Partida Rol por web

En serio, quieres que le ataque con la esto?... No lo voy a hacer...mejor dame tu arma, así estamos en igualdad de condiciones, sería como un duelo. Fumico contra Saori en medio de un bosque, igual que una de esas películas donde se matan por defender su honor, es una forma épica de ver esta mierda. --No puedo evitar que se me escape una sonrisa.

--Y para tu información si que me dieron un arma, busco en mi mochila, saco un par de piedras de tamaño de un puño y se las muestro. – Tengo buena puntería, soy campeona de dardos de la prefectura. Puede que por eso me las dieran--

Miro a Aratori esperando su respuesta a mi negativa.

Aratani negó con la cabeza. - Usa las piedras pues. - le dijo. Guardó la fusta y sacó 2 piedras más, lanzándoselas en parábola para que las cogiera al aire. - Ya tienes más munición, aprovéchala.-

Le hizo un gesto para que fuera delante.

--No me hace falta tus piedras, si no le hago daño a la primera, estoy muerta, no tendré tiempo de lanzar ninguna más.-- Mi mirada es triste y mi corazón más. --Veo que no te fías de mi ¿porque tengo que hacerlo yo de ti? Con tu actitud me das a entender que intentas hacer lo mismo que Saori, yo ataco y ella me dispara, ahora le dejas el marrón a ella. Yo tenía razón sois iguales, pero lo entiendo, no quieres morir. Créeme no soy como vosotras – pongo la mochila en el suelo para acomodar mis cosas y cerrarla antes de salir detrás de Saori.

Al poner la mochila en el suelo tomo un puñado de tierra sin que Aratori se de cuenta . Es momento de luchar. Tengo decido lo que voy a hacer, no me importa morir. Y tal como lo veo las dos me llevan ventaja por sus armas y yo llevo todas las de perder. Le tiro la tierra a los ojos, con la intención de que no pueda ver y tener unos segundos de ventaja

- Pues porque pudiendo dispararte desde el minuto uno, yo te he ofrecido una salid.... - contestó Aratani, antes de esquivar, por muy poco, un puñado de tierra que aquella inconsciente le lanzaba la cara. Girando sobre uno de sus tacones y casi tropezando en el intento, apuntó con su arma hacia Nº14 - Fumiko y disparó. - ¡Estúpida! ¿Prefieres arriesgarte tú sola contra mí que siendo dos contra una? No, si al final van a tener razón los putos viejos que nos han tirado en ésta isla de mala muerte. -

Traición, una nueva sensación que invadía a Aratani. Hasta ahora se había cruzado con mentira, engaño, ira, diversión, lujuria, confianza, ilusión, amistad, esperanza, pena, dolor y soledad, hace un momento con indignación y caridad,  y ahora, traición. El repertorio empezaba a ser grande. Y lo mejor de todo, o lo peor, como quisiera verse, es que ella, en ningún momento había dejado de ser sincera o mostrarse como era. Prácticamente todos hasta ahora habían defraudado la poca confianza que había depositado en ellos, excepto uno.

Ahora un nuevo sentimiento se apoderaba de ella, avaricia. Apuntándole con su arma, miró a la otra chica - Quiero tus cosas, todas, dámelas y te perdonaré la vida. - en contra de lo que su sentido común le decía, estaba dispuesta a perdonarle la vida a aquella inútil, y que se fuera con viento fresco, pero sin nada, desnuda. Que renaciera de cero, si es que tenía valor la muy cobarde.

Mierda, no tomé del todo desprevenida a Aratani y pudo esquivar mi pobre ataque, la miré fijamente esperando la única acción posible, si me toca morir lo haré con los ojos abiertos, la escuché desvariar por un rato--no sé porqué te sorprendes esto es así matar o que te maten –y volví a clavar mis ojos en ella.

El disparo se pierde contra el suelo, la inexperiencia de los jovenes con armas reales hace que sea dificil de impactar a varios metros...pero ahora tan cerca...quien sabe que pasara....

Aratani parecia que se esperaba algun tipo de ataque, quizas no la tierra pero si algo, con suerte poniendo el brazo entre medio se cubrio de la arena...

Aprovecho el momento de duda tras el disparo para tomar una de las piedras de Aratani que deje caer al suelo y abalanzarme contra ella con la intención de hacerla caer y golpearle la cabeza con ella, el combate cuerpo a cuerpo no es mi es especialidad, pero con un poco de fuerza y una zancadilla puedo conseguirlo.--lo siento, fallaste, Aaaaaah!!-- grito mientras tomo impulso para tumbarla en la tierra.

- Mierda. He fallado. - pensó Aratani, mientras terminaba de recuperar el equilibrio y cogía la pistola con las dos manos.

Se había acabado el tiempo de hablar, ahora tocaba lo inevitable, luchar. - ¿Te atreves a decir que Saori y yo somos iguales? En una cosa tienes razón, nosotras al menos te hemos dado una opción sincera, tú eres una falsa, diciéndo que sí querías "unión" y cuando te lo propongo, me atacas a traición. No, no eres como nosotras, eres una perra cobarde que va a morir. -

Fumiko aprovechó la pausa para decirle las verdades a la cara para coger una de las piedras de Aratani del suelo y abalanzarse contra ella. Cayeron al suelo las dos, dando vueltas sobre ellas mismas. El peso de Fumiko la aplastó contra el suelo, Aratani sentía que se le clavaba la mochila en la espalda, con sus botellas y raciones en ella. Extrañamente, en aquella situación límite pensó en la inutilidad de tanto recolectar para nada. Notaba las manos de ella intentando cogerla del pelo y retener su cabeza, ante lo que ella se debatía como una fiera, intentando sacar la pistola que había quedado atrapada enmedio de las dos. Había perdido su palo afilado en alguna de las vueltas y ahora no sabía donde estaba. - Si pudiera apuntar... - pensaba Aratani haciendo la fuerza que podía.

- ¡BANG! - un disparo sonó.

Aratani notó humedad en su vientre.

Nº 14- Fumiko Kimura se avalanza sobre Nº 18- Aratani Asa y le golpea en la parte lateral de la cabeza esta queda aturdida pero en el forcejeo dispara el arma perforando el lateral del abdomen de Nº 14- Fumiko Kimura.

Un dolor punzante después de escuchar el disparo hace que me tema lo peor, a horcajadas sobre Aratani sólo necesito un vistazo para ver nuestras ropas manchadas de sangre. Mierda!!!, vuelvo a mirarla parece algo aturdida, intento golpearla con la piedra  antes de que me dispare otra vez, si tengo que morir lo haré luchando. Así que tomo la piedra con las dos manos y con toda la fuerza que puedo tener en estas condiciones le golpeo la cabeza, --mátame!! mátame!!-- le grito apretando los dientes mientras estampo la piedra contra su cabeza.

Aratani intentaba quitárse de encima a Nº14 - Fumiko, pero era prácticamente imposible, su compañera se aferraba a ella con una saña y una fuerza nacidas del terror, de la desesperación.

Aratani comenzaba a estar asustada, hasta ahora le había ido todo muy bien, y comenzaba a experimentar el dolor que otra persona te puede causar cuando quiere matarte. Estaba empezando a comprender qué era estar en el otro lado de la barrera. Una pequeña parte de su mente, una parte oscura que ansiaba probar todos los espectros de los sentimientos humanos, se deleitó con el miedo, con la sensación de impotencia de Aratani.

Pero la mayor parte de ella lo único que quería era demostrar a sus mayores que podía sobrevivir, que podía con lo que fuera que le echaran encima, aunque fuera una loca, una hipócrita como aquella, y salir adelante. Ella saldría de la isla, ella sería una ejecutiva de éxito y lideraría su propia empresa, llevándola a lo más alto. Su nombre se conocería y su empresa perdudaría.

No podía quitársela de encima, pero ella se había levantado liberando la presión de su brazo y permitiéndole sacar la pistola, así que hizo lo único que podía hacer. Mientras ella le gritaba fuera de sí, Aratani levantó la pistola, apuntó al pecho y apretó el gatillo.

Cuando vio la piedra bajar, hizo un movimiento con la parte superior del cuerpo y con el cuello, apartando la cabeza todo lo que pudo de aquel golpe cuyo destino era acabar con ella.

Ya no cabían palabras, sólo se trataba de sobrevivir, de voluntad. Y ella tenía un mantra.

Ése mantra la mantenía alejada de las emociones, de dejarse llevar por el terror o el paroxismo.

- Yo saldré de la Isla. - se empecinó Aratani, repitiéndoselo a sí misma.

Aunque Nº 14- Fumiko Kimura parece que va a golpear con la piedra contra el mismo lateral que el ataque anterior, un traspie hace que su ataque quede corto y pase por delante de la cara de Nº 18- Aratani Asa por el contrario esta vuelve a disparar pero la proximidad y el forcejeo hace que la bala se pierda en el bosque al ser disparada en el momento que no esta apuntando a nadie.

Dos balas menos, no se cuantas tendrá la pistola, pero tengo la esperanza que no muchas más. Respiré aliviada al ver que no tubo suerte esta vez con su disparo.

No me sorprende ver miedo en la cara de Arantani, yo también lo tengo, estoy herida y no sé cuanto me duraran las fuerzas. Parece que tengo todo en contra pero no me rendiré, así que no pierdo tiempo e intento quitarle la pistola y golpearla con ella en la cabeza. En estos momento el mundo se diluye al mi alrededor nada existe aparte de Aratani y yo, la necesidad de terminar con ella es más fuerte que el dolor, el frío o la sed que a veces aparece y me distrae. Sé que queda poco para terminar y eso me da más fuerza para luchar.