Partida Rol por web

Clarisse no tenía muy clara la potabilidad de aquel agua, pero dadas las circunstancias no parecían tener otra opción que la de fiarse de sus salvadores, y a punto estuvo de detener a Martin cuando comenzó a beber desenfrenadamente, pero este se le adelantó con su movimiento y terminó dejándole hacer, para luego, tomar el relevo e imitarle.

Parece buena. Pensó. Al menos no sabe mal.

Aún estaba asimilando la situación cuando Zyor hizo acto de presencia, instándoles a llevar a Epsilon a un lugar más adecuado. De esta manera, fueron guiados por el claustrofóbico blindado mientras transportaban a la inconsciente Epsilon hasta un habitáculo del vehículo, que pudieron comprobar estaba muy bien diseñado tanto por fuera, como por dentro.

Lo siguiente era conocerse, tal y como les había dicho Zyor al reunirse con ellos de nuevo, de modo que una vez sentados, comenzaron las preguntas y las explicaciones, que era lo que reálmente le interesaba, tanto a la mujer, como al grupo.

Seguía desconfiando, y Karim y Martin parecían tener mucha más labia que ella y Selene, por lo que se les adelantaron al hablar, y no teniendo nada más que añadir, Clarisse asintió con la cabeza a las palabras de ambos añadiendo un tímido, y casi avergonzado:

-Bueno, yo no luché contra esas cosas... me limité a correr lo más lejos que pude por que no tenía manera de enfrentarlos...

Vuestro interlocutor observa a Karim inquisitivamente ante su más que escueta explicación, si es que realmente se la puede denominar así.
-Claro que lo eran, una de sus muchas variedades... ¿de qué agujero sales?- pregunta retóricamente como si esa respuesta fuera la más evidente del mundo, aunque enseguida se centra en Martin que parece un poco más propenso a hablar. A su manera, claro está.

-¿Te los cargaste con una....? No me jodas, debías formar parte de un comando especial por lo menos- da una palmada en la mesa y ríe sonoramente, al parecer esa idea le parece graciosa -Y además de eso está el hecho de que siendo cinco sólo uno de vosotros se ha infectado...- murmura casi para si mismo antes de compartir una mirada significativa con Hiedra.

-Espera, espera, frena- le pide a Martin con una actitud algo más seria que al principio -¿Sois mutantes del laboratorio?- os mira entonces alternativamente como si esa idea no le hiciera demasiada gracia... aunque está claro que no debéis de ser los primeros.

-Ya han salido muchas "cosas" raras de esos laboratorios aunque hacía años que se suponía que estaba emm... clausurado, ya me entendéis. Esos tíos dijeron que salvarían el planeta y acabarían con los jodidos Bichos pero sólo consiguieron prototipos de soldados defectuosos o más peligrosos que los propios Bichos. Menuda ayuda, hay que joderse- se queja con un chasquido de lengua y después carraspea al recordar que Hiedra está al lado.

-Cualquiera hubiera afirmado que esa idea era la más sensata- responde a Clarisse antes de acomodarse más en el tosco banco, suspirando hondamente con resignación -El planeta está hecho una mierda y como nadie se atreve a salir de los puebluchos supongo que acabaremos extinguiéndonos. Por suerte yo pertenezco a uno de los agraciados del 2

No abrí la boca hasta el final porque en mi cabeza todavía estaba asimilando las respuestas y frases que acababa de decir Zyor.

Los escorpiones... eran Vytrus... y a pesar de que a Martin y karim también les han caído restos líquidos de ellos están bien, no como Epsi, pienso mientras observo con detalle a mis compañeros asegurándome de que están en perfectas condiciones y no les está saliendo, yo qué sé, algún forúnculo en el rostro. No es así, por suerte.

¿Mutantes? Vaya palabrita para definirnos... Si no estuviera tan shockeada por todo lo ocurrido me iba a oír el calvorota este, menuda falta de respeto para con unos desconocidos, pienso indignada por el apelativo con el que se ha dignado a denominarnos a mis hermanos y a mi.

Prototipos peligros y defectuosos... Gente como nosotros, creados de la nada... Me dolía un poco pensar en ello, ¿quién nos podía asegurar que nosotros no acabaríamos siendo igual de peligrosos o nos convirtiéramos en experimentos "defectuosos". ¿Acaso yo también estoy defectuosa? ¿Y Epsilon que sí ha caido enferma?

Tras un silencio que recorría la habitación-cocina solo pude abrir la boca para preguntar por lo último que había dicho el hombre. Estaba tan ida en mis pensamientos que no había captado a qué se refería. Y no me gusta quedarme con dudas si tengo quien las responda.
- No he comprendido eso último... ¿A qué te refieres con que perteneces al 2? ¿Al porcentaje de la población del planeta que acabará extinguiéndose? - pregunto clavándole mis ojos azules al gradullón.

Me sorprendo bastante cuando Zyor confirma a Karim que los escorpiones gigantes eran Vytrus de las narices. Incluso una pequeña parte de mi siente algo de desilusión, pues realmente esperaba que los extraños Vytrus fueran algo más elaborado y peligroso que escorpiones gigantes...aunque claro, no me quejo. Si hubieran sido algo más elaborado tal vez ya no estaríamos todos aqui. Y también me choca la sorpresa de "Don Misiles" cuando le comento lo de mi metralleta. Todo el mundo sabe que si le disparas a algo se muere...

-Pues no tengo ni idea...la verdad es que ya no me acuerdo de nada. A lo mejor si era miembro de algún pelotón de francotiradores o vete tú a saber...no me acuerdo. Sólo se que tengo muy buena puntería. Es algo que siento.- le respondo con naturalidad a la pregunta sobre mi pasado. ¿Mi pasado? ¿Qué pasado?.- Y lo de la infección ni idea, yo no soy el médico. Aunque espero que podáis hacer algo por Epsi. Si no llega a ser por ella no habría salido del laboratorio.- sigo explicando. Es entonces cuando nuestro anfitrión parece ponerse en guardia.

-¡Eh tranqui colega! De mutantes nada ¿ves?.- le digo un poco más ofendido mostrándole claramente mi mano derecha abierta.- Cinco deditos, así que ya sabes. Nosotros simplemente salimos de allí, por eso no tenemos ni idea de que está ocurriendo en este puto lugar, ni dónde estamos ni de dónde han salido los bichos esos ni nada de nada. Yo me desperté en una especie de prisión conectado a un montón de tubitos y pasó Epsi por allí y me ayudó a salir. El resto es más o menos lo que ya sabéis. - digo volviendo a repetir que lo que queremos son algunas respuestas. Es bastante desesperante no saber absolutamente nada...ni siquiera el pasado de uno mismo.

- Así que empieza a explicar. Por ejemplo ¿qué es eso último que has dicho del 2?.- pregunto finalmente con cierta impaciencia. Ni que estuviéramos tomando el té y charlando tranquilamente joder...

Clarisse tuvo que contenerse una risilla al ver la reacción de Martin cuando Zyor los definió como mutantes, pero a diferencia de su compañero, no se inmutó por ello, cosa que le hizo pensar.

Vaya, parece que he asimilado bien esta situación. Pensó. Tal vez sea por que las emociones tras el encuentro con los vytrus han superado todo lo demás, pero no me siento tan abrumada como lo estaba cuando salimos del laboratorio.

Clarisse mantuvo su silencio, y esperó a una respuesta de Zyor a las preguntas que acababan de formular Selene y Martin.

-Oh, no, extinguidos acabaremos todos... Yo soy uno de los inmunes al veneno de esos Bichos, el 2% de la población. La mayoría que aún estamos vivos somos de esos así que podéis imaginaros que no somos muchos- escucha entonces a Martin y lo poco que se conoce a si mismo con cierto desconcierto. Resulta difícil meterse en la piel de cualquiera de vosotros, al menos para él.

-Podemos llevarla al pueblo más cercano y que allí la traten pero es muy difícil que sobreviva, sólo lo prolongaremos- informa con sinceridad respecto a la salud de Epsilon para después levantar ambas manos como si estuviera rindiéndose.
-Oye colega puedes ofenderte todo lo que quieras pero habéis sido creados en un laboratorio y al parecer han trasteado con vosotros. Si quieres que no os llame mutantes por mi vale, pero es lo que sois. Deberías mentalizarte o asumirlo cuanto antes- entonces se levanta con lentitud y se dirige a la cocina que a fin de cuentas está cerca de vuestra posición.

Hiedra aprovecha el momento para acomodarse algo mejor en el banco y entrecierra los ojos mirando a Martin como si estuviera deseando llamarle tonto o algo por el estilo. Probablemente el hecho de que se ponga a la defensiva con Zyor no le hace demasiada gracia.

-Mi padre era soldado del ejército de Estados Unidos, ¿sabéis?- dice de repente vuestro anfitrión mientras enciende los fogones y empieza a sacar cosas de los cajones, al parecer con toda la intención de preparar algo de comida -Le enviaron a esta mierda de planeta para reconocerlo antes del exilio masivo y siempre me repitió que aquí no habían bichos, que tuvo que pasar algo. Siempre culpaba a los del laboratorio... y evidentemente todo el mundo creía que estaba chalado. Yo ya no sé ni qué pensar y supongo que ya no sirve de mucho pero espero que no acaben saliéndoos tenazas, sería una pena- añade esto último mirando a Selene y a Clarisse con una sonrisa que por suerte no resulta lasciva, sólo burlona.

Karim habia escuchado todo con tranquilidad. Pues cada cosa, aunque inconexa con la realidad que estaban viviendo le ayudaba a entender mejor la situacion.

Habia muchos detalles que sumar. Lo de que eran mutantes, seres especiales, o hijos de un laboratorio hacia mucho que lo habia asumido. Igual que habia decidido seguir comportandose como lo hubiera echo en su vida ficticia. Y asi lo iba a hacer constar.

Bueno, esta claro que somos hijos de las probetas. Pero me gustaria que nos vierais como personas normales. O todo lo normales que podamos ser. Me da igual ser mutante, siempre que no me parezca a un langostino gigante.

Lo que se, es que durante toda mi vida en aquella proveta vivi un monton de cosas, como un tal Karim Sebastian Oswald Cerna. Americano, y especialista en escenas de riesgo. Tuve familia y amigos. Y aunque nada de eso fuera real, pienso comportarme como si realmente hubiera pasado.

Eh olvidado muchas cosas ya, desde que no estoy en aquel tanque de proteinas. Pero tengo claro que no voy a hacerme llamar Alpha. Sino Karim.

A Epsilon la llamamo Epsi, porque jamas  a dicho su verdadero nombre, quizas a renunciado a el, quizas ya no lo recuerda, no me gusta meterme donde no me llaman.

Karim se puso en pie y miro a sus hermanos a la cara. Veia sentimientos encontrados, fustraciones, desconcierto, y algunas cosas mas, que no estaban tan a la vista.

La realidad es que para mi, ahora esta gente son mis hermanas y hermano. Todos tenemos aptitudes, poderes o habilidades que desafian la logica.

Dijo mirando a Hiedra y la espalda de Zyor.

Pero la unica verdad sobre todo esto, es que estamos asustados. Esa es la verdad. Phoena solo nos aviso de canibales, y bichos complicados de matar. Si es verdad que no nos costo tanto, es cuestion de echarle huevos, o puede que tengamos habilidades que no conocemos, eso no importa.
No sabemos nada de este mundo. E imaginate si para ti es complicado pensar en que podamos ser defectuosos, el trauma que puede ser para nosotros pensar que podamos tener un fallo y pasar, cualquier cosa con nosotros.

De echo, hasta que lo has dicho, pense que habian pasado varias generaciones desde que los humanos llegaron a estas roca, una roca de la que ni siquiera sabemos el nombre. Yo tambien soy, era, o no se, me siento de los USA.

Y puede que tu padre fuera un chalado, o un verdadero profeta. No te ofendas. Pero lo unico que tenemos en menta ahora, es seguir vivos el tiempo suficiente para entender que esta pasando aqui. Y con suerte, salvar a nuestra hermana saltarina, solo siento que no haya nada que podais hacer para ayudarnos.

Karim se acerco a la puerta del vagon que llevaba a las habitaciones, queria ir a ver a Epsi. Pedirle perdon por no poder ayudarla, por no poder hacer nada mas por ella.

No habia resentimiento en sus palabras, solo una desgarrada tristeza, cosa poco habitual en el. Como si la realidad le pegara puñaladas en el costado, sin que nadie lo notara. Karim no se quejaba, de nada. Ni de sed, ni de hambre, ni de sueño, ni cansancio.
Pero era humano de todas formas.

-Vaya... Dijo Clarisse con un tono de tristeza en su voz, cuando escuchó lo que Zyor decía sobre el estado de Epsilon. Eso que dices no es nada bueno. Supongo que debemos creerte, al fín y al cabo llevas tiempo viviendo este infierno y sabes muy bien con lo que tratamos. Pero aún así, me niego a quedarme de brazos cruzados, y prefiero hacer todo cuanto sea posible por ella.

Por mucho que desconfíe de Epsilon o Zyor, siguen siendo personas, y no podemos dejar morir a esa mujer sin hacer nada para evitarlo. Pensó Clarisse con una mezcla de frustración ante lo que Zyor vaticinaba que le ocurriría a Epsilon, y luego la recorrió un escalofrío cuando el hombre mencionó las tenazas creciéndoles.

-Bueno, de momento no nos ha crecido nada, así que manténgamonos en lo que conocemos. Dijo. ¿Qué más sabes de esos laboratorios? Conocimos a una mujer allí que nos contó algo sobre lo que nos ha sucedido, pero intuyo que aquí hay bastante más miga, eso que dices que contaba tu padre no me parece tan descabellado viendo lo que somos nosotros, y de donde hemos salido.

Clarisse esperaba que Zyor fuera capaz de darles algún dato más, ya que el hecho de que aquellas criaturas no fueran originarias del planeta en el que se encontraban no se le había pasado por la cabeza, y lo que Zyor decía que contaba su padre, era una opción que a esas alturas, estaba muy dispuesta a considerar como cierta.

-Tienes toda la razón, los pocos supervivientes que quedan, o al menos su gran mayoría, están demasiado acojonados o locos para plantar cara a esas cosas y cuanto más se tarde más difícil será... Por eso todo el mundo se ha resignado ya- resopla al parecer algo frustrado y oléis como empieza a freír algo que sea lo que sea parece delicioso, parecido a las patatas de "toda la vida".

-¿Este estercolero? Los eruditos lo bautizaron como Avalon aunque creo que de eso tiene poco- se encoge de hombros y mira de reojo como Karim cruza al otro vagón, cerrándose las puertas tras de él.

-Soy soldado, no científico. Cuando lleguemos al pueblo podrás hablar con el médico y quizá pueda decirte algo más alentador que yo, lo siento- responde a Clarisse ante la insistencia entorno al estado de Epsilon y poco después empieza a llenar varios platos metálicos algo más rallados y sucios de lo que deberían.

-La verdad es que todo lo que se hacía allí era top secret, sobretodo al principio que era cuando las cosas en teoría les funcionaban de verdad. Se rumoreó más de una vez que habían habido accidentes y escapes de agentes tóxicos pero se quedó en eso, en rumores. En las colonias teníamos demasiado trabajo explorando y rehabilitando una forma de abastecernos como para prestar atención a esas habladurías- deja entonces delante de cada uno un plato que parece estar compuesto por algo parecido a las patatas pero de un color rojizo y unas pequeñas bayas o legumbres amarillentas. No huele mal aunque el aspecto resulte un poco pintoresco pero no parece que os vaya a dar cubiertos.

-Sea como sea al cabo de un tiempo sí se confirmó que esos rumores eran ciertos porque pasaron 2 meses sin noticias de ellos y cuando un equipo fue a explorarlo estaba todo patas arriba y lleno de cadáveres, más o menos como os lo debéis haber encontrado vosotros. La civilización ya era entonces un caos debido a la falta de recursos pero sin una esperanza a la que aferrarse la violencia y los suicidios se multiplicaron todavía más así que ahora apenas se pueden contar cuatro o cinco asentamientos en todo el planeta con menos de un centenar de personas en cada uno. O eso creo- toma asiento con un suspiro de cansancio y rodea con uno de sus amplios brazos a Hiedra, que empieza a adormilarse tranquilamente.

-Si queréis preguntarme algo más adelante, pero pronto tendremos que ponernos en marcha de nuevo- avisa con toda la intención de limitarse a dejaros comer tranquilos.

Mi frustración va en aumento según llegan a mis oidos las palabras de Zyor, y no es precisamente porque nos esté llamando mutantes y dejándonos claro que no somos más que hombre-probeta, sino porque está dando practicamente por perdida a Epsilon. Al parecer Karim siente lo mismo y tras unas emotivas palabras sale de la habitación para ir a ver a Epsi. Por unos segundos me planteo ir detrás de él, pues gracias a la chica que se debate ahora entre la vida y la muerte estoy en esta especie de camión, sin embargo al final me quedo donde estoy por dos razones: No tengo fuerzas para verla en ese estado y la otra es que supongo que Karim querrá estar un rato a solas.

Cuando nuestro anfitrión vuelve a dejar de hablar me levanto y golpeo ligeramente una de las paredes metálicas con el puño.

- Joder, genial...estamos jodidos. Perdidos en un planeta dejado de la mano de Dios, con apenas cuatro gatos viviendo en él y un montón de bichos gigantes que quieren matarnos. Y encima Epsi está más jodida que todos nosotros. Siendo optimistas estamos completamente jodidos. Genial.- maldigo dando patadas al aire y gesticulando exageradamente a la vez que "resumo" nuestra situación con ironía.- Casi hubiera preferido quedarme en mi anterior vida. Apenas recuerdo nada pero al menos se que vivía en una casa en la ciudad. Civilizción, agua potable, insectos de tamaño lógico...ya me entendéis. Buuuf...- resoplo y me quedo callado durante unos segundos hasta que decido volver a hablar esta vez más serio.- ¿Tenéis algún plan?. ¿Se puede salir de este planeta? ¿o nos quedaremos aqui eternamente sobreviviendo a base de procrear y matar bichos hasta que el virus nos mate a todos? Y otra pregunta que me ronda la cabeza desde hace rato...¿por qué traeis a una niña pequeña de expedición? ¿No es muy peligroso para ella?. Aunque está claro que el planeta en si es peligroso...- termino preguntando más a Hiedra que a Zyor. No empiezo a comer. No antes de que me responda...a pesar del hambre voraz que tengo, que prácticamente me empuja a lanzarme sobre mi plato como un animal. Pero con fuerza de voluntad me contengo. Primero quiero escuchar las respuestas.

Karim abre con cuidado la puerta de la habitación donde esta Epsi, como si temiera despertarla con el ruido que producía al moverse.

Pasó y se sentó para mirar a la joven convaleciente. Las pústulas seguían ahí, veía como sudaba a mares, la enfermedad estaba acabando con ella, lentamente. Nadie debería de morir así nunca.

No es que fuera un guerrero, ni un Héroe, pero creía que su compañera se merecía vivir de otra manera. Luchando contra algún bicho gigante, o siendo reina de una competían de esquí galáctico. Pero no enferma en una cama de una tartana cochambrosa.

Se sentía culpable, esa era la verdad. Se sentía culpable y aun no sabía muy bien porque. El no había infectado a la chica, había estado en el mismo lugar que ella, y le habían salpicado las mismas babas y cosas asquerosas que a ella. Sin embargo, hubiera preferido ser él el que se encontrara en aquella cama.

No soportaba ver sufrir a los demás. Suponía que toda su vida había sido así. Y si no, decididamente era algo que estaba aprendiendo de sí mismo a marchas forzadas. No toleraba el sufrimiento de la gente que le importaba.

Cerró los ojos y junto las manos. No era un tipo especialmente religioso, y con todo lo que sabía ya de aquel mundo estaba convencido de que no existía un dios que los cuidara. Aun así oro, mas por el que por cualquier otro ser divino.

Dame fuerza para soportar la perdida de aquellos a los que quiero.
Dame fuerza para encontrar una cura para ella, y salvarla.
Dame fuerza para usar mi sangre y mi vida para aquello para lo que me programaron, para curar el cáncer de este planeta.

En una parte muy profunda de su cerebro, incluso se rio de sus propias reflexiones mentales. Pero aquella idea le dio ánimo, y un poco de fuerza.
Según sabia, los habían programado para ser libertadores, para acabar con los males que afligían aquel lugar.

Y eso era una locura, un hombre, bueno, un grupo de hombres y mujeres no podían tener semejante carga sobre los hombros. Sin embargo era a lo que creía que Zyor y Hiedra se dedicaban, no solo a sobrevivir, sino a cazar aquellos seres.

El debía de tonar una decisión sobre su destino. Sabía que estaba en el salvaje oeste de un futuro que le era extraño, pero debía hacer todo lo posible por cambiarlo. El peligro de la muerte, era constante, de hecho había vivido con él desde que despertó en aquella cámara del laboratorio.

Un mundo cruel, necesitaba de tipos con agallas. Seria el capaz de soportar perder más gente, de soportar lo que fuera preciso para lograr el bien común, aunque nadie jamás le diera las gracias.

Aquella pregunta rondo su mente. Abrió los ojos, Epsi, a pesar de estar enferma, muriéndose, parecía tranquila. Ella había visto ya el otro lado, aun luchaba por sobrevivir. No podía tirar la toalla. No debía tirar la toalla.

Epsi, hare todo lo que esté en mi mano para ayudarte, sea salvándote la vida, sea honrando tu muerte. Pienso acabar con todos los bichos del planeta, pienso conducir a la humanidad al lugar que les pertenece. Es una promesa.

Karim salió de la habitación cerrando tras él. Había pasado un buen rato. Volvió a la primera cámara para beber agua. No podía seguir negándose las cosas mas básicas, debía estar fuerte para luchar por la humanidad.

Bebió tranquilo. Se dio cuenta de que llevaba tiempo fuera, quizás Clarisse o Selene estuvieran preocupadas por él. Seguro que Martin también. Debía volver. Y tenía una idea rondando su cabeza que quizás no fuera otra cosa más que una locura.

Para consuelo tuyo, aunque sea leve, Epsilon ya no está tan sudada como hace minutos atrás. Al parecer el mejunje que preparó Clarisse ha sido efectivo y cuando le pones una mano en la frente compruebas que está caliente, sin duda, pero no ardiendo y eso debe de ser buena señal.

Aprovechas la calma y el silencio del lugar para reflexionar, secar un poco el sudor de tu hermana para que esté lo más cómoda posible y finalmente efectúas una promesa que piensas cumplir cueste lo que cueste.

Empiezas a levantarte de la desgastada silla que cruje ante tu movimiento cuando sucede algo que desde luego no esperabas, Epsilon empieza a abrir los ojos como si le costara algo de esfuerzo y se te queda mirando.

-¿Karim...?, ¿dónde estamos...?- su voz suena mucho más débil de lo normal pero está consciente y por el momento no parece delirar ya que incluso te recuerda.

Karim sonrie, una sonrisa leve, como si estuviera mas muerta que viva, pero sincera.

Estamos en algo parecido a casa. Hemos encontrado mas gente, gente que nos ayudara a luchar contra esas bestias chungas que nos seguian.
Es dormido un buen rato y te has perdido bastantes cosas. Pero por el momento estamos a salvo, tienes mi palabra.

El hombre agarraba con firmeza y delicadeza una de las manos de su compañera. No queria preguntarle como se sentia, ni hacer ni el mas minimo comentario sobre su estado de salud, porque hablar de ello le romperia el alma en mil pedazos.

Me entristezco mucho ante las palabras de escasa esperanza para con el estado de Epsilon y tras escuchar las palabras de Karim considero el acompañarle a ver a la pobre mujer a quien llevo portando gran parte del día sobre mis hombros, sin embargo finalmente no lo hago. Creo que la inquietud y la curiosidad por saber más, por escuchar lo que Zyor pueda decirnos de todo lo que me rodea, puede conmigo y con mi vena materna.

Miro a unos y otros según van pisándose con frases sobre el pasado, presente y posible futuro del planeta sobre el que estamos y mis ánimos van desinflándose a grandes zancadas. Poco me queda por decir, incluso por una vez me siento identificada con las palabras de Martin, con su manera de expresar su rabia y su frustración, a su manera...
No se me ocurre nada más que añadir ante las preguntas de Clarisse, más preocupada en estos momentos por el estado de Epsi y sin tratar de ocultarlo, y las de Martin pensando en las posibles escapatorias.

Casi toda la gente que sigue viva está loca o asustada... pero nosotros hemos visto que tenemos unos dones especiales que nos pueden ayudar contra esos bichos, ¿por qué morir antes que intentarlo? pienso dispuesta a abrir la boca y decirlo en alto cuando Martin se me adelanta.
¿Salir de este planeta? ¿Y a dónde vamos a ir si la Tierra ya no existe? pienso agachando la mirada. Cuando vuelvo a alzarla me encuentro de frente a Hiedra, quedándose dormida entre los brazos del grandullón y me pregunto cómo una niña pequeña puede sobrevivir a lo que se nos está contando. Pero Martin ya ha preguntado por mí sobre eso también así que me quedo mirándola fijamente, esperando respuesta tanto de Zyor como de ella mientras me dispongo a comer lo que tengo en mi plato.

Menos mal que bebiendo agua de los bidones me limpié algo las manos... pienso dándome cuenta de que tendré que comer con ellas pues no veo indicios de que haya cubiertos.

-Bien... me alegro de que vaya a tener la ocasión de charlar con alguien que sepa más del tema que me concierne. Le dijo Clarisse a Zyor. Tal vez me ayude a comprender mejor la situación en la que nos encontramos frente a esas cosas, y el planeta que nos rodea.

La mujer escuchó con atención las siguientes palabras de Zyor, mientras la comida era servida, y lanzó una mirada de curiosidad cuando esta estuvo dispuesta frente a ella y se percató de que les iba a tocar comer con las manos.

-Pero, por lo que parece, aún con lo que pasó en esos laboratorios, la gente no tuvo ningún reparó en entrar en ellos con el proposito del saqueo y el pillaje. Me sorprende que viendo lo que hemos visto hoy, los que entraron allí tuvieran redaños para hacerlo. Nosotros mismos nos encontramos con una mujer cuando salimos de las probetas, y por muy dura y fuerte que pareciese... no se, me cuesta creer que haya habido gente capaz de arriesgarse a investigar y saquear aquello. La curiosidad humana es increiblemente grande... o ahora que lo pienso, tal vez sólo se tratara de supervivencia ¿No es así? Cuando hay necesidad, podemos hacer cualquier cosa, incluso entrar en lo que podría muy bien ser la guarida de unos escorpiones del tamaño de un camión.

Mientras hablaba, Clarisse había tomado una de aquellas rojas patatas con los dedos sin mirar a nadie, y la olía y probaba con pequeños bocados, saboreándola poco a poco.

La comida que tenéis en los platos no está tan sabrosa como la que recordabais pero al menos tampoco está mala y en cuanto empieza a llenaros el estómago seguís comiendo casi por inercia. Quizá eso os dé energías renovadas y algo más de ánimo.

-Que yo sepa no queda nadie con el suficiente dinero o conocimientos como para reparar ninguna nave y de todas formas la única que más o menos sería útil es la que está en Washington y resulta que es de corto recorrido. Por aquí cerca no hay ningún planeta viable- tras responder Zyor se queda mirando a Martin pensativo, como si la verborrea del recién llegado le estuviera dando algún tipo de idea o quién sabe qué.

-Hiedra ya nació aquí y la única parte positiva de eso es que al no haber conocido nada más este sitio no le resulta tan terrible- mira a la pequeña con una expresión más suave de lo habitual en él -Intenté dejarla en unos asentamientos un par de veces pero fue imposible, se coló por el interior del coche. Le cuesta confiar en la gente- no podéis evitar pensar que probablemente las reticencias de la niña sean justificadas dado que casi todo el mundo parece seguir la ley del más fuerte.

-Tú misma te has respondido, la desesperación a veces se apodera de algunos supervivientes o quizá es que simplemente sean los más locos- responde después a Clarisse torciendo una sonrisa burlona y añade -La verdad es que una vez intenté reunir a algún grupo de gente para intentar algo, pero es tan peligroso que no conseguí absolutamente a nadie- se calla entonces produciendo algo de expectación y al distinguir las miradas interrogantes decide explayarse algo más.

-El problema de este planeta son los Bichos, ¿de acuerdo? En teoría si somos capaces de destruir su nido principal tendremos el suficiente margen para acabar con ellos sin tantos problemas, al menos teniendo en cuenta que la mayoría ya somos inmunes a sus toxinas, la pega es que probablemente sería un suicido- no parece tener muy claro cuando algunas cosas no quieren ser escuchadas, Zyor es del tipo de personas que suelta todo lo que piensa sin pensar en las consecuencias. Puede que por eso no haya encontrado voluntarios.

-¿En serio?, ¿y no están locos?- pregunta con cierta incredulidad y asombro cuando la informas sobre la situación de una forma muy general.
Después se queda mirando el techo metálico pensativa, o quizá sólo cansada, hasta que le sujetas la mano y te dedica una débil sonrisa.

-Anda ayúdame grandullón. Parece que me haya atropellado un tren- comenta quitándole importancia a su estado real mientras se esfuerza en incorporarse apoyándose un poco en tu amplio brazo.
Una vez sentada se tambalea un poco hasta que deja la espalda apoyada en la pared y suspira hondamente mirando alrededor.

-Bueno, podría ser peor. Al menos no hay ratas. ¿Te imaginas el tamaño que tendrían?- pregunta de forma retórica al recordar a los escorpiones gigantes. Después empieza a mirarse las ampollas de los brazos frunciendo el ceño. Es evidente que resulta desagradable incluso para ella.

-Qué... ¿qué es esto?, ¿habéis hablado con los que os han ayudado?- te pregunta mostrándose bastante preocupada a pesar de que estás seguro de que intenta contenerse.

-Pues... ñam,... glomf... fara fer tan feligrofo, allí ya han faqueado todfo lo que fe podfía y maf... Dijo Clarisse lanzando al aire algunos perdigones de comida. Cuando se percató de ello, paró de comer, y tragó antes de volver a hablar.

-Perdón, creo que tenía más hambre de la que pensaba... se disculpó. Decía que que en el laboratorio no quedaba gran cosa, creo que tuviste mala suerte reclutando, por que no parece que por allí hayan pasado pocas personas. Dijo. De todas formas, lo que es seguro es que ahora ya, no pasará nadie más.

Clarisse volvió a comer un poco más y luego comentó lo que Zyor dijo que acabar con los vytrus.

-Si todos los medios que quedan en el planeta son como lo que hemos visto hasta ahora, entiendo que sea complicado, y hasta suicida. Parece difícil que nadie vaya a arriesgarse a eliminar esas criaturas y que cada cual se limite a sobrevivir todo lo que pueda. Comentó. Es complicado que suceda, pero a no ser que aparezca un líder lo suficientemente carismático como para unir a la gente, y hacer que todos lo que aún quedan en este mundo se unan para eliminar la amenaza... la cosa no cambiará e irá a peor.

Hablaba como si la cosa no fuera con ella, y en cierto modo así era. Los problemas que Clarisse y sus hermanos tenían, de momento estaban por encima de aquellos seres según su perspectiva de las cosas, y mientras no se acomodaran como buenamente pudieran a aquella nueva realidad, no podían siquiera plantearse combatir a aquellos seres.

Pero llegará el momento... Pensó. Algo me dice que llegará, si queremos prosperar en este planeta.

Eso, se supone que es la enfermedad de los Vitrus. Estamos intentando buscar una cura, pero por el momento no sabemos cómo hacer que desaparezca.

Karim no quería mentirle, ni siquiera se lo planteaba. Decía las cosas con todo el tacto que podía pero no mentiría a una compañera en ese estado.

Ahora mismo están deliberando. En cuanto yo vuelva nos pondremos en marcha para buscar algún remedio.

No sabía que decir, la verdad es que consolar a un enfermo le costaba más de lo que había pensado. Tenía un buen puñado de sentimientos arremolinados en su corazón, y sin embargo, no era capaz de expresarlos o controlarlos. Era una situación complicada y estaba tenso.