Partida Rol por web

—¿Qué? ¿Quieres que te haga algo en los ojos, Poli?—Niella chinchó a Poli, ante la indiferencia del diabal, que seguía enfadado con ella. Pero Niella, aunque le dolía, era terca como ella sola y no iba a retroceder un milímetro en su posición, de modo que presionó más a su compañero— Bueno, al menos ahora sabemos que los orbes no matan, son para trans

Y desapareció entre unos rayos de luz.

La muchacha miró a todos lados, asustada. ¿Qué era aquello? Y de nuevo, mente de Niella se trasladó a aquella horrible torre, pero esta vez no fue nada tan traumático como el montón de muertos. Solo era el puzle que se habían encontrado en la primera planta... y parecía más sencillo. Quizás había juzgado mal a Mashane... aunque si la había juzgado mal, implicaría que alguien tendría que morir de verdad en algún momento. 
Aquel pensamiento la bloqueó, hasta que notó el frescor del agua contra su pie. A pesar del terror que había causado en ella aquel presentimiento, la dibumae tragó saliva. Aquel no era ese momento. Aquel era momento para que los tres saliesen.

—Venga, recuerda, recuerda... que tocó Ratko, como lo hizo...—miró el agua que llegaba ya por los tobillos y decidió meter en primer lugar una al azar— No hay muchas combinaciones, pero quizás una incorrecta haga que salga más agua... Vamos a comprobarlo.

A medida que ibas intentando resolver el rompecabezas, el agua seguía subiendo...

Estoy muerta.

A pesar de que ese pensamiento le sacó una feliz sonrisa, el hecho de estar encerrada en lo que parecía una trampa le daba cierta claustrofobia. Para más inri parecía una prueba de inteligencia, justo lo que más fallaba Poli ya que, si ella veía un muro, en vez de intentar adivinar cómo abrirlo empezaba dándole cabezazos para tirarlo abajo con pura fuerza bruta.

PAUM

Se frotó la frente al ver que el golpe no había surtido efecto, mirando a un lado a otro mientras un repentino dolor de cabeza la asomaba. Piensa, piensa, piensa.- Repitió continuamente en su cabeza mientras que volvía a intentar darle otro cabezazo, “sólo por si acaso”, comprobando que esa aparentemente no era la salida correcta.

Ratko, Niella, ¡vosotros sois más listos! – Quería llorar, agacharse en una esquina y esperar a que alguno de los dos resolviera aquél extraño puzle cuando vio los cubos que había a su lado. Alguien más racional pensaría de primeras que los cubos servirían para algo, pero para no romper la tradición intentó dar una patada al primer cubo que pillara, cogiéndose después el pie y dando pequeño saltitos por el dolor del golpe.- Duele, duele, duele, duele, duele.- Puede que estuviera actuando como un pollo sin cabeza, pero ese movimiento fue suficiente para que uno de ellos reaccionara, creyendo que estaba más cerca de resolverlo.

Vosotros, os ne… ¿¡queréis dejar de reíros!? – Miró al exterior, donde estaban esas almas que la acompañaban día y noche riéndose por los continuos golpes que se estaba dando y el chichón que empezaba a formarse en su frente.- ¿Cómo que ya era hora de que me bañara? Ven aquí que te arree.- Intentó correr hacia él enfadada, pero durante unos instantes se olvidó que estaba encerrada y “pam”, nuevo golpe en la frente.

Teniendo una pataleta, se cruzó de brazos mientras esperaba encontrar la forma de salir de ahí, buscando la ayuda de los pocos que quisieran brindársela. Por suerte alguno de los difuntos tendría más inteligencia que ella.

A medida que ibas intentando resolver el rompecabezas (o alguno de tus amigos espíritus), el agua seguía subiendo...

Sólo había dos opciones ahora mismo: Se estaban burlando de ella todavía o entre todos los espíritus no hacían ni una neurona decente, bastante triste si se pensaba fríamente.

Comprobando que el agua cada vez ascendía más y más, empezó a golpear todos los cubos que veía como si de una pantalla táctil se tratase, esperando que si el ingenio no la ayudaba, al menos lo haría la suerte.

El tiempo transcurría y aquel condenado rompecabezas no terminaba de aceptar por válidas tus acciones. Todo sería fantástico si tuvieses todo el tiempo del mundo ¿el problema? el agua ya te llegaba más arriba de la cintura.

Tu vida dependía de cada movimiento.

Niella empezó a ponerse nerviosa, aquello no funcionaba e intentó buscar una lógica con los dibujos, empezando por el azul, que era el que creía era el de incio, por tener menos maracas exteriores. EL agua subía más rápido de lo que ella pensaba y, cuando le llegó a las caderas, empezó a temblar de puro miedo.

El tiempo transcurría y aquel condenado rompecabezas no terminaba de aceptar por válidas tus acciones. Todo sería fantástico si tuvieses todo el tiempo del mundo ¿el problema? el agua ya te llegaba más arriba de la cintura.

Tu vida dependía de cada movimiento.

Ratko ofuscado como estaba por querer proteger a Niella no vio venir lo que se le vino encima hasta que estuvo rodeado por aquellos muros de luz... Nervioso trató de liberarse por todos los medios, preguntándose qué estaría pasando con sus chicas... Sólo cuando el agua le llegó al cuello se obligó a tranquilizarse pues así no iba a solucionar nada y entonces vio los símbolos, tan similares a los de la Torre, quiso recordar cómo habían resuelto el puzzle pero no lo consigo de manera que los observó tratando de encontrar algún patrón... El orden podría hacerse siguiendo las gamas de color o quizás también los símbolos, los símbolos más sencillos eran los del cubo azul seguidos del verde a partir del rojo se complicaban siendo el más complejo el malva... Lo que podría significar que si el orden era empezando por el más sencillo tendría que venir primero el azul, luego verde, rojo y morado y si era al contrario habría que poner el orden inverso...

A medida que ibas intentando resolver el rompecabezas, el agua seguía subiendo...

Ratko maldijo en su idioma natal... Lo que quedaba muy siniestro porque su lengua materna era gutural y agresiva y Ratko estaba además muy cabreado... Viendo que aquellas combinaciones no terminaban de funcionar se obligó a recordar... Niella... Niella había sido quien había dado con la clave... Dijo algo de unas islas y número de líneas no recordaba exactamente el número que le correspondían a cada uno por lo que se puso a contarlas...  finalmente Rojo dieciséis, azul diecisiete, verde dieciocho y morado veintidós.

El tiempo transcurría y aquel condenado rompecabezas no terminaba de aceptar por válidas tus acciones. Todo sería fantástico si tuvieses todo el tiempo del mundo ¿el problema? el agua ya te llegaba más arriba de la cintura.

Tu vida dependía de cada movimiento.

Niella comenzó a desesperarse y a palmotear casi al azar aquellos malditos cubos. El terror se iba apoderando de ella mientras intentaba a toda costa no pensar en al agua, que ya le sobrepasaba el pecho. Tenía muy poco tiempo para escapar antes de que se llenase por completo. 

—Por favor, por favor... que alguien me ayude...