustaría saber donde se encuentra este lugar-le enseño el nombre y dirección del lugar- nos gustaría visitarlo-dijo sin dar mas explicaciones.

La mujer que va con un chaquetón largo de piel y un gorro que le cubre la cabeza pues el frío es espantoso

- Sí, miren... no hay hotel en el pueblo, pero tienen la posada King´s Head. Un sitio limpio y cómodo. Bajen por esta calle todo de frente hasta que vean una fuente de piedra, justo detrás verán el letrero en rojo en la posada- luego la mujer piensa unos segundos tras enseñarle la dirección de Hancock -una de las mejores casas de Canninch, no tiene pérdida. Está a las afueras, tomando la calle de detrás de la posada giren a la derecha y continúen por esa carretera durante cuarto de milla, pasarán una granja y justo a la izquierda verán la mansión.

Muchas gracias señora, muy amable-le respondió con una sonrisa volviendo al grupo.

-Será mejor que vayamos a dejar las cosas a la posada esta y pensemos como ir a la granja, por que desde luego no podemos entrar allí como si nada-en realidad lo que David no paraba de pensar es en que ocurriría. ¿Volvería a entrar en aquel estado de sopor?¿Volvería a repetirse lo mismo que en Nueva York? Sea como fuere ya había llegado hasta allí y ahora lo afrontaría con la cabeza bien alta y hundiría a aquella organización como mejor pudieran-También será bueno que tratemos de enterarnos que es lo que ocurre por aquí. Habiendo visto lo que hemos visto creo que habrá ocurrido en este sitio mas de un suceso extraño que seguro esta relaccionado con la Logia.

- Gracias, David - le dije a mi compañero, se estaba desenvolviendo muy bien en este viaje, a pesar de que aún no había tenido mucho contacto con la Logia y sus seguidores.- Tienes toda la razón, montemos el campamento base en esa posada y planeemos nuestros próximos movimientos, no creo que podamos hacer mucho más por hoy... Tiene pinta de que en esa posada encontraremos a algún que otro viejo beodo que tenga ganas de hablar, seguro que aquí todos han oido hablar de los americanos que vinieron a excavar.

El grupo sigue las indicaciones de la vieja, que resultan ser precisas, impecables. Tal y como ella dijo, detrás de la fuente de piedra puede verse un edificio de una sola planta con el letrero en rojo y letras blancas en las que puede leerse King´s Head. Aparcáis el coche al otro lado de la fuente y descargáis vuestros equipajes, teniendo mucho cuidado de que las armas no queden a la vista, o al menos de momento.

La posada resulta ser más una taberna que una posada, cuando uno piensa en una taberna escocesa se imagina el King´s Head: Una pequeña entrada con una puerta de madera a la derecha con el cartelito de W.C. en madera y letras negras,un poco más allá en la misma pared derecha hay unas escaleras descendentes, en la parte izquierda empieza una bonita barra de madera bien lacada que recorre al menos cuatro metros acabando en una curva a la izquierda, lugar en que se une con la pared excepto por un hueco de entrada y salida del personal de la taberna.

Tras la barra el tabernero hablando con uno de los clientes, de unos cuarenta con aspecto de no ser de por allí. Al fondo de la barra hay otro tipo bebiendo en solitario, este de unos treinta o quizás menos, aunque de buen porte.

En la pared del fondo hay una chimenea que por lo que se ve no lleva mucho encendida, en la repisa de la chimenea hay un rifle bastante antiguo que no reconocéis.

Frente a la chimenea hay tres mesitas, dos de ellas vacías y una de ellas ocupadas por un tipo que mira fijamente a la chimenea mientras sorbe una sopa. El tipo es el más mayor de los congregados y aparenta unos cuarenta y mucho o quizás ya entrado en la cincuentena.

Al veros entrar, la vida parece detenerse en la taberna.

Echando un vistazo a los congregados hace un gesto con la cabeza a quienes le miran y camina decidido hacia la barra.

Una botella de tu mejor licor y cuatro vasos, ah, y una habitación donde pueda dejar mis cosas, esto último me corre menos prisa, ahora mismo lo que necesito es calentarme.- Dice mientras sonrie al posadero y deja caer su equipaje sobre el suelo.

Vamos chicos poneos cómodos que esta gente no muerde, Henry ¿qué te parece esa mesa junto a la chimenea?.- Dice mientras señala una de las mesas vacías.

Eso ni se pregunta. Este pueblo es mas frío que la teta de una bruja-respondió Henry encaminandose junto a la chimenea e ignorando el silencio que acababa de llenar la tumultosa taberna

Me limité a asentir y a tomar asiento. Saqué mi libreta y comencé a tomar apuntes sobre el caso, parecía que por fin podían dedicarse a la investigación en lugar de liarse a tiros contra tipos extraños. Lo último que había investigado había sido lo de las muertes de aquellas personas que habían asistido a las reuniones que organizaba el tal Lostalus Black pero, sinceramente, había sido muy fácil conseguir los expedientes de aquellas personas. Necesitaba algo estimulante y parecía que lo habíamos encontrado.

"Cannich es un lugar pequeño, tal y como esperaba. La gente parece normal, por el momento, aunque no descarto que algunos estén implicados con la Logia de algún modo. Mejor andarse con ojo al hacer preguntas, no conviene levantar sospechas. Estoy seguro de que casi todos en el pueblo conocen, aunque sea de oidas al sujeto que andamos buscando, no debe haber muchos americanos haciendo excavaciones en Escocia. Lo mejor sera tratar de averiguar datos generales para luego conectar lo que no concuerde al principio..."

Terminé de escribir, cerré la libreta y la dejé sobre la mesa. Miré alrededor analizando a cada uno de los allí presentes hasta que di con el tipo de la barra que, definitivamente no parecía ser de por allí. Me levanté y caminé hacia Jim, que se encontraba todavía en la barra esperando la bebida. Me apoyé sobre la barra para esperar, dándole la espalda al tipo con el que hablaba el tabernero pero pegando la oreja a ver si me enteraba de algo.

Milo no tenía ninguna gana de charla. Le habría gustado tomarse una cerveza tranquilo... y luego otra y otra más. Y en acabar haber dejado tambaleando el bar y haber llegado de cualquier manera a su cama. A su cama de Denver, por supuesto.   Sin saber cómo se había enrolado en un embrollo que no terminaba de entender. Loq ue en un principio era un trabajo fácil, agarrar a un jugador de cartas con poca suerte y zarandearlo de los tobillos hasta que cayesen literalmente las monedas, le había llevado hasta nada menos que Escocia. Maldita sea... - pensó. Estaba cansado y aquel frío húmedo se le había colado en los huesos durante el infernal trayecto en coche y ni la mejor de las chimeneas ni el más fuerte de los whiskies se lo conseguirían sacar. Y sin embargo fue capaz de sacar fuerzas de flaqueza y acabar por iniciar una conversación que quizá debería haber tenido lugar antes.

- Bueno Lew... veamos. En caso de que el asunto que nos trae a Escocia tenga relación con la misma gente que cabreasteis en Boston y Nueva York... que no es que lo dude pero... Vaya, ¿qué deberíamos esperar? Quiero decir, ¿por qué crees que es probable que sean ellos? ¿Para qué necesitarían secuestrar a nuestro tipo?

Lew parecía llevar todo anotado en una especie de cuadernillo de tapas oscuras pero Milo dudó seriamente si éste estaría dispuesto a compartir todo lo que allí había.

El hombre os mira fijamente y observa todos vuestros movimientos desde la puerta hasta la barra, cuando Jim se acerca a pedir algo el hombre le mira de arriba a abajo como buen escocés y añade

- Ahora mismo se lo llevamos -dice con un fuerte acento escocés muy marcado y cerrado, casi sin abrir la boca y sonándoos algo raro las palabras.

Mientras os sentáis en la mesa junto a la chimenea véis como el hombre empieza a seleccionar una botella y buscar los vasos, el hombre con el que hablababa que se calla al veros entrar, continúa hablando muy muy bajito.

Henry puso el oído a ver si se enteraba de algo de o que hablaban, pero al no conseguir oir mas que el moqueo de Milo suspiró profundamente y continuó la conversación que había comenzado su "guardaespaldas".

Anda Milo, toma uno de estos, te quitará la tos-dijo pasandole un cigarro de un arrugado paquete- No me seas nenaza y deja de toser, que se supones que tu eres el que tiene que dar miedo

JA!.- La fuerte carcajada de Jim retumba momentaneamente por el bar, mientras señala al tabernero.- Me gusta este hombre. ¿Le habeis escuchado?, ni una pega, breve y servicial, no como vosotros, ¿eh chicos?.- Mira alternamente a David y Lew deteniendo su vista en este último y percatándose sin darle mayor importancia de sus intenciones en la barra.

Descuide, yo mismo llevaré eso a la mesa, ya habrá tiempo para que nos haga algún favor.- Tras su intento por ganar tiempo en la barra, intenta escuchar lo que el hombre a su lado dice, atraído por su repentino cambio de volumen y tono.

Acto seguido se apoya en la barra viendo como el hombre se desplaza seleccionando la botella y recogiendo los vasos.

De una puerta de detrás de la barra sale una chica joven bastante bonita con un mandil blanco, la joven sonríe a Jim

- Si no le importa yo lo llevaré, para eso  estoy al fin y al cabo- dice con mucho menos acento -siéntese caballero que ahora mismo le sirvo.

No logras escuchar la conversación entera, pero parece que el cliente le dice al tabernero que los chicos están mejor preparados que nunca, habla de un tal Arnold que cree que acabará en la Universidad, pues tiene una cabeza privilegiada.

El hombre distraído de la mesa de al lado mira a Lew y a Milo con curiosidad, después mira a Henry y le sonríe. Luego continúa a lo suyo para después volver a mirar a Henry y finalmente levantarse.

- Disculpen, no he podido evitar notar que no son de por aquí ... ¿verdad?- el hombre hablaba con un evidente acento escocés pero mucho menos marcado que el de la camarera, lo cual os puede hacer pensar que se trate de un hombre de mundo.

Madre mía, estoy seguro de no merecer para nada esto.- Jim mira a Lew con aspecto jocoso.- Ey Lew, ¿estamos seguros de que David no volcó el automóvil y estamos ahora en el paraíso?, jajaja.- Vuelve a mirar a la joven.- Está bien, todo suyo, pero al menos hágame el favor de sentarse con nosotros, un vaso no más, ¿haría eso por mí?.- Jim intenta poner toda la cara de buena persona que es capaz y continúa.- Nos vendría bien la opinión de alguien que viva aquí y más de alguien tan preciosa como usted, me dijo que se llamaba....- Al parecer el corpulento hombre está haciendo acopio de todo su arsenal de seductor y poco parece importarle lo que suceda a su alrededor.