Partida Rol por web

Los eta piensan, pero al cabo de unos momentos niegan.

-No, sama, los que la tratamos la llamamos Agasha-hime. Una joven sama hermosa y bondadosa como su padre. Solia asomarse a compartir alimentos a los mas pobres, durante los dias mas crudos y frios. Es muy triste que esa señorita tan amable tenga que sufrir esta desgracia.

 *¿porqué cada vez que me planteo hacerles la última pregunta encuentro algo más que averiguar?. Pareciera que nunca iría a ver a los padres de Tesoro, pero una misión es una misión y debía cumplirla.

 -¿Tienen idea de si ya enviaron la noticia a su hija?-

-No, sama... +contesta, mirandose entre si con los demas con cierto desconcierto. Entonces caes en cuenta que notificar a los muertos es algo que corresponde a los magistrados o representantes del clan. Incluso la embajadora Kitsuki ya habia mencionado algo asi.

Había quedado escoltando el cadáver. Su muerte había sido extraña, aunque a él no le correspondía pensar las causas de la muerte... Prefería dejárselo a las personas que estaban allí para aquellas hazañas.

El silencio había hecho acopio de aquel lugar desde que las mujeres habían marchado, y hasta que había vuelto el escorpión que había amenazado a la mujer a la que él mismo tenía que proteger.

Ni siquiera se giró. Se dedicó a decir lo suficientemente alto como para que escuchara.

-Es de sabios recurrir a la palabra y no a la amenaza física cuando hay algo que nos disgusta. Ten cuidado con tus acciones.

No hizo falta decir nada mas. En ningún momento había sido específico, pero esperaba que aquel hombre lo entendiera como lo que era.

 *el fin justifica los medios pienso para mis adentros y con algo de desén, ya que el preguntar lo obvio me haría quedar como torpe, pero al menos se hasta donde llega la información de los etas.

 -Muy bien, eso sería todo por ahora, les agradezco la información que me otorgaron. Que el destino les sea favorable- dice a Despellejador y a sus 2 acompañantes, inclinando la cabeza como gesto de despedida.

-Que las Fortunas guien su camino en gloria y salud, sama.+responde el lider del trio con una reverencia profunda que sus compañeros imitan.

Kazu solo les hace un gesto y luego te mira, esperando tu decision con calma.

 Espero a estar lo suficientemente lejos del trio de etas, mientras me alejo junto a Kazu, para luego girarme hacia el. -Deberemos ir ahora con el padre de Tesoro, como bien recomendaste Kazu-Sama. Luego deberemos hablar con su segundo, si nos es disponible. Finalmente, y si nos sobra el tiempo, hablaremos con Tesoro mismo, pues si bien su padre es el líder, el es quien aparentemente se mueve mas, por lo que podría tener algún conocimiento o rumor que se guarde para si. Por supuesto, toda sugerencia que hagas, como habras visto, será tomada en cuenta- Digo con voz calma a Kazu.

Asiente, mientras con un gesto te invita a caminar, desandando terreno. Kazu tambien hace seña a un doshin, que avise a los demas que ellos se van. 

-Creo que seria buena idea que visite luego esos lugares que mencionaron, en el Mercado o el distrito Pescador, sama. Desgraciadamente son fuera de mi jurisdiccion, asi que no podria decirle mucho sobre ellos. Por lo que respecta a este distrito, aparte de ver a Chillon, solo se me ocurre dar un vistazo en el Mercadillo del Agujero Infecto... Es donde los etas reparan la basura de los otros distritos y la revenden, como asi tambien donde intercambian con los campesinos. Si Agasha-sama tenia sobrantes que daba a la gente, hacia reparar cosas, o le compraba a los granjeros, probablemente sabran algo de el alli.

Mientras van en busca de Chillon, los etas les miran pasar impasibles. Es perceptible que muchos tienen alguna prenda y objeto remendado o emparchado, que quizas antes pertenecio a un noble samurai.

En cuanto termineis el interrogatorio haré que el doishin la lleve a un calabozo en el distrito noble, Kitsuki-san, no podemos arriesgarnos a dejarla aquí. Puede que aún no se haya dado cuenta de lo que sabe, pero tampoco podemos dejar que nadie interfiera en sus recuerdos. Siempre que Bayushi-san este de acuerdo.

Respondió Kasumi a Aiko, tratando de limar asperezas con Hitomi, seguía pensando que colaborando llegarían antes a encontrar al culpable.

-Estoy de acuerdo.- Les susurré a las dragón. -No podemos soltarla todavía. Podría tener más cosas que decirnos en el futuro. Y no podemos dejar que otros la influyan.- Luego hablé con la eta. -Bueno, si nadie más tiene algo para agregar, creo que podemos dar por finalizado el interrogatorio. Eiko, no hay muchas sospechas sobre usted, pero, el protocolo dice que vamos a tener que ponerla bajo vigilancia hasta nuevo aviso.- Me paré y le hice una seña al doshin para que se la lleve. Estaba segura de que ella protestaría, pero no había nada que yo pudiera hacer. Ella tenía que ser encerrada, de momento.

La mujer hace una profunda reverencia, sin decir una palabra, y luego se incorpora con la cabeza gacha. No parece tener nada que decir, o no espera que sirva de algo. En un caso u otro, se somete mansamente.

El doshin la empuja con su baston, dandole un golpe firme en la columna, y la saca afuera. El tambien hace una reverencia, dejando a las 3 solas en la cocina. 

En eso, la sirvienta sale de la cocina, escoltada por un doshin, que se la lleva de la casa custodiandola con un baston. Al parecer, el interrogatorio ha terminado. Sin embargo, ninguna de las tres samurai-ko abandona la cocina, de modo que los dos se quedan solos todavia unos momentos más.

Al cabo de esos instantes, un segundo doshin entra, solicitando permiso para hablar con una gran reverencia.

-Samas! Kazu-sama me envia a avisarles, el y Bayushi-sama han ido a ver a Chillon, el lider del distrito. Volveran en poco tiempo. 

 Sigo con la mirada a los etas que van pasando, de los cuales algunos tenían en su posesión prendas u objetos nobles, afirmando las palabras de Kazu.

 -Entonces, Kazu-Sama, vallamos a ver a Chillon, después pasaremos por el Mercadillo del Agujero Infecto- Hago una pausa, reflexionando sobre lo recomendado por Kazu, ya que de salir del Distrito sin dar aviso a mis compañeros podría ser prejudicial por cualquier cosa que pasara -Antes de abandonar el Distrito e ir hacia el Mercado y el Distrito Pescador deberemos hablar con Tesoro, no solo para preguntarle a el también sino además para que avise a mis compañeros de nuestra partida, si es que estas cómodo con la decisión claro esta-

-Es sabio y prudente. Sin embargo, le informo que mis instrucciones no son acompañarlo fuera del distrito, Bayushi-sama. Una vez terminen sus pesquisas aqui, me quedare con los etas para vigilar el traslado y disposicion del cuerpo, hasta que sus cenizas esten disponibles para ser entregadas a los embajadores Dragon.

Mientras hablan doblan al Norte y a no tardar, aparece a la vista una casa notable para el distrito. Tiene de dos plantas y un sorprendente jardincito florido en la puerta, frente a la cual hay varios etas charlando. 

 Miro a los etas que están charlando frente al sorprendente jardín frontal de la que, supongo, sería el hogar de Chillon.

 Volteo hacia Kazu -Disculpe Kazu-Sama ¿conoce al grupo de etas frente al jardín? ¿sirvientes del dueño de la casa quizás?-

Miré a las otras samurais. -Deberiamos ir a esa tienda a investigar. Tesoros Sureños. También sería bueno saber a quien le vendía sus productos o invenciones Agasha. Si tenía varios compradores. Además no debemos olvidarnos del sake, harina y avena, que seguramente fueron traidos de algún lugar externo a la casa.- Estaba mencionando lo que ellas ya sabían, pero quería afirmar esto.

Mueve la cabeza negativamente.

-Son vecinos o habitantes del distrito, sama. Los etas vienen aqui y se reunen con Chillon para exponerle sus problemas. El los escucha y ve que puede hacer. Por eso siempre hay gente aqui que viene a entrevistarse. Desde luego, nosotros no necesitamos esperar.

En efecto, los pocos etas cercanos a la puerta abren paso como el resto a los samurai.

 -Hagamos que su gesto de amabilidad no sea en vano- y dicho eso me dirijo hacia la entrada de la casa.

Conforme aquel doshin entra y les informa de las nuevas y la dirección de Bayushi-Sama, el dragón asiente con la cabeza. Su mirada por un solo segundo se desvió hacia aquel otro hombre que ocupaba la estancia.

Fue apenas un ápice, pero sonrió, solo una ligera torcedura en sus labios. Tras ello, sus vocablos sonaron, duros como la roca, fríos como el acero.

-Agradezco su gesto al informarnos de las nuevas.  

Observó ahora mas allá del lugar en el que se encontraba, esperando encontrar en algún momento la silueta de alguna de Kitsuki-Sama o la Kasumi-San. De cualquier modo seguía atento a los movimientos del escorpión que ocupaba su lugar en la habitación. No despidió al doshin sino que quedó enmudecido, esperando el siguiente movimiento, protegiendo el cadáver y a sabiendas de que no podía bajar la guardia. 

¿Para que habían ido a ver a ese?

Me pregunto desconcertado y el echo de que se llevaran ya a la mujer no me había hecho gracia, pero como era su tarea les permitiría no dejarles en ridículo por el momento y continué a la otra habitación que daba al laboratorio. Ignorando completamente al Dragón y al doshin como si unicamente fueran parte del mobiliario.