Partida Rol por web

Subes ahora caminando. Tienes la sensación de pasar como a otra dimensión. El hecho de elevarte del terreno y ascender parece como si te dejara respirar un poco mejor, como si se te aclarara por un momento la mente. Aquí arriba, a mitad del ascenso, te sientes libre...

Miras al frente. Los terrenos del convento llegan a su fin colina abajo. El exterior...

Ahí afuera debe estar el mundo normal, sin fantasmas, sin llantos paranormales de bebés... El mundo de los cuerdos.

Con la mirada perdida miras a la oscuridad exterior.

Pero... ¿Qué es eso?

Una luz lejana se mueve lentamente, zigzagueando, apareciendo y desapareciendo ahí a lo lejos...

Sin pensarlo ni un momento Rick se deja guiar por la fantasmal luz, sin apenas cuestionar su origen. Algo en su mente primitiva le recuerda a un faro que sin duda debe conducirle a un lugar seguro.

El exterior resulta tentador y la fria oscuridad y la falta de moles inquietantes como la colina, el convento o el maldito edificio... parece tranquilizadora. ¿Acaso podrá dejar todo eso atras?

Decides bajar la colina en pos de la luz en vez de seguir subiendo la misma hasta... ¿Hasta dónde?

Esa luz te ha hipnotizado. Podría tratarse de un faro ciertamente, pero que tú sepas, el mar está a varios cientos de kilómetros del lugar. ¿Un ovni? Déjate de gilipolleces... A la velocidad a la que se mueve y por cómo lo hace puede ser...

Puede ser...

Te lanzas colina abajo. Al descender sin sendero y campo a través pierdes de vista la luz. Unos cientos de metros más abajo te encuentras con una pared. El muro exterior de los dominios sagrados del convento.

Si, hay un olor extraño. Parece como a cereal. ¿Un granero tal vez?

Greg sigue con la mirada el recorrido de su hermano, que avanza hacia una de las puertas.
Ten cuidado- le dice, cuando Steve retira la mano de la pared de madera-, seguramente la madera tenga astillas.

Poco a poco, Greg se acerca a la altura de su hermano, esperando a que este abra la puerta.

O unos establos...

Sugiere Jimmy encogiéndose de hombros.

Todos estos clavos de la pared podrían servir para colgar los arreos de los animales. De todas forma da lo mismo que sea un establo, un granero o el Hilton. Hace frío y con eso vale para que quiera llevar mi culo de Skilton a la biblioteca.

Mira a sus hermanos a la escasa luz del mechero.

¿Nos vamos ya?

- Ay! Joder! Me cago en su...- exclama Diamante a la vez que se llevaba el dedo a la boca. Había sentido una fina punzada en él
- Esto podría ser un cuarto de herramientas- al menos, eso eran lo que habían querido entender sus hermanos porque hablar a la vez que uno se chupaba la yema del dedo eran claramente acciones incompatibles- era lo que estabamos buscando, no?- esto último si que se le pudo entender. Ya tenía la boca libre y su cara estaba ahora plenamente iluminada pues se había acercado ese dedo y el mechero en busca de la astilla que se había hincado, a la vez que se urgaba con la uña del dedo indice de la otra mano intentando encontrarla también por el tacto.

Sin hacer demasiado caso a la astilla clavada, Steve abre la puerta de la pared izquierda. Los goznes chirrian de manera aguda cuando la madera gira sobre sí misma. La luz del mechero apenas logra iluminar nada de la nueva estancia. Ésta parece ser grande, ocupar el resto de la planta del edificio. Huele tremendamente fuerte, como a cereal húmedo. Sin entrar más en la zona es difícil conocer más detalles del nuevo lugar. La luz del mechero es claramente insuficiente...

La otra puerta ha quedado cerrada.

Steve sigue chupándose el dedo mientras explora el lugar. Greg permanece a su lado. El agua de la lluvia os tiene helados. Los zapatos chapotean a cada paso...

- ¿Nos vamos ya? - dice Jimmy.

Detectas fácilmente la astilla al pasar la lengua por tu dedo. No hay sangre y no parece grave.

Solo una astilla... Mientras no haya tétanos... o como se llame, todo irá bien! Sonríes para ti mismo.

Sientes más molestia que dolor. Sin unas pinzas y más luz no podrás quitártela.

Un convento, el lugar más sagrado, en este infierno debe ser el más maldito. Posiblemente el bosque, la colina, no sean más que la sombra de ese terror.

Al menos esa es la idea que le asalta. Rick palpa las frias paredes para comprobar que no es una ilusión creada por su mente, observa alrededor por primera vez pareciendo precavido y razonable para un hipotético espectador que espera no exista. Por primera vez se siente esperanzado, no a salvo pero al menos ve la perspectiva de salir de todo esto y eso le tranquiliza.

Mira hacia arriba buscando el límite de la muralla que se interpone en su camino, un lugar en el que es tan dificil entrar como salir. Observa a los lados en busca de los límites, esta vez los horizontales. Una puerta, una salida, una brecha en el muro...

El enloquecido deportista es asaltado por un recuerdo ante el obstáculo de piedra, él mismo arañando una pared, tratando de salir desesperádamente. La muñeca. Los recuerdos le provocan un escalofrio pero le parecen hechos lejanos, de otro día u otra vida.

Exploras a tientas en la oscuridad. No hay puerta ni salida aparente.

El muro es de unos 3 metros de alto, de adoquines construidos a la vieja usanza. Están frío y húmedos, tienen musgo y plantas que crecen entre piedra y piedra.

En la parte alta no hay alambres de espino, ni ningún otro impedimento, o eso te parece. Empiezas a ponerte nervioso. La posibilidad de salir de ese lugar es real. E incluso la posibilidad de ... ... No prefieres pensar en ello. La ansiedad te puede. La luz que has visto permanece en tu cabeza.

El muro es escalable...

Diamante intenta secar en vano su dedo lleno de saliva en su empapada sudadera mientras guiña los ojos como si de esta forma pudiera ver a través de la oscuridad que es lo que hay realmente en esa habitación- Espera un poco, coño- le pide a su hermano Jimmy- si esto lo usaban para guardar cosas de esas a lo mejor podemos encontrar algo de gasoil que usaran para maquinas. ¿Que vamos a hacer en la biblioteca? ¿Te lo digo yo? Nada. Lo que tenemos que hacer es encontrar algo para irnos de aquí cuanto antes, ya se que tienes frio, yo también- dice abriendo los brazos para mostrar su ropa llena de agua- pero nadie va a venir a buscarnos para solucionarnos la papeleta que tenemos esta noche.
Miró a Jimmy intentando ver si lo había entendido. En ningún momento había levantado la voz, aquello no había sido una recriminación. Simplemente trataba de recordar cual era su prioridad. No era la de leer libros raros, como la gente que se había quedado en la biblioteca, ni montar ningún circo, como había hecho Rick. Sólo salir de allí...así de fácil...Estiró el brazo donde tenía el mechero para que su luz lo precediera mientras entraba en lo que, según parecía por el olor, era un granero- Cereales...-dice en voz baja- ¿No dicen que los motores de gasoil podrían funcionar hasta con aceites vegetales?

Eres el primero en atravesar el umbral de lo que crees pueda ser el granero del convento, o al menos el almacén del mismo.

Con el dedo aún en la boca buscas a tientas en la pared de tu izquierda una vez atravesada la puerta. Instintivamente. Copmo buscando el interruptor. No hay ninguno. Pero un poco más arriba si que ves un objeto colgado de la pared. Una especie de quinquel de mano.

Steve lidera a los hermanos Skilton y es el primero en entrar a la nueva estancia.

Bien, pues echemos un vistazo. Ya que estamos aquí no nos cuesta nada. Si realmente encontramos aquí combustible, habrá merecido la pena- Greg sigue a su hermano Steve, colocándose muy cerca de el, pues la luz del mechero no alumbra más allá de una distancia demasiado escasa- Eso si, si no muero por el veneno del bicho, moriré por una pulmonía. Joder, el puto karma debe de estar riéndose de nosotros.

En la oscuridad lo que ves colgado de la pared es esto:

La posibilidad de salir de este infierno espolea a Ricky y el esfuerzo al tratar de trepar le hace sentir bien. Siente sus músculos en tensión, descargando, el sudor en su frente. Como cuando juega al rugby.

La mente le ha jugado demasiadas malas pasadas hoy y vaciarla para explorar los límites de sus posibilidades físicas le relaja. No es nada fácil pero en el plano físico se siente cómodo y no está dispuesto a darse por vencido.

Jajaja

La repentina expontaneidad de Gregor al borde de su ensayada parsimonia divierte sobremanera a su hermano pequeño, que sella la carcajada con una palmada en la espalma mojada de su hermano.

Yo también siento que mi karma se quiere liberar a través del chacra, lástima no tener papel higiénico porque me estoy cagando a base de bien.

La seguridad de estar los tres hermanos unidos da una nueva seguridad a Jimmy, que recupera su usual sentido del humor.

Titubeante al principio pero más decidido después comienzas a escalar y a trepar por el muro límite de los dominios del convento. Al tacto la piedra está húmeda y fría. Notas el musgo y las plantas en las yemas de tus dedos. Sigue lloviendo y tus deportivas resbalan más de una vez en el ascenso. Pero lo consigues. Unos segundos más tarde estás encaramado a horcajadas sobre el muro. La luz vuelve a aparecer más abajo. Tras el muro hay un desnivel de tierra bastante pronunciado y árboles.

Miras de nuevo hacia el convento. No es visible. La colina te tapa la visión. Miras al exterior. Estás dispuesto a huir en soledad y dejar atrás al resto, incluída a Rubí. La luz se mueve unos kilómetros más allá, acercándose poco a poco.

Durante un momento la duda asalta a Rick, antes de dejar todo atras. Mira a su alrededor y la cercanía de la libertad, contempla hipnotizado la extraña luz que se acerca. La lluvia cae en su cara con fuerza impidiendo que se concentre en ningún pensamiento.

Un último instinto, en algún lugar, le hace reacio a abandonar el lugar... pero no es por Rubí.

¿o acaso sí?

Tal vez por Steve, el único verdadero amigo que ha tenido desde hace muchos años. Debe estar buscando a su capitán en estos momentos y posiblemente esté en peligro por eso.

Los demás.... desde luego no será por la siniestra gótica que le odia, tampoco por ese pedante empollón de Mark. Desde luego al viejo bibliotecario y al maestro de yoga no les desea ningún mal pero tampoco le importa lo que sea de ellos. Al fiestero de Jimmy le había cogido cierto cariño, solía ser compañero de diversión pero al fin y al cabo no le pasará nada que no se haya buscado. ¿Y acaso no es mejor salvarse él a que mueran todos?

El pensar en la muerte le hace volver a fruncir el ceño con una extraña sensación, sin tener valor para decidirse Rick se limita a mirar la luz que parece acercarse como si en ella pudiera estar la solución de sus problemas.