Partida Rol por web

Por más que intento centrarme en intentar ayudar a Clarisse con la combinación de números las fuerzas me comienzan a fallar estrepitosamente. Como sé que no soy ni de lejos tan lista como ella dudo que echen en falta mis neuronas (cada vez más atrofiadas) para tal empresa, así que con cierto mareo intento ponerme a andar por la zona anterior a la inmensa puerta.

No tardo ni medio minuto en comenzar a sentirme peor. Me falta el aire, los calores me suben y noto mi espalda chorreando. La vista se me va sin poderlo evitar y mis piernas me van fallando poco a poco. Me dejo caer sobre una roca sin molestarme demasiado en si es adecuada para servir de asiento o no.
De pronto algo llama mi atención y consigo abrir un poco los ojos que ya casi se me habían cerrado, rindiéndose: una marca de luz en mi pierna y un hilillo de luz que sube desde ella hasta... hasta el techo. Y puedo ver que llega a la superficie aunque eso está a unos cuantos metros.

- Chicos... - comienzo a hablar casi en susurros. Tengo la boca seca y pastosa, no consigo ni siquiera girar el cuello para mirar al resto y en mi voz se perfila el cansancio y el malestar que me invaden todo el cuerpo.- Chicos... Hay una... Hay un... Hay un agujero al exterior.

Dicho esto mis ojos vuelven a cerrarse y, aunque sé que no debo quedarme dormida, apenas tengo fuerzas para pelear por no hacerlo.

El hombre de color estaba dándole vueltas a todo tipo de cuentas.

Sabía que el código no era la secuencia de fibonachi, 0,1,1,2,3,5,8,13,21..., pero suman los dos anteriores. Tampoco sabía cómo sabia esa secuencia, suponía que de alguna película.

Intento deducir un patrón. La diferencia entre los números era de dos al principio, podría ser: 3 -2 = 1 +3 = 4, no aquello no era, no era sumando las diferencias.

Quizás era alternando los resultados, y había que sumar dos alternativamente. 3 + 2= 5; 1+ 2= 3 y sucesivamente, así daría como resultado 315375, pero estaba convencido de que los números no se repetían, sino, Wan lo hubiera mencionado. O puede que aquel viejo estuviera loco.

Cuando Selene hablo se giro para mirar que pasaba. Al principio no distinguió nada. Pero luego vio un haz de luz, tenue que venía del techo.

Clar, no puede ser que esta parte este comunicada con el exterior y que estemos a salvo de gases nocivos, a lo mejor podemos quitarnos las mascaras.

Lo pregunto con esperanza, pero en su fuero interno dudaba que hubieran podido hacerlo. Estaba claro, que si no traspasaban la puerta, cada minuto consumirían más dióxido de carbono, y terminaría por matarlos.
Selene, de hecho estaba empezando a mostrar los síntomas de ese tipo de asfixia, parecía derrotada, a punto de quedarse dormida.

Volvió a mirar la puerta. Cuál era el código. Se habían lanzado a la aventura sin tener más respuestas. Sin conocer al enemigo. Wan había dicho que quizás Zyor supiera algo más.

Se acerco a Clarisse, ella también estaba acusando ya la inhalación del dióxido de carbono, no tenían mucho tiempo. Cogió de ella la emisora, que lo miro como si estuviera loco.

Zyor, zyor, so y Karim, si me escuchas, tenemos una puerta que necesita un código, necesito los tres números que siguen a 3 1 5. Por favor, si me escuchas, al menos dime que números son dando toques cortos por las transmisiones. Necesitamos tu ayuda.

Karim no sabía que mas intentar, estaban atrapados en una burbuja, y pronto, si no los mataba el supuesto gas toxico, lo haría su propia respiración.

Con la respiración entrecortada, y viendo que los cristales de la máscara comenzaban a empañarse, Clarisse respondió a Karim sin dejar de mirar el agujero en el techo de la caverna.

-No... puedo asegurarlo. Pero lo de los murciélagos me dejó intrigada... y ese agujero podría haberles servido tanto como camino al exterior por el que salir y entrar en busca de alimento, como vía de aire en este lugar... dijo. Es arriesgado, pero es una posibilidad... ya no nos queda aire suficiente para volver atrás a tiempo, y seguramente esas cosas sigan allí, esperando...

La mente de la mujer comenzaba a nublarse, y dirigió la mirada desde el agujero del techo hasta el suelo, siguiendo el haz de luz, buscando el lugar en el que este incidía.

Es encontráis cada vez más mareados, frustrados y asustados ante el acorralamiento al que os veis sometidos. No parece que haya nada en aquel lugar que os vaya a dar la respuesta... y entonces Karim decide recurrir a la radio.

Al principio sólo recibe ruido, lo cuál ya es más de lo que habíais conseguido hasta el momento, pero cuando acerca la antena hacia el rayo de luz que conduce hasta el exterior conseguís apreciar la voz ronca de Zyor.
-....9-0. ¿Me habéis recibido? Repito. 3-1-5-1-9-0. Vamos chicos, decidme que me escucháis...- suena realmente preocupado y algo impaciente pero Clarisse no pierde el tiempo y enseguida se abalanza hasta el teclado marcando esos números.

La puerta emite entonces varios chasquidos metálicos internos hasta que se desprende del suelo lentamente y se levanta lentamente, al parecer clavada en el suelo.
Delante de vosotros se extiende una enorme cueva en la que probablemente podría llegar a construirse incluso una ciudad pequeña pero en lugar de éso sólo hay varios edificios fabricados con algún tipo de roca o mineral tan negro como el azabache que emiten reflejos plateados según desde dónde se miren. Todos están anclados, e incluso hundidos, en la pared de roca que rodea la cueva y exteriormente parece que todos están en buen estado aunque hay uno que destaca más que el resto por ser más grande, al parecer con varios pisos.

Sobre vuestras cabezas, y a una altura más que considerable e imposible de alcanzar, se abre un agujero enorme a modo de claraboya natural que proporciona aire natural fresco y una luz algo tétrica y lejana al lugar.

Cuando os decidís a atravesar la puerta y vuestros pies pisan el "nuevo" suelo es cuando varias risas agudas se propagan por el lugar expandiéndose con el efecto del eco. Parecen hienas, aunque estáis bastante seguros de que no se tratará de algo tan "simple".

Clarisse no perdió el tiempo en cuanto escuchó la combinación de números que abría la enorme compuerta, y sin más dilación la abrió de inmediato.

Un suspiro de alivio se le escapó de entre los labios cuando el camino dejó de estar cortado, pero el aire en el interior de la máscara apenas le daba siquiera para eso, y al instante ayudó como pudo a caminar a Selene, pese a correr el riesgo de gastar aún más oxígeno por el esfuerzo. Sin embargo, el paseo duró poco. en cuanto las tenebrosas risas resonaron por la amplía caverna, la mujer se quedó helada junto a Selene y detuvo el avance que la había llevado a traspasar la compuerta.

-No... puede ser... murmuró. Esperaba que pudieramos... sortear a las siguientes criaturas...

La mujer miró a todos lados buscando el origen de aquellas risas, y al mismo tiempo, un lugar en el que pudieran refugiarse, y pese al miedo que la atenazaba, su cerebro trabajaba a plena potencia. no tardó en sentir el frío metal del arma que llevaba consigo en la palma de la mano, cuando esta se movió instintívamente hasta ella.

El mareo empieza a pasar al siguiente nivel. Poco a poco noto como mis pulmones me arden ligéramente debido a los gases tóxicos que estoy respirando. Empiezo a caer en la cuenta de que más me vale no estar mucho tiempo aqui o simplemente palmaré. El rpoblema es que no tengo ningún sitio al que escapar. La única manera de salir es atravesando la enorme puerta de metal que se alza ante nosotros.

-*Cof* *Cof*- toso molesto a traves de mi máscara, mientras las soluciones a nuestro problema brillan por su ausencia, aunque por desgracia ni me puedo quejar pues ni yo mismo tengo ide alguna de qué números podemos usar. Por suerte no sólo Clarisse sabe usar el cerebro en nuestro grupo, y mi buen amigo Karim tiene una idea genial. En cuanto coge la emisora pienso que es imposible que la señal llegue al poblado estando nosotros a tanta profundidad. Sin embargo mi alegría se hace patente cuando la voz salvadora de Zyor se escucha en la cueva diciéndonos los números.

Lo que hay al otro lado me deja boquiabierto...No tardo en volver a empuñar mi rifle con firmeza.

- No creo que ese sea nuestro mayor problema...- murmuro absorto observando lo que tengo delante- Los puñeteros bichos saben costruir edificios...eso significa que estamos bien jodidos. Más nos vale ir a escondernos a algún sitio rápido.- añado completamente serio. Si los Vytrus han llegado a tener una inteligencia lo suficientemente desarrollada como para construir edificios y mantener una especie de "sociedad civilizada" estamos realmente jodidos.

La puerta se abrió. Habían encontrado la ayuda que necesitaban en el último momento. Y ahora tenían que moverse.

En cuanto vio la claraboya supo que allí había aire. Tenían que quitarse las mascaras, porque si no estás los matarían más pronto que tarde. Así que siendo consciente de que era el mejor capacitado para aguantar la mierda que se les venía encima Karim se quito su máscara y la dejo caer al suelo.

Durante un segundo, quizás dos, mantuvo el aire en los pulmones, pero luego se decidió a soltarlo y tomar aire. Tomo una bocanada de aire grande y fuerte y espero que aquello fuera su final. Aun así, o bien el aire toxico no lo mataría tan pronto, o bien podía respirarse.

Miro a todos lados, y escucho aquellos sonidos, habían venido directamente a la boca del lobo. Estaban en su terreno, y estaban muy mermados, así que tenían que moverse con rapidez.

Vamos.

Fue lo único que dijo, tras fijarse en la primera estructura. Necesitaban un lugar donde guarecerse durante unos minutos, donde reponer energías, pero tampoco podían quedarse expuestos donde estaban. Así que con toda su buena fe, miro y encontró una edificación pegada o incrustada en la pared.

Tenía cobertura en desde un par de ángulos. Desde la puerta y desde la roca viva de la pared. Solo tenían que cubrir la esquina del edificio. Era el mejor lugar para pensar una nueva estrategia.

Solo necesitaban la sangre de uno de aquellos seres. Así que con suerte podrían disparar, recoger y correr de nuevo.

Cogió a Selene medio en volandas para llevarla hasta el lugar que debía ser su próximo lugar de reunión. Y miro desesperado a sus compañeros. Estaban allí para cumplir un objetivo, llevar a cabo una misión, y estaban demasiado cerca de llegar al final como para rendirse. Tenían que seguir en pie, que luchar de verdad. Era ahora o nunca.

Aún medio dormida abro los ojos de nuevo al escuchar algo distorsionada y lejana la voz de Zyor. Al principio creo que todo ha sido un sueño, un mal sueño, y que estoy durmiendo en aquella cama de su trasto-móvil; pero al mirar alrededor me doy cuenta de que no es así y de que la voz de Zyor debe venir desde el walkie-talkie de Clarisse que ahora sostenía el grandullón muy cerca de su oreja. Me parece oír unos números pero no hago mucho caso.

De pronto la puerta enorme se abre. ¡Ah! Eran esos números entonces... pienso visiblemente aletargada antes de notar como alguien tira de mi para que me levante. Es la mujer rubia que trata de ayudarme a andar pero me cuesta demasiado. Tropiezo numerosas veces con mis propios pies y el sudor que me cae desde la frente me impide ver con claridad a través de la máscara.
Al pasar por debajo de un agujero más amplio que el anterior desde el que llega luz del exterior, del mundo de allá arriba, el viento que sopla me mueve el sucio pelo y decido que no puedo estar más tiempo con la máscara puesta. Trato de dejarla en "pausa" por si me hiciera falta ese oxígeno para la vuelta, me la quito con rapidez y poca maña para luego quedarme con ella en la mano, como esperando a caer desmayada o, peor aún, muerta. Aunque poco tardaré en estar alguna de ambas cosas...

Aunque debido a mi fastidiado oído no alcanzo a oír con claridad lo que el resto las inquietantes risillas de más allá de esa puerta también llegan hasta mi. Apenas estoy pensando en lo que ello supone y contemplando maravillada la ciudad que hay bajo tierra cuando noto que me levantan en volandas y aprieto fuerte la máscara para que no se me caiga de las manos.
- No me encuentro bien... - es lo único que consigo susurrar a quien ahora me lleva como si fuera una muñeca de trapo.

Al ver que Karim se quitaba la máscara, Clarisse a punto estuvo de gritarle que no lo hiciera, pero su compañero lo hizo demasiado rápido y no dio tiempo a que la mujer pronunciara palabra alguna.

Se quedó mirándole horrorizada, y cuando vió que el hombre los azuzaba para moverse rápidamente, cogiendo a Selene en brazos, suspiró aliviada. Luego copió su ejemplo, y pronto estuvo respirando aire no viciado por el veneno que podía acabar con sus vidas.

-Sí, movámonos rápido a escondernos en algún lugar, esas risas no auguran nada bueno. Dijo mientras se ponía en marcha tras sus compañeros y echaba la mano sobre su arma. Más nos vale andar con ojo, esas criaturas que nos encontramos practicamente en la entrada tienen muchas papeletas para no ser lo peor que nos encontremos aquí abajo.

Y de hecho Clarisse estaba segura de que no lo serían. Apretó el paso sin dejar de mirar al rededor suyo.

Unos más deprisa que otros os acabáis quitando las máscaras comprobando que ya no hay peligro tóxico al momento, de hecho el poco aire fresco que penetra a través del agujero superior os revitaliza y despierta un poco mientras seguís a Karim hasta un rincón que parece lo suficientemente resguardado como para hablar y planificar lo que sea sin correr demasiado peligro. O cómo mínimo el menor peligro posible.

Lo que está claro es que no podréis volver por el mismo camino que habéis entrado. No sólo por el hecho de que la puerta se haya cerrado de nuevo, ya que suponéis que se abrirá del mismo modo que por el otro lado, si no porque vuestras máscaras no os llevarían a más de cinco minutos de recorrido cuando en realidad necesitáis más de media hora.
El tiempo. Eso os recuerda que la vida de Epsilon sigue estando en una carrera contrarreloj.

Mientras intentáis decidir el próximo paso a dar en el silencio de la enorme cueva, una de esas criaturas decide salir de uno de los edificios más alejados al que tenéis junto a vosotros.
Es bípeda, de hecho su forma básica se parece bastante a la de cualquier humano, con dos piernas, dos brazos y una cabeza. Su cuerpo es más corpulento y alto que el de la mayoría de personas, aunque quizá pudiera igualar al de Karim, y posee una cola acabada en forma puntiaguda de aspecto bastante peligroso.

Su rostro, si se puede usar ése término, pone los pelos de punta. Unos dientes afilados como cuchillas sobresalen de una boca carente de labios (de hecho carece de cualquier rasgo que pueda suavizar su aspecto) y unos ojos verdes y rasgados similares a los de cualquier reptil refulgen en las sombras. A ninguno os cuesta deducir que probablemente pueda ver en la oscuridad.

Levanta entonces su fea cabeza y no entendéis muy bien qué hace hasta que escucháis como olfatea el ambiente y entonces mira en vuestra dirección.

Poder respirar por mi mismo es todo un avance. La máscara ya empezaba a ser agobiante, además que entre aire por el techo ya rebaja un poco la sensación claustrofóbica de los túneles subterráneos. Sin embargo tampoco tenemos mucho tiempo para disfrutar de este pequeño "placer", pues nuestra posición es como mínimo expuesta, así que nos damos prisa para esocndernos parcialmente cerca de una de esas extrañas estructuras con aspecto alienígena.

Me asomo con cuidado en lo que sería la esquina del edificio para poder ver que se cuece en "Vytrus Town" cuando de repente un bicho más feo que la madre que lo parió entra en escena. - Jooooder...¡Que hijo puta más feo!  Tenéis que verlo. Es la cosa más repugnante que he visto en mi vida. Como sean todos así pueden acabar con nosotros sólo a base de fealdad.- comento sin poder guardarme mis pensamientos para con el vytrus.

Entonces el bichejo parece olfatear el ambiente, y temrina lanzando una mirada hacia nuestra posición. Rápidamente me hecho hacia atrás cubierto otra vez por la cobertura.- ¡Mierda! Ha mirado hacia aqui...Parece que puede olernos o algo por el estilo...¿Qué hacemos?...Estoy seguro que puedo acertarle desde aqui sin problemas, pero un disparo haría demasiado ruido. A lo mejor si dejamos que se acerque puedo darle con el cuchillo en plena cabeza...Pero si grita o algo así...¿Suegerencias?- miro al resto de mis compañeros con evidente impaciencia. Si la cosa empieza a acercarse aqui vamos contrareloj...

Una vez que Karim me deja en tierra firme (y peligrosa) de nuevo me muevo a gatas a apoyarme en cualquier mínimo de pared lo más refugiada posible. Me acurruco como una niña pequeña, me siento frágil... aunque he de reconocer que el aire fresco proveniente de arriba de estos malditos túneles me ha sentado todo lo bien que podía dado mi patético estado.

Ni siquiera vuelvo a echar un vistazo a esa ciudad oscura y subterránea cerca de la que ahora estamos.
Sin embargo oigo con claridad el aviso de martin y comienzo a mover las manos nerviosa, mirando a todos los posibles frentes desde mi posición. Puede venir desde cualquier parte, seguro, y eso si solo viene uno... pienso dejándome llevar por el pánico, soy consciente de que tal vez no sobreviviría a un encontronazo con más bichos, sean del aspecto que sean.

Miro a Clarisse un momento con ojos cansados y luego me fijo en la vitalidad que irradian tanto Martin como Karim, los envidio por ello. Maldita panda de feuchos, malditos sean, me han dejado echa una mierda, siento como si todas las fuerzas me fallaran, y eso es mucho...

- Si... Si podemos evitar que vengan en grupo como los de antes, habremos ganado mucho... - susurro ante las ideas de qué hacer con el que supuestamente se está acercando a nuestra posición. Si nos ha olido sabe que estamos aquí... pero más vale no levantar la voz ni llamar la posible atención del resto. Como todos esos edificios de ahí estén llenos de bichos creo que puedo ir despidiéndome, pienso con ambos ojos moviéndose a una gran velocidad a un lado y a otro, expectantes para que no pille por sorpresa.

Karim se puso a pensar rápido. Aquel ser no parecía tener interés por entablar una conversación, o invitarlos a tomar algo a su casa.
No, tenia más bien, pinta de querer convertirlos en su caza del día.

Bueno, Martin, ahora cúbrenos. No creo que sea el único en salir a ver qué pasa de nuevo. La puerta ha echo suficiente ruido al abrirse y cerrarse. Ahora mismo nuestra prioridad es curarnos lo que podamos, porque puede que sea nuestra última oportunidad para hacerlo.

Y sencillamente, rezar y buscar un lugar en el que tengamos alguna ventaja. Como que solo puedan llegar de uno en uno, y no puedan atacarnos por la espalda.

El hombre de color se rasgo la triste ropa que lo acompañaba desde que salió de aquella extraña probeta gigante, y uso la misma para intentar tapar las heridas de Selene.

Cierto era que Clarisse podía hacer mejor ese trabajo, pero al menos al hacer girones su ropa, tenían algo con lo que cubrirse las heridas.

El no se sentía especialmente mal, después de recuperar el aliento normal, a través de su propio cuerpo, y no a través de la mascara infernal que habían traído, había recuperado la calma y su cuerpo parecía estar en mejores condiciones de cómo lo recordaba.

Ahora tenía que concentrarse en poner a cubierto a sus hermanos.

Clarisse se cubría agachada junto a sus compañeros sin poder evitar temblar de miedo ante los nuevos horrores a los iban a tener que efnrentarse ahora.

-Esas carcajadas han sonado como si vinieran de lo más profundo del infierno, joder... susurró mientras echaba una mirada a Martin y Selene, para luego hacerlo en dirección a la criatura que parecía haberlos olfateado.

La mujer se volvió a agachar aterrada.

Están muy mal, creo que podría ayudarles con algo de tiempo gracias al botiquín que traemos, pero esa cosa no nos lo va a dar. Pensó. Ni sus compañeras tampoco. Esas carcajadas no parecían ser de un solo sujeto...

Karim, con toda su buena intención, rasga parte de su chaqueta y venda la herida más fea de Selene evitando así que sangre y deje un rastro tras de ella. Puede que al menos dificulte la tarea de olfatearos pero no consigue gran cosa más sin los utensilios ni los conocimientos necesarios.

La criatura sigue acercándose a vosotros aunque la parte positiva es que por el momento sigue estando sola y ninguna más sale de sus distintos escondrijos. Sus pasos resultan intimidantes, como cualquier bestia de varias toneladas a punto de embestiros, y finalmente llega hasta vosotros levantando una de sus grandes y afiladas zarpas para rasgar la ropa y la espalda de Karim, el más expuesto de todos al estar parcialmente girado para atender a Selene.

La sangre de vuestro compañero mancha el suelo pero por el momento no está demasiado malherido.

Clarisse trastabilló unos pasos hacia atrás cuando la criatura apareció detrás de Karim hiriéndolo en la espalda, y su pulso se volvió a acelerar al ver el peligro frente a ellos. Estaba claro que no esperaba verla aparecer a su lado tan pronto, pero a esas alturas de la función, ya no podía esperar que nada fuera como ella lo concebía.

-¡AAAAH! Gritó Clarisse, y su mano se dirigió a su arma instintivamente, disparando con sorprendente puntería al monstruo y esperando verlo caer, sin importarle que el ruido del disparo pudiera ayudar a localizarles al resto de sus congéneres, dado que ya hacía un rato que habían delatado su presencia en el lugar.

Y entonces, mientras la bala surcaba el aire hasta la criatura, el tiempo se ralentizó para las conexiones sinápticas de la mujer, que rápidamente enviaron órdenes y datos a través de su cerebro para enfocar su mente en lo que los había llevado allí.

Y Clarisse deseó que aquella criatura fuera lo que habían estado buscando, por que si la bala atravesaba la carne del ser, estarían muy cerca de conseguirlo.

Karim rodo por el suelo después del tremendo zarpazo. La bestia tenía cierta agilidad y había llegado junto a ellos rápidamente.

Pero su deber era proteger a los demás, aun a costa de su vida. Si el golpe lo recibía el, no lo hacían Selene o Clarisse.

Por eso, ahogando en su garganta un terrible grito de dolor, se giro desde el suelo para mirar la bestia. Un arma hacia explosión no muy lejos de donde  estaba situado. Pero no podía centrar su atención en ella.

Tenía que derribar aquel ser infecto. Hacer que estuviera a la merced de Martin para que lo cosiera  a tiros.

Haciendo gala de toda la fuerza bruta que tenia Karim se abalanzo sobre. Su único interés era lanzarla contra el suelo, y quizás darles tiempo a los demás para que pudieran matarla.

Busco en mitad del salto, usar su hombro a modo de ariete. Giro la cabeza lateralmente lo que pudo para dejar más espacio al hombre, y lanzo este contra el abdomen del monstruo. Sintió lo duro que era en el preciso instante, en que el mismo perdió su aliento, y noto los huesos crujir.

No puedo apenas hablar para darle las gracias al grandullón por tratar de parar la hemorragia de mis heridas.
- Gra.. gracias Karim. - tartamudeo sonriendo al hombre. Y justo en ese momento el grito del mismo me hace ver que el bicho del que había hablado acababa de llegar a su posición y, para colmo, se había aprovechado de la posición de Karim para dañarlo.
Eso sí que no, pienso sacando fuerzas y valor de donde creía que ya no tenía. No os llevareis a nuestro mejor protector malditos bichos asquerosos.

Sorprendentemente mi cuerpo trabajó esta vez mucho más rápido que mi mente, y para cuando me quise dar cuenta ya estaba, barra en mano, buscando y esperando el mejor momento y la mejor posición, estando en el suelo como estaba yo, para atizarle en donde pudiera sin molestar demasiado a quienes estaban disparado alrededor mío.
Oía los cascotes de las balas resonar detrás de mi, eso me decía que Clarisse también había estado rápida de reflejos, y sabía que si acabábamos con él pronto más nos valía largarnos cagando leches de allí. No tardarían en escuchar el jaleo todos los demás malditos bichos de aquella ciudad subterránea del demonio.

¡Mierda!

La aparición repentina del bichejo me sobresalta, aunque es Karim el que se lleva sin duda la peor parte. Nos hemos retrasado tanto a la hora de tomar una decisión que al final el vytrus ha llegado antes a nuestra posición cogiéndonos por sorpresa. Sin embargo mi compañeros no tardan demasiado en reaccionar. Clarisse le pega un tiro, y Karim y Selen lo muelen a golpes. De todo lo que más me preocupa es que el disparo atraiga a más de esos indeseables por lo que prefiero no disparar a no ser que no tenga más remedio., por lo que espero, apuntando al ser, a que este no se mueva más...*

- ¿Esto es un vytrus?.- pregunto rápidamente en medio de la refriega.- Tenemos que conseguir su sangre, es la única razón por la que estamos aqui, aunque no tengo ni puñetera idea de qué vamos a hacer o a dónde vamos a ir cuando la tengamos.- comento recordando a los demás la razón por la que estamos en este espantoso lugar plagado de seres deseosos de devorarnos...