Partida Rol por web

Yo no tengo ningún problema, ir con Hida Yasutora san me parece bien. Lo importante aquí es esclarecer los hecho y dar con el origen de lo ocurrido y si hay algún culpable, también dar con él.

Ya me había preparado para la salida y la investigación, y gracias a Shinjo san nos habíamos organizado; a pesar de su inexperiencia como superior, Shinjo Kai san lo estaba haciendo muy bien y tenía razón, quizás si hubiese sido un accidente los caballos hubiesen tenido tiempo de salir, pero a veces los accidentes también se complican, aunque también era casualidad que se hubiese incenciado el establo justo un día como hoy y nada más y nada menos que nuestros establos, con los mejores caballos que existen.

Vamos Hida Yasutora san, debemos empezar cuanto antes.

Aunque todavía seguía algo aturdida no era momento de parecer débil o flaquear.

Yasutora aprovechó el tiempo cedido para limpiar las impurezas de su alma y su cuerpo antes de tener que reunirse con el resto de samurais que participaron en la salvación del establo, rezó a sus ancestros y meditó frente a su espada para salvar el tiempo antes de tener que reunirse con dichos samurais y cuando llegó la hora allí estuvo.

Todo en orden pues.-Dijo como confirmación Yasutora mientras ceñía en daisho al obi como única prueba de que iba armado puesto que ni siquiera portaba la armadura. Cuando todos comenzaron a aceptar las ideas de Shinjo Kai, Yasutora se acercó a la Otaku y la alentó.-Lleváis razón, cuanto antes comencemos antes terminaremos.-Dijo apoyando las palabras de esta mientras buscaba la presencia de los heimin de la zona.

Akira habia regresado con su armadura y equipo completo. Puede que no lo necesitase, pero no sabia de las exigencias de la nueva circunstancia. Creia que sus actos en el establo repararian la torpeza anterior y eso le tranquilizaba. .-Si-. Respondio al Shinjo mientras asentia con una media sonrisa. No todos los dias se tenia la oportunidad de compartir la compañia de alguien capaz de hablar con los kamis y menos aun de verlo actuar. Vuelve su mirada hacia el shujenja y hace un gesto con la cabeza como invitandole a iniciar la marcha.

Os separáis en tres grupos, y empezáis cada uno vuestras pesquisas. La ciudad duerme, o al menos debería, y sin embargo, hay más movimiento dentro del palacio de los Unicornio de la que debería.

Aun hay muchos sirvientes en la zona, aunque todos evitan la zona de los establos, que ardieron prácticamente enteros.

Los tres grupos se separan aunque no van muy lejos unos de los otros.

Un pequeño grupo de hombres cansados y llenos de arriba abajo en hollín y cenizas discute con otro hombre, más mayor. Sin embargo al notar vuestra presencia callan inmediatamente.

Todos sin excepción se arrodillan a vuestros pies. Y el más anciano de ellos queda con la cabeza ligeramente más arriba dando a entender que se hace responsable de los demás.

Es hora de iniciar las pesquisas.

Los tocones negros de la madera que tan solo unas horas antes había sostenido el techo de las caballerizas fue vuestra bienvenida. El lugar aun estaba caliente, pero no lo suficiente para volverse a prender o para haceros daño.

El shugenjas tenía ante sí un trabajo arduo. Si un Kami de la zona había visto lo ocurrido, seguramente estaría molesto. Nunca era agradable destrozar un inmueble.

Aun así, restos más o menos enteros habían quedado bajo algunos escombros. El lugar era desolador, y el recuerdo de los animales embravecidos aun estaba presente en vuestras mentes.

El palacio Unicornio, sin duda era un complejo interesante. Y grande.

El edificio principal estaba rodeado de una muralla de dos metro de alto. Mas disuasoria que defensiva, puesto que el muro apenas era más grande que la cabeza de un hombre. Pero al menos era alto.

En el lado oeste, había un portalón grande, uno que durante el incendio había permanecido cerrado. Este portalón, abierto solo durante el día, estaba allí para dar entrada a los jinetes a caballo. Y no había sido usado durante la tarde del día anterior.

Si bien era cierto que era difícil saltar el muro, no era imposible. Quizás hubieran podido sortearlo. Pero con qué motivo. Quemar vivas las posesiones más importantes de los unicornios, era declararse la guerra en sí mismo.

Había que buscar algún rastro.

Iuchi Temujin habia creado agua de la nada tres veces , realmente necesitaba descansar cuerpo y mente, así que tras asegurarse de que un par de sirvientes se encargarían bien de su caballo herencia de su hogar, se aseó la ceniza, polvo y demás suciedad derivado de acercarse al incendio, tanto de su cuerpo como de sus ropajes, cogió algo de comida de viaje de calidad, la cual podía disfrutar tanto como los platos elaborados que comiera allá cuando residio entre Fenix, y, finalmente, silencioso, subió a un pequeño balcón, azotea, terraza, desde la cual sentir el viento fresco y otear el patio al cual rodeaba la residencia unicornio y meditar durante el largo rato que le quedaba.

Quizá un rato no tan largo, pero él quiso verlo así para descansar más a gusto. Tampoco el viento era tan fresco, pues un olor a quemado se incrustaba, profundo, en las fosas nasales. Sin embargo, meditó para concienciarse ante la misión y, habiéndose aseado físicamente, hacerlo ahora mentalmente. *

A las dos horas estaba listo para actuar, había escuchado atento las órdenes, asentido cuando se le nombró y mirado con cierto disimulo cuando nombraron al que sería su compañero, Hida Akira, en quien pudo advertir media sonrisa. Bien, me gusta que esté con un mínimo de humor.- había pensado para sus adentros. Volvió a asentir cuando Shinjo Kai finalizó.

Ahora, a parte con el cangrejo, llegaba la hora de ponerse manos a la obra.

Qué, ves algo? Yo voy a empezar viendo que Kamis de Aire hay por aquí. Sin duda, las fuertes corrientes creadas por el calor deben de haber atraído a más de uno, como no podía ser de otra manera. Me apasiona ese elemento, sabes? Y me he pasado un buen rato meditando en armonía con el mismo, creo que quizá nos puedan ayudar.- Trataba de sonar desenfadado, ligero, pero eso no significaba una ausencia de preocupación. En su interior se concentraba para sentir las fuerzas espirituales de su alrededor.

Seguí a Shinjo-sama hasta la fortaleza, mirando esa muralla de "papel" y esa puerta intacta, la actividad y los restos de la zona. La muralla parecía que se podía trepar, y puede que con ayuda de garfios... asiqeu se me ocurrió una idea, y así se la comenté.

-Disculpe, Shinjo-sama, ¿podríamos buscar algún tipo de marca o rastro cerca de la muralla? Si vemos como entraron podríamos entender de donde vienen o, al menos, evitar que lo repitan.

Yo y mis habilidades diplomáticas... solo esperaba que no lo tergiversara y se encontrara alguna afrenta o algo así.

El Hida observo los escombros con detenimiento, mirando pero sin ver. Estaba claro que no era su campo el de la investigación y aunque le echaba voluntad no sabia que buscar entre aquel desastre.-No veo nada. Los shugenjas venceis la tempestad uniendos con la ola, los que no podemos lo hacemos aguantando los golpes. Me gustaria poder decir que tengo un elemento favorito, pero me conformare con verte actuar. Sera hermoso ver al aire desvelando sus misterios-.

Con mi compañero de investigación comenzamos a caminar en buscar de heimin de la zona hasta que topamos con un enfrentamiento, un grupo contra una sola persona, de qué se tratará. Tras arrodillarse todos al ver nuestra presencia, les hago levantarse para que den sus respectivas explicaciones. Son suficientes como para que al menos un par haya visto el incendio y nos puedan dar alguna pista, aunque todo es relativo, no tienen porqué ver el incendio para comunicar cualquier cosa fuera de lo común en las horas antes del incendio, durante, o después de él.

Levantaos - mi voz suena firme sin dar pie a más palabras por parte de los heimin.

¿Por qué tanto alboroto? - antes de que empezaran a hablar y para no provocar de nuevo los enfrentamientos, señalo con la mirada al más anciano para que hable él primero - ¿Puede darme una explicación clara y sencilla de qué es lo que ocurre entre ustedes?

Sin duda había que investigarlo todo , y aunque no era un experto , si puso todo su empeño en ellos pues se sentía en parte culpable por no haber podido salvar a más caballo . 

Hay que buscar por todos lados , las caballerizas , las murallas ..... es posible que se hayan dejado alguna señal en algún lado , debe de haberlas . 

Contestó el shinjo mientras seguía centrado en su trabajo . 

El heimnin mas anciano se dirije a Ariasu

-¿Pasar,a que os referis sama?Hemos echo algo mal ,si asi fue os aseguro que no fue aproposito msi compañeros y yo nunca hariamos nada malo-te responde el viejo.Parece algo nervioso al igual que el resto de gente y trabajadores que hay alrededor

Yasutora torció un poco el gesto al escuchar las palabras de ambos.-Veniamos a conversar con ustedes para saber de vuestro testimonio sobre si visteis algo antes o durante los comienzos del incendio.-Solicitó de forma educada el cangrejo.