Partida Rol por web

El chino se echó a reir y señaló a Ryan con el dedo indice.

-Ahh, creo que te lo debía, cuando intenté hablar contigo por las buenas me tiraste por el balcón.

John se acercó a él.

-Me llamo John, y pertenezco a una especie de resistencia contra los rusos en esta zona. A muchos de los que estamos aqui nos trajeron con falsas promesas, a mi personalmente, trajeron a mi hermana desde un pequeño pueblo de china para trabajar aqui, pero ahora es una esclava de Boris.

Hizo un gesto con las manos.

-Ya se que todo lo que te diga yo no me lo vas a creer, no hasta que lo veas por ti mismo. Vete al barrio y pregunta por Xian Fu, sigue la pista.

Hizo un gesto al resto con la cabeza, y todos bajaron las armas.

-Miralo por ti mismo, tio, y si aun puedes dormir por las noches, entonces volveremos a pelear.

- ¿Xian Fu? - Preguntó Ryan mientras no podía creer lo que pasaba. - ¿Y cual es tu plan para darle por culo a los rusos? ¿Ir matando uno a uno? Son demasiados, te lo aseguro. -

Pero Ryan, con esas palabras, quería ocultar lo que sentía por ellos.

Si Boris tenía esclavos a su servicio, eso no era algo que a él le hiciera mucha gracia.

Para Ryan, un trabajo es bueno cuando te gusta lo que haces, no por obligación.

- Pero no te preocupes, iré a ver a Fu. Total, no pierdo nada. - Duelo de machos. - ¿Quieres decirme algo más? -

John sonrió por lo que dijo Ryan y negó.

-No, solo que puedes venir a verme cuando lo hayas encontrado, pregunta por mi en el cine de Chow, dos calles más allá desde aqui.

El chino apretó el puño.

-Somos pocos, pero luchamos por lo nuestro, los chinos cuando nos unimos somos imparables, a nosotros no nos pagan, como a ellos o como a ti, nosotros peleamos por nuestras familias, somos más peligrosos.

Los chinos empezaron a irse.

-Debes irte, no es bueno que te vean hablando conmigo. Recuerdalo, Xian Fu.

John saltó hacia un container y luego de ahi al muro, el cual sorteó y se perdió.

Xian Fu.

Bueno, es una pista.

Y el problema era que Ryan no tenía ni idea por dónde empezar.

Supongo que los tenderos no me dirán nada a mí, por lo de ser "no chino" y esas cosas.

- Espera un segundo, tu en el cine, vale, pero ¿dónde puedo encontrar a Fu? -

Sería interesante que me dijera dónde pillar al chinorri.

- Si quieres que confie en ti, podrías darme ese dato, no? -

No hubo respuesta, seguramente no lo sabía, piensas, sino lo habría hecho el mismo. Sin embargo, Boris controlaba el Chinatown, o al menos en parte, así que no era descabellada esa idea, no quedaba otra: había que preguntar por la zona de Boris sin levantar ninguna sospecha.

Buff. Pensó Ryan mientras regresaba al restaurante en el que había estado luchando contra los chinos. Y ahora a ver que coño le cuento a este, seguro que estará como una moto buscándome...

Ryan caminó de vuelta hasta el lugar, sin preocuparse por nada ni por nadie.

En realidad, si el ruso que lo había llevado allí para pelear estaba enfadado por que él había desaparecido, le contaría una fantástica historia de como persiguió a dos chinos por las calles del barrio de Chinatown y como les dio una tremenda paliza en uno de los callejones haciéndole saltar los dientes a uno de una patada.

Sí, supongo que eso bastaría. Pensó nuevamente mientras entraba por segunda vez a ese local.

Ryan volvía despacio, pensando en sus cosas, al restaurante chino. Anatoly había dicho que no destrozara mucho, pero él no se aplicó el cuento. Todo estaba hecho una mierda. Varias camareras limpiaban los restos. Una levantó la cabeza al ver al chico entrar:

-Está allí.

Dijo, señalando a la puerta que llevaba al almacén.

Por el camino, el hombre rapado interceptó a Ryan, el tipo que comía a su lado.

-Eh, chaval, he visto como te mueves, no está mal. Si algún dia dejas de trabajar para Boris, ven a verme al local "el talismán"

Dijo, dándole una palmada en el hombro. El tipo rapado se puso unas gafas de sol sobrias de cristales muy grandes.

Ryan se giró hacia él hombre que le había puesto la mano en el hombro y lo siguió con la mirada, mientras continuó avanzando hacia dónde estaba el ruso, haciendo un cálculo estimado de las pérdidas y de las ganancias.

Supongo que no estará enterado de todo lo que me ha pasado, y espero que siga así. No quiero que me dejen paralítico tan sólo por pensar mal de ellos... aunque merecido se lo tienen...

- ¿Qué tal fue la cosa? - Dijo el rubio con una sonrisa. - Yo he tenido que perseguir a dos por las calles hasta cogerlos en un callejón y darles una paliza, espero que no me haya visto nadie. ¿Qué tal todo? -

Vale.

Miento como una mujer cuando le preguntan por si virginidad, pero es que de otro modo, no me sale.

Eso me pasa por ser demasiado sincero.

Anatoly estaba en el sótano, allí ahogaba a un chino en un bidón de aceite reutilizable, mientras que se turnaba con otro, al cual tenía atado cual saco de boxeo, colgado de la pared, aunque ese pobre parecía solamente una masa sanguinolenta.

-Ah, ia illegado, perfecto.

Sacó al chino del aceite y lo tiró hacia un lado.

-Io jugaba a barquitos...

Sonrió de forma ácida.

-Ia veo, pues para ti todo ha terminado, puiedes irte, le hablaré bien de ti a Boris ¿ah? piosiblemente cobres 10% más esta vez.

Anatoly se remangó la camisa y empezó a sacudir al chino de la pared de nuevo.

- Vale, nos vemos. - Dijo Ryan mientras se dirigía hacia la salida, sin embargo, en el último momento cambió de parecer y se giró hacia el ruso.

- Oye, tío, una pregunta... ¿conoces a un tal Xian Fu? Cuando estaba apalizando al chino, me ha dicho su nombre y que él se encargará de hacerme pagar haberle metido el palo de una escoba por el culo. ¿Sabes dónde lo puedo encontrar? -

Tal vez si el Anatoly tienen alguna idea de quién y de dónde está, no tenga que enfrentarme al viejo después de todo.

- No sé, tal vez pueda hacerle una visita para darle una somanta a palos, por mi cuenta, de gratis para la familia. -

Los dos chinos la estaban pasando mal, pero si mi charla les daba un pequeño respiro, supongo que será bienvenido por ellos.

El ruso mira a Ryan como si estuviera hablando en chino, nunca mejor dicho.

-No se quién conio es.

Pega otro puñetazo, y las costillas del chino parecen romperse por el grito del amarillo.

-Uh! piero...puiedes ir a prieguntar al barrio chino de Boris...ahi hay de todo

Explicó.

- Vale, ok. Iré a preguntar por allí, seguro que alguien lo conoce. - Dijo Ryan mientras salía por la puerta.

Que Anatoly no sepa quién es ese chino no es buena señal.

Si es tan importante como me ha dicho el otro amarillo, ¿cómo es que no lo conoce?

Ryan salió del local y comenzó a caminar tranquilo por la calle en dirección al barrio chino.

Se detuvo en un escaparate para ver si tenía la ropa bien o algo de sangre salpicada de los chinos que estaban masacrando allí dentro y cuando comprobó que estaba todo en orden, continuó su camino hacia su destino.

Bueno, tal vez tenga suerte y de en el clavo antes de lo previsto.

Ryan estaba perfectamente, no había recibido ni un golpe ese dia, algo raro. Con aquella duda en la cabeza, decidió comprobar si el chino tenía razón o solo quería salvar la vida. El rubio cruzó el barrio chino de la zona de Boris y entró en casa de Bobby Li, si alguien podía encontrar a un chino en esa zona, era Bobby.

Ryan entró en el local de "Li electronics" y una campanita tintineo. Bobby cacharreaba con una PST de última generación (solo había una, y era una imitación de las PSP, aunque no era dificil darse cuenta, ya que, las PSP se jugaban con UMD mientras que la PST usaba cartuchos tipo gameboy)

-Buenas ¿te puedo ayudar en algo?

Saludó el hombre.

Ryan enarcó una ceja al ver como el chino trabajaba, pero no hizo ningún comentario.

Simplemente, entró al local mirando las cosas y cuando el dependiente decidió hablarle, se acercó a él con su sonrisa de millón de dólares.

- Hola, sí. Buenos días. - Dijo amable mientras pensaba como decirle lo que venía a buscar.

Podría ser directo, lo cual sería bueno para evitar darle vueltas al asunto...

O tal vez podría dar tantas vueltas que terminaríamos hablando durante dos horas sin llegar a nada...

Tú eres directo, tío. Haz lo que sabes.

- Verá, estoy buscando a alguien y me han dicho que aquí podría preguntar... su nombre es Xian Fu. -

El hombre negó con la cabeza y volvió a la máquina.

-Lo siento, no se de quién me hablas. Pero tengo una estupenda cafetera a precio de ganga, tienes pinta de tomar café, el café es bueno, aunque yo tomo té.

Explicó, sonriendo, volviendo la mirada al joven.

-Por pura casualidad ¿Conoces a Xian Fu o a Boris?

Inquirió apoyando los codos en el mostrador.

- Pues ahora que lo preguntas, conozco a Boris, aunque ese no es el motivo por el que estoy aquí. Busco a Xian Fu por otro motivo y además, es motivación propia... bueno, propia tampoco. Un chino, que me perdonó la vida hace una hora, me dijo que debía buscarlo para conocer la verdad. - Dijo el rubio con seriedad.

Igual, Ryan se preparó para lo peor.

No sabía como iba a reaccionar el chino y como son ellos, es muy capaz de saltar el mostrador y darme cuatro golpes antes de que pueda reaccionar.

- Así que, conoce a Boris, ¿no? -

Bobby se aclaró la garganta y cambió de cara, poniéndose serio. Dejó el cacharro de origen tailandés o vietnamita, sobre el mostrador y se inclinó hacia Ryan.

-Entonces, la cosa cambia. Conozco a Boris y conozco a Xian Fu, pero también te digo algo, a Boris no le gustará que metas las narices en esto, muchacho, no es que me importe lo que te pase, pero debes saber que si sigues adelante vas a levantar mucha mierda, y no espero que caiga en mi tejado ¿entiendes por donde voy?

Inquirió el chino.

-Xian Fu está en la calle El paso, justo en un bar chino que se llama El salón de Hong Kong. Yo que tú, no me dejaba ver mucho por allí, ni tampoco preguntaría por Xian Fu directamente.

Explicó. Un hombre entró en el local, parecía un turista, el chino se transformó de nuevo y sonrió al cliente.

-¡Welcome, my Friend!

Dijo, como si fuera el tio más feliz del mundo.

Ryan asintió ante las palabras del chino, y sobre todo, prestó atención a que si seguía por allí, la cosa se iba a poner complicada. Bueno, sus palabras habían sido "levantar mucha mierda", pero bueno... ¿dónde se había escrito que a Ryan no le gustaba levantar mucha mierda?

Era su especialidad.

Tenía dos cosas que hacía bien: La primera era luchar y la segunda, levantar mierda.

- No te preocupes, mierda es mi segundo nombre. - Dijo en chino, aunque no sabía si la frase había quedado bien.

Cuando entró el turista, el rubio ya estaba saludándole con la mano al dependiente y dirigiéndose hacia el lugar que le había indicado.

Que no le salpique la mierda, me dice... bueno, se ha portado bien conmigo, por lo que intentaré que no pase nada, chino.

Bobby sonrió por lo que dijo el chico por lo bajini e inclinó la cabeza, con cara de chino idiota.

-¡Vuelta otro día!

Añadió.

Ryan se puso en camino de nuevo. Se sumergió nuevamente por las calles de San Francisco, aunque en un entorno diferente, ya que él acostumbraba a ir de noche. Lo que no podía imaginar, era como iba a cambiar para él las cosas ese dia, esa noche.

Ryan llegó al garito, era una puta mierda, hablando en plata. La fachada parecía apunto de caerse, y un cartel, con letras en chino y en inglés, rezaba "El salón de Hong Kong" parecía estar abierto. Un chino salió del local y se tapó la cara por el sol, y luego salió algo que no pegaba con el "decorado" Un Ruso. El rubio se quedó en la puerta, mientras se fumaba un cigarro.

¿Pero esto que mierdas es?

Vale que he estado en garitos que estaban mal, pero esto parece a punto de derrumbarse si un mosquito se tira un pedo demasiado fuerte. ¿Quién puede querer entrar a un sitio que es una trampa mortal?

Tú.

Bueno, además de mí, claro.

Ryan se mantuvo en la acera del frente mirando con tranquilidad la puerta del antro infecto que tenía en frente, y grata fue la sorpresa cuando un ruso salió de allí con cara de pocos amigos. El problema era que él no lo conocía... ¿pero conocía el Ruso a Ryan? Eso nunca lo sabremos, por que el rubio se agachó tras un contenedor de basura para que nadie lo vea.

Vale, ahora seguro que la tengo montada. Espero que no me haya visto. Pensó para si mientras aguardaba que la puerta se despejara.