Partida Rol por web

Al rayar la luz del sol los tejados nevados de Dotternbach a primera hora de la mañana veis el pueblo con un tono esperanzador. De camino pudisteis ver cómo algunas madres volvían con las previsiones que trajo Marcus Wolfgart desde Weninger, eso no curará la Plaga Ardiente pero remediará la inanición de los niños por el momento. 

Al pisar la colina norte del pueblo os encontráis coincidiendo en vuestra llegada:

Un enano equipado con un casco, llevando en la derecha un hacha y en la izquierda una lámpara, cargando a su espalda una mochila que parece bastante pesada.

Un elfo que contrasta con la altura del enano, vestido al estilo montaraz con un arco corto colgado de uno de sus hombros y un hacha sujeta en su cinturón. Este viene acompañado de un humano, parece ser el más joven de los cuatro y de él se puede percibir un aire de nobleza por su ropa elegante y su casco de calidad, carga con una maza pesada que reposa en su hombro derecho.

El último individuo es otro humano que viste cómo el resto de la gente de Dotternbach, aparenta ser bastante sencillo y a simple vista se podría decir que está apunto de partir a una gran batalla, ya que va equipado con una cota de malla y un escudo como protección, y armado con un hacha de mano y un arco corto.

Una ráfaga de brisa fresca os golpea mientras miráis la entrada de la caverna. El nevado suelo esta literalmente cubierto de herramientas, picos y palas, algunas de las cuales aún sobresalen de los suaves bancos de nieve. Unos simples arbustos tapan la entrada de la mina. Un rastro de suciedad se interna en las profundidades de la caverna bajo la estructura de madera que la soporta ocultando el brillo ocasional de una veta. Ninguna luz ilumina el túnel. Veis que las antorchas han sido apagadas y arrojadas al suelo descolgándolas de los soportes de las paredes. Aparte del silencioso silbido del viento el silencio es absoluto en este paraje de las montañas.

Al hombretón rubicundo se le veía visiblemente incómodo en su actual situación. Se situaba a unos pocos pasos apartado de los nuevos compañeros con los que tendría que entrar en las cavernas y les miraba fugazmente. Si alguno de ellos lo miraba, apartaba la mirada rápidamente y ladeaba la cara en otra dirección. Parecía obvio que era un novato total y se encontraba algo turbado.

Sintiéndose como obligado, dio unos pasos en dirección a la entrada de la cueva. Apartó un arbusto y señalo en fondo de la caverna:

- Bueno emm, ejjmmmm - carraspeó - aquí es la entrada principal donde vieron por última vez a los mineros. Parece abandonada a su suerte, los mineros no abandonarían sus herramientas. Emmm, señor enano, igual puede entrar primero si gusta. Dicen que los de su raza saben distinguir el estado de las construcciones y bien sabe Sigmar que más de una vez ha habido derrumbes. Quieran los dioses que no se convierta en nuestra morada eterna...- dijo apesadumbrado.

Mientras hablaba, se agachó y recogió una antorcha. Aleksei se quedó expectante para ver que hacían esos fabulosos aventureros que tantas veces había querido ser.

El túnel tiene 5 metros de ancho y 3 de alto. Se extiende 40 metros en la oscuridad antes de comenzar el área de bienvenida.

El pozo de extracción se encuentra en el lado norte de la montaña y se inclina hacia abajo en un leve pendiente. 

No esperaba ver a nadie en la mina. En el poblado nadie me había comentado nada.

Educadamente escucho al enorme humano que timidamente nos índica en qué lugar está la entrada. Mientras lo hace, echo un disimulado vistazo al resto del grupo.

- ¿Puedo preguntar qué motivos les traen a esta mina?.- interrumpo educadamente mirando al humano que viste una pesada cota de malla.

- Un grupo peculiar, sin duda. ¿Qué les habrá traído hasta aqui?

Las prisas pensando en la suerte que habrá corrido mi amigo, me han hecho lanzar una pregunta casi sin pensar. Consciente de mi falta de tacto apunto:

- Por cierto, mi nombre es Rott. He venido a ver si hay alguna relación entre el envenenamiento del agua del arroyo y la desaparición de los mineros.

Vaya que gruñón y no le he dicho nada ofensivo. Aunque es verdad no me he presentado como es debido... ¿los aventureros harán algún tipo de hermandad o pacto antes de salir juntos a resolver misterios? Ainss, y ahora tengo que entrar con ellos a esa negrura insondable...

-Emmmm bueno sí, mi nombre es Aleksei aunque desde pequeño mucha gente me llama Sasha. Como os parezca mejor. - Se quedó mirando al enano sin saber cómo saludarle ya que no había tratado con muchos de los de su raza y sin saber que hacer optó por continuar hablando. - Mi padre me comentó que unos extranjeros vendrías a investigar la desaparición de los mineros. Además como muy bien ha dicho señor Rott, también tenemos el acuífero infectado. El acuífero tiene su nacimiento en estas cuevas y no sabemos que le ocurre. Emmm yo estoy aquí porque tengo un ligero conocimiento del interior de las minas y puedo guiarles por los pasadizos, aunque no piensen que tengo todas esas galerías en la cabeza ni mucho menos - dije con una débil sonrisa. 

Tomándose dos segundo un poco estupefacto al ver que el enano no conocía al resto preguntó - ¿es que no se conocen entre ustedes? - dijo mirando al resto de compañeros-  Te.. te... ¿tengo que hacer algo para pertenecer al grupo? Se imaginaba juramentos sagrados sobre códices ancestrales o automutilaciones con formas cabalísticas... 

- Encantado Aleksei.- digo con voz profunda haciendo un gesto con la cabeza a modo de saludo.

No es que tenga necesidad del muchacho, pero su conocimiento de las galerías podría ahorrarme trabajo.

- No nos conocemos.- digo con una sonrisa comprensiva mirando valorativamente al resto .- y por supuesto, no somos ningún grupo.

Con un gesto respetuoso, doy pie a mis otros dos compañeros para que cuenten su versión de la historia.

Acabemos con esto y vayamos dentro de una vez.

Se quedó mirando al enano sin saber cómo saludarle ya que no había tratado con muchos de los de su raza y sin saber que hacer optó por continuar hablando.

Perdona otro despiste atemporal que no interfiere demasiado en la historia pero es para meterte en situación. Algún que otro minero enano había en Dotternbach, de hecho uno era amigo de Rott. Eso no quita para que tu no tuvieses trato con ellos.

Marcus observo al los dos desconocidos mientras se acercaba a la cima de la colina, y escucho al hombere y al enano cuando explicaron el motivo por el que se encontraban allí.

-Yo soy Marcus Wolfgart, hijo de Ergon. Estoy aquí por orden de mi padre para averiguar el motivo de esta plaga y solucionarlo, ya que como nobles es nuestro deber cuidar de las gentes de nuestras tierras.

Como si no fuese molesto a veces estar con humanos, también un hijo de la tierra, esa raza esta condenada por su avaricia...

-Hola mi nombre es Ravandil, soy un asrai de los bosques de Laurelorn y me han contratado para ayudar a todo lo que sea necesario al señor Marcus- Mira al joven rubio para dirigirse a el- Tu padre dijo que nos serias de gran ayuda, espero que no nos decepciones.

Miras la entrada de la mina -El último sitio que me gustaría entrar, lejos de la madre tierra...Pero debemos hacerlo y creo que perdemos un valioso tiempo.

Escucho las presentaciones y explicaciones del resto del grupo. Para bien o para mal, iremos juntos en esto.

La idea no me agrada especialmente. Tal y como presentía el carácter soberbio y prepotente de los elfos ha tardado más bien poco en salir a la luz.

Elfo, tienes suerte de la educación que recibí de mis padres y de mi clan....- pienso mientras trato de serenarme y obviar las alusiones despectivas del orejas puntiagudas.

El sitio donde vas a entrar no está lejos de la madre Tierra, es el CORAZÓN de la madre Tierra

Detrás de ti hijo.- finalizo señalando a Aleksei con una mano tranquilizadora la entrada a la mina.

-Un segundo, Ravandil ha dado por supuesto que eres tu quien nos guiara en las minas, pero tengo que asegurarme, Aleksei ¿tu padre es Estefano Doverspeak?

Aleksei puedes empezar describiéndole la entrada a la mina con el mensaje que dejé anteriormente para ti y afirmando la pregunta de Marcus.

¿Así que este es un elfo de los bosques? Madre mía parece que le moleste que respire a su lado. No me extraña que sean tan pocos... ¿ y qué es un asrai de Laulenoseque?

Aleksei se sentía dolido ante el poco aprecio mostrado por el extranjero. A fin de cuentas, les iba a ayudar en una peligrosa misión con sus escasos conocimientos.

-Bueno emmmm, sí soy su hijo- digo mirando al noble -Tengo un escaso conocimiento de las cuevas pero el túnel tiene 5 metros de ancho y 3 de alto. Se extiende 40 metros en la oscuridad antes de comenzar el área de bienvenida. El pozo de extracción se encuentra en el lado norte de la montaña y se inclina hacia abajo en un leve pendiente.

Al escuchar al señor enano sonrío débilmente, era el único que le había mostrado una cara un poco más amable -Está bien, necesitaremos unas antorchas para iluminar el camino. Síganme. - Agarro un par de antorchas y les tiendo algunas a mis compañeros.

Con paso decidido me adentro en la mina.

Al recoger las antorchas os dais cuenta que están inservibles a causa de la nieve y la humedad. Por lo tanto la única iluminación que tenéis es la lámpara de aceite de Rott.

- Realmente apenas sí la necesito.- digo tendiendo comprensivamente la lámpara de aceite a Aleksei.

- Ten cuidado con ella.- apunto con una sonrisa.- No sería buena idea quedarnos allí abajo a oscuras.

Tras dar la lámpara a Aleksei encabezo la comitiva agarrando fuertemente mi hacha.

Los dioses quieran que no nos encontremos nada extraño aquí abajo, pero no creo que la idea de que este muchachote abra la marcha sea la más adecuada.- pienso mientra me pongo a su lado tratando de infundirle un poco de confianza