Partida Rol por web

El hombre se frota la sien, mirando la lista.

-Mmm... aqui no veo ningun nombre de persona, Shosuro-san. No conozco muchas de estas cosas, pero algunos parecen ser  plantas. ¿Es una lista de apodos acaso?

Ahora caes en de donde podrian sonarte algunos... probablemente son los nombres que viste en los frascos de la casa del Agasha!

- Es posible, bien podría ser sólo un papel desordenado, aúnque debo confirmarlo. También hay dos nombres que debo comprobar y no aparecen en la lista. Agasha Iesada y... - se nota que hago un esfuerzo por recordar el nombre de la dueña de Tesoros Sureños - Yasuki Nobuko, tengo entendido que es la dueña de una tienda en las dos puertas llamada Tesoros Sureños.

Menea la cabeza, pensativo.

-Esos son samurai, Shosuro-san... +responde con aplomada calma+ Casi ningun samurai pone su nombre como propietario de algo comercial, aunque los Yasuki pueden ser una de las pocas excepciones. Pero es mas comun que todo este a nombre de un heimin bajo su patronazgo. ¿No sabe los nombres de alguno de sus sirvientes?

- Es lo que tengo hasta el momento.

Le indico con cierto tono apesadumbrado.

¿Dónde se habrán metido?

-Bueno... no es mucho. Vere que puedo hacer por vos con esos dos nombres. ¿Para cuando deseais la informacion? +pregunta, mientras transcribe los caracteres para anotarlos en un pergamino y devolverte tambien las listas.

¿Donde diablos se metieron los demas? Si no estaban aqui ni fueron al cuartel, pueden estar en cualquier parte de la ciudad. O quizas no. Les dijiste que no descuidaran la casa esa de la Yasuki... quizas fueran para alla. Esta en la otra punta, una larga caminata, pero no es desdeñable que hallan seguido en esa direccion...

- Cuanto antes.

Le indico y, dispuesto a marcharme, no olvido un sencillo.

- Gracias.

Quizás si que debería ir a la tienda, sin más opciones para encontrarlos, intentar revisar el único lugar que teníamos en la lista no estaría de más.

-Eso es algo evidente. +comenta con sequedad+ Hubieramos podido sacarle mucho mas al mercader si nos hubierais apoyado... es evidente que sabe mas de lo que dice. Espero que con su ama podamos tratar mejor. 

Cruza los brazos dentro del kimono, resoplando con disgusto. 

El camino es largo, pero al menos uno puede distraerse un poco la vista, apreciando la bulliciosa vida comercial del distrito. Los heimin negociando, hinin llevando cargas de aqui para alla, y de vez en vez samurais paseando en sus guardias, vigilando intereses o simplemente andando hacia algun destino, si bien son los menos entre el gentio. Conforme avanza la tarde, todo este lugar se vuelve un hormiguero como en la mañana, antes de apagarse al oscurecer...

Te toma poco mas de media hora finalmente llegar al distrito de las 2 puertas. Finalmente vez la tienda unicornio... y a tus compañeros. Hitomi y la Kitsuki estan hablando aparte a un lado de la calle. En la puerta de la tienda aguardan los demas, los escoltas Dragon con expresiones aburridas y Chumoku casi molesto, como impaciente. 

Hice una reverencia en señal de respeto. -Lo lamento, Kitsuki-san. Desde lo que pasó hoy en el otro distrito no he podido aclarar mi cabeza.- Dije, acercandome al tema sobre el que quería hablar con la dragón. -El saber que en un segundo perdí todo lo que representaba mi casta me oprime.- Mientras decía eso, estaba pensando "es una lástima que no sea un hombre, de otra forma sería más facil". Las mujeres eramos más dificil de manipular a travez de sentimientos. -A ti también te sacaron algo preciado, supongo que en parte sabes por qué me es dificil concentrarme.

Otra vez, esperé a que ella conteste, esta vez sin levantar la cabeza.

-Lo se, es algo que no se me ha olvidado en lo mas minimo...+gruñe casi, con frustracion. Aquella perdida era un terrible deshonor, preferia no pensar en la misma por ahora+ No quiero imaginar lo que haran con eso unos vulgares ladrones, tampoco teneis que recordarmelo. 

Suspira levemente. Sentia el enfado crecer en su interior al recordar ese tema.

-A lo que venimos pues... ¿De que queriais hablar?

En eso alza la vista, y ven viniendo a Sichi por la calle, desde el Sur.

Las dos mujeres cuchichean algo por  lo bajo. Mientras deben aguardar que resuelvan esa cuestion, ven a Sichi subiendo la cuesta hacia la tienda finalmente, caminando con firmeza en vuestra direccion. Es evidente que ya os ha visto. 

Avanzo decidido hasta ellos, imposible de apreciar ningún cambio en mi expresión habitual que señale los sentimientos que me invaden por haberlos localizado de nuevo, aunque posiblemente esté molesto por haberme hecho tener que buscarlos por toda la ciudad en lugar de continuar con nuestro tabajo.

- Imagino que ya habréis encontrado al asesino de Agasha Iesada y por eso os encontráis aquí pasando el tiempo.

Teorizo sarcástico, ya sin dejar lugar a dudas sobre mi enfado.

Ver a Sichi caminar hacia nosotros no me parecía una buena señal, menos me lo pareció cuando nos habló. Era evidente que estaba harto de esperarnos *¿quien no lo estaría? yo en su lugar ni hubiese esperado mas de 1 o 2 horas sentado, me hubiese puesto a hacer algo mas... productivo.
La última palabra de mi pensamiento todavía estaba suspendida en mi mente cuando me cercioro que Sichi esperaba una respuesta. -En verdad estamos esperando a que las presentes aclaren sus ideas, por así decirlo- digo a Sichi mientras hago un gesto con la palma señalando a Hitomi y a la dragón, quienes se habían apartado para hablar entre ellas.
-Ahora bien...- digo ajustando la máscara y poniendo un tono mas serio, pues la situación no era para menos. -Lamento informarte que la situación se a vuelto mas compleja de lo que ya estaba, debido a un hurto ocurrido hacia las personas antes mencionadas- esto último de manera mas rencorosa, pues aún lamentaba el no haberlo podido resolver en el día.

Al ver a Sichi venir por la calle no puedo evitar enojarme. -¿Tiene todo el día para aparecer y lo hace ahora que estoy hablando con la Kitsuki sobre esto?- Pienso irritada. Intento calmarme, pero no es facil, justo estaba llegando al tema del que quería hablar con la dragón.

Una vez que controlo mis emociones lo enfrento. -Estamos haciendo un resumen de lo que nos pasó.- Explico simplemente. -Tu, en cambio, supongo que ya resolviste esto y por eso vienes a buscarnos.- Había tirado la etiqueta por la ventana, cosa que nunca debí haber dejado que pase, pero no podía controlarme en ese momento.

Esa pregunta me daba ganas de coger y golpearles la cabeza una y otra vez contra la puerta fe la tienda más cercana para así poder alegar estar siguiendo las instrucciones de Osako.

- La verdad es que ando más cerca que vosotros. Yogo-sama ha ordenado que nos centremos en los intereses comerciales del difunto.

Les anuncio al tiempo que intento descubrir que les habían robado.

Levanté una ceja. ¿Encontró tiempo para ir e informar a la Yogo? Eso no me gustaba mucho, aunque también era posible que nuestra jefa haya enviado a alguien para informar. O que esté mintiendo. Recordé lo que nos dijo ella al darnos las órdenes. En ningún momento mencionó los intereses comerciales del muerto, y dijo que informaremos a la noche.

-Ya estuvimos en la tienda que suministraba al Agasha. Eres libre de entrar, aunque no conseguirás nada por ahora. Habrá que esperar a hablar con la samurai a la que pertenece la misma.- Le aclaré a Sichi. Aunque la verdad, esperaba que entrase. Necesitaba terminar de hablar con la Kitsuki. -Aunque... tal vez mi compañero escorpión llegó en el momento justo después de todo.- Si podía convencerlo de ayudarme, todo sería más facil.

Visto lo bien que había interrogado a la sirvienta lo mejor era cercionarse de que había hecho bien su trabajo. Sólo una cosa me detenía y era el deseo por averiguar dónde había dejado el wakizashi Hitomi, pues a pesar de que algunos cortesanos no lo portaran a diario, estaba seguro que ella lo llevaba desde el punto de la mañana.

- Lógico. Yo tampoco te diría nada sin al menos un wakizashi en el cinto.

Le respondo con amargura y preocupación en las palabras, pues de haberlo perdido era un asunto demasiado serio como para tomárselo a la ligera, ya ni hablar si las palabras de Chumoku eran ciertas.

- Hablaré con él heimin. Mientras haz memoria de dónde lo dejaste y reza para que siga allí.

Le digo directamente a Hitomi, lo cual era una curiosa advertencia, más si cabe al tener presentas la animadversión que sentía hacia los kami.

Al oir las palabras de Sichi empalidecí. -¡Lo sabe!- Es lo único que puedo llegar a pensar. No podía ser simplemente coincidencia. Si yo viese que a él le faltase una parte de su atuendo, una importante, no pensaría que solamente la dejó por ahí. -Así que sabe que no solo la perdí.-

Finalmente, me decidí en preguntar. -¿Qué es lo que sabes Sichi?- Le pregunté con la voz temblorosa. En cirscunstancias normales, habría esperado a estar en privado con él, pero ya era demasiado tarde. No podía seguir posponiendo el asunto, y además parecía ser que el robo de mi espada era noticia pública, pues todos los presentes sabían de ello.