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Legado Oscuro I: Vitae

Capítulo I: La Fiesta de la Cosecha

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15/04/2016, 22:56
Jean Paul Lestrange

El hombre se ve repentinamente tumbado sobre la hierba boca arriba, pero la situación desde luego no le disgusta. Sus aclarados ojos desprenden deseo y cariño por la muchacha. Cuando Justine sube a horcajadas sobre el cuerpo de Jean Paul, él instintivamente posa sus manos en las caderas de la chica apretando ligeramente, con una mezcla de impaciencia y ternura.

No deja de mirarla a los ojos mientras ella guía ambos cuerpos para que se unan, y sigue mirándola mientras un espasmo de placer le recorre el cuerpo al sentir el calor y la estrechez de Justine.

Como quien consigue algo que lleva deseando toda la vida, Jean Paul quiere saborear ese instante y al mismo tiempo impedir que nada ni nadie se lo robe.

Cuando la muchacha comienza a moverse, él cierra los ojos a la vez que de sus labios comienza comienzan escaparse entrecortados gemidos al ritmo del cuerpo de Justine mientras que sus manos aprietan y aflojan sus dedos apoyados en la cadera de la chica ayudándola a descender mientras él eleva ligeramente su cadera.

El hombre siente como su amazona acelera el ritmo, observa como la cara de Justine se desfigura con el placer, y sin poder resistirse sus jadeos cada vez son más intensos y su cuerpo tiembla al igual que el de ella en el momento en el que alcanza su clímax.

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15/04/2016, 23:47
Justine Lesauvage
Sólo para el director

Sus gemidos se entremezclaron con los míos, sentí como sus manos se agarraban con firmeza a mi cadera y ese calor dentro de mí que sólo podía significar una cosa. Aquel dulce palpitar parecía no querer acabar nunca. Continué sobre él, acariciando su pecho, mientras disfrutaba de esos instantes finales. No paraba de mirarme y yo a él, sonrientes, exhaustos y aun jadeantes, tratando de recuperar el aliento.

Lentamente, me incliné hacia delante, buscando besar sus dulces labios nuevamente. Mis manos acariciaron su cabello empapado en sudor, con ternura a la par que recibía mi deseado beso. Con sutileza, descendí del cuerpo de mi amado, acostándobe sobre la fina hierba, a su lado izquierdo. Mi pierna derecha la mantuve sobre su cuerpo, cubriendo con ella y mi vestido su desnudez. Me abracé a él con fuerza y mis mejillas se ruborizaron en el preciso instante en el cual fuí consciente de lo que acababa de suceder. Una sonrisita tonta se apoderó de mi rostro, por fortuna mi cabeza esta pegada a su pecho y no podía verme.

Era feliz. Hacía demasiado tiempo que no me sentía así, la felicidad y el amor que sentía hacia Jean Paul me tenían embriagada y lo que acababa de sentir sobre él... ¿Qué había sido eso? ¿Cómo había pasado? Me armé de valor y volví a mirarle a los ojos. Mi mano derecha fue acariciando lentamente la cicatriz que tenía en su rostro, mientras le miraba con adoración. Supongo que hoy dormiremos en el bosque. No creo que tengas ni ganas ni fuerzas para caminar.

Besé nuevamente sus labios y volví a recostarme en su pecho, dispuesta a dormirme sobre él. Instantes después rompí a reir y le miré. Sera mejor que te suba los pantalones, no sea que nos encuentren así.

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17/04/2016, 19:24
Narrador

Todos te recibieron primero con alivio, luego con sorpresa y finalmente con consternación. Los hombres que se hallaban presentes se arremolinaron contra ti, hablándote todos a la vez, queriendo saber más. Varios incluso te cogieron de la ropa y te zarandearon algo más de lo que te hubiese gustado. El tumulto estaba al borde de la histeria, y muchos ya miraban con máscaras de odio hacia los soldados, dando por hecho quizá demasiadas cosas.

El llanto estremecedor de Gina Tavernier rasgó la noche. La mujer, una de las únicas que se habían quedado, dispuesta a hacer frente a toda la tropa con la única ayuda de su fiel rodillo de cocina, se había derrumbado y lloraba y gritaba presa del dolor y del desconcierto, mientras su marido Dominique intentaba en vano consolarla, cuando él mismo no podía controlar su llanto.

El Padre Claudio, seguido de cerca por Jacques, se abrió paso finalmente entre los aldeanos hasta llegar a ti.

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17/04/2016, 19:28
Padre Claudio

El rostro del clérigo era un auténtico mapa del horror y la preocupación. Parecía haber envejecido una década desde la última vez que lo habías visto y mantenía la expresión en un rictus tembloroso, presa sin duda de la mezcla de emociones. Se llevó, quizá instintivamente, una mano al pecho mientras recorría los últimos pasos, acelerados, hasta llegar hasta aquí.

- ¡Muerto! ¡Muerto! ¡Santo Dios! - miró al cielo, quizá elevando una súplica silenciosa, y después clavó de nuevo sus profundos ojos oscuros en ti - Tienes que contárnoslo todo, Elouan. ¿Dices que estaba atado? ¿Marcas extrañas? ¿Qué tipo de marcas?

El padre se santiguó inmediatamente, mientras le recorría un escalofrío por el cuerpo, y viste que varios de los hombres le imitaban.

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17/04/2016, 19:32
Jacques Candau

Tras sólo un instante de silencio, Jaques dio un paso al frente y pareció hacerse cargo de la situación. Empezó a hablar con determinación y autoridad, a pesar de su juventud, aunque sin imponer su criterio más que por el peso de la lógica y la razón. Los hombres asentían a sus palabras y acudían prestos a realizar las tareas que les encomendaba.

- ¡Atención todos! Hay que ir al bosque y avisar a las mujeres y los niños. Quiero diez voluntarios. Que vuelvan. No están seguros allí. Sea quien sea quien haya matado a Éric no podrá hacernos nada si nos mantenemos juntos. ¡Pierre, Aubin, Christian! Acompañad al Padre Claudio a la Iglesia y ayudadle con el cuerpo. El resto, regresad a la aldea y manteneos juntos.

Después se te acercó, consciente de tu propia preocupación. Te habló de forma apresurada, pues había muchas cosas que hacer.

Daphné... mi mujer y mi hijo. Están todos en el bosque. Por favor, Elouan. Tú lo conoces mejor que nadie. Encuéntralos a todos y tráelos a salvo.

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17/04/2016, 19:46
Narrador

Viste a Elouan ir corriendo a reunirse con el resto de los aldeanos, con grandes aspavientos y hablando a gritos. Todos le prestaron atención en seguida. A penas podías oír nada, pues estaba muy lejos y el ajetreo del campamento de soldados tapaba todo lo demás.

Viste cómo de repente Gina Tavernier, una de las únicas mujeres que se habían quedado, se derrumbaba, quebrada por el llanto y el dolor, y a su marido, Dominique, intentando en vano consolarla mientras él mismo rompía a llorar.

El Padre Claudio seguido de cerca por Jacques se acercó a Elouan y tras intercambiar unas pocas palabras con él pareció santiguarse. Jacques, por su parte, pareció empezar a repartir quehaceres entre los hombres. Todos le hicieron caso en seguida, como activados por algún tipo de mecanismo oculto. La mayoría tomaron rumbo a la aldea. Los hermanos Chastel fueron junto al Padre Claudo, directos hacia la Iglesia. Otros se giraron hacia el bosque. Elouan parecía estar intercambiando aún unas palabras con el Alcalde.

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17/04/2016, 19:54
Narrador

La risa de Jean-Paul inundó el silencio de la noche como un fresco rocío matutino. Asintió, demasiado exhausto quizá como para decir nada, y te dejó hacer, ayudándote como podía a ponerse los pantalones, para justo después agarrarte por la cintura, tumbarte junto a él y regalarte un beso, tierno, apasionado.

Ambos podrías haber dicho que estabais en el séptimo cielo... hasta que unos gritos y un llanto, procedentes del claro de la fiesta, desgarraron la noche y el mágico ensueño en el que os encontrabais.

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17/04/2016, 21:48
Justine Lesauvage

La sonrisa y mirada previa que lucía Jean Paul antes de besarme lo decían todo. Era tan feliz como yo en ese instante. La pasión y ternura que aplicó en él, me hizo elevarme nuevamente hasta el cielo. Hechizada por su saber hacer no quería parar ni dejar de sentir todo aquello. Mis brazos se aferraron nuevamente a Jean Paul. Comencé a reunir fuerzas y valor para decirle cuanto le amaba cuando gritos y llantos quebraron el silencio, rompiendo nuestro hechizo.
Ambos miramos hacia la aldea, el lugar del cual provenían. Luego nos miramos a los ojos. Le acaricié el rostro. No te muevas de aquí. Voy a intentar ver que pasa. Permanece alerta. Le dije antes de levantarme de su lado, como si Jean Paul tuviese fuerzas para moverse lo más mínimo en ese momento.
La oscuridad de la noche se había comido la mayor parte de la luz del interior del bosque. Trepar a un árbol ya no era tarea fácil y desdender sería mas difícil. Con prudencia y aprovechando esa oscuridad, avancé un par de metros o así, tomando con una roca bastante grande, la cual me serviría para elevarme un poco.
Desde mi nueva posición, poco más de medio metro más de altura, oteé el horizonte en busca de cualquier indicio de lo que acontecía en la aldea.

- Tiradas (1)

Motivo: Cotillear la aldea

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 1, 4, 4, 10

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

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17/04/2016, 22:17
Narrador

A pesar de que te habías acercado, aún estabas demasiado lejos como para enterarte realmente de lo que estaba pasando. Viste mucho movimiento, antorchas arriba y abajo, y quizá algunas sombras corriendo en varias direcciones, pero nada más. Los sonidos que te llegaban no eran más que ecos amortiguados por los numerosos árboles, que carecían de sentido alguno.

Lo único que podías sacar en limpio era que en el claro de la fiesta había movimiento, sin duda.

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17/04/2016, 22:39
Justine Lesauvage

Miré hacia atrás. No me hacía gracia dejar a Jean Paul sólo y menos aún alejarme dos pasos más de él. Pero desde allí no veía nada raro. Quizás no pasase nada realmente y todo fuese un incidente enmedio de la fiesta.
Descendí con cuidado de la roca y avancé unos pasos más, siempre pendiente de tener a Jean Paul siempre a la vista.
Unos pasos delante mía había una nueva zona elevada. Me deslicé en las sombras con cautela y volví a mirar hacia la aldea, con la esperanza de ver algo más que desde la roca.

- Tiradas (1)

Motivo: Cotillear la aldea II

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 9, 8, 7, 1

Éxitos: 1

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17/04/2016, 22:49
Narrador

Algo más cerca, pudiste distinguir algo mejor lo que estaba pasando. Varios de los hombres de la aldea se estaban internando en el bosque mientras la mayoría se dirigía a la aldea. No podrías haber dicho más: estaba oscuro, estabas lejos, y apenas podías distinguir sombras oscuras sobre otras sombras, sólo algo más claras.

Notas de juego

... Y ni se te ocurra volver a hacerme otra tirada XDDDD.

Estas muy lejos. Si quieres ver más, tendrás que abandonar a Jean-Paul a su suerte, en la oscuridad del bosque... :P

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17/04/2016, 22:16
Elouan Leclair

Antes de poder ver al Padre Claudio, un montón de hombres me rodeaban tapando con sus cuerpos cualquier resquicio de huida. No soy capaz de entender lo que dicen ya que hablan todos a la vez, cada uno gritando más alto que el anterior. Es ensordecedor, confuso y, al empezar a zarandearme en busca de más respuestas, aterrador. Un sudor frío muy molesto empieza a caerme por la espalda por culpa del agobio al ser empujado una y otra vez.

Pero el Señor descendió de los cielos y con su gracia y misericordia, guió a su fiel siervo a la ayuda de su pequeño feligrés, haciéndose paso entre su rebaño. Bendito sea, Padre Claudio.

- Hmm... no lo encontraba por ningún lado, pero entonces me dió por mirar detrás del altar. -Voy explicándole, dirigiendo miradas furtivas a la desconsolada señora Tavernier, preguntándome hasta qué punto debería explicar delante de ella. - Estaba atado de manos y con unas marcas (de cuchillo, supongo) por todo el cuerpo. Eran... como un círculo y una raya... no sé... parecía llevar allí bastante rato. -Bajo un poco la voz y hablo rápido, resistiéndome a decirlo en voz alta: - Ynotieneojos.

Me santiguo yo también, escuchando a continuación al jefe de la guardia. Cuando oigo su petición, sonrío aliviado de poder salir de aquí y volver a mi terreno. Ni siquiera respondo, corro hacia el bosque y me adentro con dirección al corazón del mismo, evitando el error de llamar a gritos, rastreando cualquier tipo de marca que me indicase dónde estaban los aldeanos: ramas rotas, hojas removidas, un trozo de tela rasgado, pisadas...

- Tiradas (1)

Motivo: Rastrear (Alerta)

Dificultad: 8

Tirada (7 dados): 5, 7, 9, 5, 3, 8, 5

Éxitos: 2

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17/04/2016, 23:06
Daphné Sabineau
Sólo para el director

Elouan había escapado del desdén del soldado y eso le tranquilizó. Entró en el bosque, pero para su sorpresa no lo hizo con el fin de ocultarse del ejército, sino que comenzó a hablar muy alterado, y debía de ser algo importante ya que todos le prestaron atención de forma inmediata. Daphné intentó averiguar de qué se trataba, pero aunque el arquero gritaba, su voz quedaba apagada por el alboroto que habían creado los invasores.

Frunció el ceño y observó de nuevo el claro. La buena de Gina Tavernier desgarradoramente herida, destrozada, a su lado dos metros de Dominique Tavernier licuándose por los ojos, más allá el Padre Claudio santiguándose. ¡Cielo santo! ¡Se trata de Eric! ¡Ha muerto!

Se tapó la boca con ambas manos. Los hombres organizados y los hermanos Chastel entrando en la iglesia le hicieron pensar que estarían disponiendo todo para oficiar una misa por el difunto. Era muy posible que el pobre muchacho con su inocencia hubiese molestado a alguno de esos presuntuosos soldados y que le hubiesen dado muerte, no importaba si con intención o sin ella. ¡Malditos! ¡En mala hora habéis llegado!

Claudette y Ronan dormían. Miró a Fabien intentando ver escrito en sus ojos sus pensamientos. Sabía que tendría ganas de ayudar al pueblo, de averiguar, de actuar, pero se abstendría de hacerlo si tenía una empresa más grande por la que luchar. Se guardó de decirle que aquello lo hacía también para protegerle a él. En lugar de ello, le dejó claro que tenía una gran tarea a la que encomendarse. Se acercó a su oído y susurró cuidadosamente: Nada podemos hacer ya. Nuestra obligación primera es para con nuestros hermanos y sin ti no me veo capaz de conseguirlo. Seguiremos con el plan. Ahora duerme, hermano, yo haré la primera guardia. Sonrió apenas levemente y continuó observando cómo se desarrollaban los acontecimientos, deseando que nada más perturbase al pueblo de Sérézin ni a sus gentes. 

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17/04/2016, 23:17
Castigo

Notas de juego

Tira percepción + alerta, dif 5, por favor

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17/04/2016, 23:53
Daphné Sabineau
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Percepción + Alerta

Dificultad: 5

Tirada (6 dados): 8, 3, 3, 1, 6, 6

Éxitos: 2

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17/04/2016, 23:58
Narrador

Al poco de comenzar tu vigilia, algo te llamó la atención. Un ruido, pequeño, amortiguado en la espesura del bosque, pero que aún así fue claro para tus oídos. Apenas un crujido leve, como una ramita partiéndose. Te giraste instintivamente hacia el lugar de donde provenía y viste... algo. O te pareció ver algo, más bien. Una sombra,moviéndose de un árbol a otro, a varios metros aún de vosotros.

Mantuviste la mirada fija en el lugar donde te había parecido verlo y... nada, absolutamente nada. Todo estaba de nuevo tranquilo. Ibas a desestimarlo ya por completo, sin duda fruto de todo elestrés y la tensión de aquélla noche, cuando por el rabillo del ojo te pareció captar de nuevootro movimiento, esta vez más cerca.

Te giraste rápidamente, pero no viste de nuevo nada.

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18/04/2016, 00:06
Narrador

EL rastro estaba bastante claro, y apenas te costaba esfuerzo seguirlo, aun en la oscuridad de la noche. Acostumbrado como estabas a seguirle la pista a los esquivos animales salvajes, aquello era más un juego de nños que un rastreo propiamente dicho. Los diversos rastros de losdiferentes grupos de gente que habían huído hacia el bosque se marcaba ante tí, claros como el agua. Varios de los hombres delpueblo ya se habían internado por el bosque para bucar a las gentes de Sérézin qu habían buscado la seguridad de los árboles, a derecha e izquierda de ti.

Decidiste seguir uno cuyas huellas parecían coincidir con las del grupo de Daphné y sus hermanos. Al principio no viste nada digno de destacar, pero después te alarmaste al comprobar otro conjunto de huellas: un par de pies, grandes, de alguien mucho más pesado que Daphné o cualquiera de sus hermanos. Parecían superponerse a las huellas del primer grupo por momentos. A veces se apartaban, pero siempre volvían sobre el primer rastro.

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18/04/2016, 00:47
Elouan Leclair

Qué divertido. Correr, saltar, esquivar árboles y seguir corriendo es genial, mucho mejor que aburridas misas o encontrar cadáveres mutilados. "Si te paras a pensarlo, pobre Eric, debe haber sufrido mucho". La cuestión es, que a pesar de lo crítico de la situación, este juego de presa y predador es lo mío. Me resulta tan fácil seguirles la pista que parece que se me dibuja el camino a seguir mientras corro. "A todo esto, ¿por qué diablos se han internado tanto? Les dije que no se alejaran demasiado" pienso con resignación, poco antes de encontrar las huellas sospechosas.

Cambio de objetivo. Dejo de seguir las huellas de Daphné y los niños para seguir las otras en cuanto éstas se desvían, confirmando la sospecha de que está cazando. ¿Un asaltador? Cojo una buena bocanada de aire y acelero lo más rápido que puedo, descartando la idea de intentar pillar desprevenido al asantante acercándome con cuidado por la espalda. Es más importante alcanzarlos cuanto antes.

"Y un rábano, no dejaré que un bandido de pacotilla tome a la fuerza las bragas de Daphné."

Notas de juego

 

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18/04/2016, 01:16
Justine Lesauvage

Sabía que si no me acercaba más no podría ver nada, pero era eso lo que no quería hacer. Acercarme más a la aldea era alejarme más de Jean Paul. Sopesé durante unos instantes la situación.

En la aldea estaban mis amigos y parte de mi familia adoptiva. En el bosque el hombre de mi vida. En la aldea los jinetes, armados hasta los dientes. Todo un batallón. En el bosque el hombre de mi vida. Si los jinetes atacasen la aldea, ¿podría ayudar a defenderla? No. Moriría como el resto. Si a Jean Paul le atacase una bestia salvaje ¿podría defenderle? Por supuesto que sí.  En caso de asedio o ataque los aldeanos ¿tendrían una oportunidad para salvarse? Sí. ¿La tendría Jean Paul? No.

Estaba claro. Miré por última vez hacia la aldea y con un leve suspiro regresé junto mi amado.

No veo nada, está demasiado oscuro. Movimiento en la zona de la fiesta y aldeanos adentrándose en el bosque o marchando a la aldea. Le dije al llegar. Debemos resguardarnos. Ocultarnos. La noche juega a nuestro favor, proporcionándonos oscuridad. Miraba hacia los lados y a mi alrededor, buscando un sitio cercano que nos sirviese de refugio. El bosque nos dará el resto. Mañana, cuando estés más descansado, regresaremos a la aldea. Me acerqué a un arbusto, para ver si en su interior podríamos meternos, protegidos por su follaje estaríamos asalvo de ojos indiscretos.

La otra opción es dejarte aquí sólo e ir a ver que ocurre, pero... no me perdonaría jamás que te ocurriese algo por dejarte aquí, sólo...  Me giré hacia él y me senté a su lado, le miré con ternura y acaricié su rostro lentamente. Te amo demasiado como para perderte. No lo soportaría. Besé suavemente los labios de Jean Paul y volví a levantarme antes de cegarme y quedarme hechizada nuevamente con su boca, entre sus brazos.

Regresé al arbusto y con cuidado me arrastré a su interior. Un poco apretujados e incómodos, pero... tendrá que servir. No podrá moverse mucho más lejos... Salí de allí con hojas secas enganchadas en mi vestido, así como pequeñas ramitas.

¿Crees que podrás avanzar hasta ese arbusto? No es la cama de la taberna pero... sólo será esta noche.

Notas de juego

Ojo, desde el primer paso que dió Justine estoy buscando que excusa o que motivo movería a mi personaje (y a mi, claro, que en eso me da que no somos tan distintas Justine y yo XD) para dejar a Jean Paul tirado e ir a la aldea a ver que pasa. No lo veo. Ninguna de las dos le dejaríamos allí ;)

Iba a hacer una tirada para buscar un sitio para escondernos, pero... cualquiera lanza los dados de nuevo xDDDD

 

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18/04/2016, 22:19
Daphné Sabineau
Sólo para el director

Sus oídos percibieron un leve crujido, amortiguado pero definido. Se giró instintivamente en esa dirección y sus músculos se tensaron al creer ver una sombra desplazándose hacia un árbol. Contuvo la respiración y agudizó más aún sus sentidos, concentrándolos en esa nueva ubicación. Se preguntaba si se trataba de un animal, de un aldeano o si había sido fruto de la tensión. En un principio desestimó que pudiese ser un soldado, ya que probablemente habría hecho más ruido teniendo en cuenta que iban vestidos con sus armaduras. Pasaron unos segundos y nada ocurrió, así que se relajó y dejó de darle importancia, aunque no pensaba bajar la guardia de todos modos.

Otro movimiento, esta vez más cerca, convirtió la sospecha en certeza. No vio nada, pero ahora estaba realmente intranquila. ¿Aquel animal o aquella persona habría notado su presencia y la de sus hermanos? No habían hecho ruido y estaban a suficiente altura, ocultos tras el espeso follaje que el verano otorga a los árboles. No podía excusar aquello, así que no perdió un segundo en avisar a su hermano Fabien, zarandeando su hombro para despertarle. Él la miró indagando con sus ojos y enseguida entendió que algo ocurría. Echó mano del cuchillo mientras Daphné le miraba con su índice sobre los labios, luego señaló sus propios ojos y movió el dedo trazando dos círculos, haciéndole notar que había algo o alguien a su alrededor. Ambos permanecieron vigilantes conteniendo nuevamente la respiración, inmóviles como estatuas de piedra, alertas como gatos agazapados aguardando en el más estricto silencio qué más se ocultaba bajo la cerrada noche.