Partida Rol por web

Flower of Scotland

Henry sonrió ante la labía de sus acompañantes. Estaba practicamente a su nivel solo que ellos lo utilizaban para sosacar información en lugar de para meterse en problemas. Sin embargo, al pretencioso joven le había llamado la atención como aquel arqueologo se había acercado a hablar con Lew. Esperaba que los alborotadores escoceses de alrededor se alejasen para que el hombre les contase que demonios estaba pasando....o que le dejasen leer ese sucio manuscrito que llevaban a todas partes.

David miró a Lew tratando de decirle, sin que el resto se diese cuenta que debían hablar. ¿Que estaba pasando?

- Si el estofado, el whisky y el... ¿"broch"? No me calientan nada lo hará. Me apunto!

Definitivamente lo de pasar desapercibidos se había ido al garete. En menos de una hora todo el pueblo sabría de la existencia de aquellos extraños visitantes lo que significaba que quien quiera ue estuviese detrás de la desaparición del viejo, ahora les estaría esperando.

Crucé mi mirada con la de David, parecía preocupado por saber lo que el hombre me había dicho, y le entendía perfectamente. Sin embargo, no había de que preocuparse, y así se lo hice saber con un leve asentimiento de cabeza.

- Estupendo entonces señores- dijo sin apuntar nada, reteniéndolo todo en la memoria -¿querrán las tres comidas durante su estancia o comerán fuera?- preguntó por el tema de la libra o la media libra al día - y por último... y si no es indiscrección, ¿puedo saber el por qué de su visita? no viene mucha gente de fuera. No sé si me entienden.

Pese a que el servicio está en la planta de arriba y no en la de abajo, ni la camarera ni el tipo que está en la barra dicen nada a Jim, ni si quiera le miran cuando pasa ante ellos y baja por las escaleras.

En el piso de abajo hay un pasillo con una decena de puertas a ambos lados de las escaleras.

- Por supuesto que no es indiscrección, señor MacInnes, al fin y al cabo es usted nuestro benefactor puesto que va a alojarnos en su local, y un benefactor tiene derecho a saber ciertas cosas - me giré para atender al dueño, que comenzaba a impacientarse.- Hemos venido a cazar, ya sabe, hemos oido que esta es una de esas zonas del mundo donde puedes estar horas en mitad del bosque sin que nadie te moleste, es difícil encontrar un sitio así en Estados Unidos, creame... Estaremos unos dias por la zona, y lo cierto es que aún no hemos planeado la ruta, asi que creo que nos gustará tener un plato caliente a la vuelta, que sean las tres comidas - entonces caí en la cuenta de algo importante, esperaba que a aquel hombre no le importase demasiado.- Por cierto, ahora que lo dice... resulta que sólo llevamos encima dólares americanos, si lo prefiere podemos pargarle en dólares.

- ¡ Ya lo creo que tenemos buenas zonas de caza! de las mejores del mundo, están en lo cierto. Les queda algo lejos... en EEUU también hay buenas zonas tengo entendido. Aunque claro, no son las highlands escocesas. No se preocupen por el dinero, aquí aceptamos de todo -dijo con una sonrisa - serán dos dólares al día entonces, todas las comidas incluídas, ¿cuántos días piensan quedarse? ¿ no les importaría pagar por adelantado?

Con cuatro días nos bastará. Al menos por el momento-repuso Henry-Si le parece bien le pagaré dos días por adelantado en dolares y mañana los restantes en libras. Tengo que ir a sacarlas, malditos sean los cambios de moneda

Milo sonrió cuando a Dewey le tocó rascarse el bolsillo. Así jamás saldaría sus deudas... de hecho se sumiría más y más en su propio pozo de acreedores y quizá el próximo que viniese a cobrar no fuese tan considerado como Milo.

- Creo que eso tendrías que haberlo hecho en Cannich... dudo que aquí haya oficina de cambio de divisas.

Al llegar abajo, Jim permaneció unos instantes quieto mientras sus sentidos se aclimataban al nuevo entorno, acto seguido agudizó el oído intentando escuchar algo y una vez estuvo seguro de estar solo comenzó a deslizarse lo más silenciosamente posible por el pasillo y acercándose a las puertas comenzó a girar los pomos con suma suavidad y echando un vistazo por encima en las habitaciones que se iban abriendo a su paso.

Te da en la nariz que este hombre os está dando la razón pero que en realidad no se cree que seáis cazadores.

En el piso de abajo todas las puertas se corresponden con habitaciones, todas están cerradas con llave excepto una de ellas que resulta ser el cuarto de mudas. En el mismo hay sábanas, mantas, un cepillo para el suelo y productos de limpieza. Supones que las habitaciones cerradas son las de los huéspedes.

Tras llegar al final del pasillo, Jim deshace el camino andando y comienza a ascender rápidamente por las escaleras y esta vez si, se dirige al lavabo.

A los pocos minutos Fergus empieza a servir los platos de broth, una sopa a base de legumbres y pasta que tiene un aspecto delicioso, justo en ese momento aparece Jim que viene del servicio.

Antes de que se siente y cuando Fergus ha dejado ya los platos y vuelve a la barra, el tipo que estaba en la barra se despide levantando la mano derecha de Fergus, a lo que éste contesta con un "Hasta otra Tommy", de manera que ya sólo queda el hombre sentado en la mesa de al lado, y el tipo solitario que bebe sentado en la barra.

Cuando el tipo de la barra se marchó me acerqué a la barra un momento para decirle algo al señor MacIness.

- Parece usted un tipo listo - le dije en voz baja.- Está bien, le diré que no venimos únicamente a cazar, usted guardeme el secreto y yo me aseguraré de que ese idiota deje en paz a su hija ¿Le parece? - el asunto de la hija bien podría ser su fibra sensible y estaría bien que Jim cerrase su bocaza durante un rato al menos.