Partida Rol por web

- "Valkyria, aquí Rapaz. Hemos perdido a Rapaz 1, Rapaz 2 asume el mando. Dos amfibios enemigos se aproximan desde la orilla Este. Son un problema. Cambio." -

Busco con la mira telescópica del láser largo un blanco enemigo al que disparar.

Venria empezó a recargar el lanzamisiles colocando uno de fragmentación en el arma... poco podía aportar en esa situación

La explosión me erizó la piel, tras lo que me asomé para comprobar lo ocurrido. Entre el Padre con su lanzallamas y mi detonación de las cargas el puente estaba vacía, por el momento, y convertido en un infierno. 

Aparté la vista de las llamas, pues la mecadendrita me ayudaba a ver mejor por la noche, pero me podría deslumbrar la luz de las llamas. Ajusté el rifle a su máxima potencia mientras rezaba al Omnissiah para que no explotara en mis manos, giré buscando un objetivo y apunté hacia el anfibio al que había disparado un misil Venria. Respiré un poco, apunté y disparé, pero fallé por mucho.

-Maldición -dije mientras seguía atento a que no entraran más enemigos por el puente.

La infantería había sido eliminada, y algún disparo bastante decente había logrado acertar, pese a aquello que dijo mi instructor sobre que era más seguro para todos si a mí no me daban un rifle laser. Aquellas tardes de instrucción en la galería eran realmente frustrantes. Pero ahora solo quedaban los blindados, y nada podía hacer contra ellos con mi rifle laser, por lo que aproveché el momento para sacar algunas vendas y cambiarme los ensangrentados vendajes de mis heridas. También me inyecté una dosis de calmantes y otra de antibióticos. Había que prevenir todas las infecciones que se me echarían encima muy pronto con aquellas heridas mal curadas.

El Padre Karras permaneció a la espera, la sonrisa pintada en su rostro ante la ardiente visión del enemigo calcinado. Los pájaros habían llegado para hacer caer la muerte desde el cielo. Sin ningún objetivo a tiro de lanzallamas, esperó a ver cómo se desarrollaban los eventos para buscar un nuevo objetivo. Con un poco de suerte, los chimeras se convertirían en naufragios.

     Como especialista que era, Grish se concentró en buscar los puntos débiles de aquel vehículo enemigo. Se fijó en la disposición de las soldaduras, en las planchas de blindaje, en la tracción... cualquier posible brecha o juntura donde derramar el ardiente poder de su arma. Muy pronto estaría dentro de su alcance y podría a prueba su puntería con ellos.

Los vehículos no parecían tener puntos débiles, eran una tortuga de metal reforzado por todos lados. Venria estaba colocando otro misil en el tubo lanzamisiles y Grish tenía el vehículo fuera de alcance, por lo que no tenían armas pesadas para disparar contra el vehículo. Sólo el valkiria.

Fijado. Boomer lanzando misil. 

Dejando una estela de humo el misil impactó contra el anfibio, zarandeándolo por el impacto, pero causando daños leves.

Joder, ¡qué blindaje! Pasando a munición perforante, reajustando ángulo.

El valkiria comenzó a virar en el aire para hace runa pasada con los cañones.

- "¡Destruidlos! ¡Por el Emperador!" -

Sigo arengando a mis hombres mientras apunto y disparo un disparo sobrecargado a máxima potencia contra uno de los amfibios blindados.

Karras abrió su microcomunicador.- Sargento, voy a reposicionarme para dar el recibimiento que merecen a los soldados del vehículo. - cerró el micrófono.- Markus, acompáñame. - Karras empezó a retroceder por la presa, intentando adivinar dónde se colocarían los anfibios, si es que llegaban al otro lado.

Venria cogió con fuerza el lanzamisiles recién recargado... mostró los dientes y guiñó uno de los ojos... Su ayudante le estabilizaba la parte trasera del tubo del arma pesada. No dijo nada, no fue necesario, la mujer no lo pensó dos veces, en cuanto tuvo en la mira a uno de los vehículos abrió fuego... esta vez el emperador estuvo con ella.

- "Que el fuego los purifique, Padre." -

Veía como el vehículo anfibio aguantaba todo lo que le echaban y algo más, y pensaba, como podría hacer para destruir eso, si tuviera una carga como las de antes, o un lanzagranadas. Miraba a Venria y a Grish, que eran los que portaban las armas que podrían hacer mucho daño.

Pensé en mis granadas de fragmentación y maldije a los encargados de logística por no habernos asignado algunas perforantes. Así que pensé en que cuando abrieran las puertas se comerían un par de granadas por la entrada, que dentro de ellos podría hacer destrozos en la tripulación.

Afiancé el arma de nuevo, con la carabina a plena potencia y rezando al Omnissiah para que los espíritus-máquina de esos vehículos me perdonaran por lo que iba a hacerles y que entendieran que lo hacíamos por liberarlos de la corrupción del caos.

     Al fin el primero de los anfibios se acercó lo suficiente como para disparar el rifle de fusión. Era un tiro ajustado, pero posible al fin y al cabo. Al fin podría hacer aquello para lo que lo habían entrenado: destruir blindados. Haciendo la parábola precisa, el chorro de calor mortífero impactó en aquel extraño vehículo, haciendo sisear el aire a su paso. Tan pronto como soltó el gatillo, se preparó para disparar de nuevo por si aquello no había sido suficiente.

Aquellos vehículos eran una trampa mortal. El 101 era una unidad preparada para el combate anticarro y lo demostraron. LA inmensa cantidad de proyectiles láser, explosivos y de fusión que los anfibios recibían desde la presa estaban causando una carnicería a los tripulantes de los blindados.  Uno de ellos perdió sendas piezas de plastiacero cuando un misil explotó en su costado y luego recibió un chorro supracalentado que zarandeó violentamente el vehículo. El anfibio pareció perder el rumbo y se dirigía contra la presa, fuera de control.

El segundo blindado no le fue mucho mejor, pues unas llamas empezaron a brotar de él, junto con los gritos de los herejes que ardían en su interior.

¡Dejadlos! ¡Que se quemen! (Salvar al soldado Ryan)

     Grish había tomado la medida a aquel vehículo. Era importante que lo detuviese antes de que impactase contra la presa y pudiera causar daños. El primer impacto le sirvió para corregir el tiro y conseguir otro aun mas certero. Las sucesivas ondas de calor concentradas en tan poco tiempo sobre el blindado, lo convertirían en una trampa mortal para sus ocupantes, que seguramente hervirían en su interior.

     Contra todo pronóstico parecía que estaban perseverando en proteger Ishmael a pesar de todos los factores en contra de tamaña hazaña.

Satisfecha con lo ocurrido, Venria se dispuso a recargar el arma nuevamente... solo le quedaban dos misiles por disparar...

Viendo que uno de los vehículos está ya muy cerca apunto rápidamente y disparo un disparo sobrecargado contra él. Lamentablemente, me he precipitado demasiado y fallo.

- "¡Maldición! ¡Vamos, muchachos, quemad a esos herejes!" -

Sigo animando a mis chicos, están haciendo un buen destrozo.

Cuando el chorro de fusión impactó sobre el vehículo se produjo un quejido metálico que fue seguido de una explosión muy violenta. Trozos de metal incandescente salieron volando en todas direcciones, se produjo una lluvia de fuego que cayó al agua e las orillas y sobre la presa. El agua en torno al lugar donde había estado el anfibio quedó vaporizada y se produjo un breve maelstrom cuando el agua quiso recuperar su terreno. El otro vehículo fue zarandeado por la explosión aunque siguió avanzando.