Partida Rol por web

Levanto una ceja visiblemente sorprendida por el comentario jocoso de Martin cuando este, tras ver la reacción del anciano, vuelve a mi lado sin acercarse más al trío que sigue hablando y parece estar mejor sin nuestra cercanía agobiando al hombre.

En cuanto veo la velocidad a la que el tal Wan se va bebiendo a tragos largos la botella que llevaba Clarisse como "soborno" me olvido del comentario de Martin y me concentro en seguir la conversación, aunque al no estar muy lejos no tenemos problema. En cierto modo está bien lo de que esta ciudad no sea el caótico y bullicioso recuerdo que tengo de Jacksonville, aunque también la cifra de ciudadanos es considerablemente mucho menor...

Karim parece tan decidido a bajar pase lo que pase al igual que nosotros, pienso mientras paseo mi mirada de él a Martin, a mi lado, pero Clarisse debe verse realmente en peligro... aún así espero que nos acompañe y, si las cosas se ponen difíciles, seguro que es lo bastante lista como para poder salir sana y salva.

Intento sonreír a la rubia cuando esta me mira en alguna ocasión para que en mi rostro vea la complicidad y la seguridad que quiero transimitirle. Al grandullón no le hace falta tanto como a ella y está claro que el borracho de turno no va a acompañarnos.

¿Cómo? ¿He oido bien? Pensó Clarisse. ¿Este viejo acaba de decirnos que los monstruos que habitan esos túneles son lo suficientemente inteligentes como para manipular armas? Como si enfrentarnos a escorpiones gigantescos no fuera ya suficiente problema. Tal vez esas cosas no tengan el mismo tamaño, pero lo que dice este viejo no es nada halagüeño.

A la mujer se le pusieron los ojos como platos al reaccionar ante lo que escuchaba de aquel viejo, y su mirada paseó desde el viejo hasta sus compañeros, instante en el que esta se cruzó con la de Selene, sintiendo que la otra mujer leía sus pensamientos.

Toda la fuerza que había sentido al tomar las riendas de la situación cuando entraron en el bar, se desinflaba cada vez que oía algo nuevo respecto a lo que se les presentaba delante de su camino, y Clarisse volvía a dudar de su papel dentro del grupo, y pese a sentir el peso del arma que llevaba con ella, esta no le daba la suficiente seguridad como para esperar mantenerse al nivel físico de sus compañeros en aquella empresa.

Intentó calmarse y ver aquello con una perspectiva que no la amilanara, pero le resultaba reálmente difícil dada la situación. Aún así, prestó atención a lo que el viejo Wan podía decir respecto a lo que Karim acababa de exponer.

-Creo que en el almacén venden varios mapas. No son muy exactos pero pueden servir.... ¿La combinación entera? Uf, qué difícil....- el anciano se frota la cabeza pensativo. Probablemente hacía años que nadie le dedicaba tanto tiempo o interés y aunque pueda parecer un simple borracho acabado la verdad es que se está esforzando y hay que admitir que os ha dado bastante información importante.

-Los únicos que la sabíamos éramos los soldados de cierto rango y sólo sobrevivimos Zyor y yo. Bueno no ese muchachote que va con la niña si no su padre. Tenían el mismo nombre, ¿sabéis? La verdad es que se parecen muchísimo...- vuelve a callarse unos segundos prolongando vuestra impaciencia hasta que parece recaer en que seguís frente a él esperando al menos alguna pista -No sé, puede que él sepa algo al respecto incluso sin saberlo, ¿no?- se encoge de hombros y finalmente se gira para observar el paisaje mientras sigue bebiendo ahora más seguido.

Él ha dado la conversación por concluida y al ritmo que se vacía la botella será difícil sonsacarle algo coherente dentro de poco.

Karim cayo en cuanta de que había adquirido hacia nada un mapa, con demasiados símbolos como para aclararse donde quedaba absolutamente nada.

Si bien, la dependienta, había sugerido que quizás si dedicara su vida a marcar los nidos de aquellas aberraciones, podría ganarse la vida de alguna manera, había obviado los detalles porque pensaba que no podría sacarle partido. 

Sin embargo, cuando el viejo estaba dando por cerrado el negocio decido enseñarselo. Seguramente no le serviría de nada, pero no perdía nada por intentarlo.

Se agacho, y quedo en cunclillas al lado del viejo. Luego saco de entre su ropa el mapa arrugado. Lo miro como si lo viera por primera vez. 

Señor, tengo este mapa. Tiente toda suerte de letras y colores, pero para mi, y contando con el tiempo que llevo por aquí, no dice nada de nada. 

Trago saliva, porque aquel hombre lo miraba como si lo viera por primera vez. Ya había superado con creces su dieta diaria de hablar del pasado. Sin embargo, allí se encontraba, presionando a ver que conseguía pescar. 

¿Le sirve de algo?

Dijo finalmente poniendo el mapa viejo delante de los ojos. Si no conseguía nada mas de aquel viejo, seria por fin el momento de dejarlo atrás y ver de que forma podían materializar sus esfuerzos en algo mas productivo.
 

-Hmm... vaya vaya, interesante mapa el que has conseguido...- empieza a mirarlo desde todos los ángulos hasta dejarlo a la inversa de como se lo había entregado Karim.
-Mira para bajar tenéis que pedirle permiso a la jefa, ufff... como se las gasta.....- niega con la cabeza y empieza a remarcar una de las varias lineas de colorines que llenan el papel aunque de vez en cuando cambia de línea según se cruzan entre sí.

Se detiene varias veces, pensativo y algo confuso, pero al final termina su recorrido con satisfacción devolviéndoselo al grandullón. Si fuera un mapa decente podríais averiguar la distancia a recorrer pero en este ni siquiera consta una escala.

Karim se incorporo con el mapa en la mano. Le echo un vistazo rápido y se giro hacia sus hermanos. 

Bien, creo que ha llegado el momento de ponerse en marcha. No hay tiempo que perder. 

Nuevamente mira hacia el viejo, y por algún motivo desconocido inclina la cabeza a modo de despedida.
Sin más comienza a caminar tras los demás hacía la salida del lugar. 

El mapa que aun estaba doblado en su mano parecía la llave para salvar a su amiga. Finalmente había servido de algo el conseguir uno. 

No puedo evitar sentir algo de lástima por el viejo de Wan, aún bebiendo de esa botella como si no hubiera mañana. Al menos el líquido del interior de la misma le había durado lo suficiente como para que nos consiguiera informar de todo lo que podía o recordaba.

Respecto a lo hablado sobre esos bichos, más inteligentes y hábiles que los escorpiones de ayer, mis esperanzas de salir viva de esos túneles que debemos tener bajo nuestros pies se reducen considerablemente..., pero ciertamente el salvar a Epsilon y tratar de arreglar un poco este mundo en que me ha tocado vivir es suficiente alentador como para intentarlo al menos. No tengo más motivos para vivir, al menos sabiendo que no hay probabilidad de salir de este planeta.

Cuando Karim se despide con un gesto educado y nos indica que es hora de ponerse en marcha, hecho un último vistazo a Wan con una media sonrisa de agradecimiento silenciosa y asiento a las palabras del grandullón.
- Zyor nos pidió que consiguiéramos unas máscaras de gas en aquella chabola de allí. - digo una vez que estamos más o menos todos reunidos de nuevo señalando con el dedo índice al lugar que nos había señalado el susodicho. Lugar en el que supuestamente estaban los guardias que vigilaban los túneles y el jefe de los mismos.- Es donde deben estar los que vigilan los túneles, y supongo que también esa jefa de la que Wan ha hablado.

Dicho esto me pongo en camino en dirección al lugar que acabo de señalar. El tiempo es oro y, aunque no estamos siendo cronometrados, todos sabemos que cada minuto es clave... sobre todo una vez que estemos allí abajo.

La mujer rubia se sorprendió al ver el mapa que Karim proporcionó a Wan, sin recordar haberlo visto antes.

Probablemente lo conseguiría cuando nos separamos en el mometno en el que Selene y yo llevamos a Epsilon al médico del lugar. Pensó intentando convencerse de que su memoria no le estaba jugando una mala pasada, y luego, observó con detenimiento los movimientos del viejo Wan mientras les indicaba la ruta en el mapa, poniéndo  aprueba su privilegiada mente, y tratando de memorizar cada uno de los tramos de túnel que el hombre les indicaba. Veamos si puedo servir para algo, no sabemos si tendremos a nuestra disposición constantemente ese mapa...

Se sorprendió un poco al descubrirse a si misma tan interesada por la locura que allí se estaba hablando de hacer, pero no era capaz de impedir que su miedo se relajara ante la acción, y el movimiento. Estaba claro que mantener la mente ocupada era el mejor ejercicio para ella, y que aquel, era semejante a los esfuerzos físicos de sus compañeros.

Cuando Wan hubo terminado de hablar, zanjando la entrevista al centrar su atención en la botella, no pudo más que agradecer su ayuda y seguir a Karim rumbo al lugar en el que según Selene, les darían máscaras de gas con las que enfrentar la difícil solución que se les venía encima, al problema de Epsilon, y fue entonces, caminando al lugar señalado por Selene cuando habló de los túneles.

-Me parece de locos que esta gente haya decidido vivir en este asentamiento frente a los túneles que llevan al hábitat de esas criaturas. Deben de estar muy seguros de su capacidad para repelerlas en caso de ataque, y más despues de lo que no ha contado ese hombre. Comentó mientras divagaba sobre algunas cosas más dichas por Wan, como por ejemplo, el comentario sobre Zyor, quien ahora habían descubierto era el hijo del que reálmente había bajado con Wan a los túneles. Pero de pronto, algo no cuadro en la cabeza de Clarisse.

-Chicos, no se si soy una paranoica, o todo esto me está pasando factura, pero ¿No dijo Zyor que había bajado a esos túneles formando parte del segundo pelotón? ¿Qué sentido tiene lo que ha dicho Wan sobre él? Puedo encontrarle lógica suponiendo que la primera vez que se bajó ahí abajo, fuera su padre el que lo hiciera, y él tomara parte en la segunda misión, pero, no se, hay algo muy raro en ello.

A decir verdad, Clarisse ya no sabía qué pensar. Ellos mismo habían salido de las probetas de un laboratorio, y sus capacidades estaban por encima de las que marcaban la lógica en una persona humana, la naturaleza ya no parecía regirse por las reglas que su memoria implantada, y su inteligencia potenciada le decían que era la norma. ¿Cómo podrían hacerlo los hechos?

-Bueno, mira el lado bueno. Si viven encima de la salida de estos bichos, no pueden salir y campar a sus anchas...Es como si los tuvieran permanentemente asediados. Es cierto que hay un riesgo de que un día les de por salir en tropel y lo arrasen todo pero bueno. Además es posible que no hubiera un mejor sitio para asentarse.- comento sin darle mucha importancia al asunto respondiendo a las preguntas de Clarisse, aunque tampoco puedo estar seguro de mis respuestas, porque la verdad es que no tengo ni idea de por qué viven aqui.

-Puede que si haya algo raro, pero creo que es mejor no pensar en cosas así. Puede que todo esto sólo sea una trampa para que bajemos allí o cualquier cosa por el estilo, pero de momento vamos contrareloj y Epsi se nos muere, así que si es una trampa...pues ya lo solucionaremos cuando toque. Por el momento prefiero no comerme la cabeza. Tenemos el mapa, y hay que conseguir las máscaras de gas, así que vamos a ver a la jefa a ver que nos cuenta....Espero que no se enrolle mucho.- no me detengo ni un momento. No hay tiempo para pararse a pensar o a charlar tranquilamente. De hecho cuando termino de hablar, nos encontramos ya bastante cerca de la casa de la jefa, así que sin más dilación me acerco a la puerta y la golpeo.- Esto...¿se puede?.- pregunto finalmente cayendo en la cuenta de que no se cómo se llama la "jefa"...

Os ponéis en marcha y mientras intercambiáis varias opiniones y sospechas llegáis frente a la casucha que supuestamente pertenece a la jefa de aquel lugar, aunque lo cierto es que no destaca de entre las demás.

En cuanto Martin llama un tipo casi tan corpulento como Karim abre de repente y se os queda mirando con una ceja arqueada. A nadie le pasa desapercibido el hecho de que lleva colgando de su hombro un rifle de asalto.
-¿Y vosotros quién coño sois?- pregunta sin pizca de educación y bastante extrañado de ver a alguien nuevo por ahí.

-Déjales pasar Ringo, son conocidos míos- una voz firme y contundente de mujer que a algunos os resulta familiar convence al tipo de apartarse y dejaros pasar.
Estáis en una sala bastante sencilla pero amplia en la que además de Ringo hay otro guardia más de similar aspecto, ambos vestidos con normalidad y la ropa algo raída.

En el centro hay varias sillas, un total de tres, y frente a estas un escritorio con algunos papelajos y carpetas y una butaca de aspecto algo más cómodo.
-Vaya, vaya, así que habéis conseguido llegar hasta aquí... bravo- os felicita Phoena con una sonrisa ladeada mientras se apoya en la mesa -¿Tú también eres un chico-probeta?- pregunta entonces a Martin fijándose más en él por ser el único que no tenía visto de antemano.

Además de ese escaso mobiliario hay un par de puertas que a saber a dónde conducen, suponéis que alguna de ellas a los mencionados túneles subterráneos.

Karim se sorprendió para que negarlo, a pesar de haberla conocido hace poco, para el había pasado toda una vida hasta llegar a aquel lugar. 

Entro en la sala y se acerco a las sillas, las miro pero no se sentó. Común sencillo gesto del a mano saludo a la mujer.

Hola otra vez. Me alegra verte viva y bien. Salto una alarma en el complejo y no sabíamos si habrías podido salir sin problemas. 

Pero no quiero enrollarme. Te haré un resumen. 

El otro chico probeta es Martin, y nuestra otra amiga probeta Epsi esta en donde el doctor. Estamos montando una excursión al infierno para conseguir algo que el doctor necesita para curar a nuestra amiga.

Tu deberías tener unas mascaras, y las vamos a necesitar. Esa es toda la historia supongo. 

Luego se aparto a un lado para que Phoena pudiera mirar al resto y calibrar sus palabras. Si algo sabía de aquella mujer era que no le gustaba perderse en los detalles, era un persona de acción. No sabia si seguiría siendo un aliada. Si es que en algún momento lo había sido. Pero le debía la vida, y los primeros consejos útiles que había tenido en su etapa de despertado. 

Había que tener fé en las personas, y podía empezar con ella. 

Cuando escuché tras el nuevo grandullón la voz de la "jefa" no pude evitar sonreírme a mí misma. Recnocía esa voz... aunque al principio dudé de si era por mi vida ficticia pasada o por mi vida actual. Bastó ver a Phoena para darme cuenta de que era la segunda opción.

Era cierto que apenas habíamos tratado con ella pero era la primera voz que había escuchado al despertar en esa probeta y eso hacía que no la hubiera olvidado fácilmente. La saludé con la mano al igual que Karim cuando se acercó a nosotros mostrando cierta sorpresa por vernos vivos y frente a ella.
No había más que añadir al resumen hecho por nuestro grandullón particular así que me limité a sonreír estúpidamente al pensar que quizá no fuera tan difícil conseguir esas máscaras. Al fin y al cabo era cierto que apenas la conocíamos pero no me parecía una mala mujer, nos había dado muy buenos consejos al despertar.

Tras el pequeño paseo en el que Clarisse tuvo la ocasión de mencionar, lo extraño que le resultaban algunas de las cosas de las que se habían enterado por el viejo Wan, y también escuchar lo que Martin opinaba al respecto, el grupo llegó al nuevo objetivo, siendo invitados a pasar por una voz cuya dueña reconocieron de inmediato.

-Vaya... hola Phoena. Es una alegría volver a verte, despues de lo del laboratorio... Dijo Tímidamente Clarisse, algo intimidada por los hombres armados del lugar que la acompañaban. Bueno, no ha sido fácil llegar hasta aquí.

Observó el lugar con detenimiento mientras Karim hablaba por todos ellos, y escuchó las palabras que se decían sin saber muy bien qué añadir, de modo que esperó a cualquier posible pregunta de Phoena.

-La verdad es que tuvisteis un despertar bastante agitado, para qué engañarnos. Pero creo que os fue bien para reaccionar rápido, si no lo hubierais superado seguro que no estaríais aquí ahora- afirma con su habitual rotundidad, tan convencida de lo que dice que sería difícil contradecirla.

Después escucha a Karim hasta que éste termina con su petición, momento en el que notáis que los dos guardias se remueven un poco inquietos, como si no les hubiera gustado lo que acaban de oír pero se esforzasen en contenerse. Phoena les mira entonces de reojo consiguiendo que se relajen un poco, parece evidente que confían en su criterio y por eso nadie más que ella habla.

-Máscaras de gas para bajar a los túneles, ¿eh? Hay que admitir que no perdéis el tiempo pero no estoy segura de que sepáis lo que estáis haciendo...- apoya la barbilla en una de sus manos un tanto pensativa, calibrando vuestra petición -¿Tenéis en cuenta que los filtros de las máscaras se agotarán cuando lleguéis al final? Eso contando con que no os perdáis pero de todas formas no habría manera de volver, no disponemos de tanto material por mucho que quisiera prestároslo- se encoge entonces de hombros y con un suspiro toma asiento en su butaca asumiendo que lo estaréis replanteando.

-Es mejor que muera una a que mueran cuatro. Tendréis que resignaros chicos, lo siento- dicho lo cuál se centra en los papeles mientras uno de los guardias os abre nuevamente la puerta. No parece una orden ni una obligación, simplemente todos asumen que haréis lo que os acaba de proponer.

Si se lo preguntaran, no podría negarlo: Clarisse sintió un profundo alivio cuando la tajante respuesta de Phoena dió a entender que no bajarían a los túneles por ese camino, y por la parte que le tocaba a la mujer rubia, no insistiría mucho en el tema sabiendo lo que allí abajo podía estar esperándoles, por mucho que la vida de Epsilon dependiera de ello.

Sin embargo no se atrevió a mover un pie de donde estaba.

Veamos que dicen estos a eso... Pensó. Estoy segura de que no se van a echar atrás por mucho que Phoena se interponga en la decisión de hacer lo posible por salvar a Epsilon, pero yo no me atrevo a comenzar una discusión con esta mujer, y mucho menos con estos hombres armados cerca de ella.

Clarisse miró a todo el mundo, evaluando y estudiando sus rostros y gestos para sacar una conclusión de lo que cada uno pensaba, y luego decidir hasta que punto apoyaría un enfrentamiento con aquella gente.

Karim no se movió, realmente estaba pensando en todo lo que acaba de escuchar, era un tipo cabezota, de eso no cavia duda, pero no era un demente que no escuchara atentamente las advertencias de muerte. No obstante tras digerir las palabras de la líder de aquel lugar retomo las palabras.

En cuanto a perdernos, tenemos un mapa. No es mucho pero me vale. Estoy casi seguro de que no sabemos dónde nos metemos, y ya dije que sería una bajada a los infiernos, pero pienso bajar igualmente.

Sin ofender, no te estaba pidiendo permiso. En cuanto a las mascaras, son tuyas, y es normal que quieras preservarlas lo más posible, de hecho, no encuentro ningún argumento para intentar convencerte de que me las prestes.

Tomo aire lentamente, hinchando su pecho mientras entrecerraba los ojos. Luego meneo la cabeza negando. No pasaba nada, por no conseguir todo como si tuvieran una estrella que les hiciera las cosas más fáciles. Ayer luchaban contra bichos gigantes y caníbales, hoy era una cuestión de supervivencia de ellos como grupo, o aquel pueblo como civilización.

Sin moverse del sitio hizo otro comentario más, que estaba destinado a llenar sus oídos más que otra cosa. Una especie de reflexión en voz alta.

Aunque siendo sinceros, poco pueden ayudar esas mascaras aquí afuera. Si no sirven para ir a destruir el nido de esas bestias, no se para que las quieres.

Por fin puedo ver a la jefa del poblado. Y por lo que parece Karim, Clarisse, y Selene ya la conocen de antes. Juraría que me comentaron algo sobre eso cuando nos conocimos, pero no estoy seguro. Siempre puedo preguntarles más tarde. No llego a presentarme porque mis amigos se adelantan y lo hacen por mi. No me importa, lo único que necesito saber de esta mujer de momento es que es la jefa.

Por desgracia la conversación evoluciona hacia las malas noticias...como siempre. Las palabras de Phoena prácticamente sentencian a muerte a Epsi. Durante unos segundos soy incapaz de hablar. Pienso a toda velocidad buscando algún plan alternativo que resuelva la situación, pero no soy precisamente un lumbreras.

-Pero...no necesitamos llegar al final. El médico nos dijo que teníamos que conseguir sangre de uno de esos bichos para generar una vacuna o algo así.- empiezo a decir un poco a trompicones.- A lo mejor podemos atraerlos y que vengan ellos a nosotros, o algo por el estilo. Si no intentamos nada seguro que Epsilon se nos muere.- digo con más impotencia que otra cosa. Está claro que busco una alternativa, pero sin demasiado conocimiento de causa, aunque mejor esto que quedarse de brazos cruzados, por supuesto.

Phoena levanta la vista de su escritorio algo sorprendida al comprobar que no sólo seguís ahí si no que insistís con el tema. Los guardias se miran entre si un poco confusos pero no parece que vayan a atacaros simplemente por eso. Al menos por ahora.

-Sin ofender, sin mi permiso no tenéis manera posible de acceder a los túneles, todas las entradas fueron debidamente tapiadas excepto la que controlamos aquí- sonríe con sarcasmos a Karim dejando claro que ni le ha gustado lo que acaba de oír ni la forma en que se ha expresado.

-¿En serio?, ¿poco pueden ayudar las máscaras? Vaya parece que estás muy puesto en cuanto a las necesidades de la colonia se refiere... Debe de ser porque ya llevas 10 minutos en ella mientras que nosotros llevamos aquí toda la vida- arquea una ceja y los tipos armados no pueden evitar alguna que otra risotada que acompañan del desenfundado de armas. La situación empieza a tensarse un poco...

Después observa a Martin y parece relajarse un poco, probablemente por el hecho de que no le echa cosas en cara.
-Si es así tendrías una mínima oportunidad supongo. Sólo tengo cuatro máscaras que poder prestaros pero supongo que serán suficientes, las demás están siendo usadas- se encoge de hombros un instante y entonces parece caer en la cuenta de algo -Tener cuidado con ese medicucho, ha salvado muchas vidas pero también destruyó muchas otras cuando trabajaba en el laboratorio. Quizá hasta fue él el que os metió en esas probetas...- dice en tono de advertencia mientras uno de los tipos se retira de la sala para volver casi al momento con cuatro máscaras que tiende a Martin.

Están bastante desgastadas y son modelos algo antiguos pero no parece que haya más donde elegir.

Karim reconoce cuando las palabras de la mujer van dirigidas a él. Y tuerce el gesto y asiente al darse cuenta, de que efectivamente poco sabía acerca de aquel lugar, de sus normas, y sobre todo de sus necesidades.

Su intención no era enfrentarse a aquella mujer, aunque tampoco iba a evitar defender lo que creía justo. Puede que fuera un niño grande recién salido de una probeta, pero no iba a intimidarse cuando las cosas se pusieran a las malas.

No obstante procuro mostrar, o lo hizo sin pretenderlo que entendía perfectamente lo que decía Phoena. Era completamente lógico que defendiera aquella población con uñas y dientes. Así que asumió su falta de tacto, quizás, o su falta de vista, sin ofenderse.

Cuando llegaron las mascaras lo agradeció con movimiento de cabeza, y se encamino a la puerta.

Quizás, cuando todo esto acabe, si salgo vivo, podamos echar unas cervezas o lo que haya aquí y charlar un rato.

Le dijo a la mujer que manejaba todo a su alrededor. Para él, no es que fuera una madre, ni una líder, de hecho tenían la costumbre de actuar preocupándose únicamente de su culo, era simplemente una persona honrada y franca, algo importante en cualquier sitio y lugar. Pero Karim por lo poco que sabía, aquello seguramente sería toda una ventaja en aquel lugar.

Salió por la puerta y espero paciente a que salieran los demás. Creía ser un hombre de pocas palabras, o al menos buen entendedor, y a parte de la recomendación tacita de no meterse en una trampa mortal,  y el recordatorio constante de que no tenían ni puta idea de donde ni que hacían, mas nada podía pedir de Phoena. Además ya les había regalado información muy interesante sobre el medicucho ese en donde estaba Epsilon.

Por su parte, desde la noche anterior en la auto caravana de Zyor, había empezado a culpar a los tipos de bata blanca de los laboratorios de todo lo que pasaba en aquella sociedad. No se había parado a meditarlo, ni siquiera un poco, pero en su fuero interno, los venia como los malos de la película.