Partida Rol por web

Finalmente, tras subir interminables pisos parecía que el culmen de vuestra aventura por la torre iba a llegar...

Los últimos peldaños quedaron atrás, al igual que el doloroso recuerdo de todo lo que habíais tenido que superar, de como cada rasgo de vuestro cuerpo se puso a prueba, pero sobre todo de la vida de Niella que quedó atrás...

Cuando se subió el último peldaño se llegó a la cámara final, a la cámara del trono, al refugio donde Mashane ha estado conspirando no solo contra ustedes, sino contra todos los reinos.

La estancia era circular, sencilla, excesivamente sencilla. Al fondo de la sala había como era de esperar un trono, uno hecho de madera y cubierto con pieles comunes. Esperabais un desproporcionado uso de recursos: joyas, un trono de oro, riquezas exuberantes... pero la realidad era bien distinta.

En dicho trono se encontraba Mashane, pero aquella mujer de mirada joven y enigmática no era similar a la que se mostraba en las proyecciones del cielo. Aquella mujer no portaba las mismas ropas que acompañaban sus amenazas y su terror.

Aquella mujer aparentaba ser una chica normal, sus ropas eran comunes... sus cicatrices reales, al igual que sus imperfecciones.

- Enhorabuena... - dijo con una voz cálida, denotaba felicidad, incluso alivio. ¿Por qué?

Teníais a Mashane frente a ustedes. Era la verdadera Mashane, no una proyección mágica, no un semblante de terror, no una poderosa archimaga con lujos a su alrededor: solo era una mujer.

En su mano portaba una piedra, era de aspecto extraño y por cómo le prestaba atención a ella era fácilmente deducible creer que era algún tipo de artefacto mágico. Sabíais que si ella sola había sido capaz de llevar a cabo tantas artimañas y atrocidades, su capacidad mágica casi no tendría límites ¿sería esa piedra algún catalizador? ¿o el detonante de tanto poder?

- Llegar hasta aquí arriba significa mucho más de lo que creéis, soy consciente de que he llevado al extremo las capacidades de las personas, sin importar raza, sexo o edad - se levantó de su trono y se acercó lentamente. Aún había bastante distancia entre ustedes.

- Sé también que habéis hecho grandes sacrificios... pero todos hemos tenido que hacerlos. Algunos habéis accedido voluntariamente a llevarlos a cabo, otras personas en cambio no eran consciente de lo importancia de sus acciones y decisiones - parecía que aquella mujer estaba intentando daros algún tipo de mensaje ¿o era quizás una lección?

- Solo somos hormigas ante el verdadero poder. Nos creemos dueños de todo y de todos, nunca pensamos en las consecuencias y en lo afortunados que somos por tener lo que nos rodea: lealtad... amor... amistad... - se detuvo y se quedó mirándoos.

- Estabais deseando llegar frente a mi, la determinación de lograr un objetivo os ha hecho superar vuestros límites. Estoy orgullosa de ello aunque no seáis capaces de valorarlo - después se hizo un corto silencio...

- Sé que queréis actuar, acabar con mi vida. No os culpo. Pero hay algo que anheláis en vuestro interior, habéis llegado a la última planta, aquí podéis expresaros con tranquilidad... hablad, puesto que será la recompensa más inmediata - si teníais algo que decir era ahora el momento ya que puede que los instantes siguientes hagan cambiar la situación por completo.

¿Qué era aquello? Shany esperaba risas malvadas, muestras de poder, palabras burlonas… Pero no una muchacha hablándoles como si fueran niños que les encontrara haciendo algo malo, una mezcla entre tranquilidad y compasión que le impedía sacar su espada, aunque esta estaba aferrada con brutal fuerza. Le dolía la mandíbula de tenerla apretada y no podía dejar de mirar a esa perra.

-¿Puedes traer a la vida a Niella? ¿A todos los que murieron? – Hablaba a través de los dientes apretados, mostrándolos como si fuera una animal, una enorme pantera negra, lista para saltar sobre su presa-. Porque no llego a entender el motivo por el que haces todo esto.

Necesitaba un momento para recuperar de la impresión, pero el fuego de su interior no se apagaría tan fácilmente. Ahora mismo solo quería entender, darle un significado a todas las atrocidades que habían vivido y el por qué habían continuado con esa locura. Para alguien tan simple como Shany, matar a alguien era una cuestión de supervivencia, así que no entendía como podía haber asesinado a niños así como así. ¿Qué daño podrían haberle hecho?

Rstko, al igual que Shany había esperado a una altura Mashane preparada para lanzarles de todo, era tal el odio que llevaba acumulado que casi había empezado a recitar las palabras arcanas para lanzar su bola de fuego con premura, sin embargo aquella mujer lo descolocó por completo al presentarse de una manera distinta, era como si los hubiera puesto a prueba... Pero ¿por qué?

Cuando les dijo que que era lo que querían, Shany contestó por ambos pues eso era lo que el día al también habría dicho.

- Exacto. Queremos a nuestra Niella y a todos los que has matado de vuelta y saber ¿ Por qué has hecho todo esto?

Y de repente, observasteis como Mashane chasqueó los dedos. No sabíais en ese instante qué era lo que había provocado aquella maga pero... ¿y si había cumplido vuestro deseo?

¿Cuáles eran las verdaderas intenciones de aquella usurpadora?

- No tardaréis en entenderlo. Mi papel ha concluido, y el vuestro no ha hecho más que empezar -

Con un estruendo sentisteis como si el techo se derrumbase encima de vuestras cabezas, ¿era la torre que estaba a punto de colapsar? eso fue la primera impresión, sin embargo tan solo hicieron falta unos segundos para entender que era algo mucho más impactante.

Se empezaron a escuchar gritos que provenían de por encima de vuestras cabezas.

¡Magos, es el momento!

A la velocidad del rayo, un grupo de hombres y mujeres descendieron del techo ahora hecho escombros.

                                                 ¡Ahora!

¡Es el momento, atrapadla!

                                                                          ¡Encerradla!

¡Solo tenemos esta oportunidad!

Estupefactos, comprobasteis como un grupo de magos comenzaron a conjurar una prisión mágica contra la usurpadora. Habían esperando al instante en el que habían visto que Mashane se detuvo a tratar con ustedes para en un audaz movimiento, usar todo el potencial mágico del consejo de archimagos para canalizar la más poderosa de las magias de contención...

Mientras tanto... de un cuerpo ahora frío el hálito de la vida volvió a tomar posesión...

A la vez que el techo crujía amenazante y los archimagos iban apareciendo, el pecho de Niella comenzó a moverse de forma imperceptible, como si estuviese echando el último aliento. La joven seguía inerte, en brazos del diabal, con la cabeza colgando desmadejada, sin vida. Los hechizos volaban por todas partes levantando una electricidad estática y el sonido característico de los hechizos, pero  multiplicado. La diferencia entre un chaparrón y una tormenta.

—No os murais... Muerte... muy aburrida...— una voz débil, grave y cansada brotó de los labios de la joven dibumae, que confusa, intentaba abrir los ambarados ojos con dificultad... y miedo. —Por favor...No os murais

Aunque su respiración comenzaba a estabilizarse, apenas era consciente de lo que estaba pasando. Sabía que había muerto. Había sentido cada fibra de su ser desaparecer y fusionarse con la nada. Era consciente de que estaba viva, aunque no sabía como. La presencia de unos archimagos enfrascados en combate añadía más misterio a aquella cuestión. Sabía que la estaban sosteniendo, y que era Ratko, quien la llevaba. Con dificultad se movió hasta caer arrodillada al suelo, agotada. Ratko no era precisamente un portento físico, y aunque ella era delgada como una espiga, tenía que estar agotado tanto física como psicológicamente de cargar con su cadáver.  

Mi cadáver

Al pensar aquello un escalofrío recorrió el cuerpo de la muchacha que a duras penas intentaba entender que ocurría allí y quien era esa muchacha. Entonces comprendió: Aquella muchacha de apariencia inocente era Mashane, la tendera. Su imagen real. No podía ser otra. Y los archimagos estaban allí para detenerla. ¿Estaba realmente viva? ¿Estaban sus amigos en peligro? ¿Acaso algún poder la había momentáneamente para ver el final de sus amigos? Desde luego, eso parecía encajar con la crueldad de aquella mujer. La chica se llevó la mano a la cadera, buscando su daga en un movimiento más instintivo que inteligente. Pero aunque se movía con normalidad, en su mente todo ocurría a cámara lenta y con un molesto zumbido de fondo.

Una vez más, su contestación le dejó sin palabras. Era como tocar el fuego y sentir el frio penetrando tus huesos. Sencillamente no lograba cuadrar lo que sintió durante todo su ascenso a lo que comenzaba a sentir ahora. Aun aferraba la empuñadura de su arma, pero ya no sentía la necesidad apremiante de sacarla de su funda y enterrarla en el cuerpo de esa mujer. Ni siquiera se veía como se había estado presentando durante todo ese tiempo… Dio un paso al frente, decidiendo que aquello era otra ilusión, otra forma de manipularles para hacerles fallar. Entonces ella hizo aquel gesto, soltó otras inentendibles palabras y todo empezó a temblar.

El techo se deshizo y varios magos hicieron su aparición, tarde, para detener a la maga. Ahora la espada de Shany estaba en su mano, lista para cumplir el propósito prometido… pero el agitar del cuerpo de Niella le hizo cambiar totalmente de objetivo.

-¡Niella!- la joven hablaba en susurros, abriendo los ojos con lentitud y pesar-. ¿Cómo…?- miró a Ratko y luego a  Mashane, pero ella estaba siendo ahora apresada por esos magos. No contestaría más preguntas-. Ya estas a salvo- le apartó el pelo de la cara, arrugando el ceño a continuación-. ¡Fuiste muy estúpida! ¡No vuelvas a hacer eso!

Soltó un largo suspiro, volviendo su mirada a lo que estaban haciendo los magos. ¿Encerrarla era la solución? Obviamente era poderosa, tanto como para traer a la vida a Niella. O quizás eso también fue una ilusión, un simple truco. Ahora no podía estar segura de nada, solo de que esa experiencia fue mucho más intensa que todas las que había tenido en su corta vida.

No vuelvas a hacer eso!

–¿Eh? ¿Re...resucitar?– aún parecía confusa, y sostenía el puñal, sabiéndose en peligro pero, tratándose de Niella no estaba muy claro si hablaba en serio o no.

Ratko estaba todavía procesando todo lo concerniente a Mashame cuando sintió como el pulso regresaba a Niella y esta se escamoteaba de sus portentosos brazos, como si la muchacha pensase que la iba a tirar o lo mismo estaba confundida, la verdad es que eso de morir y resucitar era estresante.

El diabal vio el episodio que se produjo entre Shany y Niella con una sonrisa dibujada en los labios con los brazos cruzados para después intervenir.

- Resucitar no... que no vuelvas a tocar orbes raros ni por supuesto morirte... de no ser por que Mashane a accedido a traerte de vuelta me habría costado a mí hacer algunos tratos... cabeza hueca- le rascó la cabeza para revolverle el cabello con cariño.

Tras aquello buscó a Shany y la miró con gravedad

- No se que pensar de Mashame, ni de que los magos estén haciendo lo correcto... no se que pensar ni entiendo que pasa... y no me gusta.

- Resucitar no... que no vuelvas a tocar orbes raros ni por supuesto morirte. 

 —Pero... ¿funcionó? —la pregunta había sido hecha esta vez con total seriedad mientras desviaba la mirada hacía Mashane. Poco le importaba lo que le hiciesen a aquella despreciable mujer y, si lo que Ratko decía era cierto, seguía sin sentir que le debiese nada. Al fin y al cabo, había matado a muchos. Algunos ante sus propios ojos y, aunque no estaba segura, también había acabado con alguien a quien apreciaba mucho. Muy despacio separó la mano de la daga y, tras pasarla lentamente por el porta-pergaminos, se apoyó en Shany para ponerse torpemente en pie. Le costaba situarse, pero cuando Ratko hizo aquella observación fue firme.— Me da igual. Para hacerme ese "favor" tuvo que... 

Niella cerró los ojos recordando el orbe. No se arrepentía... Sabía que ella no tenía el poder del diabal ni la fuerza de la orumita. Sin alguna de esas dos cosas, todos habrían caído. Además, no quería que ninguno de ellos muriese. Se querían y eso era hermoso. Aun con aquellas consecuencias, no hubiese permitido que fuese de otra forma. La chica temblaba, agarrada al brazo de "su hermana mayor" pero no parecía dispuesta a ceder.

—Y a cuántos más ha... Y todo el miedo... No le debo nada. No a ella...

Su respuesta le hizo sonreír, de forma cansada y aliviada. Era la misma Niella de siempre. No había cambiado nada el que estuviera en el ese sitio donde se reunían espíritus. Una había vuelto, una de tantas.

-Nuestro papel recién ha empezado- dijo Shany mirando el actuar de los demás magos, entendiendo perfectamente el sentimiento de Niella. Ella misma habría ensartado su corazón con la espada de haber pasado unos segundos más, pero la resurrección de su compañera, la entrada de los magos y la enigmática actitud de Mashane le detuvieron un poco-. Creo que viene algo mas- dijo notando las fuerzas arcanas crepitar en el aire-. Lo que me deja aún más intranquila… -soltó un suspiro, manteniendo a Niella en su lugar sin el menos esfuerzo-. Deja que los magos se ocupen de esto por ahora.

Se encerrada para toda la vida, parecía un castigo justo. Morir era solo un paso a otro estado, así que no siempre era la solución… por muy gratificante que uno se sintiera luego de haber despachado cierta molestia.

Una de las magas que se encontraba en el lugar se dirigió directamente hacia vosotros.

- ¿Os encontráis bien? - comentó al fijarse en vuestro estado. Vuestro aspecto era de pena: heridas, cansancio, suciedad, estrés... no estabais precisamente en vuestro mejor momento.

- La tiranía de Mashane ha acabado, habéis hecho una labor única y seréis recompensados - tras decir aquello dio una orden al resto de magos, los cuales raudos y veloces empezaron a teletransportarse, incluida la usurpadora.

- Esta torre no se mantendrá en pié mucho tiempo, así que será mejor que uséis estas cuerdas para subir hasta nuestro barco - ¿estaba hablando en serio? ¿disponían de un barco volador? Eso explicaría cómo habían llegado hasta lo más alto de la torre. Aquel tipo de máquinas solo están disponibles para las grandes organizaciones o imperios.

- Este capítulo en la historia de la sociedad deberá borrarse pronto de la memoria de las personas. Debemos enfocar nuestros esfuerzos para que no surjan nuevos "locos" que quieran traer el caos a nuestro mundo - hizo un gesto para señalaros las cuerdas que os darían acceso al gran barco volador. Probablemente dentro de poco estaríais en casa. El problema es que muchas preguntas se quedaron en el aire y todas ellas involucraban a Mashane y a su propósito.

¿Alguna vez obtendréis respuestas a esas preguntas?

Recuperarse de la confusión no era una tarea fácil y, aunque se esforzase en aparentar que nada pasaba, algunos de los sentidos de Niella seguían zumbando, como si hubiese estado junto a una explosión de pólvora. Afortunadamente, parecía que toda aquella locura iba encontrando un sentido. O al menos pensaba eso hasta que de pronto se dio cuenta de algo que hizo que sus pupilas se dilatasen como las de un gato antes de saltar sobre un ratón organizando un desastre en toda la cocina.

La muchacha se lanzó a la carrera camino a la puerta y las escaleras y, hubiese conseguido su objetivo, de no haber sido porque se tropezó con el diabal, dándole el tiempo suficiente parta oír la advertencia sobre la inminente caída de la torre. Confusa de nuevo, dio un par de pasos atrás, alejándose de la maga.

¿Qué estaba pasando?

—Una ilusión... los cadáveres eran una ilusión —Lo había supuesto con los magos muertos de la entrada, pero la horrible visión de aquella habitación había hecho que lo olvidase todo.

Un barco volador. Habían pasado la maldita torre con un barco volador, sin tener que vivir esos horrores, batallas y muertes. Casi parecía hasta injusto que fueran ellos los que acabaran con la maga, cuando los tres habían dejado sangre, sudor y lágrimas en cada planta. Aun retumba en su mente las palabras de Mashane y esa maga. Como si se cerrara el mecanismo de alguna trampa o sentir que se eriza la piel justo antes que una daga afilada penetre tu piel. Un mal augurio sin duda.

 Entonces su ágil compañera comenzó a correr hacia las escaleras, siendo detenida por Ratko.

-Niella, no hay tiempo- no quería estar ahí dentro cuando esa cosa cayera, si tenía que cargar a su compañera para que no sucumbiera allí, lo haría. Incluso si debía dejarla fuera de combate con un seco golpe. No la vería morir otra vez, no luego de todo lo que habían vivido. Sus siguientes palabras le sorprendieron, pero aprovechó esto para convencerla-. Entonces mas razones para largarnos de aquí.

Sin perder tiempo, casi empujando a sus compañeros, les condujo hasta las cuerdas y se aseguró de que todos subieran por las mismas. El tiempo le daría sentido a las palabras de esa maga, de momento solo tenían que vivir lo suficiente para comprobarlo.

Había algo que no encajaba en todo aquel asunto sólo que el diabal no alcanzaba a saber qué... Cuando la pequeña Niella tropezó con ella y dijo lo de la ilusión fue cuando el demonio pareció comprender... Pero no del todo porque la verdad es que andaba algo espeso...

- Ilusión o no Shany tiene razón, tenemos que salir de aquí... Vamos-  dijo cogiendo a Niella en brazos sin esperar invitación, autorización o queja... Con la rizos cualquiera sabía era capaz de escamotearse y no pensaba verla morir nuevamente.

Y así fue como los tres miembros de los Nunca Olvidados ascendieron a través de la cuerda para alcanzar el barco volador.

Allí fuisteis recibidos por un grupo de sanadores que no dudaron en tratar vuestras heridas con la mayor brevedad posible. Otros en cambio os tenían preparadas algunas raciones de alimento para que recobrarais fuerzas.

Más de un soldado allí presente os dio un golpecito en el hombro, como muestra de aprobación por todo lo que habíais logrado. Ahora desde las alturas era más fácil ver todo, comprobar como la torre de Mashane no era tan inmensa como parecía desde fuera ¿o es que ahora que la maga no controlaba el edificio había cambiado?

Los operarios dieron las instrucciones para poner de nuevo en movimiento el gran medio de transporte mientras que otros vitoreaban un triunfo por el cual no habían tenido que derramar una gota de sudor, o por lo menos jamás su esfuerzo sería comparable al vuestro.

A medida que os alejabais comprobasteis con incertidumbre como aquel campo de cuerpos empalados y destrucción no estaba reflejado en la entrada de la torre... ¿confirmaba la sospecha de que todo aquello fue una ilusión? ¿pero para qué? ¿por qué tanto sufrimiento? ¿simplemente para dar una lección a los hombres y mujeres de Alleriah?

Os informaron que os llevarían directamente hasta vuestra sede, sería el regreso triunfal a casa, estando todos vivos y sanos pero con una pequeña incomodidad en vuestra conciencia... ¿quién era Mashane realmente?

Si intentabais hablar con el resto de la tripulación sobre la maga, todos hablarán de ella como de una tirana que ha sido derrocada en su propia fortaleza... pero nadie se preocupa de qué será de ella ahora justo en el momento que los magos del consejo la habían atrapado.

Nadie os quiere dar más información de la que habéis vivido en vuestras propias carnes, un halo de misterio y secretismo envuelve toda la operación, pero ustedes os preguntáis... ¿que más podemos hacer? tan solo sois un grupo de mercenarios que ha conseguir alcanzar la fama tras grandes éxitos.

Pero no sois héroes...

Una vez en la seguridad del barco volador, una portentosa maquina mágica, Shany observó la torre, notándola pequeña y miserable. ¿Sería por estar volando en lo alto que le parecía así? Ahora hasta le parecía una tontería lo que hicieron, de no ser por los sentimientos y cansancio en su cuerpo, minimizaría lo vivido.

-¿Qué sentido tuvo todo esto?- tenía sus manos sobre la borda del barco, apretando la madera con fuerza. Necesitaba esa sensación física para calmar sus temores, pues si aquello eras todas ilusiones, había un significado en esas pruebas, las que solían prepararte para algo mucho peor.

Miró a su alrededor, notando como todos festejaban, les animaban y lucían sumamente contentos. Ella no estaba de ánimos para festejar. Bebió agua y se llevó algunas frutas secas a la boca, sintiendo un nudo en el estómago. Se quedó luego al lado de sus compañeros, en silencio, intentando disfrutar de su compañía y de la experiencia de volar por sobre las nubes. Sin duda era mejor que navegar sobre el agua, momento en el que creyó que soltaría sus intestinos por la boca.

Sentada en la barandilla balanceando las piernas sin preocuparse de que bajo ellas no hubiese más que una larguísima caída, Niella intentaba centrar sus pensamientos. Le gustaba aquella sensación del sol bañando su cara. Además, el frío aire que agitaba sus cabellos le daba la excusa perfecta para no exponer más su piel. Mientras se alejaban a toda velocidad de la torre, echó un último vistazo a aquel lugar.

—Ya dije que no olían— observó la chica señalando al lugar que hacía poco había estado plagado de magos empalados. La chica parecía despreocupada e incluso feliz, y en parte se sentía así. Eso y la misteriosa desaparición del portarrollos de su amigo le había quitado un enorme peso de encima, y casi volvía a ser la misma de siempre. Sin embargo, eso no había borrado del todo su preocupación por Zaendar. ¿Debía volver a casa a comprobar que estaba bien? Ni hablar. Tenía que estar bien y no quería volver a un lugar donde la miraban como si fuese escoria. ¿Mandarle algún mensaje? No... todo aquello era absurdo. Ni siquiera se acordaría de ella, al fin y al cabo no habían tenido mucha relación. Él era un búho, tenía cosas mejores de las que preocuparse y acordarse. Intentando no pensar en ello, intentó pinchar a sus compañeros, tratando de hacer que se olvidasen de lo ocurrido.

Estirándose como si estuviese tranquilamente sentada en tierra echó la cabeza hacia atrás para mirar a aquella pareja a la que había cogido tanto cariño

—Osea, que no me he muerto ni he resucitado. No podéis decir que soy una imprudente. Si no ha pasado, no he cometido esa imprudencia, y por tanto no podéis echarme la bronca...

La chica estaba preocupada por Mashane, por lo que significaba todo lo que había pasado, pero no debía pensar en ello. No por el momento... Cuando estuviesen en tierra llegaría el momento de investigar.

Ratko estaba más pensativo de lo usual, a pesar de la victoria y el crédito que aquello significaba para el gremio no podía de dejar de preguntarse quien era realmente Mashae, si todo había sido una ilusión ¿Qué sentido tenía? Y sobretodo ¿Por qué había sido echa presa, por qué tanta premura por apretarla? Y sobretodo ¿Por que ese silencio? Sintió que las cosas no andaban bien... Quizá tenía que haber tratado de ayudarla, pero fue tan repentino todo que no tuvo tiempo de asimilarlo, una cosa estaba clara... Tenía que averiguarlo y no iba a descansar hasta conseguirlo.

- Sea como sea no tiene usted excusas señorita... Si hubiera sido de verdad si hubieras muerto, lo que te quita muchos puntos a la hora de elegirte para encabezar otra misión- debía tratar de eliminar sus tendencias suicidas antes de que en otra acabar muriendo de verdad y aunque hubiese sido de mentira, no le apetecía volver a tener esa visión de ella.