Partida Rol por web

Phillip recoge sus cosas y se prerpara para irse.

Bueno, pues hagamos borrón y cuenta nueva. Pero las cosas están así, aquí corremos peligro y a donde vamos probablemente más. Les contaremos lo poco que sabemos cuando tengamos un rato de asueto y ustedes también nos explicarán un par de cosas. Y ahora m
ás vale que nos esfumemos.

-Bien, dejemos ya las peleas estúpidas. Esta es la firma del catedrático del museo británico, no hay duda. Así que cualquier suspicacia queda descartada. Lo que está claro es que el lugar no es seguro gracias a la señorita Brenda, pero tampoco creo que fuera seguro antes de que ella decidiese dejar miguitas de pan en el camino. Recuerden que estamos rodeados por esos salvajes.

Bien, aclarado esto, se nos presenta un problema de "movilidad". Tenemos dos coches, por lo que el problema puede solucionarse rápidamente, siempre que haya buena voluntad.

Brenda y yo nos llevaremos el nuestro, y el resto deberán hacer uso del que han traído los "nuevos".

Elaine para de hablar, pero no para ver las reacciones de los demás ni escuchar sus argumentos, ya que eso poco le interesa. Toma aire y continúa, como si su decisión no tuviera razón de ser replicada.

-Ahora somos un grupo, y no olvidemos dos cosas. Representamos al glorioso museo británico, y estamos investigando la muerte de un gran profesor: mi padre. Todo lo demás carece de importancia. Ahora hemos de trabajar juntos.

Brenda, nos vamos. Bien señores. Que tengan suerte. Nos veremos en un par de días en la pensión McKenzie. Espero que nos encontremos con todo más claro, y traeremos asistencia jurídica para librarnos de la "justicia" local. ¿Todo claro? Perfecto.

Tras el discurso de Elaine, las dos señoritas toman el coche en el que vino el primer grupo y se marcha en dirección a la ciudad más cercana. El resto, más o menos acordes con la decisión tomada, se sube en el otro auto, con objeto de ir hacia el otro lado del lago, donde, en teoría, aguarda el castillo McLeirag.

Mirando el mapa se puede decir que están casi a la misma distancia por el norte que por el sur, para rodear el lago, pero... ¿cuál será el mejor camino?

Los dos coches se despiden al llegar a la intersección con el camino terrizo paralelo al lago, y Elaine y Brenda tiran hacia el Sur, mientras que el otro coche espera a tomar una decisión.

Levantando las manos por encima de la cintura
Bien, pues parece que está todo resuelto y, si como han dicho el tiempo corre en nuestra contra, estoy dispuesto para hacer una visita a ese castillo.
Sacando las llaves y alzándolas
¿alguien quiere conducir? a mi no se me da demasiado bien, así que.... dejo la frase en el aire, esperando que alguien que sepa conducir las recoja.
Una vez en el coche
Casi sería mejor ir por el norte ¿no? así no pasaríamos cerca de Gregor ¿qué les parece?

-Conducire yo.- digo mientras me pongo al volante, para agregar una vez que todos han entrado -Bien ¿Quien trae el mapa?¿Hacia donde vamos?-

Asiento a las palabras del personal en general. Salgo de la casa, subiendo el cuello de mi abrigo y metiendo las manos en los bolsillos... Tras eso me dirijo al coche, y me monto en el asiento de atrás, esperando a que el resto haga lo propio...

William - llamo la atención del conductor desde mi posición en el asiento trasero - dirígete hacia el norte, así no tendremos que pasar frente a las otras dos granjas de los McAllan...que bastantes problemas tenemos ya como para buscarnos otros.

Mi frase parece más una orden que una opinión, pero conociendo a mi amigo sé que no tardará en tener uno de sus arrebatos, pues no se le dan demasiado bien las esperas.
Miro uno a uno al resto de pasajeros, sin esperar verdaderamente ninguna opinión en contra, pues todos sabemos lo que nos jugamos con esa familia...excepto los recién llegados que todavía no han sido puestos al día.

No digo nada ante las palabras de Robert, tan solo me muevo ligeramente para acomodarme, mientras asiento con la cabeza ante la proposición de la ruta... Sin mas miro por la ventana tratando de dilucidar el lago que al parecer sigue oculto por la neblina...

-Esa es una buena razón, Robert... al norte.- y una vez que todos se han acomodado y comprobado que ya tienen todas sus cosas, partimos por el camino del norte a una velocidad "discretamente rapida" (o sea, lo mas rapido que se pueda sin llamar la atencion)

Al oir a Robert y a William, tomo aire y lo suelto, meneando la cabeza y alzando las cejas
¿dónde nos hemos metido? pienso con cierta resignación

Tomás rumbo norte por el camino terrizo y empezáis vuestro periplo rodeando el lago. El viaje se hace un poco pesado, por los baches y el mal estado del terreno, y rezáis porque os respeten los neumáticos, pues sólo tenéis uno de repuesto, y, algunos, ya sabéis lo importante que es tener un coche en condiciones con el que poder... escapar.

Pronto veis otra granja que se queda a vuestra izquierda. Una granja parecida a las anteriores de la casa de Patton, probablemente de algún Mc Allan, y a algo menos de distancia del lago que del carril por el que vais vosotros, que se os queda a unos 600 metros.. Media hora más tarde tenéis que cruzar por un puente, para salvar un río que abastece al lago, justo en el extremo norte del lago, y tras eso empezáis de nuevo a circular en dirección sur.

Tal y como iba haciendo Brenda, vais señalando en el mapa las posiciones de las granjas que vais encontrando por el camino:

En el transcurso de casi dos horas, dejáis a vuestro lado tres granjas más de similares características, todas ellas si ningún alma visible y con los campos de cultivo muy descuidados. De fondo siempre el lago, con sus brumas que esconden sus secretos. En la última de las granjas que habéis visto hay un cruce de caminos, uno pequeño que va a la granja, y otro más grande y ancho, con un buen firme que se pierde hacia el sudeste, quizás en busca de alguna carretera más importante que comunique a Gregor con otra ciudad.

Poco más adelante de ese cruce empezáis a ver la figura imponente del castillo. Imponente no por su magnificencia, de la que ya no queda ni el nombre, sino por la preciosa estampa de la construcción, ahora en ruinas, recortandose en la niebla y con una pequeña extensión del lago de color marrón por detrás de la piedra, dando un extraño efecto a toda la visión que os hace estremeceros un poco. La lluvia, aliada a tal efecto, rompe sobre vuestras cabezas con un atronador rugido y un relámpago en la lejanía.

El camino terrizo sigue, pero, hacia el castillo, sólo hay un sendero por el que estáis seguros que no circulará el automóvil, por lo que tendréis que dejarlo por algún lugar y acercaros caminando. Bajo la lluvia.

Phillip resopla dentro del coche, le duele el culo de los baches, pero salir a la intemperie no parece más agradable. Con resignación se cala el sombrero y dice.

Bueno habrá que decidir como vamos a hacer la excursión, y mejor aquí que discutir bajo la lluvia moja. Ah! y si tienen alguna pregunta-mira los recién llegados- este es el momento, nose por qué pero el hecho de que las granjas de los Mac Allan estuviesen deshabitadas me da que estarán metiditos en el castillo.

Con un suspiro salgo del coche, y aprovecho para estirar y desentumecer brazos y piernas, mientras miro el paisaje que nos rodea.
Según van saliendo mis compañeros, voy mirandoles uno a uno, viendo sus rostros y expresiones. Al final, cuando Philip habla, me giro con las manos en los bolsillos
No sé si este castillo lo habitará gente de la zona. Por lo que sé, se trata de gente bastante supersticiosa, así que, con suerte, no nos los encontraremos
Me giro mirando de nuevo las ruinas
Y según avanzamos ¿por qué no nos cuentan exactamente qué pasó y por qué les persiguen?

Una vez fuera del coche, chequeo que llevo todo conmigo, animando a los demás a que hagan lo mismo (no sea cosa que necesitemos alguna cosa que "ha quedado en el coche").
Mientras termino de revisar todos mis bolsillos y demás oigo a Carras preguntando:

¿por qué no nos cuentan exactamente qué pasó y por qué les persiguen?

A lo qye respondo parcamente con un:

-Básicamente por asustar a los mas miedicas de los Mc Allan-

Miro a William mientra suelta la parrafada esa, luego, sin hacerle más caso, vuelvo mi atención a Philip quién parece bastante más razonable que el resto

Tratando de seguir la conversación, me he mostrado bastante reticente a salir del coche con la incesante lluvia. Poco a poco mi gabardina va calando y la falta de un paraguas o un sombrero que tape mi cabeza, hace que mi pelo comience casi al instante a chorrear, empapando por completo mi rostro...

Parecer si hablamos camino? Ganas tengo de ver el castillo y la llover no es agradable Digo mientras me adelanto unos pasos para poder observar el castillo. Me detengo y subo las solapas de la gabardina, quizás así esté mas protegido... Opinar igual que padre, no creer que nadie vive dentro, pues leído que muy supersticiosos.

Camináis a buen ritmo hacia el castillo, alcanzándolo unos siete minutos después, totalmente empapados. El castillo no tiene partes habitables. Es una ruina ennegrecida y fantasmal, cuyos muros y torres están, en su mayoría, caídos. Tenía antiguamente dos pisos, pero ninguno de ellos tiene ahora suelo o techo. En el interior no veis planta alguna, aunque hay muchas partes en las que el suelo es de tierra. Sólo queda una torre en pie, que, aunque no tiene techo, al menos os protege un poco de la lluvia.

Os sentís un poco defraudados, ya que teníais otras expectativas para con el gran castillo Mc Leirag.