Partida Rol por web

El pequeño paseo hasta el Saloon le sentó bien a Clarisse. De hecho, estar en aquel lugar paseando con total tranquilidad empezaba a dejarse notar en el ánimo de la mujer, que si bien no podía alejar la sombra de su situación de la cabeza, sentía que la ayudaba a asimilar aquello en lo que se encontraban metidos.

No queda más remedio que aceptar todo esto y vivirlo lo mejor posible. Cada vez son meno slos recuerdos que me quedan en la memoría que nos fue implantada. Pensaba mientras se acercaban al lugar.

Cuando entraron, Karim se encargó de hacer la pregunta, y miró al lugar que señalaba.

Sí, probáblemente sea él... Pensó al ver al hombre, y al hacerlo, se movió para asegurarse de que la botella que llevaba en la mano quedaba bien a la vista de aquel tipo.

- Exacto.- digo recalcando lo dicho por Selene. Hemos venido sin rodeos hasta aqui y no quiero perder ni un segundo de nuestro tiempo. De hecho, por el bien de Epsi, debemos darnos la mayor prisa posible.- Es decir, Epsi está realmente jodida, y no tenemos más alternativa para salvarla que bajar ahí y traer unos cuantos litros de sangre de escorpión gigante. Y por otro lado tú querías hombres valientes, fuertes y con un mínimo de inteligencia para ir al nido de esas cosas y volarlo por los aires. Así que, nos presentamos voluntario. Bajamos ahí, matamos a los bichos, conseguimos el antídoto para Epsi y nos convertimos en héroes. Todos contentos.- digo sin pizca de ironía. Aunque parezca mentira hablo completamente en serio.

- Pero claro, apenas tenemos nada, y la única que puede luchar contra esas cosas con sus puños es ella.- inclino la cabeza en un rápido movimiento para "señalar" a Selene.- Es decir, hemos venido para pedirte armas...Si es que pudieras dejarnos alguna. No tenemos una manera más rápida para conseguirlas, y por cada segundo perdido Epsi se nos muere. Y pase lo que pase nostros vamos a bajar ahí...no creo que queráis perder a los únicos humanos con poderes lo suficientemente loco como para ir a por los vytrus así como así ¿no?.- espero que comprenda la importancia de nuestra "misión", aunque en realidad sólo intento meterle un poco de miedo para que no se lo piense demasiado. De todas formas tampoco pienso echarle en cara que nos negara esas armas. Después de todo ya han hecho mucho por nosotros.

El barman parece enmudecer tras comprobar que no estáis dispuestos a perder el tiempo ni a pedir nada, de hecho incluso frunce el ceño como si de repente empezarais a resultarle sospechosos o algo por el estilo.
Se limita a asentir a Karim cuando éste señala al tal Wan y sentís su ojo pegado a la nuca mientras os alejáis de la barra para acercaros hasta la mesa en cuestión.

Se producen unos pocos segundos de nada hasta que Clarisse mueve con sutilidad su botella y el anciano oriental, debe llegar como mínimo a los sesenta o incluso setenta, levanta la cabeza y observa el líquido elemento con curiosidad antes de miraros a vosotros.

Sus ojos ya son rasgados de por si pero igualmente los entrecierra como si pretendiera enfocaros mejor antes de dejarse caer apoyado en el respaldo de su silla, el cuál se queja con un peligroso crujido de la madera.
-¿Qué llevas ahí jovencita?, ¿quieres comerciar con el viejo Wan?- pregunta con algo de acento mientras lleva su mano diestra al bolsillo de su pantalón.

-¿Los túneles del viejo metro...?- pregunta mirando a ambos entre aturdido y sorprendido, intentando asimilar todas las ideas y peticiones que vais proponiéndole con la mayor rapidez posible. Es evidente que para él resulta toda una novedad que sean otros los que propongan una misión suicida.

-Necesitaréis algo más que armas para moveros por allí abajo. Para empezar linternas y fuentes de luz, algo de provisiones, algunas cuerdas y evidentemente máscaras de gas. Eso será lo más difícil porque ya no quedan muchas servibles...- se mesa la barbilla pensativo y levanta la vista a algún punto de la colonia que no podríais concretar debido a la muralla de chatarra que se levanta cerca de vosotros.

-Aunque consigamos todo eso los túneles son un puto laberinto lleno de bichos, ya nos cuesta controlar que no lleguen hasta aquí... Los únicos que consiguieron ir hasta ese sitio y volver fueron Wan y mi padre, pero el chino está demasiado borracho para servir de algo- dice esto último con un tono de desprecio algo más marcado de lo que esperabais pero si ese tal Wan era conocido de su padre quizá haya riñas personales de por medio.

-Me encantará acompañaros e intentarlo pero no sé si podremos tenerlo todo listo a tiempo- admite mirando de reojo a Hiedra, la cuál da un respingo y se pone a jugar nuevamente con el perro como si no hubiera estado escuchando toda la conversación.

Sonrío notablemente al ser nombrada por Martin como la única que puede machacar a esos bichos a puñetazos pero no creo estar tan loca como para acercarme tanto a ellos si puedo evitarlo, aunque me alegra saber que hay quien confía en mis habilidades...

Sin embargo, la respuesta de Zyor, clara y concisa, baja un poco mis humos respecto a cuán fácil podía ser esa aventura a contrareloj para salvar la vida de Epsilon y de mucha gente más. Cuando el hombretón nombra a ese tal Wan me adelanto un poco esperando a que termine de hablar para tomar la palabra de nuevo:
- Sobre lo de Wan ya nos habló el doctor y ahora precisamente Karim y Clarisse deberían estar hablando con él... o sobornándole. - río un poco al decir esto último recordando las últimas palabras de la rubia.- Será un placer contar contigo si finalmente podemos llevar a cabo esa expedición. Supongo que es una buena oportunidad para averiguar más sobre lo que tu padre te contó.

Ahora el caso es dónde encontrar todas esas cosas que él ha dicho que necesitamos. Yo no tengo ni pajolera idea así que me callo esperando un comentario acerca de ello por si puedo ayudar a recolectar algo.

Las palabras de Zyor me hunden un poco. Por alguna razón había pensado que simplemente nos daría las ramas y lo que necesitábamos sin más, y en dos minutos estaríamos en los túneles. Pero la realidad es que no era tan simple como eso. Incluso hay cosas que es posible que tardemos mucho en conseguir como las máscaras de gas. Sin embargo no nos podemos dar por vencidos. No mientras tengamos tiempo.

-Bueno, pero tenemos que intentarlo, al menos mientras Epsi siga viva.- respondo decidido.- Sólo necesitamos organizarnos para no perder tiempo. Y si es necesario me llevaré al tal Wan atado y a rastras pero tenemos que intentarlo.- digo casi suplicando a Zyor que no nos deje ahora.-¿Qué me dices?. En el peor de los casos estaríamos listos para bajar ahí y machacar unos cuantos bichos que es lo que todo el mundo quiere. Vamos. Sólo tendrás que encargarte de las armas, las linternas y las provisiones. DE las máscaras si quieres me ocupo yo. Aunque tenga que patearme todo este poblado para encontrarlas. ¿qué dices?- pregunto finalmente esperando que su respuesta es que se nos une. Si conseguimos que Zyor nos ayude la mitad del trabajo estará hecha. El resto dependería de Clarisse y Karim y la repsuesta del tal Wan...

-Así que tú eres el viejo Wan. Clarisse apoyó la botella en la mesa sin soltarla. Nos han hablado de tí y tenemos interés en charlar contigo, y esto no es más que lo adecuado para que no se sequen las bocas cuando se tiene una charla con alguien.

La mujer sonrió picarónamente, sin bien la sonrisa estaba lejos de tratar de ser seductora, y se limitaba a mostrar complicidad con el viejo.

-¿Qué te parece una charla entre desconocidos? Somos nuevos aquí y nos han dicho que no hay nadie mejor que tú para enterarse de las cosas en este lugar. Aunque no se si estará bien visto que nos traigamos nuestra propia bebida al local, y este ambiente me sofoca, ¿Querrías hablar con nosotros ahí fuera por un buen trago?

Clarisse era consciente de que eran el centro de atención del local, y prefería mantenerse alejada de oidos ajenos. No es que tuvieran nada que ocultar, pero dado el lugar en el que habían despertado, algo le decía que nunca estaba de más no escatimar en pasar desapercibido.

Barry miro con cierto desconcierto a su compañera. No la veía tan autoritaria y decida desde, bueno no sabía desde cuando, pero era una sensación refrescante.

Sin embargo, tenía claro que dada la proposición que ella había hecho al viejo Wan, si el decía algo sobre salir, iba a parecer en toda regla un intento de intimidación.
Era consciente de que a pesar de que no era ni el más grande ni el más fuerte del lugar, no parecía en ningún momento una hermanita de la caridad, sino más bien todo lo contrario.

Ese tipo de cosas solían ocasionar que la gente pensara nada más verlo que venía buscando bronca. Y sin embargo, era por norma lo más alejado de la realidad.

Así que para suavizar la proposición e intentar colaborar con su compañera, se dedico a mirar al borracho con una sonrisa.

Sin hacer ningún gesto visible, que pudiera denostar que querían llevárselo de allí a la fuerza. Cosa de la que no estaba seguro. Aunque si debía de ser sincero consigo mismo, tampoco tenía muy claro el motivo de la conversación. Si aquel hombre debía de saber cosas, suponía que sobre el nido de Bichos que podía ser la salvación de Epsi, pero como podía ayudarlos, Zyor también lo sabía, y seguro que estaba mucho más dispuesto a colaborar con ellos. O al menos eso le gustaba creer.

Incluso en ese punto, si él fuera el viejo Wan, y viniera gente desconocida a buscarlo por mucha botella que llevaran preferiría no salir de un sitio conocido, y en el que evidentemente se sentía seguro. No obstante, todo podía pasar, por raro o extravagante que pudiera resultar. Era algo que había aprendido a base de encontronazos con alacranes gigantes, y recordaría esa lección así como algunas otras ya para toda la vida.

Zyor se queda callado y pensativo un rato, como si pretendiera calibrar las posibilidades o simplemente el próximo paso a dar pero está claro que vuestros razonamientos y sobretodo vuestra obstinación a pesar de los peligros le agradan. Probablemente hacía tiempo que no trataba con nadie dispuesto a una locura de tal calibre.

-Está bien, yo me encargo de las provisiones, las herramientas y de dejar a Hiedra en el Almacén. Vosotros os encargáis de convencer a Wan para que nos guíe y de esas máscaras. Son bastante caras y quedan pocas, creo que los únicos que las usan son los tíos que vigilan los túneles y para acceder a ellos tenéis que pasar por la casa del jefe- señala entonces la chabola en cuestión, algo más grande que la mayoría y a nivel de suelo pero igual de destartalada. Lo que de verdad llama la atención es que no hay ningún tipo de cartel o distintivo en ella.

-Voy a configurar una cuenta atrás... a partir de ahora vamos a contrarreloj si queréis salvar a la chica- os observa con expresión seria y tras toquetear su reloj de muñeca digital asiente a modo de conformidad, metiéndose de inmediato en el vehículo para empezar a preparar lo que él cree necesario.

El anciano os observa con desconfianza, entrecerrando uno de sus ojos, lo cuál le da una expresión de lunático borracho bastante poco recomendable pero poco intimidante. De hecho estáis bastante convencidos de que Karim podría tumbarle con un sólo tortazo.

-¡Claro porque no!- espeta de repente animadamente, dando unas palmadas en la mesa que se tambalea peligrosamente para seguidamente hacerlo él al levantarse, acabando por toparse con el corpulento cuerpo de Alpha -Uy, disculpa amigo, hehe- se endereza lo mejor posible y tras estirar su arrugada y mal abrochada camisa os sigue hasta el exterior del Saloon despidiéndose del barman con un movimiento de cabeza.

-¡Aire puro...!- inspira aire sonoramente y entonces pone los brazos en jarra -¿Sabéis qué? Por poca gente que se pasee por aquí todos nos conocemos entre nosotros y el perímetro está vigilado para evitar que entren esos bichos. Seguro que habéis visto a Carl y José en la puerta cuando os han dejado entrar- después de esa declaración se gira hacia vosotros y sonríe confiado -Después de aclarar este punto creo que podemos brindar.

Sin detalles, y para ir abreviando.
Tenemos una amiga que ha caído bajo la enfermedad de los Bichos esos después de que nos cargáramos a una docena.

El médico dice que hace falta asaltar una colonia, y parece que usted sabe donde está. Necesitamos su ayuda, un gesto altruista que puede que quede sin premio, pero que es necesario.

Karim no sabía todos los detalles, pero quería poner la mente de aquel hombre a trabajar lo antes posible. Se había limitado a informarle de lo que estaba pasando. Y estaba seguro de que Clarisse acabaría sus comentarios con algunas preguntas.

Y a él le interesaban tanto las preguntas como las respuestas. De hecho, quería saber muchas cosas, cosas importantes. Pero tendría que esperar a encontrar a la persona adecuada para responderlas.

Wan, aunque debía de haber sobrevivido a muchas cosas para llegar a su edad, lo que se traducía en que era un hombre duro tanto por dentro como por fuera, parecía ser conocedor de primera mano de las miserias que este planeta podía ofrecerles.

Sin embargo no tenía claro que pudiera explicar como habían llegado los humanos a aquel punto tan insostenible de vida. Algo tenía que haberse torcido mucho.

Asiento enérgicamente cuando Zyor, finalmente, se apunta a nuestro "plan". Además una sonrisa de satisfacción se dibuja en mi cara instantáneamente. Por lo que a mi respecta conseguiría convencer al tal Wan fuera como fuera.

-Genial. Entonces no perdamos ni un segundo. Tú ve a hacer lo que tengas que hacer que nosotros nos ocupamos de convencer a Wan, al jefe del pueblo, o a todo el mundo si es necesario.- digo convencido de nuestras posibilidades. Espero no tener que arrepentirme luego de etsas palabras. Tras eso doy media vuelta para dirigirme al saloon en el que está nuestro hombre, y además Karim y Clarisse.- Vamos Selene. Necesitaremos tus músculos si ese tal Wan se pone chulo.- añado medio en broma medio en serio. En realidad espero no tener que llegar a la intimidación para que ese hombre nos ayude.

- ¡Estupendo! - exclamo ante la aceptación de Zyor a nuestra arriesgada, y tal vez suicida, propuesta. Luego Martin toma la palabra y no me queda nada más que decir pero sonrío complacida al pensar que puede que logremos algo, puede que salvemos la vida de nuestra elástica Epsi y además ayudemos a mejorar la situación en este planeta que ahora es el único hogar que conozco. Por un momento intento recordar el olor del agua de mar, los sonidos de las olas chocado contra la arena... y me doy cuenta de que son cosas que ya he olvidado de mi ficticia vida a pesar de lo mucho que me gustaban.

Ante la mención de usar mi fuerza para salirnos con la nuestra me doy cuenta de que puedo ser alguien demasiado peligrosa como para vivir en sociedad. Controlo bastante bien mi... don, superfuerza, poder o lo que sea, pero ¿y si alguna vez me paso?
Para no entorpecer nuestro siguiente paso que es ir a ver a ese tal Wan no digo nada y me limito a medio reír a la vez que comienzo a caminar tras Martin, y mientras tanto sigo pensando en lo que mi fuerza abrumadora puede suponer en el resto de mi vida, si es que sobrevivo a la inmersión en la casa de esos bichos.

Selene y Martin ascienden hasta el saloon a través de un par de pasarelas que se tambalean a su paso. Se topan con sus compañeros y el supuesto Wan en el exterior del local donde por el momento no parece que les moleste nadie.

-Oh, una enferma. ¿Y qué quieres que haga yo? Ya lo intenté hace más de 20 años, ahora sólo soy un pobre viejo indefenso...- tras lo cuál tose exageradamente a lo dicho por Karim como si pretendiera dar lástima.

-Ay niña, seguro que un trago de eso me ayudaría a recordar mejor los túneles de los que habláis...- añadegirándose hacia Clarisse (y concretamente hacia la botella que lleva ésta en las manos) con expresión de buena persona hasta que Selene y Martin se incorporan al "interrogatorio" y da un brinco apartándose más de todos. Ya empezáis a ser demasiados jóvenes nuevos y raros para su gusto...

Clarisse sintió como un pequeño alivio en su interior al ver que el hombre aceptaba la propuesta al ver la botella en su mano. No tenía motivos para pensar que alguien pudiera estar confabulando en contra de ellos, pero seguían siendo unos extraños en un lugar que no conocían y prefería hablar cómodamente sin la amenaza de oidos ajenos en la conversación. Además, no estaba muy segura de que el dueño del local estuviera de acuerdo en que se trajeran su propia bebida al sitio, y era mejor no buscarse más problemas de los que ya tenían. Una discusión tonta con alguien del lugar, siendo ellos forasteros, era lo último que necesitaban y era en última instancia, el motivo por el que había invitado al viejo borracho a salir fuera con ellos si quería beber, con el único pago de algo de información.

Una vez fuera, decidió que no era necesario alejarse en exceso del bar por lo que dejó que se detuvo en cuanto lo consideró oportuno dejando que Karim, que no había hablado aún, iniciara la conversación.

-Claro que sí, ya he dicho ahí dentro que teniamos interés en hablar solamente a cambio de un buen trago, y estamos dispuestos a pagar nuestra parte del trato. Dijo Clarisse con una sonrisa en los labios, y tendiendo la botella al anciano en cuanto este la mencionó. Lo que ha dicho mi compañero es cierto. Tenemos entendido que se llegó a desarrollar una vacuna para curar la enfermedad derivada de la intoxicación por esporas que producen esas cosas, y eso salvaría a nuestra amiga. La idea de bajar a esos túneles no me hace ni pizca de gracia y me parece un verdadero suicidio, pero quizás con tu experiencia de aquello puedas ayudarnos de alguna forma a conseguir la sangre de esos seres más... más puros que los que hemos conocido hasta ahora, y que ayudarían a nuestra amiga. No me veo capaz de una empresa así, pero si se logró una vez, tal vez se pueda volver a hacer, aunque me siga pareciendo una locura, además de un suicidio, y lo que tú nos puedas decir de aquello que viviste, nos podría ser de gran ayuda.

Clarisse dejó de hablar al ver aparecer por detrás de Wan a los dos compañeros que faltaban y mientras este asimilaba la aparición de Selene y Martin, formuló las preguntas para no darle tiempo a ponerse a la defensiva entre tanto extraño, y que se concentrara en el premio que iba a ser la botella de alcohol si los ayudaba.

-¿Y bien? ¿Qué puedes decirnos de esos túneles, y de esas criaturas que habitan en ellos? Inquirió con toda la delicadeza que fue capaz de ofrecer ante la situación que se le presentaba al viejo Wan.

Mientras nos acercábamos al Saloon pudimos ver con claridad que fuera del local estaban nuestros compañeros con un señor mayor de rasgos asiáticos y mucha pinta de ser ese tal Wan.
Según nos fuimos acercando pude oír las últimas palabras del viejo  y comencé a caminar más despacio. Luego escuché con claridad mientras avanzaba las palabras de Clarisse y en sus palabras además de en sus ojos vi el miedo que le daba todo lo que pretendíamos hacer. Me apenaba, pero quizá ella debiera quedarse en la ciudad si lo prefería.

- Yo me quedaré aquí algo alejada de momento.- le comento en voz baja a Martin considerando que él quizá prefiera unirse al grupo.
No quise entrar en la conversación para no saturar al hombre "interrogado" así que, sin quedarme lejos pero tampoco llegar hasta su posición, detuve mis pasos y asentí ante las buenas palabras que la rubia habia encontrado al tratar con él.

Parece que, aunque no vaya a acompañarnos, al menos podemos intentar que recuerde algo del camino... Sólo espero que sus, seguro numerosas, borracheras no le hayan nublado la vista y fastidiado la memoria en exceso... aún.

Karim vio al girarse como llegaban sus compañeros, que rápido habían venido, sin duda la converación con Zyor había sido breve. 

Este es el resto del equipo...

Comento al viejo Wan cuando se acercaron. Sabia que había que ser diplomáticos y todo eso, pero tenia la sensación de que aquel hombre era un tipo sencillo, y prefería la claridad antes que cualquier cosa, bueno, excepto quizás de el alcohol. 

Son Martín y Selene, ella es Clarrisse y yo soy Karim, hemos venido en el transporte de Zyor y Hiedra. Ahora que ya sabe todo lo que necesita saber, y tiene la bebida que quería, permitame que le pida de nuevo que nos eche una mano. Es un tema serio, por mucho que pueda ser un auto-suicidio, si es que esa palabra existe claro, bueno para el caso. Necesitamos toda la información que pueda darnos, porque vamos a bajar ahí si o si. 

Karim se cruzo los brazos musculados y negros sobre el pecho, y entre abrió las puertas para coger una postura cómoda, tanto si aquel hombrecillo hablaba como si no, pensaba estar cómodo al menos hasta que se resolviera aquello. 

Para ser sincero estaba mas preocupado por lo que hubiera pasado con Zyor que lo que pudiera decirles aquel viejo. El conductor había sido un aliado, y no quería perderlo, y esa era la sensación que le quedaba en aquellos momentos. 

Veo desde lejos a nuestros compañeros Karim y Clarisse que están hablando con un viejales, que supongo que será el tal Wan. Selenne decide quedarse en la retaguardia como "grupo de apoyo", supongo, pero yo prefiero acercarme para saber qué avances han hecho, y si es necesario intentar convencer al viejo por mi propia cuenta. Sin embargo cuando apenas he podido saludar el hombre da un respingo y parece un poco contrariado ante la presencia de tanta gente, así que simplemente saludo con la mano sonriendo y retrocedo unos paso hasta la posición de Selenne.

-Si, yo también voy a quedarme auqi para no agobiar al hombre.- le digo en voz baja sonriendo algo apurado. Espero que mi "intervención" no haya fastidiado los posibles progresos de Clarisse y Karim.- Bueno, no parece que vaya mal la cosa. Si hemos tenido suerte no la habré fastidiado y si no...bueno.-me encojo de hombros y fijo la mirada en mi compañera.- A lo mejor tienes que intentar seducirlo...- añado pensativo en un tono que no deja claro si es broma o no.

Wan mira con cierta curiosidad a Selene y Martin cuando saludan y se muestran poco hostiles por lo que cuando optan por quedarse un poco apartados se relaja nuevamente y sonríe cogiendo la botella de manos de Clarisse, aunque no parece estar prestándole demasiada atención.

Empieza a mirar alrededor y tras caminar apenas un par de metros se deja caer sobre una vieja caja de madera para dar el primer trago. Parece que beba agua en vez de licor pero tampoco estáis seguros de cuan fuerte o no puede ser esa bebida.

-Bueno si no tengo que ir hasta allí creo que me costará menos recordar algo de información, hehe- comenta finalmente mesándose la barba -Veréis allí abajo encontramos unos bichos diferentes a los de aquí arriba. Por aquí la mayoría son mutantes de otros bicharracos que ya conocíamos pero aquellos no, son los originales como ya os dijo el médico, ¿no?- pega otro trago, esta vez más largo, como si realmente le hiciera falta para seguir hablando de ello.

-Son muy listos, capaces de comunicarse entre ellos y planificar tácticas. Al menos eso es lo que nos pareció. También son capaces de aprender a usar utensilios, los de fácil manejo como puertas y... pistolas- levanta la mirada y observa a Clarisse con una sombra de preocupación y miedo en su rostro. De hehco al doctora y Karim pueden apreciar como empieza a sujetarse el pantalón con una mano, nervioso.

-Hay... hay una compuerta de seguridad si conseguís llegar al final. Los túneles están llenos de esas cosas pero donde empezamos a construir la estación central están los peores, por suerte conseguimos cerrarla. La combinación es... 315... Pero necesitaréis otros 3 números. Yo ya no los recuerdo...- se frota la frente y finalmente suspira, esforzándose por relajarse un poco mientras bebe de nuevo. Empezáis a entender porque prefiere estar borracho todo el día.

-Si conseguís un mapa de los túneles creo que podría señalaros el recorrido- no parece del todo convencido pero es una buena oferta sin duda. Mucho mejor que ir a ciegas sin más...

Cada palabra dicha por aquel hombre había sido una clara advertencia de lo que podía llegar a suceder. Una impresión tan fuerte que deja a un hombre bueno, tocado de por vida. Era algo a tener en cuenta, y sin embargo, poco podía importarle, pues ya había tomado la decisión de seguir adelante pasara lo que pasara. 

Dejo que se tranquilizara un poco, y vio como la botella mermaba a una velocidad considerable. Fuera adicto al alcohol o lo que fuera, bebía de aquel extraño brebaje como si no existiera el mañana. Una vez pasados unos segundos, y sacados de su mente los dibujos de terror, que sin duda, eran producto del programa que había controlado su mente durante toda su vida, se concentro en el ahora. 

La agradecemos la colaboración. Aunque, me gustaría saber si existe la posibilidad de que encontremos el resto del código en algún lugar. Quizás alguien sepa donde esta el resto. No me apetece quedarme parado ante una puerta preguntandome cual es el siguiente numero. 

Por otro lado, seguro que Clarisse es capaz de dar con ellos, sin despeinarse. Aunque no tengo claro que quiera bajar, después de lo que acaba de oír. 

Ademas, si pudiera decirnos, donde podríamos conseguir el plano que necesita, ya seria todo un lujo. Estad usted siendo de una ayuda inestimable. 

Puede que le estuviera dorando un poco la píldora, pero que mas daba. El tipo colaboraba, incluso aunque los recuerdos le quebraran la mente de una manera tan patente. Lo menos que podía hacer era darle coba, y con suerte sacarle toda la información útil que pudieran. 

Estaba claro, cual iba a ser su próxima visita, aunque había aun una cosa que quería preguntar, no iba a agobiar a preguntas a su nuevo "amigo".