Partida Rol por web

- Henry, más te vale que mantegas quietecito a ese idiota o nos va a buscar problemas con el dueño - les dije en voz baja, para que sólo me escucharan los que estaban allí sentados.- Por suerte, no es su hija como yo pensaba, pero es listo, muy listo, y no se ha tragado lo de que somos cazadores. Parece que mantendrá la boca cerrada por el momento, pero será mejor no tentar la suerte... Por otra parte, ese tal Andrew va a reunirse conmigo... con nosotros - tuve que admitir.- aunque quizás no le apetezca hablar con vosotros después de la que habéis liado.

Jim dió las buenas noches a la camarera y acto seguido desapareció escaleras abajo.

Ves cerrarse una de las puertas del pasillo de la izquierda: La habitación del tal Alistair. Entras en una de las habitaciones* y tomas tu ropa y cosas y sales al baño del pasillo para darte una ducha. Tras acabar, vuelves a tu habitación y duermes abrazado a la escopeta.

David asintió ante las palabras de su amigo.

-Mirad, entiendo que no os creáis todo eso de la secta y demás pero coincidiréis en que lo mas inteligente es pasar desapercibidos. Tratemos de seguir en nuestro papel de americanos raritos que quieren ir a cazar y no nos metamos en lios-se giró hacia su compañero- ¿Cuando se reunirá con nosotros?

Milo rió sonoramente.

- ¿De verdad lo crees...? Si efectivamente la secta de la que tanto habláis tiene algo que ver con todo este embrollo, seguro que se ha enterado de nuestra llegada hasta el último de sus adeptos. ¿Cinco americanos armados hasta los dientes que vienen a "cazar"? No hemos conseguido engañar a nadie.

Milo apuró su cerveza en un sólo trago.

- No, David... si el factor sorpresa era una opción, ya podemos sacarla de la ecuación. Con ese idiota de Jim y el careto de Dewey repartiendo sonrisas por doquier nos hemos puesto una diana en el cogote. Y si no al tiempo.

El joven sacudió la cabeza negando para sus adentros.

- Bien... ¿y mañana? ¿Vamos a ir tan campantes a la granja de ese tipo y vamos a llamar a la puerta. - la pregunta quedó en el aire unos segundos. - Pensadlo... pensad en ello. Estamos jodidos.

- La reunión es justo ahora, iremos a verle a su habitación - le dije a David.- No te preocupes ahora por eso, Milo, primero hablaremos con este hombre y a ver que nos cuenta, desde luego conoce al tipo que estamos buscando así que seguro que nos dará pistas... David y yo iremos a hablar con él, luego iremos a buscaros, os contaremos lo que nos diga y planearemos qué hacer mañana ¿todo el mundo de acuerdo?

Si...salvo por una cosa- matizó Henry dando un gran bocado al último pedazo de carne que le quedaba en el plato- Se trata sobre vuestros amiguitos. Verás -continuó limpiandose la boca con una de las servilletas- Pongamos que creemos a pies juntillas en esos "amigos" vuestros. Pongamos que además son los mismos. No haceís nada más que hablar y hablar de los horrores y de la crueldad... pero creo que deberiaís explicarnos de una vez quienes son, a que se didican, que os hicieron.

Henry hablaba mientras movía la mano con una expresión que venía a decir lo que el hombre, y probablemente sus compañeros pensaban. Qué demonios había pasado exactamente y si había alguna prueba.

- Es justo, aunque dudo mucho que creáis una palabra de lo que diga - respondí con una media sonrisa.- En cualquier caso, mejor que sea después de la reunión... Cuando hayamos hablado con este tipo habrá tiempo de sobra para poneros al día, planear cosas y hacer preguntas ¿de acuerdo?

Os contaremos lo que sabemos, pero me temo que no habéis bebido lo suficiente-trató de bromear- venga Lew, no le hagamos esperar...-dijo dando una palmada en el hombro de su compañero y levantándose de la silla.

Eso se puede arreglar murmuró Henry mientras alzaba la mano para pedir dos cervezas más para Milo y él. Tenía la sensación de que David y Lew iban a decirles cualquier locura, de hecho rogaba para que David no comenzase a hablarle de la palabra del señor al más puro estilo de esa nueva orden religiosa...aquellos plastas de la Sociedad de Tratados la Atalaya de Sion*

- Para... - ordenó Milo a Dewey. - Yo creo que necesitaré estar más sobrio que nunca para lo que se nos viene encima. Y tu ya eres suficientemente insoportable sin alcohol. 

El joven apuró las últimas gotas de su vaso. Realmente le habría apetecido otra de esas sabrosas y espesas cervezas pero había trabajo. 

- ¿Vamos todos a ver a ese tipo? - apuntó a la vez que se ponía en pié.

Siguiendo las instrucciones de Lew, os despedís de Fergus y de la bella Margaret y descendéis al piso inferior, el hombre en vez de cobraros las cervezas (a Henry) prefiere apuntarlas en la cuenta del grupo, a liquidar cuando os vayáis del pueblo. Antes de iros, Margaret os da las llaves de vuestras respectivas habitaciones y os indica dónde están, bajáis al piso de abajo y os colocáis frente a la puerta de aquel hombre. Lew llama con los nudillos dos veces.

El hombre aún vestido os abre y os hace un gesto para que entréis, antes de cerrar la puerta mira a un lado y a otro del pasillo y finalmente cierra.

El interior de la habitación es de lo más austero, pues consta sólo de una cama estrecha con cabecero de madera, una mesita camilla con brasero y un armario.

- Lamento no poder ofrecerles un asiento y un té, caballeros -dice en poco más de un susurro. A todas luces el tipo está aterrorizado y quizás paranoico.

- sabía que Jacob enviaría a alguien, pero mucho me temo que ya sea tarde. En primer lugar y antes de nada, debo decirles que son ustedes unos estúpidos, no pueden llamar más la atención y en este pueblo no se puede fiar uno de nadie, creo que todos estén en el ajo- dice a modo de reprimenda.

Al oir el nombre de su amigo, la cervza bajó inmediatamente del cerebro de Henry hacia su estomago. ¡Aquel tipo le conocía!

Ey, ey, tranquilicese amigo. Si es amigo de Jacob, me va a permitir que le llame así, porque ya sabe: los amigos de mis amigos... pero bueno.-Henry miró con suspicacia a su interlocutor-  Jac, siempre fue un poco exagerado. No dudo que hayan hecho algo a su tío pero... ¿Realmente cree que "todo el pueblo" está implicado? Vamos... ¿Y que pretenden reteniendo (o llegando al caso matando) a ese hombre?

- No tienen ni la menor idea -dice encendiendo un cigarro.

David suspiro. Entendía por completo a aquel hombre.

Pretendíamos venir solo nosotros a esta reunión-dijo señalando a Lew y a si mismo con el pulgar- pero bueno, no se preocupe, pese a lo poco discretos que son nuestros amigos estamos en el mismo barco y dado que la discrección no parece ser nuestro fuerte será mejor que actuemos rápido. ¿Qué nos puede decir?

- Dejemos a un lado el tema de la discrección, señor Kennedy - ya estaba un poco harto de que se resaltase lo evidente.- Bien, será mejor que nos cuente todo lo que sabe sobre el tema... ¿Qué ha pasado con Jacob? ¿De qué se conocen ustedes? Ya sabe, todo lo que pueda resultar útil para la investigación.

- Bueno empiezo por el principio, como saben mi nombre es Andrew kennedy. Soy natural de Edimburgo, soy  arqueólogo de la Universidad de Edimburgo. Conozco desde hace ya varios años a Henry Hancock y Adam Chisholm, también arqueólogos.

Los tres trabajábamos juntos en unas excavaciones en el Lago Mullardoch, cerca de aquí. El Yacimiento arqueológico fue descubierto por Henry y Adam guiándose por un manuscrito en latín que encontraron en Inverness. En él se hacía referencia a una divinidad llamada Aesathog, de la cual Henry estaba convencido que hallaríamos el templo en el yacimiento del Lago. Al principio no encontramos más que restos pictos, lo cual como pueden imaginar, es muy frecuente en Escocia-lanza una carcajada histérica -no encontramos nada de interés verdadero hasta pocos días antes de las desapareciones de Henry y Adam...-hace una pausa y añade un suspiro antes de continuar con la narración -entonces encontramos dos esqueletos ataviados con restos ropajes romanos y armas puramente romanas. Casi a la par, encontramos esqueletos de enormes reptiles que jamás habíamos visto. Creo que nunca nadie ha visto esqueletos como esos... esa misma noche vimos una criatura enorme, como un pulpo gigante cubierto de lodo junto a la orilla del lago. ¡ Dios! aún no puedo creerlo a medida que lo cuento creo que estoy loco pero fue tan real... al día siguiente suspendimos las excavaciones, Henry mandó una carta a América y desempacó los rifles... me ofrecieron uno pero yo me volví al pueblo, creo que a los dos días ambos desaparecieron. Este pueblo está maldito! ¡maldito! me voy en cuanto termine de poner mis notas por escrito...

David recordó los circos romanos con los leones y los cocodrilos. Esos reptiles podían ser cocodrilos traídos de Egipto. Pero no, algo no cuadraba en esa historia. La deidad sonaba de manera parecida que la nombrada en alguno de los escritos que había leído. Y lo del calamar gigante y las desapariciones... todo aquello olía mal, era normal que aquel hombre quisiera largarse, el mismo también querría largarse pero debía ir a investigar todo aquello. Era lo que habían venido a hacer, investigar y destruir la secta que los amenazaba...