Partida Rol por web

Continúan con la penetración en tu boca hasta que un fluido dulce se esparce en tu paladar. La hada deja que saborees el néctar ademas de sacar el fruto de tu boca. Va pasando la fruta por tu rostro dejando que olieras el aroma dulce. -Ves que podías. Dice con una sonrisa mientras deja escapar la liana que rápidamente se enrosca en tu cuerpo, rodeando tanto tu vientre como tu cadera. Las dríadas miran la liana divertidas y se apartan, pero de todas maneras continúan abriéndote el sexo. La liana se ladea un par de veces en tu entrada como suponiendo que aquel era el lugar donde debía entrar antes de hundirse en tu interior de golpe. Podías sentir como la liana junto con la fruta habrían recorrían tus paredes, forzándolas a ensancharse con cada milímetro que recorrían. Ignoraron el himen y lo rasgaron, pero en vez de sentir un dolor intenso por haber sido desvirgada, solos sentías una oleada de placer. Quizás producto del néctar que llevaba la fruta. Con suavidad la hada te va acariciando el cuello, pasando su lengua. -Veo que lo disfrutas...no te preocupes... Ves que de entre la madera salen mas lianas con el mismo fruto. -No te vas a quedar insatisfecha.

Las dos dríadas que quedaban dejan a su amiga y se dirigen a tu culito, que ya había perdido parte de la fuerza ante la insistencia de la dríada. Lentamente fue introduciendo uno de sus deditos ya que la presión era fuerte, mientras la otra lamia tanto la entrada como el dedo que iba entrando. Cuanto mas aflojado estaba mas rápido se movía. Al igual que la liana que ya la notabas en el final de tu sexo, golpeándote casi el vientre.

Cuando la liana salió de mi boca pude volver a respirar con normalidad mientras sacaba el liquido del fruto que no habia podido tragar. No pude descansar mucho rato, en un momento las driadas se apartaron de mi intimidad para dejar que la liana de antes entrara en mi sexo con fuerza abriendo mis paredes para poder entrar hasta el fondo.No pude evitar gritar de placer aunque pensaba que al principio gritaria de dolor. El hada lamia mi cuello cuando mas lianas con los mismos frutos aparecieron alrededor E-espera... a-ahhh...demasiado... iba diciendo palabras sueltas, no era capaz de formular una palabra entera.

Aunque las driadas se apartaron de mi sexo no iban a parar de jugar conmigo asi que empezaron a jugar con mi parte trasera A-aahhh..q-quietas... dije mientras no paraba de gemir con fuerza.

La hada ríe mientras te abre la boquita. -Tanto te estas quejando y mira... Te inclina la cabeza para que pudieras ver como la liana entraba en tu sexo haciendo unos ruidos extraños. -Estas muy mojadita. La hada indica a una de las lianas que se acercara para introducirse nuevamente en tu boca y obligarte a lamerla. -Para cuando acabe de jugar contigo, me pedirás que continué y no pare. Y no parare. La hada sonríe y se quita de encima de ti. Se queda unos instantes observando a las dríadas como juegan contigo.

Las dríadas acaban de aflojar tu otra entrada y agarrando una de las lianas como si fuera un miembro te lo introducen dentro, la liana no pierde tiempo y comienza a extenderse rápidamente, golpeando las paredes y con ellas a la liana que ya estaba en tu sexo. Casi parecía que quería llegar al estomago. Las dríadas continuaban lamiéndote la entrada y eso le dio una idea a la hada.

Se acerco a una de las lianas y le arranco el fruto, no aprecia dañarla ya que la liana continuaba allí, moviéndose como si nada. La hada se paso el fruto por su sexo, derramando su liquido en su intimidad. Poco a poco podías ver como su clítoris se iba hinchando mientras el néctar caía encima de ella. A los pocos segundos un enorme miembro erecto apuntaba hacia tu sexo. -Ahora seré yo quien juegue contigo. La liana de tu sexo se retira dejando que tus fluidos se derramaran en el suelo. La hada coloco su miembro en tu entrada y fue penetrándote lentamente. Al contrario que la liana, tus emociones no se encontraban nubladas por el néctar. Podías sentirla plenamente. -Disfruta héroe.

El hada indicó a una de las lianas que se acercase para ocupar mi boca otra vez mientras las driadas hacian entrar algo dentro de mi culito, eso me hizo dar un grito de sorpresa, no veia lo que hacian pero supuse que era otra planta por lo grande que era. La dos lianas empezaron a golpear mi interior mientras las driadas lamian mi parte de atras, era demasiado, no podia dejar de gemir cada vez que las lianas me penetraban, cerré los ojos avergonzada pero los abri otra vez cuando la liana de mi sexo salio dejandome descansar unos segundos antes de que el hada se pusiese delante de mi intimidad y metiera un miembro que parecia ser suyo. Era grande y grueso, me pareció mas suave comparado con el fruto pero me estimulaba igual que este. Aaahh... n-no puedo mas...m-me vendré... dije casi susurrando.

La hada no deja de mover las caderas ni un instante ni siquiera ante la previsión de venirte. -No te preocupes, puedes venirte una y otra vez. Porque no pararemos. Tu interior estará bien marcadito con mi miembro para que no olvides la sensación de tenerlo dentro. La hada ríe y tocando la base de su miembro hace que crezca unos centímetros mas llegando al final de tu útero.

Las dríadas mientras tanto ya no aguantan la excitación y no dejan de jugar entre ellas, lamiendo las lianas y pasándolas por sus sexos, empapando las lianas con sus fluidos antes de adentrarse en su interior. El aire se llenaba de ruidos de gemidos conforme iban jugando cada vez mas. Sin perder mucho tiempo las lianas te dieron la vuelta y colocaron tu culito a la altura de la cintura de la hada, dejándote completamente expuesta. Al igual que antes una de las lianas golpeaba tu entrada trasera con fuerza, pero la hada se puso encima, dejando que con cada sacudida hubiera un roce en su sexo mientras te penetraba. -Te gusta? Verdad que te gusta? Va diciendo la hada dándote pequeñas nalgadas. -Ya no querrás irte de aquí. Ríe sin dejar de penetrarte.

Antes de que pudieras darte cuenta, la fruta que había en tu boca dejo escapar un torrente de savia dulce en tu boca, estando en la posición en la que estabas no podías hacer otra cosa que tragarla, ademas que al salir impregno parte de tus pechos con aquellos fluidos. Pero eso no era todo, sentías un quemazón en tu clítoris, como si estuviera ardiendo. De pronto recordabas que efecto tenia aquella extraña savia.

Sentia todo el miembro del hada dentro de mi empujando con tanta fuerza que llegó hasta mi útero, mi voz cada vez era mas fuerte aunque no se pudiera oir por la liana que tapaba mi boca. Las lianas me dieron la vuelta y , con la liana aun dentro, el hada entró en mi parte trasera dejando mi sexo chorreando liquidos. Intenté cerrar las piernas para poder acariciar mi intimidad pero las lianas no me dejaban moverme, no podia estar un segundo sin que nada estimulara mi interior, estaba impaciente, pero cuando quise quejarme la liana de mi boca soltó una gran cantidad de savia que tuve que tragar a la fuerza, aunque una parte se derramó por mis pechos. De pronto senti que mi clitoris emezaba a arder y caí en la cuenta de lo que le habia hecho la fruta a el hada.

El calor se esparcía por tu cuero, estimulando cada rincón de tu sexo y zonas erogenas. Sentías cada caricia y cada pequeña presión que te hacían las lianas, haciéndote sentir un placer intenso. La hada no paraba de mover las caderas, pero su miembro comenzaba a hincharse cada vez mas, incluso sus jadeos iban en aumento. -Parece que estoy llegando a mi limite... susurra la hada en tus orejitas. -Te voy a dar tu recompensa directamente en tu culito, disfrutalo héroe. Las driadas se acercan rápidamente a ti y se colocan de rodillas debajo de tu sexo con la boca abierta. No sabias lo que venia hasta que la hada no se vino.

Notaste como tu interior se bañaba de unos fluidos cálidos que te llenaban por dentro. Era demasiado y el miembro de la hada no dejaba de expulsar fluidos, tantos que comenzaba a caer al suelo. Al mismo tiempo las lianas y frutos que te rodeaban comenzaron a tirar néctar encima de tu espalda y cabello, llenando tu cuerpo de aquel néctar pegajoso y que provocaba calidez a tu cuerpo. Sin perder el tiempo las dríadas comenzaron a lamer los fluidos que caían y parte de tu sexo, intentando que no cayera nada al suelo, pero eso era difícil ya que era mucha cantidad. Las lianas comenzaron a desatarte y dejarte en el suelo, dejando que tu cuerpo extrajera por si mismo los fluidos que había tragado. -Lo has hecho muy bien heroe. Seguro que vuelves a por mas.

El hada se vino dentro de mi llenándome de sus líquidos calientes que me hicieron venir dando un largo grito de placer mientras las lianas soltaban a mi alrededor su néctar que fue cayendo por mi cuerpo dejándolo pegajoso. Antes de eso las dríadas se habían puesta debajo de mi y en ese momento empezaron a lamer los líquidos que iban cayendo en el suelo. Al acabar las lianas me dejaron estirada en el suelo mientras el hada se despedía con una última frase juguetona y desaparecían.

Cuando desperté seguía cubierta por los restos que habían dejado. Al haber descansado un rato mi interior había soltado todo lo que había quedado de el hada y la planta que estaban dentro asi que pude levantarme, coger la ropa e irme de ese lugar.

Llegamos al bosque, un lugar verde y lleno de vida por corromper y esclavizar. No tardan mucho en venir a recibirnos. Sin embargo no viene sola, sino que viene acompañada de varias bestias que nos gruñen y amenazan.  Desenvaino la basta cuchilla que me proporcionaron al salir de los pozos y sonrió, mientras mis ojos refulgen de emoción ante la perspectiva del combate.

-Y ¿Con esto piensas disuadirnos? Un par de perros sarnosos y una exhibición de tus encantos. Acabare con tus cachorros y me quedare contigo.- Reclamo, con una mirada viciosa señalando a la mujer.

-Encuentro irritante tanta luz. He vivido casi toda mi vida en las ciudades subterráneas de mi pueblo. No sé como hacen los habitantes de estos luga…

Su charla banal se interrumpe con la aparición de los lobos y la dríade. Mientras el súcubo la señala con intenciones sexuales, Zebit da un discreto paso hacia atrás concentrándose en su oscuridad interior, pero el sol le quema los parpados, así que tendrá que luchar sin los trucos mágicos que han hecho famoso a su clan. No va a decir nada ingenioso ni hacer promesas grandilocuentes. Simplemente desenvaina su arma.

Ante la escena dentro del bosque voy muy de a poco alejándome hasta tener la suficiente distancia para atacar con el arco, si el incubo los distraía por un rato podría comenzar a atacarlos pero me mantuve alerta esperando una señal de él.

Durante esos minutos muy suavemente saco uba flecha del carcaj, la coloco en el arco y lo tenso mientras que con una mirada de atención permanente mantengo el objetivo apuntando, un movimiento en falso y recibía una flecha.

Iba hablando con Zebith por el camino aunque mantenía las distancias todavía, cuando efectivamente la luminosidad del bosque empezó a hacerse molesta, ya me había acostumbrado a la corrupción de la ciudad y en ella mis sentidos se agudizaban, no tardaría en acostumbrarme a esta nueva escena, pero era más molesta. Ante nosotros apareció una comitiva de recibimiento inesperada, con una sonrisa en los labios pues tenía ganas de desengrasarme en el combate, saco el látigo y mientras lo hago restallar añado:

-Este bosque, driada estúpida, perteneció a la corrupción antes de que llegárais y lo estropeárais todo, ríndete ahora y te prometo que te haremos el mínimo daño posible- evidentemente era completamente mentira, pero ¿desde cuando una elfa oscura decía la verdad? Abusaríamos de ella, pero antes debíamos sortear a sus compañeros, dije mirando a los lobos para saber cual cargaría primero.

-Este bosque pertenece a las criaturas puras que lo protegen! Dice la dirada desafiante mientras estira uno de sus brazos, haciendo que los lobos se acercaran rapidamente a vuestro encuentro. -No soñeis que vais a poder entrar!

Los lobos se lanzan al combate a las ordenes de su señora. Rápidamente los colmillos afilados de uno de los lobos se clavan en el brazo de Rakdrak haciéndole una herida bastante fea, un segundo lobo consigue darle un zarpazo en un costado, pero su piel es dura y su resistencia alta. No era una gran amenaza aquellos chuchos. Un tercer lobo ataca a Tania, casi derribandola en el suelo, gracias de la armadura que portaba, podría haber sido una herida grave. En cambio, al estar mas lejos, los lobos que atacaron tanto a Adriendil como a Zebith no aciertan muy bien, causándoles simples arañazos sin importancia. El único peligro en ese momento era Adriendil y Tania. Sus armas eran de larga distancia o media. Los lobos estaban cuerpo a cuerpo.

La driada mira a sus pequeños y a ella misma y alzando su voz podéis ver como la corteza del árbol se desprende y cubre tanto parte de su cuerpo como parte del cuerpo de los lobos. Los estaba protegiendo con su magia. No sabíais que fuerza tenia su hechizo. -Caeréis seres corruptos. Ante mi y el bosque.

La driada continuaba firme a su postura sin ceder un segundo, estaba claro que no permitiría un paso mas de nuestra parte por esa razón nos envía a sus lobos para deshacernos de nosotros.
Por suerte me encontraba un tanto alejada apuntando con mi arco, esperando el momento para atacar pero de golpe un lobo se acerca demasiado a mi arañando parte de mi brazo, intenté dispararle pero la cercanía del objetivo solo perjudicó mi disparo.
Frustrada espero que el resto pueda hacer algo, lamentablemente las armas a distancia no sirven de mucho cuando tienes un combate cuerpo a cuerpo.

Retrocedí unos pasos para poder tomar la distancia necesaria para poder atacar a aquellos lobos que tanto daño nos estaban inflingiendo, mi instinto natural fue ir a ayudar a Adriendil, pues con su arco podría ser  la más certera para acabar con la driada, de no ser por el ataque tan brutal que nos habían inflingido a Rakdrak y a mí, hubiera acudido a liberarla de aquel lobo a Adriendil, sin embargo tanto Rakdrak como yo estábamos muy malheridos con su primer ataque.

Tras dar los pasos atrás necesarios uso la cabeza roja del látigo que pedía sangre con su voz de serpiente y retalla en el aire sobre las cabezas de los lobos

El elfo contempla como el chucho le muerde en la pierna.
-He pagado por que me den mordiscos más decentes. -Dice en un tono ironico antes de levantar su arma y dejarla caer sobre el canido

El contraataque contra los lobos no salia como esperabais, ya que tanto Tania como Adriendil fallan ante su ataque, el débil golpe es parado por una extraña magia que la dríada seguro había puesto en sus amigos. Zebith consigue golpear con fuerza a uno de los lobos, hiriéndole casi de gravedad, pero el lobo aun tenia fuerzas para continuar luchando. De igual modo, los lobos atacan tanto a Adriendil como a Zebith, intentando que no hicierais mas daño a sus compañeros. Consiguen daros unos buenos zarpazos en los brazos, y sus bocas expulsaban saliva presa del frenesí animal con el que se caracterizaban. La dríada continua mirando el combate, con una sonrisa casi triunfal en su rostro. No esperaba perder este encuentro.

Buscando zafarme de los lobos trato de cortarlos, blandiendo el arma. Sin embargo mi movimiento es torpe e ineficaz dejando claro que no va a resultar efectivo.

Gruño enojado recuperando la postura y sin perder de vista a aquellas alimañas. La ira hacia que la sangre me hirviera.

Ante mi ataque fallido intento deshacerme de aquella bestia que me imposibilitaba moverme, con mi arco le doy de lleno en su cabeza, el animal pega un grito de dolor permitiendome sacar el brazo de sus fauces.
- Desgraciados, me lo hacen difícil. - expreso mientras que arranco un poco de tela de la falda y me cubro la herida evitando que se infecte.
Observo el entorno y me planteo la posibilidad de subirme a un árbol para mayor alcance con mi arco pero como controla todo esta driada no me queda otra que esperar y ver si mis compañeros tienen mas suerte que yo.

Zebith vuelve a realizar un golpe. Está vez tiene más hostilidad a su alrededor y su sangre elfica ya mancha el suelo, pero aún así no perdona al lobo con el que ha empezado a luchar