Partida Rol por web

Desde que dejaste Karak Norn has estado vagando por el Viejo Mundo, quizás buscando una gran hazaña con la que poder volver a casa con la cabeza alta o intentando buscar una nueva vida para sepultar con felicidad los amargos recuerdos de tu memoria. Hace poco pasaste por Nuln mientras bordeabas el Reik pero no encajabas con el ambiente tan festivo de la ciudad y emprendiste de nuevo el viaje descendiendo por la vera del Soll, en el horizonte veías tu antiguo hogar, las Montañas Grises, pero estaban tan lejos y habían pasado tantos años desde tu partida que no parecían las mismas. Caminando por el sendero del bosque te diriges hacia un pueblo llamado Dotternbach según pudiste descubrir unos metros atrás en una señal de madera.  

Al llegar a la puerta de la ciudad te sale al paso un hombre mayor de aspecto enfermizo que pronto te asalta con preguntas - ¿Qué estás buscando por aquí forastero? ¿Acaso estás de vuelta a las Montañas Grises? Aún te faltan semanas para llegar. Siento no poder ser de ayuda, mi pueblo está debilitado por una extraña infección en el río, mi gente ha caído enferma y los mineros han quedado atrapados, algunos de ellos enanos como tú, nativos de Karak Norn...espera un momento, te conozco...tú trabajabas para mi viejo amigo el Rey Brokk Ironpick...recuerdo muy bien tu historia...nunca creí que fuese justa la sentencia...Brokk siempre decía que tenías el valor que le faltaba a su hijo Magnus, que los dioses le protejan allá donde esté. Dotternbach necesita tu ayuda, gente cómo tú para dar esperanzas al pueblo, tú nunca te has rendido y las familias de los mineros te estarían siempre agradecidas y en deuda contigo si intentas ayudarles. ¿Qué me dices Rott Bruik serías capaz de ayudar a tus hermanos?

Después de días caminando, casi sin darme cuenta, he terminado en las puertas de Dotternbach. Supongo que el hecho de tener Montañas Grises al fondo ha guiado mis pies inconscientemente. Después de mil sitios visitados, sigo añorando mi hogar.

Al entrar en la población, la súbita aparición de un anciano, me saca de mis ensoñaciones.

Escucho sorprendido su hablar atropellado. El grado de desesperación de su voz contando la desgracias que asola su pueblo, consigue despertar mi atención.

Es entonces cuando hace referencia a mi hogar, a mi rey, a mi gente. A pesar de mi edad y de estar curtido en mil batallas, mis ojos se humedecen involuntariamente.

Su historia se ha transformado en algo personal. No son sus vecinos los que están atrapados, AHORA es mi gente la que está allí encerrada. Puede que haya gente que conozca, amigos incluso.

- Tranquilicese buen hombre.- digo con la voz profunda y algo quebrada por la emoción después de escucharle.- Mi nombre es Rott.- añado pausadamente.- Cuénteme con más detalle. ¿En que puedo ayudar?

La palabra hermanos aún resuena en mi cabeza...

-¿Cómo calmarme hijo, cuándo llevas semanas viendo morir a tus vecinos? A los que se supone que debes proteger... Tienes que estar cansado,¿Por qué no vamos a sentarnos al lado de una hoguera mientras bebemos una jarra de vino? Allí te seguiré contando nuestras desgracias.

Entiendo las palabras del anciano. Una especie de comezón de atormenta por dentro. Pero hay que ser organizado. No se puede echar a correr sin saber que dirección has de seguir.

Echando un tranquilo vistazo a mi alrededor y con la decisión de ayudar al anciano tomada, asiento respirando profundamente.

- Detrás de usted.- apunto en un murmuro.

Mientras vas caminando detrás suya puedes ver que las calles de Dotternbach están vacías - Siento este atropello, pero dada tu fama y nuestra situación espero no ser una molestia...por cierto mi nombre es Cristofer Sendars, soy el Delegado de Ergon Wolfgart en Dotternbach - dice con orgullo cuando llegáis a una pequeña hoguera centrada entre unos bancos de madera a la puerta de una casa de grandes dimensiones - Toma asiento por favor - pide educadamente a la vez que coge una jarra de vino y te la ofrece - Espero que sea de tu agrado es lo único que podemos beber aquí desde nuestro problema con el río...antes estas calles estaban llenas de vida, el mercado era fructuoso y ajetreado, los niños corrían hacia la escuela, los mineros cantaban de vuelta de su jornada...la mina...allí pasa algo muy extraño Rott Bruik, el río pasa por la colina de la mina, y ambos problemas han coincidido...

Interrumpiendo la conversación se acerca una mujer - Mayor, hoy nos han dejado otros dos niños, las familias se pasan cuidando todo el día de los enfermos para nada, las cosechas están totalmente podridas, si no llega la ayuda que prometió Sir Wolfgart moriremos todos de inanición -percatándose de tu presencia añade - disculpe mi intrusión caballero, no quería interrumpir su relajada mañana, mi nombre es Arianna Tungstan esposa del minero jefe Bosk Lakrott ¿no será usted el emisario de Sir Wolfgart verdad?

Escucho con atención las calamidades que está pasando esa gente.

- Señora.- digo poniéndome rápidamente en pie cuando la dama se percata de mi presencia.

Me doy cuenta de que necesitan ayuda rápido o pronto no habrá nadie a quien ayudar. Mis divagaciones se interrumpen bruscamente cuando un nombre atraviesa mis tímpanos como si de un trueno se tratase.

- ¿Bosk Lakrott, de Karak Norn?.- interrumpo obviando su pregunta, mientras mis palabras se arrastran lentamente por mi garganta llevando con ellas un sinfin de emociones encontradas.

- Disculpe mi falta de cortesía.- añado presurosamente consciente de mi mala educación que se refleja en el semblante asombrado de la dama.- Creo que su marido y yo eramos  viejos amigos.- completo con un ligero rastro de dolor en mi voz.

- Mi nombre es Rott Kc Bruik.- me presento con una ligera inclinación de cabeza.

Mi mente trabaja a mil por hora. No tenemos tiempo que perder. Definitivamente, aquí muere gente en cuestión de horas y seguirán muriendo si nadie hace nada al respecto.

- No soy el emisario de nadie, pero tenga por seguro que he venido a ayudar.- digo con seriedad.

- Por favor, infórmenme de todos los datos que puedan resultarme de utilidad, y partiré de inmediato hacia esa mina, si tienen a bien indicarme el camino.- digo con las ideas claras y una fuerte determinación en mi voz.

-Le agradezco mucho su voluntad Sr. Bruikk  - te dice mientras se le escurre una lágrima por la mejilla - sé que Bosk estaría muy contento de verle aquí. Les dejaré para que hablen de sus asuntos, yo iré a informar a las demás madres que el emisario de Sir Wolfgart aún no ha llegado, pero que la esperanza ha vuelto al pueblo con el rostro de Rott Kc Bruik...señores - se despide Arianna con una leve reverencia. 

- Le agradezco su interés Rott Bruik - señala Sendars y prosigue después de beber un trago largo de vino - La plaga comenzó alojándose en nuestros pozos, los mineros volvían a casa quejándose de abrasadoras heridas y una sed insufrible. Poco después de esto, se diezmó el ganado del pueblo como consecuencia de una enfermedad desconocida y sus cosechas empezaron a pudrirse en los campos. Fue cuando declararé que el agua había sido envenenada por una enfermedad desconocida,  pero para aquel entonces la plaga ya había empezado a afectar a jóvenes y enfermos.- volviéndote a contar toda la historia de tal forma cómo si hubiese perdido el hilo de la conversación y no recordase que era exactamente lo que te había explicado - A este problema le sucedió el derrumbamiento en el interior de la mina de plata, donde albergábamos las últimas esperanzas de poder superar la desgracia intercambiando el producto en Nuln por cereales y agua para la reserva de los próximos meses. Dado el grado de la situación, cómo ha dicho la señora de Lakrott un emisario se presentará aquí mañana al alba para abastecernos y plantear una solución, le invito a reunirse con nosotros mañana en la entrada a la mina de la colina norte, usted puede quedarse a dormir en esta misma casa - señalando a sus espaldas - está desocupada pero sigue siendo confortable, los dueños decidieron irse del pueblo nada más empezar a enfermar la gente, no les culpo, muchos de los que aún quedan hubiesen hecho lo mismo si sus familiares no hubiesen caído enfermos tan pronto y su vida dependieran de ellos. 

Tras despedirme respetuosamente de Arianna, escucho la historia de boca del Mayor Sendars. Aunque algunas partes ya las había escuchado con anterioridad, no por ello dejan de preocuparme.

- Esperaré al emisario hasta mañana.- confirmo con un gesto de agradecimiento ante la posibilidad de dormir en la vivienda desocupada.

- Si mañana no hemos conseguido alcanzar ninguna solución, partiré hacia la mina.- añado con preocupación.

De acuerdo Rott Bruik, intente descansar y comer algo, nos vemos mañana a primera hora en la colina norte - Te dá un apretón de manos y se marcha con paso lento y mirando al suelo pensativo.

Ese mismo día, un poco más tarde aparece un hombre que ha llamado a la puerta de la casa donde estabas alojado:

-Buenos días buen hombre, permitame presentarme, mi nombre es Estefano Doverspeak, financiador de la mina de plata, el Mayor Sendars me ha informado de la noticia y le estoy muy agradecido - dice a la vez que hace una pequeña reverencia - déjeme señalarle que me gano la vida comerciando en Nuln y he venido hasta usted para traerle unos pequeños regalos - añade muy sonriente - tome aquí tiene comida para esta noche - te ofrece un hatillo de tela que contiene un trozo de pan y queso - traído directamente de Nuln, no debe preocuparse - sigue hablando - también he traído algo de forraje para su caballo, una linterna y medio litro de aceite... la noticia me ha cogido un poco por sorpresa y no he podido traerle nada más, espero que le sea de ayuda. 

Cuidando mis modales, invito a pasar al interior a mi visitante.

- Agradezco su amabilidad.- digo con gesto serio mientras trato de ayudarle con el forraje.

- Mis provisiones comenzaban a escasear y su generosidad es bienvenida.- añado con educación.

- Si quiere compartir mi mesa, quizás pueda contarme algo más de lo que está aconteciendo.- comentó con lentitud.- Me vendría bien cualquier información que pueda compartir.

- Y quizás pueda saber algo más de cómo van las cosas en mi hogar- pienso con un extraño anhelo al que fue mi hogar.

- Por supuesto que acepto su invitación buen hombre - Entra despacio en la casa y se sienta a la mesa después de dejar sus bártulos. - ¿Rott es tu nombre veredad?...Si Rott, eso es, me imagino que el Mayor Sendars ya te habrá contado todo - comienza mientras parte un trozo de pan - Bueno yo tengo una teoría...creo que esta plaga encaja muy bien con la que llaman la plaga ardiente, que es muy parecida a la peste negra...y tengo mis sospechas - se queda pensativo el hombre, indeciso, como si no estuviese seguro de tener que contártelo - puede ser que el río haya sido contaminado por los residuos de plata en la mina... y espero estar equivocado, porque nunca me lo perdonaría. - te cuenta realmente preocupado pero sin parar de comer - Bueno chico come tu también, tienes que coger fuerzas jaja Por cierto ¿tienes algún objeto del que te quieras deshacer?

- En realidad mi nombre es Rotthlisberger.- respondo mientras termino de colocar las viandas sobre la mesa.- aunque todo el mundo me conoce por Rott.- aclaro mientras invito a Estefano a sentarse.

Escucho en silencio su historia, comiendo tan solo pequeños bocados.

- Algo no cuadra en toda esa historia... las coincidencias de este tipo suelen tener una razón.

- Sea como fuere, creo que hay que ir al que parece ser el origen del problema. Mañana partiré hacia la mina a echar un vistazo.- afirmo mientras pico algo de la comida que hay sobre la mesa.

Al terminar la cena, despido a mi invitado y agradezco su hospitalidad.

- Están siendo todos muy amables. Muchas gracias por todo lo que están haciendo. Agradezco sinceramente su hospitalidad.- comento desde la puerta.

- Y... sí, seguramente deje mi ropa de gala en esta casa para no tener que ir demasiado cargado a la expedición. Ya la recogeré cuando vuelva

Poco recuerdas sobre la peste negra, ya que el último brote registrado en el Viejo Mundo fue hace casi un siglo, cuando tú aún no habías nacido, no conoces ni los síntomas ni su método de propagación.

- De acuedo Rott, espero que pueda solucionar nuestro problema - dice levantándose de la mesa para dirigirse a salir de la casa - Por cierto se me olvidaba comentarle que me he enterado en Nuln que será el mismo hijo de Ergon Wolfgart el que llegará mañana al alba cómo emisario de la corte. - te da la espalda y al salir por la puerta se despide - Buenas noches hijo.

Es la tercera vez que oigo el nombre de Sir Ergon Wolfgart.

Aunque nadie se ha molestado en explicarme quién es, intuyo que debe de tratarse del propietario de la mina.

El asunto debe ser realmente importante para que mande a su propio hijo para tratar de solucionarlo.

Tras echar un vistazo a la parte de fuera me dispongo, pensativo, a pasar la noche.