Partida Rol por web

... mientras nos dirijimos a lugar apartado para ver que nos quiere contar esta dondella mora, de cuyo rostro solo se deja ver por el velo unos hermosos ojos, me da tiempo a responder por alusiones a nuestros nuevos compañeros de azares...

-Ni se imagina, maese Arramel, ni se imagina... para mí, ya es rutina

... y sigo sonriente a la citada mora, en busca del lugar discreto en que nos cuente lo que sea que sea el recado que porta, pues es probable que a todos nos interese, y se, por experiencia, que en estos tratos, cuantos más se beneficien, mejor, porque también es la base de futuros negocios que a todos podrán venir bien. ¡Ah! , que deliciosa ventaja respecto a los Reinos Cristianos de los que vengo, pues allá, es raro que se permita hacer negocios con gente tan variopinta, ya que se les tiende a mantener apartados cual apestados. Tal error me avergüenza, ya que hay gente que al margen del origen, es legal y de fiar, y con ellos un placer es cruzar negocios... Benditas tierras moras en que esos prejucios se evaporan

Mientras de reojo miro a Mirit conteniendo el gesto para que no se note que deseo querer ir donde ella para enfrentarme al comerciante con un regateo agresivo. Sin embargo permanezco tras mi amo obedeciendo su orden de estar atento. Después de ver cómo las doncellas se acercan a él contengo una sonrisa, al descubrir el éxito de la jugada de mi amo.  Me hago a un lado para no desviar la atención con mi llamativa apariencia.

Respondo a las palabras de mi señor:

-Mi buen Gaspa... las mozas han reparado en nos, así que saben de nuestra existencia, y han mostrado curiosidad, pues se han acercado; no obstante, no desesperes si en lances como este no hacen más, pues no es de mujer de alta cuna demostrar interés al momento de palabra, sino que eso, de llegar, luego lo hará; es ahora menester esperar sin mucho más hacer, y no desaparecer, pues puede ser, que manden a nos a buscar, y para ello, facilidades hemos de dar

"¡Cuánto aprendo cada vez que me ilustra con su sabiduría, amo! Habéis brillado con vuestro cantar como el sol abrasivo que alumbra este mercado. Estoy seguro de que no olvidarán su actuación ¡¿ha visto cómo le miraban?!"

Sigo los pasos de Renato como si fuera su sombra hasta la posada, mirando ocasionalmente a Wahed, con un gesto de desconfianza. El olor a comida y bebida de la posada me hace que empiece a salivar y que espere ansioso la invitación de mi amo. Tanto que apenas reparo en la mujer que se nos acerca, mis ojos están más atentos al vaivén de vino y comida del lugar mientras empiezo a cargar con las cosas de Renato. Tan sólo mi oído presta atención de la conversación, pero me quedo en silencio a la espera de los sucesos, mientras mis pupilas siguen recorriendo ansiosas los platos servidos y mi nariz paladea el aroma que desprende la comida que está siendo preparada e inunda el lugar.

Os dejáis llevar a un reservado lejos de miradas y oidos indiscreos. Allí la muchacha se quita el velo y podéis reconocer a una de las muchachas que acompañaba a las tres princesas que vísteis en el mercado.

  Vengo de parte de mis señoras, las hijas de Mohamed el Haygari. Ellas confían en que seáis los instrumentos que Alá ha tenido a bien mandarlas para poner fin a la ansiedad que consume sus corazones.

Hace una pausa, coge aire y continua.-Las tres señoras están enamoradas de otros tres jóvenes. Tres hazzani que hace una semana fueron a la fortaleza para tocar para deleite del sidi Mohamed el Haygari y sus hijas. Fué tal su maestría con el laud,la delicadeza de sus cantos y la firmeza de sus voces que las señoras quedaron perdidamente enamoradas. A su padre le bastó con ver a sus hijas para saber lo que pasaba, y mandó despachar a los juglares, pensando que a sus hijas se les pasaría pronto el enamoramiento. 

La joven suspira y retoma la historia-Pero claro, las señoras son jovenes, y pese a que quieren mucho a su padre, también quieren seguir los consejos de sus jovenes corazones que arden de pasión. Así que planean escapar y reunirse con los tres hazzani en una almunia a las afueras de Salumbrinya.

Aquí es donde encajan ustedes. Pues las señoras no pueden salir de la fortaleza si no es con escolta. Necesitan aalguien que, a cambio de una generosa recompensa, acepte participar en el plan que han urdido para salir de la fortaleza.

La muchacha calla y os mira con expectación.

Había oído lo que decían mis compañeros de viaje y la doncella de las princesas, aquello parecía una autentica tonteria, como se notaba que estaban encerradas, se enamoraban del primer guapo con algo de talento, aunque mi vida no había sido mejor que el de ellas y en parte sabía lo que decían, pero no sabía si se confiaría en los hazzani, tenia mis dudas si participar en una idea que posiblemente acabe mal, pero la idea de una recompensa me convence, "yo acepto participar" digo a la sirvienta, lo hacia mas por el dinero que por otra cosa, pero esta "aventura" podría ser divertidad y mortal.

¡oh!, q+e desilusión!, y qué mazazo para su ego, pues no les venían a reclamar por sus artes, sino porque las tres bellas damas, habíanse prendado de tres colegas del gremio... y bueno, buenos debían de ser, y hermosos, para conseguir tamaño triunfo; nada que reprocharles a ellos, pues en esas mismas me he visto, a veces sin quererlo ni buscarlos, y difícil es salir airoso de tales situaciones... Por una parte, el corporativismo me empuja a darles mi apoyo, por la misma, el oro siempre es un buen acicate para tomar decisione, y por tercera causa... en el fondo, soy un romántico, y se que estas cosas de corazón -y celos, traiciones y cuernos, que no me olvido-, son más fuertes que una hueste bien armada de tercos padres iracundos intentando defender a sus amadas hijas de los amores de loas amantes amadores.

-Mi señora, ¿tendríais la gracia de drnos algunos detalles más del plan que con afán habéis urdido? Pues no es menester jugarnos el cuello sin saber si está bien pensado, o si el plan es nuestro pescuezo a cambio de la fuga de vuestrsa tres damas...

A igual que ha declarado Mirit, me inclino a ello, pues fláccida pende de mi cinto la bolsa de mis ahorros, y ahora tengo otra boca que alimentar... pobre Gaspa, que lo mismo le arrastro a un descabellado plan...

Escucho con atención lo que expone la muchacha y las respuestas de Mirit y Renato. A mi mente viene la imagen de los 4 guardias a los que no quité el ojo durante la escena del mercado.

"Así es, amo, recuerde los 4 guardias que la escoltaban, recuerde. No creo que permitan muy alegremente fallar a Mohamed el Haygari."

Tras expresar en voz alta el apoyo a Renato, incluyendo esa manía de repetir palabras que claramente se han escuchado, miro a Mirit y después a los demás, con los labios estirados, asintiendo con movimientos muy cortos, casi sin recorrido de cabeza y esporádicos. Un movimiento nervioso y extraño mientras les observo y espero sus opiniones y con la esperanza, o más bien certeza, de que Mirit rectifique la suya.

A diferencia de mis compañeros, yo no acepto tan deprisa. Mi estatura y la escasez de mozas judías casaderas donde me crié han hecho que todos esos lances y ardores amorosos sólo los haya conocido de oídas, por lo que el comportamiebto de las princesas me resulta exagerado, y su proposición innecesariamente peligrosa.

Así pues, interrumpo la conversación alzando las manos: -¡Un momento, amigos, un momento! Si por mano de pecado yerrásemos en este plan, ellas recibirán una reprimenda, pero ¡ay de nosotros! Tendremos suerte si no perdemos los nuestros ojos, manos o cabezas. Saadiya... -y me vuelvo hacia la dama-¿CUÁN generosa es la recompensa que prometen vuesas amas?

   Asiente complacida a la afirmación de Mirit y se dispone a daros los detalles de la fuga a petición de Renato-Esta noche, las tres hermanas se vestiran con ropas humildes para hacerse pasar por criadas y durante el cambio de turno de la guardia de la fortaleza se escabulliran por un portillo trasero por donde las sirvientas acostumbran a entrar en el alcázar y que no suele cerrarse por la noche.El portillo está vigilado por una pareja de guardias a los que debéis distraer mientras las hermanas abandonan la fortaleza. Luego os reuniréis con ellas hasta la almunia de Tariq, una villa de recreo abandonada en los campos de azúcar donde los hazzani esperan a las señoras.

Dicho esto e interrumpida por Arramel contesta.-El pago consistirá en una de las joyas de sadiya Zayda, fácilmente sacarán treinta dinares si la venden. Pago generoso por distraer y escoltar.

Se queda esperando vuestra resolución.

Mis preocupaciones se evaporan al oír la cifra ¡Yahvé es grande! Aun después de partir entre nos, es bastante para no temer por unas semanas, o llevar un rico presente a mi pariente.

-¡Treinta dinares bien valen arriesgar nuestros cogotes! Contad conmigo también para aquesta empresa -

La situación de mi bolsa, me cuesta reconocerlo, es lamentable; lleva más vacío dentro, que peso por monedas, así que... miro tristemente a Gaspa...

-Mi buen Gaspa, me temo que te tengo que arrastrar a este infame encargo, pues necesitamos fondos, y parece que, en esta villa, y visto lo visto, no los ganaremos con los buenos faceres de mis artes. Será menester pues que intervengamos de algún modo, para sacar tajada dello.

-Mi señora; si solo se trata de molestar, molestar haremos, que no se nos ha de dar mal, por cierto. Buscaremos algún ardid o distracción que haga que la salida de vuestras señoras pasen desapercibidas, y puedan reunirse con sus amados, que, espero, sepan corresponderlas como merece el riesgo que ellas mismas corren

... y es que soy un romántico, a fé mía, pues esto de los amores, te hace perder la cordura, como bien se por experiencia propia. Pese a ser quien soy, no veo mal en lo que hago, pues si el amor es cierto y verdadero, ayudar que florezca no contradice mi credo, y claro está, aparte, el tema del dinero

Tras oír la cantidad de dinero que nos iba a pagar por sacar a la princesitas de su palacio y reunirlos con los mozos en donde sea el sitio ese, sonrío, aparte que ya sabía en que parte del plan iba a encajar a la perfección, pero solo quedaba que el resto aceptase participar y luego que todo fuera bien, algo que tenía bastantes dudas, no sabía porque, pero algo le decía que eso podría salir mal.

"Amo, le acompañaré y serviré en lo que desee ayudándole en este quehacer. Espero que tenga los medios suficientes para hacer los preparativos, pues no disponer de un adelanto de cortesía para acometer esta empresa puede suponer un obstáculo que ponga en peligro la misión y nuestra vida."

Termino diciendo mientras miro a los ojos a la muchacha.

Mirando con preocupación al joven esclavo, pienso: Ayyy...cuidad que no vaya la avaricia a romper el saco

La petición realizada por la doncella chocó primeramente contra la parte más recta de la joven mente de Wâhed. Lo que le solicitaban no era digno ni propio de jóvenes rectas y le estaban solicitando participar de una empresa impúdica para satisfacer los deseos carnales de unas adolescentes. Debería rechazarlo de inmediato. Tal vez sus acompañantes lo tuvieran clarísimo, pero en su interior, su alma le insistía en que se diera media vuelta, se despidiera de todos y saliera de la habitación. Pero surgían varios problemas.

El primero y más acuciante era el hambre. Hacía 2 días que no comía, las cosas no iban bien y si hoy parecía que su fortuna había cambiado, si se iba ahora, lo haría con las manos vacías. Su estómago se retorció en su interior recordándole la necesidad acuciante de alimento que tenía. La suma de dinero ofrecida bien podría paliar durante una buena temporada este problema.

El otro inconveniente era que, si algo sabía cualquier plebeyo, es que si te ofrecían participar de los juegos de la corte, solo había una salida, acceder pues la negativa solía acabar con la desaparición del susodicho. Al fin y al cabo, si se negaba y salía de la habitación, era un cabo suelto en el estúpido plan de estas jóvenes.

Hambre y supervivencia. Su alma quebró, se imaginó los golpes que le daría su maestro si le viese ahora. Pero era cobarde. Temía morir. No estaba preparado para reunirse con su señor y con Alá. Lentamente, sin casi alzar la voz, habló:

- Será para esta humilde persona poder servir de ayuda para sus señoras. Llevo una temporada en la ciudad y conozco bien estas calles. Mis conocimientos y cualquier cosa que necesiten, quedo a su disposición –

Y agacho la cabeza para cortar cualquier contacto visual con la enviada ¿Por educación o por vergüenza? Supongo que un poco de ambas.

  Bien me parece lo que decís buen sidi.....-Dice a Renato-Y de gran ayuda habéis de ser-dice a Wahed. Respecto al pago por adelantado no será posible pues es una joya de gran valor la que dan. Pero si os quedáis más tranquilo puedo daros algo de lo que yo poseo-la joven se sacó un par de brazaletes dorados. No serían de gran valor y ni siquiera una sombra de lo que se os ofrecía. Pero eran bonitos y puede que Gaspa, que es al que se los dá, fuese capaz de sacar algún dinero.-Todo está dicho ya. Esta noche....ya sabéis. Si algo pasase ni yo ni las señoras os conocemos, tened esto claro. Sin más que Alá os guie.

Dicho esto y entregados los brazaletes, la muchacha se marcha igual que apareció. Con el velo en la cara y envuelta en un aura de misterio. Quedáis solos. Debéis decidir cómo distraeréis a los guardias y llevar a cabo tal empresa. La noche está cerca.

"Gracias señorita." -respondo mientras se marcha para seguir explicándole a los demás.

"Sólo recordaba a mi amo que toda empresa necesita medios para llevarla a cabo. Le corresponde a él el aceptar este regalo, faltaría más. Pero así la pérdida de la recompensa si algo se tuerce, será menos grave...ahora, ¿qué piensan? tendremos que hacer un teatrillo para distraer a los guardias. Podemos pagar con estos brazaletes a un par de maleantes o nosotros mismo formar parte de la obra...Yo me ofrezco a lo que desee, amo"

-¿Qué les parece a vuesas mercedes si primero comiéramos y luego marcháremos a contemplar el alcázar y el portillo que esa doncella nos ha mentado? Pues ambas cosas a nuestros planes ayudarán, sin duda.- remarco. Mis prioridades, a fin de cuentas, son las que son, y además creo que no soy el único con hambre. Además, ando preocupado, porque los engaños no son algo en lo que yo destaque, siempre he sido un hombre de bien, aunque también es cierto que estoy acostumbrado a andar con cuidado y sin llamar mucho la atención.

Oigo a unos y a otros; el inciso acertado de Gaspa, pues al menos, nos servirá como garantía del pago... aunque a riesgo de que nos puedan acusar de robarlo.., pues el oro en moneda es más difícil de seguir su rastro; las joyas... si lo sabré yo, son motivo de perdición, si son singulares; es luego menester colocarlas en un mercado de confianza, lejos del de origen de la prenda, tener un orfebre de confianza... o..., si acaso,... cruzar la frontera y venderla al otro lado.

Termina la joven despidiéndose a la gala, con un si os he visto, no me acuerdo; buena mujer de negocios sería.... o de hecho, lo es. Una vez solos, me dirijo al resto de nosotros:

-Parecesme bien, maese Arramel; tenemos que pensar un poco el como obrar, para que no se descubra el entuerto, pues es menester que el disimulo sea tal, que los guardianes juraren que allí no pasó sino lo normal en un turno de guardia. Comer algo e ir a ver, sería lo más oportuno. La sabiduría ha hablado por vuestra boca.

Sonrío a mi fiel Gaspa, qu ha estado acertado, sacando tajada antes de hacer siquiera nada... aunque la tajada, pudiera ser que estuviese envenenada

-Y en cuanto a tí, Gaspa, veo que aprendes rápido... te veo un gran futuro a no mucho tardar, pues tampoco yo quiero mantener este oficio muchos más inviernos, pues cansar, reconozco que cansa. Pero ten siempre precaución con el pago en especie, del tipo que sea; puede ser una trampa, y arde en las manos. Hay que desacerse de ella siempre que sea posible. De momento, guarda una, pero a buen recaudo, si a los demás no les parece mal; y que la otra, la guarde otro distinto, pues aunque la idea ha sido del rapaz, si juntos estamos, justo será que se reparta el beneficio, aunque intuyo peligro si nos paran y nos registran...

-... y lo de pagar con ellos a unos ladronzuelos... peligro veo conello, pues si los atrapan, cantarán cual jilgueros quién les pagó con estas joyas... y ello podría comprometernos... No,... mejor... un ardid, una pelea de casados por cuernos, que dello se un rato, y entretendrálos un buen rato... pero, comamos y pensemos.... y que las ideas fluyan

No puedo creerme envuelto en semejante tejemaneje. En mi interior, puedo ver el rostro de mi maestro reprendiéndome por mi actuación. Pero el hambre es grande y mayor su fuerza. Escucho a mis acompañantes hablar mientras idean un plan.

- Estoy de acuerdo con maese Renato en que meter a más personas en nuestro ardid solo aumentaría los riesgos de que algo ocurra. –

Miro a todos los que estamos y asiento ante la segunda idea del juglar.

- Tal vez ustedes – Digo señalando a Renato y Mirit - Vuesas mercedes puedan representar el teatrillo que comentan. Yo por mi parte, tengo conocimientos de los callejones y avenidas por lo que puedo encontrar el mejor camino para sacar a las doncellas. Por supuesto, no debería estar solo, alguno debería venir conmigo por si surgiesen complicaciones. – Asiento satisfecho – Creo sería un acierto acercarnos antes por la zona para poder ver posibles dificultades. –

De pronto mis palabras son interrumpidas por un rugido apagado. Mi estómago exige comer.

- Más antes disfrutemos de las viandas que pueden ofrecernos aqueste lugar -

Llenáis el estómago con una comida abundante y sabrosa....y no demasiado cara, cosa que vuestros bolsillos agradecen.

Cuando acabáis y disponñeis quién se quda con qué váis al lugar estipulado y echáis un ojo. Por esa calle apenas pasa gente, una o dos personas a lo sumo. Dos rudos guardias en la puerta en pose de descanso marcial. Con lanza y escudo y una gumia cada uno al cinto.....Además de ir pertrechados con cuero reforzado y celada.