Partida Rol por web

Los golpes en la puerta no cesan.

Pum, pum...

Las astillas de la puerta saltan por los aires, signo inequívoco de que será destruída en breve.

Una voz más normal proviene del otro lado!

- Calmémonos todos!!

- Som s no tros, intentan o sa ir de esta  árcel    la q e nos h béis ence rad .

- Es á aman  iendo. Es momento    irnos tod s  e a uí. ...   ...  ...

Mantienes la pistola en alto... intentando discernir quien habla al otro lado en medio del golpeteo de la puerta.

De repente, la hoja de un hacha atraviesa la madera de la puerta.

Rick no para de golpear la puerta con el hacha. Una y otra vez. Una y otra vez. Como un robot enloquecido... Las astillas de madera saltan por los aires, y en un momento dado, la hoja del arma atraviesa la madera. No debe ser demasiado difícil echar la puerta abajo. Solo un par de embates más... En unos segundos, no habrá nada que separe lo que hay fuera de lo que hay dentro. 

Jimmy da un respingo al ver la herrumbosa hoja del hacha atravesar la madera y recula de nuevo. Las voces que oye bien pueden ser las del resto del grupo y no la de las monjas, pero un hacha son palabras mayores.

¿No es el hacha que llevaba Rubi en la mano cuando entre en la habitación con Steve?

Ha sido alguno de los Skilton quien ha gritado así??

NO DISPARÉIS!!! SOMOS NOSOTROS!!!!

Mierda!!! ¿Como se pueden complicar tanto las cosas?? En lugar de mantenernos unidos nos vamos cada por su lado, y encima con paranoias de quien es el malo...

La visión de Rick golpeando la puerta con el hacha me recuerda lo que pasó hace sólo unas ¿horas?, parece que hayan sido siglos... Entonces Marcos quiso detenerlo y lo que sea que poseyó a Rick o le hizo perder la razón lo mató.

Y ahora había alguien detrás de la puerta chillando algo sobre una monja , ¿quizás otra aparición fantasmal? y amenazando con disparar al que saliera. Pero si el que saldrá será Rick!!! La puerta ya está astillada. Sólo falta que quien esté al otro lado no dispare, por favor, que no dispare...

La situación se descontrola definitivamente. El filo del hacha aparece y desaparece una y otra vez a apenas metro y medio del cañón de tu pistola.

NO DISPARÉIS!!! SOMOS NOSOTROS!!!!

Una voz de mujer grita descontrolada y aguda al otro lado de la puerta.

Las astillas de madera saltan por los aires entre gruñidos y rugidos del que esté realizando la maniobra. Sientes como si estuvieras al borde de un precipicio. Has de tomar una decisión.

Disparar o no disparar.

El miedo te atenaza y te bloquea. No sabes si estás en uno de los momentos más lúcidos de tu vida o en el más confuso.

De repente, pam!

La puerta se abre de par en para hacia afuera partiéndose por la mitad...

El hacha se retuerce entre la madera, vencida y claudicada, dejando vía libre para que lo del interior salga a tu encuentro.

De repente, tienes tomada la decisión...

Las astillas de madera saltan por los aires.

De repente, crack!

La puerta se abre de par en par hacia afuera partiéndose por la mitad...

El hacha se retuerce entre la madera, vencida y claudicada, dejando vía libre para que lo del exterior, armado y amenazante, salga a vuestro encuentro.

Nunca había disparado una pistola, nunca. ¿Qué hacer? si disparaba y era uno de sus compañeros de excursión sería un peso a cargar durante toda la vida sobre su alma. Pero probablemente se condenaría a muerte, pues o los mataba a todos o le matarían a él una vez que hubiese hecho el primer disparo, pues ahora lo que fuese que estuviera encerrado estaba libre con la puerta rota.

Dios, Dios, Dios...

Ni siquiera era católico y realmente no esperaba ningún milagro. La decisión era suya y no tenía nada que ver ni Dios ni Buda... ahora el podía quitar vidas, era un pequeño dios en mitad de una tormenta y podía decidir el destino de los pobres mortales que salían a recibirle ofreciendo sus vidas como humildes presentes, tal era el poder de esa pistola.

Que cojones!

BUM!

8 gramos de plomo con camisa metálica volando en una trayectoria errática hacia el cielo. Esa bala fue indultada de su indigno porpósito, no mataría a nadie, solo era una advertencia con la esperanza de frenar en seco a lo que fuese a salir.

¡SALIR DESPACITO Y DE UNO EN UNO! QUE SEPAIS QUE SI ALGUN CAPULLO SALE CORRIENDO COMO UN PUTO POLLO SIN CABEZA, ME LO VOY A BAJAR, ¿ENTENDIDO?

Sostengo con mayor fuerza la escopeta, de forma inconsciente, pero como si de alguna forma, pudiera darme más seguridad..

Rick, al descubierto tras romper la puerta, queda al capricho del exterior.. - Espero que no disparen pienso mientras la voz del exterior será la indicadora de la identidad de quien en el exterior nos espera y amenaza..

JIMMY! Jimmy! Jimmy!

Dios no! Ahora no!

Cómo para complicar aún más la ecuación, y llevar al extremo la situación, una nueva variable entra en juego: Steve...

Por alguna extraña razón, el menor de los Skilton sale de la biblioteca a voz en grito llamándote. Tienes demasiadas cosas en la cabeza y no atinas a contestar. Apartar los ojos de la puerta puede ser la diferencia entre vivir o morir.

BLAM!

El sonido de la pistola resuena en el ambiente como una voz llamando al orden y al concierto.

Steve escucha el disparo sin saber qué pensar. A lo lejos, bajo la lluvia, observa a su hermano con el brazo levantado. El pie sangra profundamente y la debilidad por la falta del viscoso líquido comienza a hacerse patente. 

El disparo no parece haber ejercido ningún efecto en quien sea o lo que sea que aporrea la puerta para echarla abajo. Puedes observar pies y manos que atraviesan las maderas astilladas, y el hacha que sigue mordiendo sin piedad la puerta.

BLAM!

El sonido de un disparo os deja paralizados. Quien sea que está en el exterior va armado y parece estar dispuesto a usar el plomo sin demasiados remilgos.

Las miradas se dirigen inmediatamente al jugador de rugby. Todos esperan ver como el cuerpo del grandullón cae herido de muerte al suelo por efecto del disparo. Pero en vez de eso, una voz conocida resuena al otro lado:

¡SALID DESPACITO Y DE UNO EN UNO! QUE SEPAIS QUE SI ALGUN CAPULLO SALE CORRIENDO COMO UN PUTO POLLO SIN CABEZA, ME LO VOY A BAJAR, ¿ENTENDIDO?

Por el tono y la manera de hablar, parece Jimmy.

Sin embargo hay alguien que ni siquiera ha oído la detonación: Rick sigue aporreando con manos y pies la puerta. Está a unos instantes de echar la madera abajo.

Jimmy no sabe si disparar a la puerta, echar a correr o dispararse a si mismo y terminar con todo esto. Cada vez estaba más convencido de que los que trataban de salir eran sus compañeros. Eso no era necesariamente malo, aunque estando como estaban de idos en su último encuentro y además armados, tampoco se les podía recibir con un abrazo.

La cosa no pintaba bien y menos si Steve le estaba llamando. Eso significaba que Greg estaba peor, a mejor no podía ir la cosa, estaba claro.

Tengo que entrar y ellos quieren salir, pues vale, que salgan y yo entro, busco el aceite y nos vamos.

Sin lograr convencerse a si mismo se acerca a la puerta para abrirla y que puedan salir.

Jimmy?

JODER JIMMY! SOMOS NOSOTROS Y RICK ESTÁ FUERA DE SÍ GOLPEANDO LA PUERTA, NO DISPARES, OSTIA!!!

Y hago una señal al resto del grupo para que se aparten de la puerta y del posible disparo de Jimmy, ya que es imposible parar a Rick.

Rick está fuera de control. Probablemente el muñeco de vudú no funcionará en una mente tan desquiciada, aunque sí lo había hecho tras el asesinato de Marcos. Elizabeth observa una vez más el pedazo de trapo que sujeta en una de sus manos intentando decidir si merece la pena intentarlo. Si no lo hace, es posible que alguno de los Skilton dispare al grandullón acabando con su vida y la mayor parte de sus problemas. Qué demonios, en el fondo se lo merece. Mató a Marcos sin piedad atravesando su cuerpo con el hacha, así que no estaría mal que pagase con su misma moneda. Por otro lado, su amiga ha estado incomprensiblemente enamorada de él, y ya ha sufrido bastante en aquella casa como para no hacer algo por evitar más dolor.

Lanza un suspiro y clava una aguja en el brazo que representa al que sujeta el hacha. Acto seguido, eleva la mirada hacia el jugador para comprobar si todavía funciona aquella magia oscura.

Jimmy sonríe nerviosos bajo la lluvia, es un avance, al menos se estan comunicando. Sabe que no tiene tiempo, tiene que entrar a la casa echando leches, es prioritario. Durante unos segundos mira a Steve en la lejanía recortado contra la luz que sale de la biblioteca. Sin gritar, pero en voz alta para que le oigan dice:

No voy a disparar, de momento. Pero ayudaría bastante que Rick dejara de pegar hachazos a la puerta, así podría ayudaros a salir. ¿No teneis una pelota o algo así para tirarle por el pasillo y que se entretenga mientras os abro? Por cierto, no voy a estar cerca de Rick si lleva un hacha, vi lo que le hizo a Marcos. Lo siento, si me amenaza lo mataré, aunque la ciencia me critique por haber eliminado el eslabón perdido de los neanderthales...

Steve sale de la biblioteca tambaleante, levantando la cabeza en busca de su hermano mientras le llama, dejando entrever en sus gritos un gran dolor, incluso parece como si estuviera llorando. Acierta a ver a Jimmy cerca de la puerta de la biblioteca, apuntando con su arma a alguien que no es capaz de ver. De pronto, el bramido de la pistola resuena en la noche.

Debe ayudarle. Por eso sale corriendo hacía él, apretando con fuerza los dientes para intentar sofocar el dolor de su pie. Sin embargo, cada paso se hace insoportable, más aún debido a lo abrupto del terreno hasta que, al pisar una piedra que sobresalía del piso, la planta de su pie se deformó tanto al intentar acomodarse a ella que hasta volvió a sentir el finisimo dolor que experimentó en el momento en el que le clavaban aquel cristal, cayendo estrepitosamente al suelo, dando de cabeza sobre uno de los grandes charcos que se habían formado por la incansable lluvia. No había tiempo para lamentos, no había ni un sólo segundo para mirar y sujetas su pie, que dolía tanto como si en un instante fuera a dividirse finalmente en dos mitades longitudinales entre sus dedos.- JIMMY!- sólo pensaba en llegar junto a él para socorrerle, arrastrandose ahora sobre el barro, a cuatro patas, sin darse cuenta de que en aquel deplorable estado era él el primero que necesitaba ayuda- DEJADLO! DEJADNOS EN PAZ DE UNA PUTA VEZ!

Elizabeth clava la aguja en uno de los brazos del muñeco de vudú que representa a Fabiano.

Bien por falta de concentración por parte de Elizabeth, o tal vez porque la mente de Rick ya ha pasado a pertenecer a la "casa", el efecto esperado por la gótica no surte efecto.

El jugador de rugby gruñe y tras una patada brutal, echa abajo la puerta que cae contra el suelo con gran estruendo. Partes de madera quedan colgando de los goznes, mientras otros trozos han salido disparados hacia el porche.

Como un león enjaulado que ha sido recién liberado, Rick se para un segundo. Mira a Jimmy. Y despúes más allá.

Acto seguido echa a correr...