Partida Rol por web

Leyendas de Alleriah

La Mano Traidora

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31/03/2017, 15:31
Aramiel Alercerojo

Aramiel sonrió para si mismo en su interior al confirmar que se habían llegado al lugar correcto y más aun, al lograr orientarse un poco tomando como punto de referencia la ciudad de Ardan. El pelirrojo se sorprendió un poco al sentir el contacto con la mujer, pero se recupero rápidamente para evitar destruir la confianza en la mujer. Cuando esta menciono la comida, el simplemente sonrió aun más e inevitablemente comenzó a salivar más. Trago un poco antes de hablar y miro a la anciana nuevamente.

- Un perfecto nombre para una villa tan apacible, si se me permite decirlo - miro a su compañera y sonrió- supongo que podremos aceptar la invitación de esta amable mujer- Volvió a mirarla y mantuvo la sonrisa en su rostro- Creo que apreciaríamos mucho si compartiera su comida con nosotros. Dos cansados viajeros.

Aramiel intentaba ser lo más amable posible con la mujer. Pero en un momento sentía que quizás podía mostrar un verdadero aprecio por la mujer, aunque principalmente se debía a que su estomago era el que apreciaba a la mujer. Aun así, el trato de recordar que en aquel lugar habían fracasado una gran cantidad de mercenarios y quizás fuera esta mujer parte del fracaso. Pero el pelirrojo no dejaría pasar la oportunidad de comer apropiadamente, después de tanto tiempo racionando los alimentos.

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31/03/2017, 21:12
Director

La mujer amablemente os invitó al interior de la aldea. Un lugar que estaba ocupado por apenas 10 casas y una gran granja. Era un sitio humilde, no demasiado cuidado pero sobre todo bastante despoblado: allí no parecía haber ni un alma.

En cuestión de pocos minutos la mujer os hizo pasar a su casa, la cual era de arquitectura sencilla: madera envejecida por las décadas y polvo.

El interior estaba repleto de jarrones con flores bien cuidadas y un particular olor a ancianidad. Os invitó a sentaros en la mesa principal, cuidadosamente decorada con un mantel bordado a mano con mucho mimo seguramente.

Desde lo que sería la cocina olía a mil maravillas... seguramente se trataría del plato que estaría medio preparado ¿estofado quizás? vuestros estómagos rugían y vuestra boca salivaba.

Ahora parecía que teníais un par de minutos para compartir impresiones. Sin lugar a dudas vuestra llegada a la aldea había sido un éxito rotundo.

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02/04/2017, 15:08
Sora Hannï

Aquel lugar se veía viejo pero limpio. El aroma de las flores puestas en jarrones compensaba el olor con que los años impregnaba todas las cosas pero, por encima de todas esas sensaciones que llegaban a mi nariz había una que despertaba en mí una emoción especial... el olor a un guiso que consiguió que mi estómago comenzara a protestar ruidosamente. Quizás el hambre de los últimos días había conseguido que ese olor fuera lo único que prevaleciera sobre todo lo demás, pero reconocía que olía estupendamente bien.

—Aramiel... ¿No te parece un poco raro que un pueblo tan encantador y aparentemente pacífico haya conseguido derrotar a todos los que han venido a investigar?

Quizás no me estaba explicando con claridad, pero se me hacía muy extraño pensar en gente tan encantadora como esa viejecita haciendo desaparecer a expertos exploradores y aventureros. Y lo más importante de todo ¿por qué?

Habría que tantear un poco sobre los que nos precedieron. Si han pasado por aquí y hacia dónde han podido ir. Si los han visto, qué querían, cosas así... ¿No crees?  —Me di cuenta que quizás mis palabras pudieran ofrender a Aramiel, ya que me había dado cuenta lo susceptible que podía llegar a ser—. Sé que eres bueno con las palabras y no quiero decirte como tienes que hacer tu trabajo... —Definitivamente no parecía estar arreglándolo—. Creo que será mejor que seas tú el que hable.

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05/04/2017, 18:37
Aramiel Alercerojo

Aramiel siguió a la anciana junto con Sora. Mientras caminaban, el mundae no pudo dejar de preguntarse donde se encontraba toda la gente. Pues tan solo había una sola gran granja y nadie trabajándola, además no se escuchaba ninguna persona dentro de las pocas casas que constituían la villa. Aramiel, no le gustaba para nada cada pregunta que aparecía en su cabeza, algo ocurría en ese lugar y el sabia que pronto descubrirían que es era lo que sucedía.

El agujero en su estomago se hizo mas agudo, mientras su mente se vaciaba al llegar a la casa de la mujer. El mundae se olvido por completo de lo que tenia a su alrededor e incluso por un momento de sus inseguridades, todo al oler el aroma de la comida que se preparaba en la cocina. Casi se había olvidado de lo que era oler una comida hecha en casa, una buena comida. Las palabras de Sora lograron irritar un poco a Aramiel, pero era mas su apetito lo que generaba esa irritación. 

- También tengo ojos - Dijo el mundae con tono cortante, sin apartar la mirada de la cocina- Nadie trabajando en la granja, ni una sola persona aparte de la mujer. Amable con dos extraños con una excusa muy pobre cuando el camino es mas claro que el agua - dijo mas irritado el mundae, aun mirando hacia la puerta de la cocina- Si, lo mejor sera que yo hable y tu mantengas concentrada en preveer que alguien nos apuñale por la espalda.....- el mundae se llevo la mano a la cara y suspiro- Lo siento, mi señora Sora. La falta de sueno y el olor a comida me han puesto sensible- giro su cabeza y la miro mientras tocaba su bastón- Tan solo manténgase alerta. Y probare primero la comida por si tiene algo extraño. No quiero que pierda sus habilidades marciales por algún alucinógeno o posible toxina en la comida -Volvió a mirar hacia la cocina con mayor determinación, aunque su estomago rugiera- Tenemos que estar preparados para cualquier cosa.

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05/04/2017, 20:28
Yaya

A los pocos minutos la entrañable anciana con sus lentos pasos regresó al salón comedor.

En sus manos una poderosa cazuela custodiaba lo que probablemente sea una de las mejores comidas que podríais degustar:

Con una sonrisa imborrable os fue colocando a cada uno un plato a rebosar de un potaje de garbanzos. Teníais los cubiertos preparados e incluso una jarra con agua.

- Espero que os guste, a mi hijo le encantaba este plato... - suspiró melancólica.

- Por favor, no dejéis nada, sois mis invitados de honor - apoyó sus arrugadas manos en vuestros hombros y se quedó expectante a ver como comíais.

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06/04/2017, 23:18
Sora Hannï

Por unos instantes pensé que la tregua que habíamos mantenido Aramiel y yo se había roto aunque no supiera muy bien el porqué. Hice un esfuerzo por no enfadarme enfrentándome a mi compañero, pero no pude más que comprender que la tensión, la falta de comida y sueño, estaban haciendo mella en nosotros. Asentí con la cabeza a sus palabras antes de que la anciana hiciera aparición con su guiso.

Cerré los ojos cuando tuve el plato frente a mí, aspirando el aroma procedente de la comida y que sólo conseguía que mi estómago protestara aún más. Me moría de ganas por llevarme una cucharada a la boca, pero la recomendación de Aramiel me contuvo. Sin embargo, teníamos un problema. Si la mujer no se separaba de nosotros tendríamos que comer y, si la comida estaba drogada o envenenada, entonces no tendríamos nada que hacer.

Desde luego tiene una pinta estupenda, y huele que alimenta.

Dije a la mujer intentando ganar tiempo para ver qué hacía o decía Aramiel.

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07/04/2017, 14:08
Aramiel Alercerojo

Sora asintió justo antes de que la conversación se detuviera al escuchar los pasos de la mujer, pues ambos sabían que ya no estaban solos. Pero eso no fue la mayor razón para detener sus ideas, fue la visión de las humeantes cazuelas que reposaban en los platos que traía consigo. Aramiel no pudo evitar nuevamente olvidar las dudas que tenia respecto a la mujer, para poder lanzarse como un animal sobre la comida. El mundae trago saliva y se sentó en la mesa donde esperaba la comida, junto al agua en una jarra. 

- No puedo expresar en palabras cuan amable ha sido usted ayudarnos y en darnos una comida tan abundante - Aramiel era sincero cuando decía estas palabras. Pues lo único que tenían hasta el momento eran suposiciones, pero hasta que no tuvieran algo concreto, ella había sido amable con ambos- Si me permite...

El mundae todo la cuchara que tenia a mano y de una cucharada, tomo una buena porción que olio durante unos momentos y llevo a su boca para saborearla. En ese momento intento usar todos sus sentidos para detectar algo extraño en la comida, algo que le alertara que podría estar envenada. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Supongo que seria una tirada de Persepcion (Supervivencia). 

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07/04/2017, 18:55
Director

Notas de juego

Lo único que puedes notar es que la comida está tremendamente deliciosa

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07/04/2017, 18:56
Director

Notas de juego

Tu compañero no parece notar nada raro, lo notas rápidamente por sus gestos al saborear la comida ¿le acompañarás?

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08/04/2017, 08:33
Aramiel Alercerojo

Al cerrar los ojos, Aramiel solo pudo sentir como los garbanzos se desmenuzaban suavemente en su boca. Mientras que el caldo tenia una consistencia poderosa, con un sabor acido salado justo y balanceado. Las verduras con cada mordida liberaban su típico sabor y se mezclaban con los otros, creando una pequeña fiesta de sabor. El mundae trago, abrió los ojos y suspiro.

- Buena mujer, hacia tiempo que no probaba una comida tan deliciosa como esta - Dijo con una radiante sonrisa y luego miro a su compañera con la misma sonrisa, mientras apuntaba con su cuchara el plato de Sora- Apúrate o se enfriara.

Aramiel antes de coger su siguiente bocado, lleno su vaso con el agua de la jarra y de igual manera se concentro en discernir si había algo extraño en ella al llevárselo a los labios, para luego beberla.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Misma tirada para saber si el agua tiene algo o si esta pura.

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08/04/2017, 09:33
Director

Notas de juego

Para tu opinión, agua cristalina y refrescante.

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08/04/2017, 09:33
Director

Notas de juego

Lo mismo ocurre con el agua, Aramiel parece beberla con seguridad.

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08/04/2017, 14:19
Aramiel Alercerojo

Nuevamente Aramiel asintio, despues de haber bebido un buen sorbo de su vaso. El nuevamente miro a Sora y con una sonrisa, alzo su copa y volvio a dar otro sorbo antes de volver a concentrarse en el plato de comida.

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09/04/2017, 17:23
Sora Hannï

El olor de la comida estaba resultando toda una tortura para mí. Mi estómago rugia cada vez con más fuerza pero, a pesar de las ganas que tenía de llevarme una cucharada a la boca, esperé a que Aramiel probara un poco del plato, al igual que el agua que se acababa de servir, para saber si había peligro o no. Al ver como mi compañero asentía complacido, sin mido a comer o beber, me decidí entonces a probar un bocado recreándome en el delicioso aroma que desprendia el guiso y, al llevarme la primera cucharada a la boca, en el sabor de aquel plato caliente que tanto había echado de menos.

Delicioso en verdad. Hacía mucho tiempo que no comía algo tan rico. —Le dediqué una sonrisa sincera a la mujer mientras asentía con la cabeza a Aramiel, volviendo a llevarme otra cucharada a la boca—. Muchas gracias... —Dejé la frase en el aire ya que me daba cuenta que, aunque nosotros nos habíamos presentado, no conocíamos el nombre de la anciana—. No sé cómo llamarla.

Me serví un vaso de agua y le di un largo trago antes de volver a llenarme la boca con la comida que tanto estaba disfrutando.

No sé si por aquí pasarán muchos forasteros pero desde luego el trato dispensado es inmejorable. Está siendo usted muy amable permitiéndonos entrar en su casa y ofreciéndonos comida y bebida.

Mis palabras eran sinceras, no había ningún tipo de doble intención en ellas, aunque si eso daba paso a algún tipo de conversación sería bueno para nosotros.

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09/04/2017, 18:59
Yaya

La mujer se sentía muy complacida por vuestras palabras y sobre todo por la buena recepción hacia sus cocidos.

- Tan solo ofrezco lo que me gustaría que le ofreciesen a mi hijo cuando viaja por tierras extranjeras - dijo en un tono melancólico.

- No solemos tener muchos visitantes, grupos que vienen y van pero que como es normal no encuentran aquí nada de su interés. Somos gente humilde, en su mayoría de avanzada edad... por eso siempre nos alegra ver caras jóvenes - hizo una leve pausa y no dejó de servir cuando veía platos quedándose vacíos.

- Podéis llamarme Yaya, eso siempre me hace feliz -

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11/04/2017, 22:49
Sora Hannï

Encantada Yaya, pero como siga rellenándome el plato voy a estallar de un momento a otro.

Me sentía llena, había comido lo suficiente para recobrar las fuerzas e incluso mucho más. Escuché las palabras impreganadas de tristeza de la anciana, pero aún así intenté no bajar la guardia, a pesar de que comenzaba a sentir la modorra normal tras una buena comida que, unida a la falta de descanso, podría mermar mis sentidos. Hice un gran esfuerzo, centrándome en la idea que seguía rondándome en la cabeza desde que habíamos salido para llevar a cabo esa misión, y que se había acrecentado cuando llegamos a la aldea. ¿Qué había pasado aquí para que la pista de los que nos habían precedido se perdiera?

Así que su hijo viaja mucho. Desde luego es una pena comprobar como los jóvenes tienen que abanonar a sus padres y el hogar en el que nacieron. Me imagino que la vida aquí tiene que ser muy dura.

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13/04/2017, 07:43
Aramiel Alercerojo

Aramiel sonrío, cuando la mujer con modestidad deshacía sus halagos. Le hacia recordar viejos tiempos, donde la vida era mucho mas sencilla y también sin mucha emoción. Con una nueva cucharada en su boca escucho las palabras de Sora y reparo en que su plato estaba nuevamente lleno. Ya había tragado un plato entero, pero aun había espacio para un segundo, aunque no para un tercero. Poco a poco disminuyo la velocidad de sus cucharadas, por saborear mas la comida que se llevaba a su boca y a prestar mas atención a las palabras de ambas mujeres. Sobre todo a las ultimas palabras de su compañera, que retumbaron en su cabeza. No era el momento de pensar en el pasado, pero a veces algunas palabras lo golpeaban tan duro como una roca. 

- Lo es, mi señora Sora - dijo el mundae algo triste- Siempre lo es para quien se queda y ve marcharse a alguien amado. Pero es parte de la vida, movernos y obtener nuevas experiencias que el mundo nos brinda.......para luego volver al hogar -sus ultimas palabras sonaron falsas o al menos el las sintió así al terminar de pronunciarlas- Pero me parece que no es solo su hijo quien viaja por tierras lejanas, no he visto ningún joven trabajar las tierras ¿todos se han marchado en busca de mejores oportunidades? 

Aramiel trato de alejar de su mente el recuerdo de su familia atrás, pero no podía. Poco a poco perdió el apetito, pero aun así se obligo a comer al menos la mitad del plato por cortesía.

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13/04/2017, 09:58
Yaya

La mujer intentó sonreír, parece que cada vez le costaba más trabajo.

- Aquí tan solo quedamos padres y abuelos... está claro que ellos consideraban que su futuro no era el cultivar tierras o dar de comer a los animales - suspiró.

- Tampoco puedo culparlos... las generaciones de ahora no son como las de antes... tienen más... ¿inquietudes se dice? sí, inquietudes - la mujer comenzó a recoger vuestros platos, por lo menos cuando demostrasteis que ya no podíais comer más.

- Voy a recogeros esto... no penséis que os estoy echando ¿eh? estáis invitados a estar aquí todo el tiempo que necesitéis... a fin de cuentas la soledad no es agradable -

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15/04/2017, 18:39
Aramiel Alercerojo

El mundae hacia tiempo que no pensaba en su arboleda, en su familia. Pero las palabras de la anciana junto con sus sentimientos, era la perfecta imagen de lo que sus seres queridos sintieron al momento de su partida. Para el no había vuelta atrás, pues había hecho una promesa y sobre todo quería ver el mundo. Y es que para el, el hecho de viajar sea algo satisfactorio en cada momento, no quería decir que no hubiera un precio que pagar.

- Puedo entender a su hijo - dijo Aramiel con un tono meditabundo- cuando uno sabe que el mundo es mas grande que su hogar, nace algo que nos impulsa a ver que es lo que hay detrás del horizonte - Se levanto y tomo uno de los platos que sostenía la mujer- Agradezco su gentileza, mi señora Yaya. Pero no quiero abusar de esa cualidad que posee. Por lo que me gustaría saber en que puedo ser de ayuda, para así pagar mi deuda con usted.

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17/04/2017, 22:32
Sora Hannï

Un sentimiento de envidia y tristeza me invadió al escuchar a la mujer. Tristeza al ver la soledad en la que se habían tenido que sumir los habitantes de la aldea, sobre todo viendo como ésta se iba quedando abandonada al no haber gente joven dispuesta a sacarla adelante. Y envidia porque, en mi caso, no tenía un lugar al que verdaderamente pudiera llamar hogar pues los que deberían ser su gente la habían menospreciado toda su vida, simplemente por ser el fruto de una relación prohibida.

Observé a Aramiel el cual, como era habitual en el mundae, olvidaba con rapidez mi presencia pues ni siquiera la había incluido en el ofrecimiento de ayuda. ¿Acaso él también me creía un monstruo incapaz de sentir agradecimiento? Apreté los labios controlando mi frustración antes de levantarme yo también.

Como bien dice mi compañero, nos gustaría devolverle el favor que nos ha prestado. Si quiere le podemos arreglar la valla o cualquier otra cosa que necesite.