Partida Rol por web

No piensen ni por un momento que es de mi agrado toda esta situacion, pero estamos en una mision, y la justicia a esas faltas van despues. El tono de Okita no era precisamente de desagrado, su voz denotaba neutralidad sin dejar de ser firme.

Y aún si debo juntarme con hombres sin honor no dejaré de hacer lo que debo. Si vuestro honor no os permite seguir aqui sois libres de iros. Y que las fortunas os acompañes si asi es. Okita hizo un leve gesto con la mano señalando la puerta. Ya veremos a su debido momento como la justicia tomará su lugar en todo esto, el orgullo y la precipitacion son solo propios de los leones, y por eso fracasan donde los demás tienen exito. finalmente Okita se cruzó de brazos.

Que pensaría mi padre de todo esto? No es mi intención cuestionar mis deberes, pero debo hacerme el ciego y dejar pasar todo esto para resolver este problema? 

-Agradezco vuestro ofrecimiento, pero debo de apresurarme a cumplir esta noble empresa, aunque -es raro que otros samurais estén por aquí- creo que...-me quede pensativo unos segundos- podría aceptar un poco de té antes de partir, mientras usted atiende a los samurais a fin de no causarle problemas- necesitaba estar en un lugar en donde pudiera escuchar y en lo posible ver de quienes se trataba.

Al volver la mujer y comunicar que aún debíamos de esperar mas, Okita contuvo el aliento por un momento. La paciencia nunca había sido una de sus virtudes pero debía de esforzarse. 

Al volver a respirar con tranquilidad volteó hacia la mujer y con un tono relajado le dijo

Si es de agradecimiento, bien vería que Ogura-sama honrara a unos humildes invitados con un té. 

No me gusta nada que se nos haga esperar, siendo aún más una inferior quien nos hace esperar, pero confiaré en su palabra de que está con un samurai... Cosa por otra parte, dudosa, y que ya sería digna de investigación por si sola.

Sigo al lado de la puerta, en silencio, abstraido de mi entorno, con la esperanza de que de esta forma no me afecte tanto la fealdad de lo que me rodea. Si es un samurai el que espera lo veremos salir por donde debió entrar.

Ogura sama?...

Me esfuerzo por seguir en mi trance... Pero no puedo evitar replicar a la "mensajera" de Ogura.

Si ha decidido hacernos esperar, estoy seguro que vuestra señora tendrá poderosas razones para hacerlo, neh? Está bien.

Y de esta forma vuelvo a mi silencio.

Es lo que desean los escorpiones, por lo que por la armonía de la misión así lo haré...

Es muy considerado por su parte, Bayushi-sama. Acto seguido se despidió después de dividir en dos la habitación mediante un shoji. Al cabo de unos minutos una chica nubil de rostro desproporcionado vino a traerte el té que ansiabas. Y un minuto después Ogura entró seguida de otros samurais.

La mujer se internó en la cocina desde dónde pronto surgió el olor amargo del té. Casi a la vez que os traía lascalientes bebidas una mujer de edad considerable aunque movimientos todavía ágiles apareció bajando las escaleras. Soy Ogura,gracias por su paciencia insignes invitados. HAgan el favor de venir a una estancia más agradable pues no parece que deseen airear sus palabras en ésta insignificante sala. Trás ello esperó eltiempo suficiente pqara que pudiérais protestar, entender o cualquier otra cosa, antes de volver a subir las escaleras.
 

Olí el té y lo probé, para luego prestar atención a los samurais que entraban, era extraño y solo esperaba que no se tratara de mis compañeros...

Vaya parecía que su anterior invitado era tímido y no quería que le vieran, pero era orgulloso y no quería salir por la puerta de atrás, así que en lugar de eso los iban a llevar a un lugar donde no pudieran ver nada.... una solución inteligente, Nakato espero a ver que decían sus compañeros.

Ogura Okita hizo una pausa finalmente nos honra con su presencia, sin duda nos gustaría saber que o quien ha sido la causa de esta innecesaria espera. Su tono era seco, sin invitar a cordialidad, la vieja mujer daba la impresion de saber que si estabamos allí era porque necesitabamos hablar con ella, no daba la impresion de ser alguien facil de manipular ni presionar. Solo espero que a mi compañia no les de por exagerar la situacion.

Subamos pues hizo un gesto con la mano invitando a los demas a subir

De seguro que agradecerán que no le diga al siguiente samurai que estuvieron aquí. Dijo con un guiño socarron al pararse un instante y responder. Trás eso continuó escaleras arriba hasta llegar a una habitación que era dividida en dos por un biombo shoji representando una marisma. La luminosidad de la estancia era ofensivamente elevada.

Al cabo de un minuto entran a la habitación varias personas. Supones que Ogura y otras cuatro o cinco figuras.

Me dispuse a tomar el té, mientras escuchaba la conversación que comenzaba en el lugar.

El mensaje está claro, sin embargo en un momento Okita se pregunta a si mismo - Empiezo a preguntarme que beneficios nos trae esta visita.

Okita permaneció quieto y espero a que los demás subieran y al entrar todo cerró la puerta. Ciertamente la fuerza de la luz fué un poco impactante, luego de que la vision se adaptaba trataba de detallar la escena. - Quien sería el samurai que estaba aqui antes de nosotros, talvez un escorpión. definitivamente no fué un grulla, no me imagino uno de ellos solo aqui...Instintivamente miró con el rabillo del ojo a los grullas, a la reacción del kakita que hasta ahora se sentía tan indignado. cerró suavemente lo ojos y al volver a abrirlos mientras caminaba para sentarse observó la habitación en busca de puertas de salida.

-Me pregunto por donde habrá salido. Okita se sentó suavemente, al tiempo que escrutaba la habitación. -Habrá alguien detras de ese biombo? -La sensación de paranoia embargaba a Okita. finalmente se sentó y suspiró levemente, sacó la katana de su obi al sentarse y la situó suavemente a su izquierda. Mantuvo silencio y se mantuvo atento al biombo

La mujer se sentó sonriente. ¿Que deseaban hablar conmigo, insignes invitados? Sus movimientos eran suaves y tranquilos. No sofisticados, por supuesto, pero almenos no eran groseros.

Observas a tu alrededor. Y Aparte de la puerta por la que habeis entrado y una ventana, sólo parece haber como salida otra puerta que se halla más allá del Biombo.

La habitación da laimpresión de ser cómoun despacho. Una decoración coloristas y barata y algunas láminas subidas de tono colgadas en las paredes.

Me mantengo en hosco silencio desde la aparición de Ogura y acompaño a la comitiva hasta la sala tan iluminada y dividida por el biombo.

Me llama la atención tanta luz en unas dependencias de un negocio tan turbio, y aunque la luz es excesiva, me da cierta paz, como si no me hiciera pensar que estoy en un lugar tan sucio.

Si nadie ha salido, ha de estar aquí... Y este biombo... No, no puede ser. Sería demasiado deshonroso...

Observo los movimientos de Okita al sentarse y sonrío apenas, satisfecho al ver que coloca la katana a su izquierda.

Un gesto bastante significativo de que no nos fiamos de ella ni de este lugar... Aunque quizás Ogura no capta el mensaje. No ha sido educada como una samurai... De todas maneras hace bien. El peligro puede acechar en este lugar. Y sea como sea, no estamos en un sitio amigo.

No acabo de decidirme por sentarme, pero al final creo que la cortesía es importante y pues ella nos trata de forma cortés, no la puedo rechazar. Me siento y, al igual que Okita, pongo mi katana en mi lado izquierdo, con la empuñadura mirando hacia Ogura, en una posición adecuada para tomarla y desenvainarla con celeridad.

Gracias por su tiempo. Nos han dicho que sabéis muchas cosas... Y necesitamos saber del paradero de alguien.

Empiezo a decir, con voz suave.

Nakato observaba como querían llevar esto sus compañeros, no le paso desapercibida la forma en que el kakita colocó la Katana, a la dueña seguramente tampoco.

"Se creeran mas refinados que un matón de puerto" pensó con excepticismo Nakato mientras se sentaba en seiza. Aún dudaba de salir a la calle para ver a quien fuera que estuviera allí. Pero tampoco era asunto suyo los asuntos de Ogura, o si lo eran aun no tenía constancia de ello para actuar en consonancia.

Tras sentarse relajó los hombros.

Muchas gracias por su hospitalidad ante todo. dijo Nakato Como bien dice nuestro amigo necesitamos saber unas cosas y hemos pensado que usted quizá nos pudiera ayudar. Le gustaba que el grulla hubiera empezado diciendo aquello, eso simplificaba mucho las cosas.

Dejó que otro le hablara ahora quería que la mujer se sintiera desconcertada al no poder concentrarse en uno sólo de ellos.

Empiezas a oir lo que los hombres hablan a Ogura. Al parecer uno dice que buscan a una persona. Pero entonces escuchas a otro de ellos y te resulta inconfundible: Nakato.

La mujer os escuchó atentamente sin ahcer siquiera el intentode interrumpiros. Parecía querer esperar a saber dónde queríais llegar, o asegurarse de entender que queríais.

Al escuchar la voz de Nakato, pregunto a la joven que estaba a mi lado si había alguna salida trasera, si bien encontrar al grupo aquí podría darme algo más de información, si terminaron en este lugar quería decir que mucho no habían logrado y seguía creyendo que un solo samurai llamaría menos la atención y tal vez pudiera averiguar más...