Partida Rol por web

Alza una ceja

-Como indicara, era un visitante de mi local. Nada mas. Nuestra relacion solo derivaba del interes que demostraba en algunos de mis productos, como hierbas y plantas exoticas. +responde con tono aburrido.+ Ahora, samas, me perdonaran, pero si no hay nada concreto en lo cual pueda servirles, desearia retomar mis labores..

Mirumoto Kasumi estaba en el marco de la puerta, por lo que podría bloquear al heinin si intentaba salir sin permiso. Me desplacé ligeramente para colocarme junto a las escaleras, al otro lado de Susurro. Luego intercambié una mirada con la Bayushi. Debíamos preguntarle por el ultimo pedido y su más que probable visita a la casa. Habría que tratar con la samurai a la que servía, pero eso era inevitable. Con todo se contradecía. Primero había dicho que era una "cuestión reservada" y ahora que le pedía hierbas y plantas exóticas. Esta vez sin que repitiéramos la pregunta. No tan reservada después de todo. Más aún, era muy posible que Agasha Iesada hubiera compartido parte de su investigación e inquietudes con aquel Heinin.

Intercambié una mirada con Kasumi negando levemente con la cabeza cuando dijo que "si le perdonabamos". Supuse que entendería que debía bloquearlo. Y si la Bayushi no preguntaba nada más, lo haría yo. 

Al notar el gesto de la Kitsuki, yo también asentí con la cabeza, haciendole entender que entendía que lo que proponía era lo más lógico.

-Va a tener que disculparnos usted a nosotras, Susurro-san.- Intenté que mi voz fuese lo más neutra posible, pero a la vez tirando a órden. También me aseguré de usar el prefijo san, más alla de si él lo merecía o no, para suavizar mis palabras. -Pero aún no hemos terminado de hablar.- Hice una pausa para que el heimin se acomodase en su sitio, luego continué. -Vamos a necesitar que nos cuente un poco más sobre Agasha-sama, si fuese tan amable. ¿Qué mercancías le proporcionaba? y, ¿había estado alguna vez en el hogar del samurai?- Habría más preguntas, pero consideré que se tenía que empezar por esas.

-Temo que debo insistir. No tengo intencion de continuar una charla sin un proposito lucrativo, incluso al tratarse de tan bellas damas. Y desearia, no tener que pedir a mi patrona que presente una queja por acoso a Shosuro Hyobu-sama... o a Yogo Osako-sama. +desliza, poniendose de pie.

en este caso si, es un intento de manipularte. podes repetir con el 1g0, el resto como tiraste es correcto

El que sacase a relucir a su patrona para intimidarnos demostraba que ocultaba cosas. No quería causar una escena, pero tampoco iba a dejar que se escapase tan fácilmente. Había asumido que no tendría ayuda en toda la ciudad y, peor, que sólo habría enemigos. Así que, en el fondo, nada cambiaba...

Apreté los dientes. Si la patrona de Susurro era una samurai de mayor rango a nosotras, lo cual no era descabellado, podía facilmente meternos en un serio problema. Y yo no estaba para más problemas del que ya tenía ahora, con una wakizashi que recuperar.

-Muy bien, Susurro-san.- Le dije. Tenía que recuperar la compostura. -Me apena que no podamos seguir nuestra conversación, a lo mejor en otro momento, cuando no esté ocupado.- Luego de eso me dirigí a la puerta, esperando a que la Kitsuki venga detrás de mi.

Levanté una ceja. Las amenazas nunca me habían gustado, aunque las disfrazasen de eufemismos. De modo que miré a Susurro por un segundo. 

- Acusarnos de acoso es algo muy serio y dado que sólo hemos hecho unas simples preguntas, no veo cuál es el problema. Si no quiere responder a unas simples dudas, tal vez la queja debamos presentarla nosotras. - Miré hacia la Mirumoto y la Bayushi. La palabra de tres samurais contra la de un heinin. Incluso con una protectora, más le valía ser muy valioso. - ¿Cuál decís que es el nombre de vuestra patrona? Creo que dado que estáis ocupado, iremos a hablar con ella. Le diremos la verdad, que preferíais que le preguntasemos a ella, en lugar de responder vos mismo. 

Sostuve su mirada con completa tranquilidad. Estaba allí con un propósito, no por capricho. Más aún, el motivo de que estuviéramos ahí era aclarar un asesinato. Dudaba mucho que la señora del heinin quisiera verse implicada, así que si él nos forzaba a hablar con ella, dudaba mucho que ella estuviese contenta... 

Sonrie. Parece... divertido.

-Yasuku Nobuko-sama +responde, diciendo el nombre muy claramente+ Buscadla y hablad con ella cuanto querais. Seguramente os hara sentir mucho mas comoda de lo que estariais conmigo, Dragon-san...

Inclina la cabeza, saludando con una profunda reverencia, a pesar de la estrechez del cuarto.

-Que tengan un buen dia.

Parece que la reunion puede darse por terminada. Afuera, los pobres guardias varones estan muriendo internamente de aburrimiento, uno en la puerta, otro apoyado en el mostrador. 

-si me permitiese un segundo de su atención- *y estoy seguro de que puedes* Digo a Susurro y pienso para mis adentros mientras me acerco hacia el.
-Y si bien estoy seguro que mis compañeros le han realizado las preguntas necesarias para nuestros asuntos, requeriría hacerle una petición- Ya mas cerca de Susurro, levanto levemente el brazo y apunto hacia los paneles levemente corridos que había notado anteriormente.
-¿Hay alguna manera de que pudiese prescindir de quienes se encuentran detrás de aquellos paneles? creo que nos serían útiles si pueden realizar unos sencillos recados-

-En lo absoluto, sama. +responde el hombrecillo, imperturbable. No parece en lo absoluto sorprendido de que hayan notado a los personajes tras los paneles...+ Son hombres de seguridad, no recaderos. Pero puedo indicaros donde encontrar unos si los deseais, muy eficientes. ¿Necesitais desplazar algo o solo enviar un mensaje?

Hombres,seguridad, mi mente comienza de nuevo a funcionar al tiempo que mi katana sale de su saya junto a mi wakizashi, entrando como una exhalación al interior de la botica con el acero desnudo.

-En verdad, el recado es de otra naturaleza- Digo a Susurro, mientras me acomodo la máscara y busco las palabras apropiadas.
-Como podrá suponer, no es fácil para nosotros pasar por los diferentes distritos sin llamar la atención, pero estoy seguro de que sus hombres, o los que quiere recomendarnos, podrían pasar mas inadvertidamente, lo que les facilitaría obtener cierta información valiosa para nosotros.-
Repentinamente escucho el desenvaine de un arma, e instintivamente mi mano se posa en el mango de la katana. Al darme vuelta, noto que había sido el Dragón *maldita sea el entrenamiento bushi, tal reacción solo porque otro se anticipa sin verdadera necesidad*.
Me quedo mirando al Dragón, ya con la mano apartada de la espada -¿serías tan amable de guardar postura? podrías ponernos nerviosos a todos.-

Perdón honorables compañeros , la mención de los guardas ocultos me ha pillado por sorpresa y es mejor pecar por exceso que por defecto en el cuidado de tu protegida.

 Estoy de los nervios y deseando que se produzca la más mínima provocación par derramar sangre.

Clavé mis ojos en Susurro. Era de esperar que tenga guardias por la naturaleza de su negocio, pero esto sonaba más a espías que a protección. Me empecé a preguntar cuánto de lo que le dijimos al heimin en la parte de atrás se habría filtrado gracias a sus "guardias". De todas formas, ya no había nada que hacer y mostrar enfado solo enpeoraría las cosas.

Pensé en lo que decía mi compañero Bayushi. ¿Se arriesgaría el heimin a prescindir de sus hombres aún sin el permiso de la dueña del local? Lo dudaba, pero la respuesta de Susurro nos podría dar algún indicio de algo. No estaba completamente segura todavía, pero creía que el comerciante y seguramente su señora, estaban implicados en algún punto, o al menos escondían algo, probablemente relacionado con las mercancías que vendían al Agasha y su finalidad.