Partida Rol por web

Cada uno de vosotros tiene un motivo diferente para estar aquí: honor, gloria, dinero, remisión de los delitos pero todos perseguís el mismo objetivo en este momento, sobrevivir a la banda orca que se os hecha encima.

Parece que fue ayer que los oficiales de reclutamiento de Averheim comenzaron a pedir voluntarios para formar una milicia para acompañar a un destacamento de espaderos comandados por el Capitán Marcus Baerfaust y a una pequeña unidad de caballería dirigida por el Graf Friedrich von Kaufman además del hechicero de la Orden de la Luz, el Luminario Konrad Mauer, para hacer frente a una partida de guerra orca que estaba sembrando muerte y destrucción por la frontera Oeste de vuestra provincia.

Han pasado dos semanas desde que os enrolásteis y marchásteis hacia allí. Los exploradores localizaron los restos quemados de una granja y los cadáveres carbonizados de sus anteriores dueños clavados en estacas y, a partir de ahí, siguiendo restos similares, acabásteis encontrando a vuestro objetivo: una partida de guerra orca de unos 250 individuos entre orcos, bestiales orcos negros y su "caballería" un grupo de orcos montados en enormes jabalís de enormes y afilados colmillos, amen de un caudillo orco que, al veros, grita entusiasmado mientras se lanza a la carga contra vosotros, seguido de cerca de toda su hueste.

El suelo retumba mientras, sudorosos, aferráis vuestras armas y formáis siguiendo las órdenes de vuestros oficiales para hacer frente a lo que se os avecina. Mientras os preguntáis como habéis sido tan necios como para estar aquí y ahora, el capitán Marcus Baerfaust grita: ¡¡¡CARGAAAAAAAAAD, POR AVERLAND, POR EL EMPERADOR!!!

¡¡¡¡¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!!!!!

Era mi primera batalla, y nos pusieron en vanguardia, listos para recibir la "caballería" orka, nos ordenan que bajemos las alabardas y mantengamos la posición, parar dar a los pielez verdez una bienvenida, estaba nervioso, a mi lado estaban conocidos y amigos de mi pueblo natal, rezando a sigmar, por salir vivos de esta batalla, como veteranos en varias batalla, serios y firmes.

Tras hablar con el Capitán Baerfaust, me dirijo hacia el campo de batalla y dada mi habilidad con el arco me asignan a la sección retaguardia para reducir el numero de orkos a base de disparos. No me importaba mucho estar allí puesto que había cultivado mis habilidades de combate en cualquiera de las dos ramas pero siempre tenía más posibilidades de sobrevivir al combate si estaba un poco lejos de él. 

Así que allí estaba detrás de la vanguardia y cubriendo el cielo de flechas mientras los orcos cargaban a toda velocidad contra ellos. 

Ulric, habia pedido expresamente al Capitán Baerfaust que lo pusieran en la posicion de batalla, generalmente no escuchaban demasiado las opiniones de los soldados rasos, pero valia mas perder 3 minutos escuchando las locuras de un hechicero que no sufrir las gilipolleces de este durante semanas, el Capitán no lo encontro demasiado logico, los aprendices deberian estar fuera del combate directo...en fin...todos estaban locos...por lo menos no estaria al frente de la caballeria. 

Aunque las razones que me llevaron a aceptar esa misión eran, en un principio, más egoístas; todo cambió al encontrarnos al frente de la horda orka. Una antigua llamada a la sangre,  despertó en mi interior y, sin ningún miedo, preparé a mi fiel Helios para el combate. Lucharía en primera línea, reforzando las unidades de infantería contra los fieros pieles verdes. Aún sin las armaduras que los demás soldados, no tuve miedo.

Cargando al galope, unido a la tropa de caballeros, grité, clamando por la venganza: ¡POR SUDDENLAND!

bajo mi alabarda, los nervios se disipan, después de 5 meses desde mi ultima contienda con los hombres bestia, veo al orco negro venir a por mi, me intenta dar con su rebanadora, pero solo me alcanza el por un poco el hombro, después me preparo para devolverle el golpe al "oficial" orko con la punta de mi alabarda.

Ok, está tarde lo corrijo

bajo mi alabarda, los nervios se disipan, después de 5 meses desde mi ultima contienda con los hombres bestia, veo al orco negro venir a por mi, me intenta dar con su rebanadora, pero solo me alcanza el por un poco el hombro, después me preparo para devolverle el golpe al "oficial" orko con la punta de mi alabarda.

COMBATE ISENBERT vs ORKO NEGRO

TURNO 1: Orko negro, armado con una rebanadora orka a dos manos y con armadura de mallas completa, coraza y yelmo, carga (acción completa) y falla, aunque por poco... Isenbert impacta su primer ataque pero falla el segundo. El orko negro no puede parar así que tira el daño de la alabarda que es BF, es decir, 1d10+F que, en tu caso, es 2.

COMBATE ADELFRIED vs ORKO

TURNO 1: Orko armado con rebanadora y escudo, con camisa de cota de malla, chaqueta y gorro de cuero. Adelfried, eres más rápido así que tu decides.

Con una constitución el triple de ancha que la mía, un orko se cruza en el camino de Helios. Anteponiendo su escudo a la carga, me ataca conforme alcanzo su altura. Aunque consigo detener el primer tajo que lanza, su segundo golpe impacta en mi pecho dolorosamente. Gracias al Sol, no es suficiente para hacerme más que una contusión.

Recuperando la postura a caballo y virando mi montura, me preparo para devolver la ofensiva. Espoleo a mi corcel Helios, y me preparo para un nuevo choque con el piel verde. El ataque no es suficiente para golpear a través de su potente armadura, pero no desisto. De la victoria depende nuestro futuro.